La falta de sintonía entre Vox y su base electoral respecto a Trump puede suponer un problema para el partido si continúa alineándose de forma acrítica con el mandatario estadounidense
The post La inconsistencia política de Vox respecto a Donald Trump first appeared on Hércules. La relación de Vox con Donald Trump ha generado una notable inconsistencia política que evidencia la desconexión entre la cúpula del partido y sus votantes. Mientras la dirección de Vox, liderada por Santiago Abascal, muestra una clara admiración por el presidente estadounidense y respalda sus políticas internacionales, buena parte de sus simpatizantes manifiestan un rechazo abierto o, en el mejor de los casos, indiferencia hacia el republicano.
Desde hace tiempo, Vox ha establecido una relación cercana con Trump. Abascal ha elogiado públicamente las políticas del estadounidense y ha intentado asociarse con su liderazgo. Ejemplo de ello es su presencia en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) celebrada en Washington, donde defendió a Trump como un “buen pacificador” y justificó sus “formas” polémicas. También se ha mostrado de acuerdo con las políticas de inmigración de Trump y su posición en contra de lo que ambos denominan “agenda woke” de la izquierda. Abascal incluso se alinea con Trump en la crítica hacia la Unión Europea, acusándola de ser un “actor absolutamente irrelevante”.
Además, la cumbre de Patriots celebrada en Madrid consolidó la conexión ideológica entre Vox y Trump, describiendo al mandatario estadounidense como un “hermano de armas” en su batalla contra la globalización. Este alineamiento ha llegado hasta el punto de que Vox apoya medidas polémicas como la imposición de aranceles por parte de Trump y su enfoque unilateral en la negociación de la paz en Ucrania.
Desconexión con la Base Electoral de Vox
Sin embargo, este seguidismo hacia Trump no parece ser compartido por una parte significativa del electorado de Vox. Según un reciente sondeo de Sigma Dos para El Mundo, solo el 49,5% de los votantes de Vox apoya las políticas de Trump, mientras que un 39% se muestra claramente en contra y un 12% adicional se mantiene dudoso. Este dato revela una brecha considerable entre el discurso oficial del partido y la opinión real de sus simpatizantes.
Además, el 57% de los votantes de Vox desaprueba que Trump haya calificado a Volodimir Zelenski como “dictador”. Este porcentaje contrasta con la defensa a ultranza que la cúpula del partido ha hecho de Trump, justificando incluso sus desplantes al presidente ucraniano y sus acercamientos unilaterales a Rusia.
Contradicciones en la Política Exterior
La inconsistencia se evidencia también en la postura de Vox respecto a la Unión Europea y su participación en las negociaciones de paz. Mientras Trump negocia con Rusia sin contar con Bruselas, Vox apoya esta estrategia, pese a que un 78% de los españoles cree que la UE debe exigir participar en dichas conversaciones. Sin embargo, casi uno de cada cuatro votantes de Vox opina que la Unión Europea no debe intervenir.
Estas contradicciones reflejan un conflicto interno en el partido, que se debate entre su voluntad de alinearse con el trumpismo y la presión de una parte de su electorado que rechaza algunas de sus posturas más controvertidas. La cúpula de Vox parece ignorar que sus votantes mantienen un sentido patriótico que les hace priorizar la independencia y soberanía de España sobre la adhesión ciega a líderes internacionales como Trump.
Ruptura con la derecha conservadora española
La relación entre Vox y el resto de la derecha española se encuentra en un momento crítico, especialmente tras las duras palabras de Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, contra el partido de Santiago Abascal. Durante una visita a las bodegas Hijos de Alberto Gutiérrez en Valladolid, Feijóo criticó lo que llamó el “patriotismo de boquilla” de Vox respecto a los aranceles anunciados por Donald Trump. Este nuevo conflicto comercial afecta a exportaciones españolas por un valor de 400 millones de euros anuales, especialmente al sector del vino de la denominación de origen (D.O.) Rueda.
Feijóo acusó a Vox de mantener un “silencio cómplice” ante las políticas comerciales unilaterales de Trump, criticando la falta de contundencia de este partido a la hora de defender los intereses económicos de España. Para el PP, la postura de Vox representa un doble juego, donde se priorizan ciertos intereses políticos por encima de la economía española. “Todo aquello que perjudique a España tendrá una respuesta por parte del PP”, proclamó Feijóo, marcando una clara diferencia con la formación de Abascal.
Además, el líder del PP insistió en que la diplomacia y el diálogo deben primar sobre los insultos y descalificaciones, en alusión tanto a Vox como al propio Gobierno de España. Este conflicto evidencia que Vox y el Partido Popular no solo mantienen diferencias ideológicas, sino también en cuanto a la gestión de conflictos internacionales que afectan a la economía española.
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