Ambas grupos terroristas, formados por fracciones chiíes y suníes, están en conflicto abierto desde hace años por pertenecer a diferentes ramas del islam
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Imagen: AFP
El odio hacia Israel podría lograr lo que siglos de conflictos y millones de muertos musulmanes no han conseguido: unir a las facciones chiíes y suníes en una causa común, la destrucción del Estado judío. Este es el gran temor que se cierne sobre los ministerios de defensa de Israel, Estados Unidos, la OTAN y numerosos gobiernos occidentales. La colaboración entre Hamás y Hizbulá, pese a sus diferencias religiosas, es un claro ejemplo de cómo las dos principales corrientes del islam, históricamente enfrentadas, podrían acercarse bajo un enemigo común.
Hamás y Hizbulá: enemigos comunes, razones distintas
Los dos bandos son considerados grupos terroristas por Estados Unidos y mantienen una confrontación activa con Israel, aunque con motivaciones diferentes. Hamás, fundado en 1987, pertenece a la rama suní del islam, mayoritaria entre los musulmanes, y tiene como objetivo controlar la Franja de Gaza, donde gobierna desde 2007. Sus ataques suelen incluir operaciones militares y lanzamientos de cohetes, aunque estos últimos no representan una amenaza significativa para la defensa antimisiles israelí, conocida como la Cúpula de Hierro.
Por su parte, Hizbulá, compuesto por chiíes, nació en el contexto de la guerra del Líbano en 1982, y se ha convertido en un importante actor político y militar en el Líbano, apoyado principalmente por Irán. A diferencia de Hamás, tiene una estructura militar y política mucho más sólida, y su arsenal y recursos lo colocan a la altura de un ejército moderno.
Diferencias en recursos y apoyo internacional
Una de las principales diferencias entre ambos grupos es el apoyo que reciben. Hamás depende mayoritariamente de la población palestina en Gaza y de países como Qatar, Turquía e Irán, aunque este último juega un papel menos predominante. Su armamento y apoyo logístico, aunque cuenta con el respaldo económico y militar de Irán y Siria. Hizbulá dispone de más de 100.000 combatientes entrenados profesionalmente y un arsenal avanzado, además de una presencia política y militar bien establecida en el sur del Líbano y los suburbios de Beirut.
Un patrón común: la influencia de Irán
A pesar de sus diferencias, la influencia de Irán es clave en la relación entre ambos grupos. Teherán ve a ambos grupos como piezas fundamentales en su estrategia contra Israel y Occidente. Aunque Hizbulá es un actor mucho más fuerte y consolidado, Hamás juega un papel importante como brazo armado en Gaza. La reciente reunión entre altos dirigentes y la Yihad Islámica Palestina refleja esta coordinación, con el objetivo de maximizar la resistencia armada y «detener la agresión» israelí.
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