600 días de guerra en Gaza, avances limitados y crisis sin resolver

Israel en 2025 enfrenta avances en seguridad y economía, pero sigue con desafíos en rehabilitación, diplomacia y cohesión social tras la guerra
The post 600 días de guerra en Gaza, avances limitados y crisis sin resolver first appeared on Hércules.  En un contexto marcado por la prolongación de conflictos armados y tensiones regionales, Israel transita un camino complejo, en el que la seguridad, la diplomacia internacional, la rehabilitación interna y la economía juegan roles fundamentales para sostener la estabilidad del Estado. Este reportaje ofrece un análisis integral de los éxitos y fallos en diversas áreas clave, desde la política exterior y la influencia global, pasando por la recuperación de las zonas afectadas por la guerra, hasta el desempeño económico en tiempos de crisis.

Mantener el respaldo internacional la prioridad básica para Israel

Uno de los factores más decisivos para la supervivencia y la legitimidad internacional de Israel ha sido el sólido apoyo político de Estados Unidos. A pesar de los altibajos en las relaciones con distintas administraciones y las tensiones públicas entre líderes como Netanyahu y Trump, la cooperación bilateral no se ha interrumpido. Desde el principio del conflicto, EE.UU. ha continuado satisfaciendo las necesidades diplomáticas y de seguridad israelíes, a excepción de retrasos puntuales en la entrega de armamento. Este respaldo ha sido clave para evitar resoluciones duras contra Israel en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde la influencia estadounidense actúa como un paraguas político esencial.

Asimismo, Israel ha mantenido relaciones normales con la mayoría de los países occidentales, incluso en momentos de duras críticas. Solo unos pocos países, como Colombia y Bolivia, han roto relaciones diplomáticas, mientras que la mayoría ha optado por mantener canales abiertos, lo que evidencia el complejo equilibrio entre condenas públicas y pragmatismo político. Un ejemplo notable fue la postura de apoyo o neutralidad de países occidentales frente a demandas contra Israel en la Corte Internacional de Justicia en La Haya. Aunque algunos países como Sudáfrica, Chile, Turquía e Irlanda respaldaron las peticiones contra Israel, la mayoría no tomó medidas similares.

En el ámbito de la lucha contra el “antisemitismo”, especialmente en los campus universitarios de Estados Unidos y Europa, la administración Trump dio un giro significativo al sancionar a universidades donde se alimentaban presuntas actitudes “antisemitas”. Esta política, ligada al apoyo explícito de Trump a Israel, tuvo continuidad en algunos sectores del Congreso durante la administración Biden, evidenciando un compromiso bipartidista con la defensa de los derechos judíos.

La pérdida gradual de influencia política en Washington

No obstante, Israel enfrenta desafíos en su relación con la Casa Blanca, especialmente con la administración Biden, que se ha mostrado menos alineada con Netanyahu en cuestiones estratégicas. En las últimas semanas, el estatus del primer ministro israelí en Washington ha decaído, reflejando un presidente que, aunque es un firme aliado de Israel, maneja una agenda propia que incluye negociaciones con Irán, diálogos con Hamás y la apertura hacia Arabia Saudita en temas sensibles como la energía nuclear y la adquisición de aviones F-35.

Estos movimientos han sorprendido a Israel y contradicen su política oficial, generando incertidumbre sobre el futuro de la alianza estratégica. Además, las negociaciones para un alto el fuego con grupos como los hutíes y el rol de Arabia Saudita en la región también han modificado el tablero geopolítico.

El desgaste en la opinión pública internacional y la diplomacia

En términos de relaciones públicas, Israel sufrió un deterioro considerable tras la escalada bélica iniciada el 7 de octubre. Mientras inicialmente recibió un apoyo casi incondicional, la opinión mundial fue virando hacia la percepción de Israel como agresor, agravada por las imágenes provenientes de Gaza. Países como España, Irlanda o Gran Bretaña han emitido duras condenas y adoptado medidas concretas, incluyendo la congelación de negociaciones comerciales.

La guerra también desencadenó un aumento en el reconocimiento unilateral de un Estado palestino: diez países ya han realizado este paso, con más en camino. Este fenómeno es una prueba palpable del fracaso propagandístico israelí en el frente internacional.

Por otro lado, la decisión de cerrar la embajada israelí en Dublín, aunque motivada por ataques “antisemitas”, fue duramente criticada, ya que se argumenta que la diplomacia debe reforzarse en los lugares más hostiles, no retroceder. Esta retirada temporal ha complicado aún más la percepción de Israel en Europa, al tiempo que la ola de antisemitismo en universidades occidentales alcanzó su punto álgido, generando un ambiente hostil para miles de estudiantes israelíes.

Rehabilitación de Gaza: un avance entre dificultades

A nivel interno, la rehabilitación de las zonas afectadas por la guerra es una prioridad para el gobierno israelí. En Gaza, el 92% de los residentes de localidades a las que es posible regresar han vuelto a sus hogares, un porcentaje sorprendentemente alto tras meses de desplazamiento. Esta recuperación se debe en parte a la presencia militar israelí, que brinda una sensación de seguridad a los pobladores, y al fuerte deseo de retornar a la normalidad tras más de un año de incertidumbre.

La infraestructura educativa ha sido restaurada en gran medida, con inversiones significativas en apoyo terapéutico y emocional para los alumnos. La Administración Tekuma ha acelerado la rehabilitación de caminos y comunidades, con cientos de edificios residenciales en distintas fases de reconstrucción.

El Estado también ha implementado subsidios e indemnizaciones para evacuar y sostener a los afectados, creando comunidades alternativas para quienes no pueden regresar de inmediato a sus hogares originales. En cuanto a la seguridad, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han demolido edificios y túneles cercanos a la frontera con Gaza para eliminar amenazas inmediatas y proteger a los residentes.

Sin embargo, persisten fallos significativos. La burocracia dificulta que los agricultores puedan acceder a subsidios esenciales, poniendo en riesgo su recuperación económica. Los sobrevivientes del cautiverio enfrentan graves problemas de adaptación, con muchos recurriendo a crowdfunding para subsistir mientras la legislación para garantizarles derechos plenos avanza lentamente. Además, las zonas fronterizas permanecen restringidas, con lugares como la playa de Zikim cerrados al público, un símbolo de que la seguridad plena aún no se ha restablecido para los habitantes locales.

El norte de Israel: seguridad y recuperación a medias

En el frente norte, la amenaza de invasión desde el Líbano se ha reducido drásticamente tras acciones militares decisivas que eliminaron las capacidades ofensivas de Hizbulá y la fuerza Radwan. Más de 2.400 combatientes y numerosos arsenales fueron neutralizados antes de la guerra, dejando un territorio fronterizo mucho más seguro.

El colapso de Siria y la retirada o debilitamiento de grupos chiítas en la región también han reducido la amenaza terrorista en la frontera con el Golán, con presencia activa de las FDI en suelo sirio para prevenir infiltraciones. En términos sociales y económicos, el Estado otorgó compensaciones y subsidios para los evacuados del norte, junto con programas educativos y sociales.

Pero la sensación de seguridad no se ha restaurado completamente: solo el 61% de los evacuados han regresado a sus hogares y no se espera un retorno masivo hasta el próximo ciclo escolar. Hizbulá, aunque golpeado, aún posee capacidades que generan temor. Además, no existe un plan claro de rehabilitación para el norte, con múltiples organismos involucrados, presupuestos insuficientes y un gobierno local débil. Muchos proyectos aprobados se ejecutan de forma parcial. Los residentes que permanecieron en la línea del frente sufren una crisis social y económica, con servicios estatales insuficientes y una calidad de vida deteriorada, lo que pone en duda la permanencia de algunos en sus hogares.

La economía israelí: resiliencia con nubarrones

En el terreno económico, Israel evitó un colapso que algunos temían, como el ocurrido durante la segunda intifada. La financiación de la guerra ha sido posible gracias a la confianza sostenida de los mercados internacionales, que han permitido incrementar la deuda sin desatar un pánico financiero.

El desempleo se ha mantenido bajo y la economía presenta datos macro razonables pese al aumento en la relación deuda/PIB y en el déficit fiscal. El sector tecnológico, motor clave de la economía israelí, ha experimentado un crecimiento en inversiones de capital de riesgo, con un incremento notable en 2024 respecto a 2023. La Autoridad de Innovación ha destinado más de 1.000 millones de shekels para apoyar a startups en dificultades.

En materia fiscal, la aprobación de la Reforma de las Ganancias Atrapadas permitió recaudar impuestos sobre 150 mil millones de NIS que antes quedaban exentos mediante estructuras corporativas especiales, aumentando la recaudación pública. No obstante, la economía afronta importantes problemas. La rebaja histórica de la calificación crediticia por parte de agencias internacionales refleja críticas a la falta de una estrategia presupuestaria clara, mala gestión y riesgo de aislamiento internacional. La prima de riesgo elevada encarece el financiamiento estatal.

El gobierno no supo aprovechar la crisis para ajustar su gasto ni promover una política económica sostenible, negándose a recortar gastos superfluos y aumentando la carga fiscal sobre la población trabajadora. En el mercado inmobiliario, tras una breve caída de precios en 2023, los precios se dispararon nuevamente en 2024, debido a la escasez de trabajadores (causada por la prohibición de entrada de trabajadores palestinos) y prácticas riesgosas de financiamiento por parte de contratistas, lo que obligó a la intervención del Banco de Israel. La eliminación del programa para ayudar a jóvenes compradores fue vista como una medida que beneficia desproporcionadamente a sectores ultraortodoxos.

Finalmente, el costo de vida aumentó de forma considerable, especialmente en alimentos y bienes básicos, sin que el gobierno implementara medidas efectivas para contener la inflación. Los intentos aislados, como la “lista negra” de empresas con aumentos abusivos, fracasaron.

Luces y sombras

Israel enfrenta en 2025 un panorama complejo, en el que sus fortalezas estratégicas y económicas conviven con serios retos políticos, sociales y diplomáticos. El mantenimiento del apoyo estadounidense y occidental es fundamental para sostener la defensa política y militar del país, mientras la rehabilitación de las zonas afectadas por la guerra avanza con dificultades y las tensiones internas amenazan la cohesión social.

La economía muestra señales de resiliencia, pero también vulnerabilidades que requieren atención urgente para evitar un deterioro mayor. La seguridad en las fronteras, la percepción internacional y la calidad de vida de sus ciudadanos constituyen los grandes desafíos que el Estado debe abordar con estrategias claras, coherentes y sostenibles.

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