El “Lladoislamismo”, el peligroso cóctel que asola redes sociales

El “Lladoislamismo”, el peligroso cóctel que asola redes sociales

El extremismo islamista vendido como formatos de autoayuda, forma de ganar dinero o de ponerse en forma. Una epidemia creciente en redes
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Las redes sociales e Internet se han convertido en la ventana de configuración del desarrollo de los jóvenes. Ya sea en una vertiente de desarrollo personal, la identidad de los jóvenes se puede moldear en función de los contenidos que consuman. De esta manera, no es raro que las redes sean un elemento clave en la consolidación de una identidad política.

De la misma manera, ocurre con el desarrollo profesional. Bajo el pernicioso concepto de la marca personal, los jóvenes consumirán contenidos que les permitan potenciar sus habilidades laborales, aumentar sus conocimientos o fomentar modelos de negocio.

Es justo en esta etapa cuando cada vez más creadores de contenido focalizan su actividad en combinar el desarrollo personal y profesional para fomentar modelos de negocio y estilos de vida compatibles, aduciendo la posibilidad de ser un ganador, millonario y un ser prácticamente perfecto. Bajo esta óptica, encontramos el ejemplo del ya conocido Llados.

Ahora bien, cuando temáticas de contenido como el “fitness”, “trading”, criptomonedas, desarrollo personal o “lifestyle” se mezclan con el proselitismo religioso en su rama más integrista, nos encontramos con un peligroso cóctel que posee la nocividad y toxicidad de contenidos como el de Llados o, bajo temáticas aparentemente inocuas, con la potencial peligrosidad del integrismo islámico.

Los “Lladoislamistas”, un fenómeno en ciernes

Hace unas semanas se hizo viral en redes un vídeo en el que aparecían unos jóvenes sentados alrededor de una mesa charlando. Los individuos sentados a la mesa estaban cortados por un mismo patrón. La túnica larga (thawb) y el tocado (kufi) como vestimenta y por otro lado barbas tupidas, independientemente de su aspecto o vestimenta el otro rasgo común de estos jóvenes es que profesaban la religión islámica.

El motivo por el que dicho vídeo se hizo viral fue por la premisa en la que el vídeo se desarrolló. Esa premisa es establecer que la música es haram (prohibido) en la religión islámica. Tal es así que equiparan la música con un pecado grave, de hecho expresiones como “todos los eruditos desde hace 14 siglos nos dicen que la música es haram”, “ si escuchas música tu fe baja, mata tu corazón y se vuelve negro”, “debería darte vergüenza saberte las letras” o “el corazón no acepta las dos cosas. O el corazón o el Corán”.

Cuando tras ver el fragmento de apenas uno dos minutos acudes a la fuente principal, te encuentras un vídeo de unos 15 minutos en youtube de un “influencer” llamado Savage Petrov Dawha que tiene por caratula de vídeo “La música es el Corán del Shaytan”. Es decir, la música es el Corán de los genios malignos del islam que tientan al hombre a pecar. El vídeo muestra una reunión de influencers islámicos dando su opinión sobre la música, denotándose por el tono un proselitismo religioso y adoctrinante que busca imponer una visión rigorista.

En estos vídeos se junta por un lado el hecho de que los participantes de la tertulia son “influencers” que tiene una voz e importante alcance en redes, a su vez también entra el rigorismo islamista del mensaje que predican y finalmente el como se articula el contenido islamista se esconde bajo contenidos de trading, desarrollo de marca personal, criptomonedas, fitness o lifestyle.

Para un público potencialmente joven que está construyendo su desarrollo personal, una identidad personal, política e incluso religiosa junto con las lecciones de coach en la construcción de un desarrollo profesional que repercutirá en una posible plenitud económica y social. Cuando el integrismo islámico se esconde detrás de estos contenidos inocuos y de tener un estilo de vida superior al de unos “tristes mileuristas que solo disfrutan de 4 semanas de vacaciones”.

La intención de asumir los postulados islamistas para tener éxito en los negocios y poder tener una vida de ensueño recuerdan en medida a Amadeo Llados y sus cursos de éxito para dejar de ser un “fucking panza mileurista”. Un peligroso coctel que asume la nocividad de ambos lados.

El islamismo es aquel movimiento de carácter heterogéneo que se fundamenta en adaptar los preceptos del islam a todos los diversos aspectos de la vida ya sea social o política. En este caso, estos “influencers” que esconden un mensaje rigorista en muchos casos incompatibles con las libertades y los derechos fundamentales propios de las sociedades occidentales.

En el caso de Savage Petrov, tenemos por un lado un canal de youtube de unos 18.000 subscriptores, una cuenta a Instagram de 249.000 seguidores y finalmente unos cursos de negocios para ganar y dinero y prosperar en los negocios “Savage Petrov Business Mastery”. En lo que se refiere al canal de youtube este nos muestra videos de diversas temáticas relacionadas con el islam, entre ella desde contenidos de divulgación hasta vivencias personales o incluso explicaciones del Corán.

No obstante, lo que se reviste de divulgación lleva consigo un mensaje rigorista donde se tacha de pecadoras todas las mujeres que no quieran llevar el hijab o incluso el considerar otras interpretaciones como desviaciones y por lo tanto pecados así como de “corregir” a tu mujer de acuerdo con la ley islámica. Hablamos de un ejercicio de dogmatismo en el que solo cabe el Islam como la verdadera y única religión, donde el resto de religiones son vistas de forma despectiva, donde muchas de las cosas cotidianas propias de una sociedad occidental son haram o donde simplemente no rezar de manera completa en el trabajo es un pecado grave.

Cuando todo un corpus de interpretación rigorista se combina con métodos de coach emocional potenciación profesional para obtener riquezas se obtiene el peligroso coctel. En este caso Savage petrov es uno de esos claros ejemplos, no se trata de simple divulgación del islam, se trata de una labor de proselitismo religioso islámico. Resulta cuento menos revelador el ver como en la descripción de los vídeos siempre se expone el siguiente mensaje “Aprende como ganar tus primeros 10.000€/mes con Mi Sistema y CAMBIA TU VIDA Igual que Docenas de hermanos que están en mi Curso de Business Mastery”.

Un revelador mensaje sobre como poder ganar dinero con un curso, ¿les suena de algo? En efecto, recuerda a Amadeos Llados, tal es así que la estructura de la web de cursos guarda paralelismos con Llados. Se introduce con la vida anterior de mileurista o “pobre” a jactar de como gracias a convertirse al islam y los conocimientos del curso ha ganado dinero y goza de una vida de prosperidad y abundancia. Posteriormente se introducen los tipos de cursos y como mezclando preceptos religiosos y de marketing se te brinda la posibilidad de ganar mucho dinero, para después exponer testimonios de supuestos alumnos en base de capturas de telegram o vídeos para darte los dos caminos. Las píldoras azul y roja, usando la metáfora de Matrix se expone la diatriva entre ser mileurista o tomar la pastilla roja y ganar más de 10.000 euros al mes, siempre bajo el prisma de que el dinero que se gana es halal.

            Imágenes de como se ha dado un cambio de vida y de situación económica

Contenido del curso, mezcla de marketing de redes con elementos religiosos

Llamamiento a pedir el curso, aunque sea pidiendo un crédito para sufragar el curso

                            Testimonios de éxito de alumnos que ha tomado el curso

                             La metáfora de las pastillas de Matrix para fomentar el curso

Como se puede ver se trata del mismo tipo de estructura que el de Llados pero con los aspectos del proselitismo religioso islámico por bandera. Una manera de vender promesas de ganar ingentes cantidades de dinero y de fomentar el crecimiento personal desde el islamismo, Obviamente en la propia web se establece que el curso no garantiza el éxito en la letra pequeña, resultando además cuanto menos curioso que la sede que se expone en la web y por tanto se venden los cursos radica en Hong Kong.

Yusuf Soldado

Otro de los influencers más que también colabora con Savage Petrov en el Podcast de youtube revelando la verdad es Yusuf Soldado. En la España contemporánea, la figura de Yusuf Soldado ha ganado notoriedad dentro del debate sobre la integración de las comunidades musulmanas y la libertad religiosa. Sin embargo, más allá de su aparente mensaje de paz y entendimiento, surge una preocupación: la labor de Soldado no es solo una invitación a la convivencia, sino un claro intento de proselitismo religioso islámico, que, aunque enmascarado bajo el discurso de la tolerancia, busca extender la influencia del Islam en la sociedad española.

                                                   Imagen de Yusuf Soldado

La historia de Yusuf Soldado comienza con su conversión al Islam hace más de una década. A partir de allí, en lugar de centrarse en la integración y respeto mutuo, su trayectoria lo ha llevado a asumir un rol cada vez más activo en la propagación de su fe, con un énfasis claro en promover una visión específica y dogmática del Islam. Soldado no solo ha buscado profundizar su conocimiento de la religión, sino que ha emprendido una incansable labor de difusión proselitista, utilizando su plataforma para convencer a otros de la “superioridad” de su fe.

Su rol como presidente de la Comunidad Islámica Iqra y su trabajo con la Asociación Cultural y Social Iqra en España son ejemplos de cómo la actividad religiosa puede, sin duda, fomentar la cohesión dentro de una comunidad, pero también de cómo se puede utilizar esa misma estructura para propagar ideas que no necesariamente son inclusivas. Su discurso, en lugar de promover el diálogo plural, a menudo deja entrever un claro interés por atraer nuevos adeptos a la fe islámica, algo que, en una sociedad diversa, resulta problemático.

El énfasis de Soldado en compartir “los valores islámicos” en sus conferencias y charlas, como las ofrecidas en Ceuta durante el Ramadán, da la impresión de que más que buscar el entendimiento entre culturas, se intenta establecer la religión islámica como el único marco válido para la convivencia. El reto de vivir juntos en una sociedad plural y diversa no es solo encontrar un espacio de respeto mutuo, sino también aprender a respetar las creencias y valores ajenos, algo que las acciones de Soldado parecen poner en segundo plano.

Aunque sus palabras puedan sonar conciliadoras, la estructura de su labor sugiere una agenda que va más allá de la mera convivencia y se adentra en los territorios del proselitismo religioso, un intento de ganar más seguidores para su causa.

Uno de los elementos más inquietantes en la labor de Soldado es su presencia en redes sociales, plataformas que le permiten llegar a una audiencia más amplia, especialmente a jóvenes y personas en busca de respuestas espirituales. En Instagram y TikTok, Soldado se presenta como una especie de “guía espiritual”, pero en realidad está utilizando estas plataformas como herramientas para expandir su fe y atraer nuevos convertidos. La accesibilidad de las redes sociales y el lenguaje aparentemente informal de sus videos no debe confundirnos: bajo esta fachada se esconde una clara intención de cambiar la identidad religiosa de quienes lo siguen.

El proselitismo religioso no es un fenómeno nuevo, pero la forma en que Soldado lo ha adaptado a la era digital es notable. En lugar de trabajar por la convivencia, como él afirma, parece que el objetivo es crear una audiencia que, poco a poco, se vea atraída por los principios del Islam, al margen de si sus miembros tienen o no una experiencia directa o un interés genuino en la fe.

Si bien las plataformas de Soldado pueden parecer un espacio para el intercambio cultural, su enfoque en la “superioridad” de los valores islámicos, junto con su insistente presencia en el discurso público, plantea una pregunta crucial: ¿está buscando realmente la convivencia o está imponiendo una agenda religiosa intolerante? En su intento por difundir el Islam, parece que Soldado está más enfocado en crear adeptos que en promover un debate plural y respetuoso entre distintas creencias.

El trabajo de Yusuf Soldado puede ser visto, bajo un análisis crítico, como un intento más de promover el Islam de manera sistemática y organizada, más que como una labor genuina por la integración social y religiosa. Mientras su mensaje se presenta como un esfuerzo por fomentar la paz, la realidad podría ser que, detrás de su discurso de tolerancia, se oculta un intento de convertir a la sociedad española a una visión del mundo islámica que no necesariamente se alinea con los valores de libertad religiosa y de cultos.

Nordin Workout

En los últimos años, el nombre de Nordin Workout ha ganado notoriedad tanto en las redes sociales como en el ámbito público, pero no solo por sus rutinas de ejercicio o consejos personales de lifestyle o trading. También destaca el podcast de su hermano, “La Última Medina, Nordin se ha establecido como una figura relevante dentro del proselitismo religioso islámico en España. Sin embargo, su presencia pública ha generado controversia, especialmente a raíz de su detención, una detención en la que se investiga la presunta comisión de delitos de apología del terrorismo y que pone en evidencia la naturaleza de sus actividades y las presuntas implicaciones legales de sus prácticas.

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Nordin Workout, conocido por sus rutinas de fitness y su imagen en redes sociales, se ha transformado con el tiempo en un defensor activo del Islam, utilizando su tirón en redes para difundir una visión estricta de la fe islámica. Lo que comenzó como un canal de motivación física y bienestar, mutó en un altavoz y en un vehículo para la difusión del Islam.

El podcast de la “La Última Medina no solo se limita a la difusión y al debate, sino que promueve un Islam más conservador, buscando atraer a jóvenes y adultos a un modelo de vida que, para muchos, parece más cercano a un proselitismo religioso que a una simple educación sobre la fe.

El contenido de su podcast está lleno de mensajes que exaltan los valores islámicos, pero también incluyen fuertes críticas a otras religiones y sistemas de pensamiento, lo que pone en evidencia el objetivo subyacente de su labor: convertir a sus seguidores al Islam. Lejos de ser una plataforma para el diálogo interreligioso o la reflexión plural, “La Última Medina” se ha transformado en un espacio de alineación ideológica, promoviendo un modelo religioso exclusivo que se distanciaría de la convivencia pacífica y el respeto mutuo entre diferentes creencias.

El 7 de febrero de 2025, Nordin Workout, conocido influencer marroquí con más de 100.000 seguidores en redes sociales, fue detenido en Leganés, Madrid, en el marco de una operación conjunta entre la Guardia Civil española y la Dirección General de Seguridad del Territorio (DGST) de Marruecos.  Nordin, reconocido por compartir contenido sobre entrenamiento físico y calistenia, utilizaba sus plataformas para difundir propaganda extremista, incluyendo material audiovisual de DAESH camuflado entre sus publicaciones deportivas.  La operación resultó en la detención de siete personas, incluyendo a Nordin, y se llevó a cabo en colaboración con Europol, que brindó asistencia en el análisis de la actividad en línea de los sospechosos

El fenómeno de Nordin Workout es un claro ejemplo de cómo las redes sociales se han convertido en un caldo de cultivo para el proselitismo religioso, especialmente en un contexto donde las figuras públicas tienen una influencia masiva sobre audiencias jóvenes. Aunque su enfoque en el bienestar físico y la motivación personal podría parecer, en un principio, inofensivo, la realidad es que su presencia en línea es utilizada, en gran parte, para difundir un mensaje religioso claro y excluyente. Nordin no está solo en este camino, pero su creciente popularidad lo convierte en una figura de referencia para aquellos que buscan una interpretación más estricta del Islam, lejos de las visiones más moderadas y adaptadas a las realidades sociales contemporáneas.

La pregunta que surge es si este tipo de influencia debería considerarse una forma legítima de difusión religiosa o si, por el contrario, debe ser visto como un intento de manipulación que utiliza el atractivo de las redes sociales para imponer una ideología religiosa a quienes lo siguen. En este sentido, el proceso judicial de Nordin Workout refleja una tensión creciente entre la libertad de expresión religiosa y los límites de esa libertad cuando se cruza con la incitación a la captación de adeptos o a la difusión de ideas radicales.

La principal preocupación sobre la figura de Nordin Workout radica en la manera en que sus actividades podrían estar fomentando la radicalización, particularmente entre los jóvenes más susceptibles a influencias externas. Si bien la mayoría de sus seguidores pueden estar interesados en su contenido por razones relacionadas con el bienestar físico o la espiritualidad, su discurso también se dirige a aquellos que buscan respuestas rápidas y definitivas, a menudo asociadas a ideologías extremistas. Este tipo de proselitismo en las plataformas digitales plantea la pregunta de hasta qué punto la libertad de religión puede ser utilizada para predicar en contra de otros valores fundamentales de la sociedad, como la tolerancia, el pluralismo y la convivencia pacífica.

El caso de estos influencers a los que el término de Lladoislamistas les va como anillo al dedo es curioso. Pese a que son musulmanes practicantes que conoce a fondo los preceptos de su fe, y viven en Occidente, parecen incapaz de superar la contradicción entre sus creencias religiosas y morales y la libertad que Occidente ha logrado.  

Precisamente en asuntos como la libertad de la mujer o los derechos LGTB. En lugar de aceptar la realidad de la sociedad en la que vive, tratan de justificar sus posiciones de rechazo con excusas teológicas que, en realidad, están profundamente politizadas. La verdad es que aquellos que pretenden convivir en Occidente deben adaptarse a sus normas y valores, y no exigir que sea la sociedad la que se acomode a sus tradiciones obsoletas.

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