El PNV sucumbe a la islamización en el Aberri Eguna. En marcha hacia el Emirato Vasco

El Aberri Eguna de 2025 escenifica una vez más la falta de unidad en el nacionalismo vasco, entre mitines deslucidos y líderes recién estrenados que reciclan viejos discursos. Ni el PNV ni EH Bildu logran renovar una cita que cada vez es más decadente
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Este domingo se celebró el Aberri Eguna, fecha simbólica del nacionalismo vasco que, lejos de unir, volvió a evidenciar las fracturas internas. A diferencia de otras conmemoraciones patrióticas, esta no tiene estatus oficial y su celebración varía cada año, ligada al calendario religioso. Como ya es habitual, los dos principales partidos nacionalistas lo vivieron por separado. EH Bildu eligió Pamplona mientras el PNV repitió en la Plaza Nueva de Bilbao, abarrotada de asistentes bajo paraguas y de pie, por falta de asientos. Este año, sin embargo, tuvo un matiz distinto: Aitor Esteban se estrenaba como líder del partido, acompañado del lehendakari Imanol Pradales, también debutante en el cargo. Atrás quedan doce años de una bicefalia ya caduca entre Ortuzar y Urkullu.

Durante su intervención, Esteban volvió a los fundamentos más clásicos del ideario abertzale. Citó a un conocido diciendo en tono jocoso que, “si hubiera nacido español y no vasco, viviría más tranquilo”. Denunció que franceses y españoles no deben justificar su identidad ni su lengua, porque tienen Estados reconocidos. Son soberanos, afirmó en euskera. En castellano, destacó la diversidad creciente de Euskadi, consecuencia de la globalización. “Esta es nuestra gente”, dijo, defendiendo que la nación vasca siempre ha sabido integrar.

El presidente del EBB del PNV insistió este domingo en proyectar una imagen de Euskadi abierta y cosmopolita. Aseguró que “el mundo se vuelve cada vez más accesible” y que los vascos, según él, tienen ya presencia en los cinco continentes. A la vez, reconoció que la globalización está transformando la sociedad vasca, con la llegada de personas de orígenes diversos. “Ya forman parte de nuestras vidas —de barrios, empresas, aulas— pero sobre todo, forman parte de nuestras familias”, recalcó con solemnidad. “Son nuestra gente”, dijo, presentando esta integración como continuidad histórica del pueblo vasco.

Para Esteban, la capacidad de incluir ha sido la clave de la supervivencia vasca a lo largo del tiempo. “Aunque seamos una nación pequeña, hemos perdurado gracias a esa vocación integradora”, afirmó, convencido de que esta tendencia seguirá vigente. El líder del PNV también se refirió a sus propios apellidos, Esteban Bravo, como símbolo de pluralidad. Mirando al futuro del partido, se aventuró a imaginar sucesores con nombres tan diversos como Agirregomezkorta, Martínez, Hassan, Diop. Pero, puntualizó, “lo único indiscutible es que su patria será Euskadi”.

Esteban cerró su intervención con una definición territorial amplia: para el PNV, Euskadi está compuesta por siete territorios —la Comunidad Autónoma, Navarra y el País Vasco francés— y se sostiene, dijo, sobre valores firmes. “Sin principios, no hay patria”, concluyó, reafirmando la conexión entre identidad y tradición como pilares del proyecto jeltzale.

En su discurso, también se desmarcó de la competencia de EH Bildu, resaltando que el PNV ha trabajado “sin frenar” durante más de cuatro décadas para ampliar el autogobierno vasco. Mencionó acuerdos y logros acumulados, en especial en seguridad, destacando la cesión de funciones a la Ertzaintza y la Policía Foral. Cada mención arrancaba un “PNV” coral entre el público, evidenciando la coreografía militante del partido.

Antes de Esteban, habló Pradales. Su intervención se retrasó por un fallo técnico, pero amenizó la espera entonando el ‘Zorionak zuri’ al diputado general de Álava, Ramiro González. Pradales también cumple años este lunes, coincidiendo con el aniversario de las autonómicas de 2024, que lo llevaron a Ajuria Enea. Aprovechó para agradecer a Ortuzar y rememorar a todos los lehendakaris anteriores —excepto Patxi López—, incluyendo a Garaikoetxea, con quien se prepara un homenaje por los 45 años desde su llegada al poder tras el Estatuto.

Como es costumbre en estas fechas, también hubo críticas al rival. Pradales apuntó directamente contra el modelo de EH Bildu, cuestionando su compromiso con la responsabilidad colectiva. Ironizó sobre su credibilidad abertzale: “¿Cómo se puede construir país generando fractura?”, lanzó. Y recuperó viejas frases de su partido, acusando a la izquierda abertzale de envolverse en una estética nueva sin cambiar el fondo. Incluso dejó una advertencia a los jóvenes sobre la influencia de “antifas” que siguen aplicando tácticas del pasado.

Llevando en la solapa la ikurriña, el lehendakari defendió el Estatuto como punto de partida, pero exigió ir más allá. Recordó la promesa del Gobierno de Pedro Sánchez de completar las transferencias pendientes en 2025, incluida la Seguridad Social. Reclamó un sistema bilateral real con el Estado, al que tachó de “centralista”, controlado por un poder que sigue sin aceptar a Euskadi como nación y que vacía la periferia en beneficio de la capital. “Ese modelo totalitario de Madrid no puede seguir. ¡Somos una nación! ¡No vamos a permitir más frenos al autogobierno!”, exclamó. “Hoy nos toca mojarnos”, añadió, mirando al cielo gris.

Las juventudes del PNV, EGI, desplegaron una pancarta a favor de la independencia. Entre ellas estaba Olatz Urizar, una joven alavesa que acompañó a los líderes en el escenario. “Nuestra generación sigue firme con el proyecto abertzale”, proclamó, buscando proyectar energía joven en un acto marcado por el continuismo.

La Plaza Nueva estaba llena, pese al mal tiempo. Las sillas se quedaron cortas y muchos presenciaron el acto de pie, cobijados bajo paraguas, en una Bilbao salpicada de turistas. Este Aberri Eguna también supuso el debut del nuevo EBB liderado por Esteban. De la anterior dirección nacional solo permanecen dos de catorce: Unai Hualde y María Eugenia Arrizabalaga. El nuevo órgano incluye cuatro mujeres y diez hombres. Esteban, consciente de un error anterior, quiso enmendar su olvido de figuras femeninas al asumir el cargo. Recordó a Teresa Azkue, Julene Urzelai y Sorne Unzueta como referentes del partido.

En el acto también estuvieron presentes los miembros del Ejecutivo vasco pertenecientes al PNV. Solo repiten Bingen Zupiria y Nerea Melgosa. Los independientes Begoña Pedrosa y Juan Ignacio Pérez Iglesias también asistieron, pero no así los consejeros socialistas. Mientras tanto, en redes sociales, el PP vasco aprovechó las declaraciones de Esteban para lanzar una crítica mordaz: afirmó que el PNV ya no distingue entre su lema fundacional “lege zaharra” y la “sharia”, en un juego de palabras que buscaba ridiculizar la amplitud integradora del discurso jeltzale.

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