Acerbi, el central que resucitó al Inter y a sí mismo

Acerbi, el central que resucitó al Inter y a sí mismo

El autor del gol que forzó la prórroga ante el Barça supo dejar atrás un cáncer
y una vida de excesos. El fútbol lo premió con su noche de gloria.
The post Acerbi, el central que resucitó al Inter y a sí mismo first appeared on Hércules.  El cronómetro ya había pasado los 92 minutos. Barcelona se veía en la final y el Inter parecía hundido. Hasta que apareció Francesco Acerbi. El defensor centra irrumpió en el área como un delantero de raza, le ganó la posición a Araujo y colgó el balón en el ángulo. Era el 3-3 que dejaba con vida a los italianos en un Giuseppe Meazza convertido en una caldera. Acerbi se quitó la camiseta, gritó con el alma y recibió una amarilla que le supo a gloria.

Con su tanto, Inter forzó la prórroga en la que un nuevo gol de Frattesi acabaría por sellar su clasificación a la final de Múnich. Pero fue Acerbi quien encendió la llama. Fue su primer gol en competiciones europeas y el más importante de su carrera. Un premio impensado para alguien que, años atrás, parecía destinado al olvido.

La historia de Acerbi es la de un renacido. Durante años transitó la Serie A como un buen defensor, sin grandes titulares. Canterano del Milan, sus pasos por Chievo, Génova y Sassuolo construyeron un perfil discreto. Pero todo cambió en 2013, cuando le detectaron un tumor en los testículos. Lo operaron y volvió. Sin embargo, a los pocos meses, el cáncer regresó. Y con él, el derrumbe emocional.

“No me respetaba, no respetaba mi trabajo, ni a quienes me pagaban”
Francesco Acerbi

El propio Acerbi lo cuenta: “No me respetaba, no respetaba mi trabajo, ni a quienes me pagaban. A menudo llegaba al entrenamiento ‘achispado’, sin haberme recuperado de los efectos del alcohol. Físicamente me encontraba bien porque siempre he sido fuerte. Me valía con dormir un poco para rendir”. Fue el golpe de la recaída lo que le hizo cambiar. Dejó el alcohol, se aferró al deporte y comenzó un camino de reconstrucción personal que lo llevó a convertirse en uno de los defensas más fiables de Italia.

Ese mismo jugador que hoy parece eterno en el Inter, que ganó la Eurocopa con la selección en 2021 y que lleva casi 150 partidos consecutivos entre Lazio e Inter, alguna vez pensó en dejar todo. “Sin la enfermedad habría acabado jugando en la Serie ‘B’ o, tal vez, me habría retirado”, confesó. El fútbol y la vida le dieron una segunda oportunidad. Y él la convirtió en redención.

“El cáncer me salvó”

“Doy gracias a Dios por haber tenido cáncer”, dijo Acerbi en una entrevista que dio que hablar. No era una provocación, sino una declaración de principios. Para él, la enfermedad fue un punto de inflexión que lo hizo salir a flote. “El tumor me salvó”, explicó con crudeza.

Con la madurez llegó también la recompensa. En 2023, el Inter apostó por ficharlo definitivamente tras una temporada cedido. Tenía 35 años, pero Giuseppe Marotta, director deportivo del club por aquel entonces. confió en él. Hoy es titular indiscutible en el esquema de Simone Inzaghi y pieza clave del vestuario.

Las lágrimas que no pudo contener tras el pitido final contra el Barça hablan de todo lo vivido. “Pensé en mis padres, en lo que sufrimos juntos”, dijo. En una noche de gigantes, Acerbi se ganó un lugar entre los inmortales.

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