El Bundestag alemán debatió el alarmante aumento de ataques con cuchillo, cruzando acusaciones entre partidos sobre inmigración, seguridad y extremismo. Mientras la derecha pide mano dura, la izquierda reclama justicia social y foco en la violencia estructural
The post Los acuchillamientos en Alemania perpetrados por inmigrantes ilegales llegan al Bundestag first appeared on Hércules. Una tranquila mañana de domingo en Bielefeld terminó en tragedia: un ciudadano sirio de 35 años atacó con un cuchillo a varios hinchas de fútbol, dejando cinco heridos. Esa misma noche, en Halle, un kosovar de 46 años apuñaló a tres personas, una de ellas una niña de once años. Estos casos no son hechos aislados, sino parte de una preocupante rutina: cada día se reportan 79 ataques con cuchillos en Alemania, lo que equivale a uno cada 18 minutos. En 2023, la Oficina Federal de Policía Criminal registró más de 29.000 de estos incidentes. ¿Qué respuestas ofrece el establishment político alemán?
El Bundestag se enfrentó al tema el miércoles, a iniciativa de la AfD. Las tensiones no tardaron en aparecer. Martin Hess (AfD) fue contundente: “Alemania ha perdido el control sobre su seguridad. Lo que vemos en las calles y escuelas es una crisis sin precedentes”. Desde la CDU/CSU intentaron enfriar el tono: “El problema es anterior a la crisis migratoria”, respondió Marc Henrichmann, subrayando que la disponibilidad de cuchillos es un factor clave. Propuso controles más estrictos y sanciones severas. “Necesitamos leyes firmes, no discursos vacíos”, sentenció.
Los partidos progresistas enfocaron el problema desde otro ángulo. Para los Verdes, SPD y La Izquierda, el origen no está en las fronteras, sino en los contextos sociales. Lukas Brenner (Verdes) desvió el foco hacia el extremismo de derechas: “No podemos repetir lo de Hanau. El odio y la violencia son enemigos de la democracia”. Rasha Nasr (SPD) acusó a la AfD de instrumentalizar el crimen para criminalizar a los inmigrantes. “La violencia con cuchillos es un fenómeno complejo”, dijo, añadiendo que debe combatirse con políticas sociales. Clara Bünger (La Izquierda) fue más allá: “Es asqueroso cómo la AfD usa el caso de Bielefeld para avivar el racismo”.
La tensión escaló. Bünger lanzó una acusación directa: “Mientras ustedes hablan de delincuentes extranjeros, los criminales están en sus propias filas”. Enumeró condenas de miembros de la AfD por delitos como incitación al odio, posesión ilegal de armas y agresiones. “Si el resto del país tuviera el mismo índice delictivo que ustedes, estaríamos en emergencia nacional”. Pero las estadísticas del BKA son claras: los casos de lesiones graves con cuchillo aumentaron un 10,8 % de 2023 a 2024, y más de la mitad de los agresores no tienen pasaporte alemán.
Stephan Mayer (CSU) no dejó pasar el dato: “El giro en la política migratoria está funcionando. El número de rechazos aumenta y las deportaciones se aceleran, incluso hacia Afganistán y Siria”. Mirando hacia la bancada de la AfD, remató: “El ataque de Bielefeld debe ser el último aviso antes de un cambio serio en seguridad”.
Uno de los discursos más incendiarios vino de Sascha Lensing (AfD), que debutó en la Cámara atacando sin rodeos: “La apertura de fronteras disparó la criminalidad”. Recordó episodios como atentados islamistas y disturbios urbanos: “Las consecuencias de ‘Podemos hacerlo’ han sido desastrosas: terrorismo, violaciones, disturbios, mafias extranjeras…”. Los abucheos no se hicieron esperar.
Lensing no se detuvo: “La mocro mafia avanza por Renania del Norte-Westfalia, la violencia se expande y la policía ya no da abasto”. Cerró con una imagen provocadora: “El elefante rosa del terrorismo importado está gritando en la habitación”. Desde el SPD, Ingo Vogel reaccionó pidiendo prohibir todos los cuchillos. “Pero el problema no es el objeto, sino quien lo porta”, replicaron algunos.
Lena Gummior (Verdes) llevó el debate a otro terreno: “938 mujeres y niñas fueron asesinadas o atacadas el año pasado, la mayoría por hombres cercanos”. Denunció el doble estándar de la CDU/CSU por no convocar audiencias tras varios feminicidios. “¿Por qué no actúan cuando el agresor se llama Thomas, Michael o Marc?”, preguntó con ironía.
Christian Wirth (AfD) retomó el micrófono para culpar a la inmigración: “Hemos dejado entrar a demasiados árabes y africanos ilegalmente”. Citó a Helmut Schmidt, asegurando que ya en los 2000 había advertido sobre este fenómeno. “Hoy Schmidt estaría bajo vigilancia del Estado por sus ideas”, ironizó.
Desde la CDU, Christina Stumpp apuntó que el verdadero problema no es el tamaño del cuchillo, sino su portador. “Hemos recibido demasiadas personas violentas del mundo árabe sin control”. Josef Oster, su colega de partido, habló de una nueva “ofensiva de seguridad” y una “cultura del orden” que cambiará el enfoque de las autoridades. “Con un nuevo ministro del Interior, habrá un nuevo rumbo”, concluyó.
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