Los puertos africanos se transforman en focos de influencia estratégica con inversiones de China, Emiratos Árabes Unidos y EE.UU
The post Puertos africanos: epicentro de rivalidad global first appeared on Hércules. Los puertos africanos ya no son simples puntos de tránsito o descarga de mercancías; hoy se han convertido en escenarios clave de una intensa lucha por la influencia geopolítica. Desde Yibuti, en el estratégico Mar Rojo, hasta Dakar, en la costa atlántica, pasando por Berbera en Somalia y Bagamoyo en Tanzania, las potencias regionales y globales compiten por establecer una presencia dominante en las costas del continente.
Rivalidad geopolítica en la infraestructura portuaria
“Esta competencia no es reciente”, señala Joshua Miservi, investigador del Instituto Hudson en Washington. Sin embargo, su intensidad aumentó hace más de una década con la implementación de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China.
Pekín ha invertido cuantiosos recursos en la construcción y modernización de estos puertos, presentándolos como proyectos de desarrollo. No obstante, según Miservi, detrás de esta fachada existe un claro propósito estratégico a largo plazo.
La estrategia china combina el uso comercial con la capacidad militar, otorgando a sus puertos africanos un “doble uso”. Esta dualidad les permite operar como bases logísticas para barcos mercantes durante el día y, si es necesario, como puntos de apoyo para buques militares.
En este contexto, la base militar china en Yibuti —la primera fuera de su territorio— ha generado preocupación en Occidente. Ubicada cerca del puerto en Bab al-Mandab, una vía marítima crucial, esta instalación podría transformarse en un punto permanente para operaciones militares en el Mar Rojo y el Océano Índico.
El general retirado estadounidense Stephen Townsend advirtió sobre la capacidad de China para “rearmar y mantener buques de guerra” en esta base, reflejando un cambio del enfoque comercial hacia una presencia militar consolidada.
Somalia, escenario clave de poder y disputas
China no está sola en esta carrera. En Somalia, el presidente Hassan Sheikh Mohamud ofreció a EE.UU. “acceso operativo exclusivo” a bases aéreas y puertos estratégicos como Berbera y Bosaso para reforzar la presencia estadounidense y frenar la expansión china en el Cuerno de África. Esta alianza fortalece a Somalia con respaldo político y militar, en un territorio donde Washington lleva años combatiendo a grupos terroristas como al-Shabaab e ISIS.
Al mismo tiempo, la gestión portuaria en Berbera por parte de DP World, empresa emiratí, ha tensado la relación con el gobierno somalí, que denuncia una violación a su soberanía. Se sospecha que el apoyo militar de Emiratos Árabes Unidos a fuerzas locales amplía su influencia más allá del comercio, hacia la esfera política y militar.
Berbera es hoy un punto de convergencia para las ambiciones chinas, emiratíes y etíopes, en una competencia frenética por controlar corredores vitales del Mar Rojo y el Golfo de Adén.
Alternativas y tensiones en Yibuti y la región
En Yibuti, la oferta del “Corredor de Tadjoura” a Etiopía busca aliviar tensiones regionales, ofreciendo una alternativa al acceso de Somalilandia al mar tras el acuerdo preliminar con Addis Abeba.
David Sheen, ex embajador estadounidense en Etiopía, subraya la “especificidad de Djibouti”, que combina infraestructuras civiles y militares. China no controla los puertos exclusivamente, pero mantiene acuerdos para utilizarlos tanto con fines comerciales como militares.
Expansión emiratí y saudí con miras estratégicas
El influjo de los Emiratos Árabes Unidos se extiende por África a través de DP World, con presencia en Senegal, Zanzíbar, Congo, Ruanda y Mozambique. Esta estrategia busca aunar comercio con influencia política y militar.
Por su parte, Arabia Saudita ingresó recientemente en esta competencia desde Tanzania, con la concesión para desarrollar el puerto de Bagamoyo dentro del proyecto “East Gateway”, vinculando la seguridad alimentaria con su expansión en África Oriental.
Un equilibrio frágil en la geopolítica africana
Aunque EE.UU. alerta sobre el avance chino, utiliza los mismos puertos gestionados por Pekín o empresas emiratíes, lo que revela un entramado de intereses complejos y flexibles.
Algunos países africanos intentan beneficiarse de la inversión extranjera sin perder soberanía. Mohamed Ali Youssef, ministro de Relaciones Exteriores de Yibuti, ha declarado que su nación está “abierta a la cooperación, pero sin comprometer la soberanía”.
Puertos africanos: ¿infraestructura o herramienta de poder?
Un informe del Centro Pharos indica que China controla alrededor de un tercio de los 231 puertos comerciales africanos, extendiendo su influencia más allá de África Oriental hacia el corazón del continente.
Mientras algunos gobiernos valoran la modernización portuaria, persiste el temor a una pérdida de soberanía por contratos a largo plazo. David Sheen advierte que, aunque los puertos hayan mejorado, los acuerdos deben ser “económicos y sostenibles” para evitar cargas políticas y económicas.
En definitiva, lo que empezó como proyectos de desarrollo se ha convertido en una lucha geopolítica por controlar las “llaves marítimas” de África, redefiniendo el mapa de poder desde sus costas.
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