Cada día aparecen nuevas tendencias de bienestar y cuidado de la piel en las redes sociales. Y una de las últimas es el dry brushing o cepillado en seco. Es un tipo de exfoliación mecánica y consiste en pasar un cepillo de cerdas naturales por la piel, para eliminar las células muertas. Esta simple acción
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Esta simple acción mejorará la apariencia de tu piel y es muy agradable —si la haces con la presión correcta—, pudiendo formar parte de tu ritual de autocuidado. Si te interesa probarlo, te contamos la técnica paso a paso y los errores a evitar, para que lo realices de forma segura.
Beneficios y limitaciones del dry brushing
El principal beneficio que obtendrás del cepillado en seco es una piel más luminosa y suave. Cuando pasas el cepillo, las cerdas retiran las células muertas e impurezas que pueda tener la piel. Esta acción libera los poros y suaviza las asperezas en zonas como los codos o rodillas. El resultado es una mejora en la textura de la piel y un aspecto más radiante.
De igual manera, el cepillado produce una estimulación superficial del flujo sanguíneo en la piel, que puede ser muy agradable, y para algunos, hasta un poco vigorizante.
En el otro lado de la balanza, hay quienes le atribuyen al cepillado en seco beneficios más profundos en el sistema circulatorio o linfático. Como que ayuda a eliminar las toxinas del cuerpo o que puede combatir la celulitis. Lo cierto es que no hay evidencia científica sólida de que tenga estos efectos en el organismo.
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¿Cómo hacer el cepillado en seco?
Lo ideal es comenzar haciéndolo una vez por semana, para ver como reacciona tu piel. Luego, puedes aumentar el número de veces hasta un máximo de tres, si es tu gusto. Hacerlo es muy sencillo; tan solo necesitas un cepillo de cerdas naturales —como el sisal o agave—, que tengan una mezcla de flexibilidad y firmeza, así como seguir los siguientes pasos.
- Cepíllate con suavidad. Pasa el cepillo por tu piel con movimientos ligeros, suaves, y ascendentes, hacia el corazón. Comienza por los pies y sube con suavidad por las piernas. En los brazos, vas a iniciar por las manos y cepillar hacia los hombros. Mientras que en el abdomen, realiza movimientos circulares y ascendentes. Haz esto entre dos y cinco minutos y evita las zonas donde la piel es muy delicada, como la cara o el escote, ya que podrías irritarla.
- Dúchate. Al terminar el cepillado debes bañarte para eliminar las células muertas que se hayan desprendido con la exfoliación, así como también para limpiar y relajar tu piel.
- Hidrata tu piel. Justo al salir de la ducha —con la piel un poco húmeda—, aplica una crema hidratante y nutritiva. Esto te ayudará a restaurar la barrera cutánea tras la exfoliación.
Precauciones y errores a evitar
Ten en cuenta que hay situaciones en las que no es conveniente realizar el dry brushing. Por ejemplo, si tienes una herida abierta, quemaduras, la piel irritada o condiciones médicas, como eczema o psoriasis, evita practicarlo, ya que puede causarte problemas.
De igual manera, la Academia Americana de Dermatología señala que si tienes la piel muy seca, sensible o con acné, es probable que la exfoliación mecánica, como el dry brushing, sea demasiado fuerte para tu piel. Si aún así deseas hacerlo, debes consultarle a tu médico de forma previa.
También es importante que laves el cepillo, por lo menos una vez a la semana, con agua y jabón. En él se acumulan impurezas que podrían afectar a tu piel. Luego, déjalo secar al aire libre, para evitar la aparición de moho. Y recuerda que la presión al pasarlo debe ser ligera, para evitar arañazos o raspaduras en la piel.
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El dry brushing es una alternativa sencilla para mimarte y mejorar la textura de tu piel de forma momentánea. Más si quieres resultados duraderos, la clave es mantener una rutina diaria de cuidado de la piel, que incluya una limpieza suave e hidratación. Todas estas pequeñas acciones te ayudarán a lucir una piel radiante.
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