El director de Blitz transita de manera habitual el camino que separa el largometraje de las artes visuales, siguiendo una ruta históricamente traicionera con una facilidad que suscita auténtica envidia. Su epopeya sobre la Segunda Guerra Mundial es otro ejemplo de virtuosismo en una carrera repleta de ellos.
El director de Blitz transita de manera habitual el camino que separa el largometraje de las artes visuales, siguiendo una ruta históricamente traicionera con una facilidad que suscita auténtica envidia. Su epopeya sobre la Segunda Guerra Mundial es otro ejemplo de virtuosismo en una carrera repleta de ellos.