El brasileño ampliará su contrato y seguirá vinculado al club blanco pese a los intentos millonarios que llegan desde el fútbol de Arabia Saudí.
The post Vini, cerca de la renovación first appeared on Hércules. Vinicius Junior se encuentra muy cerca de sellar la renovación de su contrato con el Real Madrid. Aunque su vínculo actual se extiende hasta 2027, las partes han avanzado en las últimas semanas hacia un nuevo acuerdo que podría prolongarse hasta 2030. Las conversaciones han sido constantes y positivas, reflejo de la plena confianza que el club deposita en su delantero.
En las últimas horas se ha reforzado la idea de que el anuncio oficial podría realizarse incluso antes del cierre de la temporada. La sintonía entre el entorno del jugador y la dirigencia blanca ha sido total, lo que ha acelerado el proceso. Para el Real Madrid, asegurar la continuidad de uno de sus hombres más desequilibrantes es una prioridad absoluta.
El propio Vinicius ha manifestado públicamente su deseo de continuar en el club, dejando claro que no se plantea otro escenario. En una entrevista reciente con los medios oficiales del club, habló con claridad sobre su compromiso con el proyecto merengue y su ilusión por seguir haciendo historia en el Santiago Bernabéu.
Pese al interés de equipos de Arabia Saudí con propuestas que incluyen cifras astronómicas, el brasileño no ha dudado en priorizar lo deportivo sobre lo económico. Mientras otras figuras han optado por emigrar, el 7 parece haber elegido seguir construyendo su camino en la elite del fútbol europeo.
Una etapa dorada
Desde su llegada al club en el verano de 2018, Vinicius no ha detenido su crecimiento hasta convertirse en una de las estrellas del fútbol mundial. Con el equipo blanco lleva conquistados 14 títulos, entre ellos dos Champions League (2022 y 2024), dos Mundiales de Clubes y tres Ligas (2020, 2022, 2024). Sus registros personales detallan 105 goles en 311 partidos, en los que también ha aportado 76 asistencias.
España cuenta con un total de 91 universidades, de las cuales 50 son públicas y 41 privadas, según datos del Ministerio de Ciencia y Tecnología
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Imagen: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez I Europa Press
En el curso académico 2023-2024, las universidades privadas en España han experimentado un notable crecimiento en su número de estudiantes, consolidando su presencia en el sistema universitario del país.
Crecimiento sostenido de las universidades privadas
Durante este periodo, las universidades privadas registraron un total de 452.952 estudiantes matriculados, lo que representa aproximadamente el 25,7% del total de alumnos universitarios en España. Este incremento se ha visto especialmente reflejado en los programas de máster, donde las universidades privadas han superado por primera vez a las públicas en número de matriculados.
En el ámbito de los estudios de máster, las universidades privadas alcanzaron 145.306 alumnos, mientras que las públicas registraron 143.649 matriculados. Este cambio refleja una tendencia al alza en la preferencia por instituciones privadas para estudios de posgrado.
Presencia internacional y modalidades de estudio
Además, se observa un aumento en la diversidad del alumnado, con un 27% de los estudiantes de máster siendo extranjeros, principalmente provenientes de América Latina y el Caribe. Las universidades privadas también concentran un porcentaje elevado de estudiantes en modalidad no presencial, ofreciendo flexibilidad y adaptándose a las necesidades de un alumnado más amplio.
Detalle de ingresos por modalidad
Las universidades privadas en España alcanzaron un ingreso total de 2.745 millones de euros, lo que representa un aumento del 12,5% respecto al año anterior. Este incremento refleja la creciente demanda de formación superior privada y la diversificación de la oferta académica en el país.
Dentro de este sector, las universidades presenciales generaron 2.195 millones de euros, marcando un crecimiento del 12,7% en comparación con 2022. Este aumento se atribuye al incremento en la matrícula de estudiantes y a la expansión de programas académicos presenciales que responden a las necesidades del mercado laboral.
Por otro lado, las seis universidades no presenciales activas en 2023 aportaron 550 millones de euros a los ingresos totales, lo que supone un crecimiento del 11,8% respecto al año anterior. Este crecimiento destaca la importancia creciente de la educación a distancia, que ofrece flexibilidad y accesibilidad a una amplia gama de estudiantes, incluyendo aquellos que compaginan estudios con responsabilidades laborales o personales.
Financiación de la universidad pública
En el caso de las universidades públicas en España registraron ingresos totales de 11.691,3 millones de euros, lo que representa un crecimiento del 8,1% respecto al año anterior.
La principal fuente de financiación fueron las transferencias corrientes de las comunidades autónomas, que representaron el 58,9% del total. Las tasas y precios públicos, que incluyen matrículas y otros servicios académicos abonados por los estudiantes, aportaron el 16,5% de los ingresos. Aunque esta contribución directa de los estudiantes es significativa, sigue siendo menor en comparación con otros países europeos.
Además, las transferencias de capital, destinadas a inversiones en infraestructuras y equipamiento, constituyeron el 17,6% del total de ingresos. Estas inversiones son esenciales para la modernización de las instalaciones universitarias y la mejora de los espacios de enseñanza e investigación. En cuanto a la financiación para actividades de investigación y desarrollo (I+D), en 2023 se destinaron recursos que significaron un 12,5% de la financiación total de las universidades públicas españolas, impulsados en gran medida por los fondos del programa Next Generation de la Unión Europea, que buscan fomentar la innovación y la competitividad en el ámbito académico.
Aunque sus raíces se remontan al siglo XI, el sistema de elección del papa ha ido evolucionando con los siglos
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Imagen: recreación de los cardenales reunidos I IA
La elección de un nuevo papa es uno de los eventos más enigmáticos, solemnes y seguidos del mundo. Cuando la sede papal queda vacante el foco de la Iglesia católica se traslada al Vaticano, donde se activa un proceso que combina liturgia, estrategia e historia: el cónclave.
No obstante, las elecciones para escoger a su sucesor no se convocan de inmediato, sino que siguen un protocolo específico regulado por normas papales, especialmente la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996 (y modificada parcialmente por Benedicto XVI y Francisco).
Unas elecciones con diez siglos de historia
Aunque sus raíces se remontan al siglo XI, el sistema de elección del papa ha ido evolucionando con los siglos. Desde el Concilio de Letrán hasta las reformas del papa Juan Pablo II y Benedicto XVI, el cónclave se ha adaptado a los tiempos sin perder su esencia: una elección espiritual, comunitaria y decisiva para más de mil millones de fieles en todo el planeta.
Durante los primeros siglos del cristianismo (siglo I al III), los papas eran elegidos por el clero de Roma y con la participación del pueblo, en un sistema que se asemejaba más a una elección por consenso o aclamación. No existía un procedimiento reglado, y las circunstancias históricas (persecuciones, divisiones internas, influencias del Imperio) condicionaban profundamente cada designación.
Con el paso del tiempo, especialmente desde el siglo V, la influencia de las autoridades civiles (principalmente los emperadores romanos y, más tarde, los reyes y nobles europeos) fue creciendo. En muchos casos, la elección papal dependía en gran medida de estos poderes, que veían en el papado una figura de control espiritual y político. Este periodo estuvo plagado de conflictos, injerencias externas y nombramientos impuestos.
El gran punto de inflexión se produjo en 1059, cuando el papa Nicolás II, en un intento por frenar las influencias externas y la corrupción, decretó que solo los cardenales tendrían la potestad de elegir al nuevo Papa. Fue un paso decisivo para establecer la autonomía del papado y marcar el inicio del sistema que conocemos hoy. Este decreto fue el precursor del cónclave moderno, aunque el término como tal aparecería más tarde.
¿Qué es Concilio de Letrán?
El Concilio de Letrán hace referencia a una serie de cinco concilios ecuménicos celebrados entre los siglos XII y XVI en el Palacio de Letrán, en Roma, que fue durante siglos la residencia principal de los papas. Cada uno de estos concilios abordó temas cruciales para la Iglesia Católica, desde reformas internas hasta relaciones con el poder secular.
El I Concilio de Letrán, celebrado en 1123 y convocado por el papa Calixto II, fue el primer concilio ecuménico celebrado en Occidente tras el Cisma de Oriente. Tuvo lugar poco después del Concordato de Worms, acuerdo que puso fin a la Querella de las Investiduras entre el papado y el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. El objetivo principal del concilio fue afirmar la independencia de la Iglesia respecto al poder civil, prohibiendo que las autoridades laicas intervinieran en la designación de obispos. Además, se abordaron cuestiones de disciplina eclesiástica y se ratificaron los derechos del papado.
El II Concilio de Letrán, convocado en 1139 por el papa Inocencio II, buscó consolidar su autoridad tras un cisma provocado por la elección de un antipapa, Anacleto II. En el concilio se anularon todas las ordenaciones realizadas por este antipapa y se reforzó el celibato sacerdotal mediante la prohibición expresa de los matrimonios de los clérigos. Asimismo, se reiteró la condena a la simonía, es decir, la compraventa de cargos eclesiásticos.
En el año 1179 tuvo lugar el III Concilio de Letrán, bajo la presidencia del papa Alejandro III, tras años de tensiones con el emperador Federico Barbarroja. Uno de los principales logros del concilio fue establecer que solo los cardenales tuvieran derecho a elegir al Papa, consolidando así el cónclave como mecanismo exclusivo de elección pontificia. Además, se denunciaron herejías emergentes como la de los cátaros, y se trataron problemas internos de la Iglesia como la corrupción, la simonía y otros abusos clericales.
El IV Concilio de Letrán, convocado en 1215 por el influyente papa Inocencio III, fue uno de los más trascendentales de la Edad Media. Reunió a más de 1.200 participantes entre obispos, abades y representantes laicos. Este concilio definió oficialmente el dogma de la transubstanciación, que afirma la conversión del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo durante la eucaristía. También reforzó la obligación de confesarse al menos una vez al año y de comulgar en Pascua. Además, adoptó medidas contra las herejías y anunció la convocatoria de la Quinta Cruzada.
El procedimiento del cónclave, tal como lo conocemos, fue oficialmente instaurado por el papa Gregorio X en 1274, durante el Concilio de Lyon II. El motivo fue un cisma que se produjo tras la muerte del papa Clemente IV en 1268, cuando los cardenales tardaron casi tres años en elegir sucesor, bloqueados por divisiones internas y presiones externas. Para evitar que esto volviera a ocurrir, Gregorio X estableció que los cardenales debían permanecer encerrados sin comunicación exterior hasta alcanzar una decisión, bajo condiciones estrictas que incluían incluso la reducción progresiva de alimentos si el proceso se alargaba.
A lo largo de los siglos, diferentes pontífices han introducido ajustes en el sistema: se estandarizó el voto secreto, se limitó la edad de los electores a 80 años (por Pablo VI en 1970) y se consolidó la necesidad de una mayoría cualificada de dos tercios para ser elegido. Hoy, la elección del Papa sigue siendo uno de los pocos procesos en el mundo que conjugan ritual, sigilo, voto secreto y consenso eclesial, una tradición milenaria que se ha adaptado a los tiempos sin perder su carácter espiritual y simbólico.
¿Cuánto se tarda en elegir un nuevo Papa tras su muerte?
Tras la muerte del Papa, se suspende toda la actividad ordinaria del Vaticano relacionada con la dirección de la Iglesia, y es el Camarlengo quien asume la gestión de los asuntos temporales del Vaticano. Este alto cargo verifica oficialmente el fallecimiento del pontífice y lleva a cabo actos simbólicos como la rotura del anillo papal, que marca el fin del pontificado. Al mismo tiempo, se convoca a todos los cardenales del mundo para que acudan a Roma y participen en el proceso de elección del nuevo Papa.
Por norma general, deben transcurrir entre 15 y 20 días desde el fallecimiento del Papa hasta el inicio del cónclave, un período establecido para garantizar que todos los cardenales electores puedan desplazarse a Roma desde sus respectivos países. Este plazo también permite organizar la logística necesaria para celebrar el cónclave en la Capilla Sixtina, un proceso que requiere estrictas medidas de secreto y aislamiento. Además, durante esos días se celebran las llamadas “novendiales”, una serie de nueve misas funerarias dedicadas al alma del pontífice fallecido.
¿Quién puede votar y quién puede ser elegido?
El derecho a votar en la elección del papa corresponde exclusivamente a los cardenales menores de 80 años, conocidos como cardenales electores. En la actualidad, este grupo no puede superar los 120 miembros, aunque en ocasiones ha habido ligeras excepciones. Por el contrario, cualquier varón bautizado puede ser elegido papa, aunque por tradición siempre ha sido un cardenal. En el caso improbable de que se eligiera a alguien ajeno al colegio cardenalicio, tendría que ser ordenado obispo inmediatamente antes de asumir el cargo.
Todo este proceso se desarrolla en un ambiente de riguroso secreto. Los cardenales se alojan en la Casa Santa Marta, dentro del Vaticano, y celebran las votaciones en la Capilla Sixtina, que es sellada y aislada electrónicamente para evitar filtraciones. Durante todo el cónclave, los electores están incomunicados con el exterior: sin teléfonos, internet ni visitas.
Antes de comenzar la primera votación, los cardenales pronuncian un juramento de confidencialidad y lealtad al proceso. La palabra “cónclave” proviene del latín cum clave (“bajo llave”), y refleja esta clausura absoluta.
Imagen: infografía elección del Papa I Diario Hércules
El sistema de votación: mayoría cualificada y papeletas manuscritas
Cada ronda de votación, llamada “escrutinio”, se realiza en secreto y utilizando papeletas en las que los cardenales escriben el nombre del candidato de su elección. Para ser elegido, un aspirante debe obtener al menos dos tercios de los votos. Normalmente se celebran cuatro votaciones al día: dos por la mañana y dos por la tarde. Después de cada sesión, las papeletas se queman en una estufa instalada en la Capilla Sixtina. Si no hay acuerdo, se quema con productos que generan humo negro. Si se alcanza la elección, el humo es blanco, anunciando al mundo que hay nuevo papa.
Blanco o negro: el código del humo
La fumata blanca, símbolo mundialmente reconocido del anuncio de un nuevo Papa, tiene su origen en la tradición secular del cónclave papal, y fue oficialmente implementada en el siglo XX como medio visual de comunicación con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro y con el mundo entero.
La práctica se remonta al siglo XIX, pero fue institucionalizada en 1903, durante el cónclave que eligió al papa Pío X. Sin embargo, no fue hasta el cónclave de 1914, que eligió a Benedicto XV, cuando se comenzó a utilizar de manera más sistemática el humo como señal para comunicar los resultados de cada votación.
La fumata surge por la necesidad de informar rápidamente y sin confusión si se había alcanzado una elección válida en el interior del cónclave, dado que este se celebra bajo riguroso secreto. Como los cardenales están encerrados en la Capilla Sixtina, se requería un mecanismo que no interfiriera con el aislamiento, pero que al mismo tiempo permitiera a los fieles seguir el proceso.
La fumata negra (producida al quemar las papeletas de votación junto con materiales que oscurecen el humo) indica que la votación no ha dado como resultado una elección definitiva.
La fumata blanca (producida cuando hay acuerdo en la elección de un nuevo Papa) señala que ya se ha elegido un nuevo Pontífice.
Desde 1958, con la elección de Juan XXIII, el sistema se hizo más refinado y se comenzaron a usar productos químicos específicos para asegurar que el color del humo fuera claramente distinguible, debido a confusiones en ocasiones anteriores.
Una vez que un candidato es elegido, se le pregunta en latín: “¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?” Si responde afirmativamente, el nuevo papa elige un nombre pontificio, habitualmente con un fuerte valor simbólico, como Francisco, elegido por Jorge Mario Bergoglio en 2013 en honor a San Francisco de Asís.
El recién elegido es llevado a una habitación adyacente, conocida como la “sala de las lágrimas”, donde se viste por primera vez con los ornamentos papales. Minutos más tarde, aparece en el balcón central de la Basílica de San Pedro, donde el cardenal protodiácono proclama el tradicional: “Habemus Papam” (tenemos papa), seguido del nombre del nuevo pontífice.
Más allá del ritual: decisiones estratégicas e influencias
Aunque el proceso está rodeado de liturgia y solemnidad, no está exento de estrategias internas. Existen grupos de afinidad entre cardenales según regiones, sensibilidades teológicas o prioridades eclesiales. La elección de Francisco en 2013, por ejemplo, fue vista como una apuesta por una Iglesia más pastoral y cercana a las periferias.
Además, los cónclaves son también momentos donde se cruzan influencias internacionales, visiones de gobierno, y debates sobre el futuro de la Iglesia en temas como la secularización, la reforma interna o la gestión de abusos.
El Día de Castilla y León se ha transformado en un foco de división política y territorial, con Villalar convertido en símbolo de conflicto ideológico y desafección ciudadana. Ni las instituciones ni la sociedad parecen encontrar un punto de encuentro en esta celebración
The post Villalar, la festividad de Castilla y León de la que la izquierda se ha adueñado first appeared on Hércules. Imagen promocional del 23 abril/IZCA
23 de abril, Castilla y León conmemora la derrota de los comuneros en la Batalla de Villalar, ocurrida en 1521. Un episodio histórico que supuso el fin de la oposición de los nobles castellanos a la entrada del monarca Carlos I. Se trata de un capítulo de nuestra historia que marca un profundo hito en lo que a la concepción nacional se refiere. Sin embargo, una festividad que teóricamente debería ser apolítica, sigue desatando anualmente una pugna ideológica que refleja una sociedad aún más politizada y quebrada. La festividad se ha convertido en un arma arrojadiza por parte de la clase política.
Año a año el enfrentamiento ideológico por esta festividad fue aumentando. Si bien el origen de la efeméride tenía por objeto conmemorar y ensalzar la figura de Castilla y León como uno de los elementos claves en la configuración política de España, así como la promoción del folclore castellano y representar al conjunto de los castellanos. La celebración ha sido monopolizada durante décadas con la avenencia del ejecutivo castellano leonés por parte de la izquierda así como por grupos de extrema Izquierda. Por su parte desde la irrupción de Vox, la ofensiva por parte de la derecha radical se ha recrudecido y a festividad se ha convertido en objeto de pugna. Vox endurecido su postura crítica hasta llegar a boicotear el evento desde su posición en las instituciones. Junto con estos ingredientes no hay que olvidarse de la irrupción del leonesismo quienes no reconocen esta festividad y buscan separarse de autonomía.
Bravo, Padilla y Maldonado, líderes de la revuelta comunera
Polarización, leonesismo e ignorancia histórica. Los ingredientes que diluyen la auténtica importancia de esta festividad
Villalar de los Comuneros, localidad vallisoletana donde acaeció la batalla entre el ejército real y los comuneros. Fue una 1976 como punto neurálgico de esta fiesta. Aquel año, apenas medio año después de la muerte de Franco, se convocó una manifestación en dicha localidad, manifestación que fue reprimida por la Guardia Civil. En los años siguientes, especialmente entre 1978 y 1979, las concentraciones en Villalar vivieron su auge. No obstante, con el paso del tiempo, la participación ciudadana se fue debilitando y el protagonismo de la izquierda institucional y sindical fue ocupando el centro del escenario.
Mitin en de Villalar de los comuneros en 1977/El Norte de Castilla
Sin embargo, no fue hasta el año 1983 con la promulgación del Estatuto de Autonomía de Castilla y León, cuando el 23 de abril se oficializó como el Día de Castilla y León. Se dotó de carácter oficial a una fecha que ya tenía una carga simbólica muy marcada hacia los sectores de la izquierda. La fiesta siguió siendo un acto más vinculado a la izquierda que a una identidad común castellana y apolítica, además de no traccionar al grueso de la población castellano leonesa.
La relación entre Villalar y la derecha se ha sido palpable durante años. La presencia del presidente del ejecutivo de la Junta ha sido recibida con hostilidad desde que en 1987 Alianza Popular alcanzó el poder autonómico. En el año 2000, tras más de una década de ausencia, el PP volvió a dejarse ver, pero el ambiente seguía siendo tenso. Un incidente grave ocurrió en 2006: una piedra lanzada al entonces presidente Herrera acabó hiriendo en la cara a la responsable de Protección Civil. Aunque no ha habido agresiones físicas recientes, las visitas institucionales a la campa se hacen cada vez más a primera hora, con discreción y con el propósito evidente de evitar fricciones.
Agresión en 2006 a Herrera/ABC
Por otro lado, los partidos de izquierda insisten en reforzar el significado político de la celebración. Este año, como en anteriores, el tradicional Manifiesto de Villalar sirvió para cargar contra el ejecutivo de la Junta y contra Vox, acusándoles de marginar la festividad, sabotear su esencia y diluirla mediante una batería de actividades organizadas en otras provincias. Para ellos, Villalar es el “único espacio legítimo” de conmemoración, y rechazan cualquier intento de descentralizar la fecha. El alcalde de la localidad, Luis Alonso, también se ha sumado a este planteamiento, asegurando que la celebración “solo tiene sentido en el lugar donde ocurrió la historia”.
Mientras tanto, el Ejecutivo autonómico, liderado por el Partido Popular, ha tratado de reformular el Día de Castilla y León apostando por una celebración “deslocalizada” y transversal. La propuesta, que incluye conciertos y actos culturales en las nueve provincias, no ha tenido éxito ni entre la izquierda ni entre los leonesistas. En vez de sumar, la iniciativa ha generado mayor recelo.
Desde 2022, cuando Vox asumió la presidencia de las Cortes de Castilla y León, su oposición a Villalar ha sido explícita. Consideran la fiesta una herramienta propagandística secuestrada por la izquierda, y han adoptado una estrategia de asfixia presupuestaria. La Fundación Castilla y León, bajo la dirección de Carlos Pollán (Vox), ha recortado radicalmente los fondos: de más de 337.000 euros en 2022 a apenas 12.787 en 2025. También se ha desvinculado del Plan de Autoprotección, complicando la logística y obligando al Ayuntamiento a asumir funciones y costes adicionales sin apenas margen de maniobra.
Luis Alonso ha criticado duramente esta retirada, y ha afirmado que fue notificado de la decisión solo un mes antes del evento. A pesar del compromiso financiero del Gobierno autonómico con una partida de 190.000 euros, el alcalde insiste en que los recursos son insuficientes y que la responsabilidad institucional ha sido completamente eludida por la Fundación.
La actitud de Vox no es una anomalía dentro de su discurso político: el partido mantiene una oposición abierta al sistema autonómico, y Villalar simboliza, a su juicio, el tipo de identidad regional que consideran excluyente e innecesaria. El término “aquelarre ideológico” ha sido utilizado por sus portavoces para referirse a esta jornada, y su propósito parece orientado a su completa desactivación.
Pero el enfrentamiento no es únicamente entre izquierda y derecha. El movimiento leonesista rechaza de raíz el Día de Castilla y León como símbolo común. Para sus integrantes, León no forma parte de una identidad castellano-leonesa unificada, y considera esta festividad como ajena e impuesta. La Unión del Pueblo Leonés (UPL), junto a plataformas como Conceyu y Xuntanza Llionesista, ha convocado actos paralelos en León capital, reivindicando la autonomía leonesa y su historia diferenciada.
La marcha convocada en León para el 23 de abril recorrerá el centro histórico desde la plaza de Guzmán hasta la catedral, con el objetivo de visibilizar el descontento de una parte significativa del territorio. Además, los leonesistas han exigido transparencia a la Junta sobre los más de 1,3 millones de euros invertidos en los conciertos del Día de la Comunidad, acusando al Gobierno de maquillar el abandono de Villalar con propaganda cultural vacía.
Así, el 23 de abril se ha convertido en una fecha de confrontación más que de encuentro. La fiesta de Villalar arrastra una herencia politizada desde su gestación, y ha fracasado en construir un relato inclusivo. Cada año que pasa, la desconexión entre instituciones, ciudadanía y territorio se acentúa. Castilla y León, en lugar de reforzar su unidad simbólica, refleja en esta celebración su profunda fragmentación identitaria.
El castellanismo como bandera política de la izquierda
El castellanismo y el nacionalismo castellano son corrientes ideológicas que, aunque con escasa visibilidad mediática y una presencia electoral testimonial, han configurado una línea de pensamiento político y cultural en la escena política nacional y autonómica. Ambas comparten la aspiración de reivindicar a Castilla como una entidad diferenciada y con personalidad histórica propia, frente a una inventada y tergiversada dilución progresiva en el discurso de la unidad nacional española.
Históricamente, Castilla fue el núcleo del poder que estructuró la monarquía hispánica desde el siglo XIII hasta el XVI. La Corona de Castilla no solo impulsó la Reconquista, sino que lideró el proceso de unificación peninsular bajo la monarquía de los Reyes Católicos y Carlos V. Sin embargo, la derrota de las Comunidades de Castilla en la batalla de Villalar (1521), que marcó el fin de una rebelión contra la unificación imperial, supuso también el principio del ocaso de Castilla como sujeto político autónomo. Desde entonces, Castilla pasa a ser el eje del proyecto nacional español, careciendo de identidad diferenciada.
Mural en Villalar de los Comuneros/Wikipedia
En este contexto nace el castellanismo moderno, una ideología que, desde el siglo XIX pero sobre todo en el siglo XX, busca rescatar esa identidad castellana olvidada. Si bien existen corrientes culturales más moderadas y regionalistas, también se ha articulado un nacionalismo castellano más combativo, que propone incluso la autodeterminación o independencia de Castilla, hablamos de una especie de nacionalismo muy influenciado por la escena abertzale del País Vasco. Este nacionalismo suele identificarse con posturas críticas hacia el centralismo estatal, el modelo autonómico y la fragmentación territorial que afecta a la “Castilla histórica”.
El nacionalismo castellano tiene como uno de sus principales referentes simbólicos la revuelta de los Comuneros y la figura de sus líderes: Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado. La derrota en Villalar se ha reinterpretado no solo como una tragedia militar, sino como el punto de inflexión que supuso la integración forzosa de Castilla en un proyecto imperial. Por ello, Villalar de los Comuneros se ha convertido en el centro espiritual del castellanismo. Desde 1976, antes incluso de la aprobación del Estatuto de Autonomía, Villalar ha sido escenario de actos reivindicativos en los que el castellanismo se ha entrelazado con causas progresistas, federalistas y populares.
Los referentes culturales e intelectuales del castellanismo son numerosos y variados. Desde la literatura del Siglo de Oro hasta pensadores contemporáneos, el relato de Castilla ha sido objeto de múltiples apropiaciones. Miguel de Unamuno, aunque más centrado en la idea de España, expresó una profunda vinculación con Castilla como matriz moral e histórica de lo español. Ramiro Ledesma Ramos, en el periodo de entreguerras, introdujo un castellanismo radical de corte autoritario, aunque su figura está hoy marcada por su vinculación con el fascismo español. En tiempos más recientes, autores como Gonzalo Santonja, José María Rueda o Luis González González han desarrollado tesis en defensa de una Castilla como sujeto cultural marginado, rescatando elementos del folclore, la lengua, la literatura y las tradiciones campesinas.
En el ámbito político, varias formaciones han intentado articular el castellanismo en las últimas décadas. Tierra Comunera, posteriormente Partido Castellano-Tierra Comunera (PCAS-TC), ha sido una de las más activas. De orientación autonomista e izquierdista, ha defendido una Castilla unificada dentro de un modelo federal para España. Sin embargo, su implantación ha sido limitada, con escasa representación en ayuntamientos y sin presencia parlamentaria. Izquierda Castellana, de extrema izquierda, anticapitalista y soberanista, defiende una Castilla unida y emancipada del régimen del 78. Esta formación ha mantenido una línea combativa desde los márgenes del sistema político, promoviendo movilizaciones sociales y culturales, especialmente en torno al 23 de abril.
Logo y bandera de Izquierda Castellana/IZCA
Otros movimientos como Ahora Castilla, Nación Andaluza (en zonas del antiguo Reino de Jaén), o pequeños grupos en La Rioja y Cantabria, han defendido la inclusión de sus respectivos territorios en una hipotética Castilla histórica. Esta visión territorial es uno de los aspectos más debatidos dentro del castellanismo: ¿qué es Castilla? ¿Solo Castilla y León? ¿Incluye también La Mancha, Madrid, La Rioja, Cantabria, el norte de Andalucía y zonas de Aragón? La falta de consenso sobre este punto ha sido uno de los escollos para consolidar una identidad nacional coherente.
Imagen de la organización YESCA
La apropiación de Villalar por parte de la izquierda ha sido un fenómeno decisivo. Desde la primera concentración reprimida en 1976, el acto ha sido hegemonizado por partidos y sindicatos progresistas, que ven en Castilla no solo una región cultural, sino un símbolo de resistencia popular frente al poder oligárquico. El PSOE, Izquierda Unida, Podemos y, más marginalmente, partidos castellanistas, han participado en las celebraciones de Villalar, reivindicando la figura de los Comuneros como precursora de las luchas democráticas. En cambio, la derecha, especialmente desde la entrada de Vox en el gobierno autonómico de Castilla y León, ha manifestado una oposición creciente a la celebración, tildándola de “aquelarre izquierdista” y reduciendo drásticamente su financiación institucional.
Este conflicto ha provocado un doble fenómeno: por un lado, la institucionalización parcial de Villalar como Día de la Comunidad (aunque limitado a Castilla y León); por otro, su resignificación como acto de protesta frente al poder autonómico. Mientras el Partido Popular mantiene una presencia distante, Vox ha iniciado un proceso de desvinculación total de la fiesta. Esto ha provocado tensiones con colectivos locales y castellanistas que consideran Villalar como un patrimonio cultural y político que trasciende a las ideologías.
Además, el castellanismo también ha sufrido una doble tensión con el nacionalismo español y con otros nacionalismos periféricos. Por un lado, es acusado de “españolismo camuflado” por nacionalistas vascos, catalanes o gallegos. Por otro, es visto con sospecha por el centralismo madrileño, que ha asimilado Castilla con España de forma reductiva, sin atender a sus reivindicaciones específicas. Esta ambigüedad ha obstaculizado el desarrollo de una identidad castellana fuerte y diferenciada.
Culturalmente, el castellanismo se ha centrado en la recuperación de la música tradicional, el teatro popular, las fiestas agrícolas, las lenguas minoritarias vinculadas al dominio lingüístico castellano y el patrimonio literario desde Berceo hasta Machado. En el plano educativo, varios colectivos han promovido contenidos sobre historia castellana que incluyan a los comuneros, la Edad Media, las guerras de banderías y la industrialización fallida del siglo XIX, como forma de contrarrestar el olvido en los currículos escolares.
En conclusión, el castellanismo y el nacionalismo castellano representan una corriente minoritaria pero persistente, que lucha por rescatar una identidad histórica eclipsada por el discurso centralista. Aunque las diferencias internas, la escasa base electoral y las ambigüedades ideológicas han impedido su consolidación como fuerza política relevante, su aportación cultural e intelectual ha contribuido a una visión más plural de la historia española. Villalar, los comuneros, y el ideal de una Castilla unida siguen siendo faros de un proyecto que, aunque débil en lo institucional, permanece vivo en el imaginario de quienes se resisten a que Castilla sea solo un eco en la historia.
Pekín ha frenado el envío de minerales esenciales a EE. UU., afectando sectores como defensa y automoción. La medida busca presionar a Washington tras la imposición de nuevos aranceles
The post China bloquea exportaciones clave de tierras raras a EEUU en respuesta a aranceles de Trump first appeared on Hércules. Desde el 4 de abril de 2025, los puertos chinos han cerrado la salida de determinados minerales pesados con destino a Estados Unidos. Se trata de una medida estratégica adoptada por Pekín en represalia por los nuevos aranceles impuestos por el expresidente Donald Trump sobre productos de origen chino. El objetivo es claro: golpear sectores clave de la economía estadounidense, como la industria automotriz, aeroespacial y de defensa.
Las restricciones afectan directamente a siete tierras raras procesadas y a los imanes de alta precisión que las contienen, componentes esenciales para la fabricación de vehículos eléctricos, drones, robots industriales e incluso sistemas de misiles. Según Reuters, China produce cerca del 90 % de estos imanes a nivel mundial. También se ven implicados minerales fundamentales para el funcionamiento de motores eléctricos, chips semiconductores y propulsores de aeronaves.
Aunque, en teoría, estas exportaciones aún podrían realizarse mediante licencias especiales, el sistema de permisos aún no ha sido definido por las autoridades chinas. Esta falta de claridad ha generado gran incertidumbre entre las empresas estadounidenses, que, según el New York Times, podrían quedarse sin suministros críticos durante semanas o incluso meses. El temor en la industria es que, sin un mecanismo ágil de autorización, muchas compañías agoten pronto sus reservas actuales, ya que los altos costos de almacenamiento dificultan la acumulación preventiva.
Exportadores chinos consultados por Reuters confirmaron que siguen a la espera de instrucciones oficiales. Si la situación no se resuelve rápidamente, el impacto sobre las cadenas de producción estadounidenses podría ser severo. Para complicar aún más el escenario, el Ministerio de Comercio chino ha prohibido relaciones comerciales con determinados proveedores norteamericanos, en especial aquellos vinculados al complejo militar-industrial.
En contraste, el impacto económico para China es mínimo. Los imanes de tierras raras ahora restringidos representan apenas una fracción de sus exportaciones totales hacia Estados Unidos. Pekín, por tanto, se arriesga poco en esta maniobra, mientras asesta un golpe potencialmente devastador a sus rivales. En este pulso estratégico, China juega con ventaja: en 2023, controlaba el 99 % de la producción global de tierras raras pesadas.
Si bien la medida se dirige principalmente contra EE. UU., países como Alemania y Japón también comienzan a sentir efectos colaterales. A medida que el conflicto comercial escala, los mercados internacionales observan con creciente inquietud cómo el acceso a materias primas críticas se convierte en un arma clave en la nueva guerra económica del siglo XXI.
Rowling, que ha apoyado durante años a grupos que se oponen a las mujeres trans, donó 70.000 libras a la organización For Women Scotland, una de las principales impulsoras de la batalla legal que culminó con esta sentencia
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Imagen: Manifestación por los derechos trans en Londres tras la decisión del Supremo. EFE
El pasado miércoles, el Tribunal Supremo británico dictaminó por unanimidad que el término legal de “mujer”, tal y como está establecido en la Ley de Igualdad británica, se refiere únicamente a las personas nacidas con sexo biológico femenino. Así, aquellas personas que hayan experimentado un cambio de sexo y ahora se identifiquen como mujer o dentro del género femenino estarán excluidas en determinados espacios y aparatadas en leyes de igualdad de género.
Una vez conocida la sentencia, la famosa escritora británica J.K. Rowling y autora de la saga de libros de Harry Potter, celebró en su cuenta de X la decisión del Supremo. La ferviente detractora de los derechos de las mujeres trans, publicó en esta red social una imagen suya fumando un puro y brindando con una copa, acompañada del mensaje: “Me encanta cuando un plan sale bien”. Junto a ello, aparecían los hashtags #SupremeCourt y #WomensRights.
Manifestaciones y críticas al fallo del Supremo y por las palabras de Rowling
Rowling, que ha apoyado durante años a grupos que se oponen a la inclusión de mujeres trans en ciertas categorías legales y sociales, donó 70.000 libras a la organización For Women Scotland, una de las principales impulsoras de la batalla legal que culminó con esta sentencia. En su perfil de X, la escritora también ha estado compartiendo varios mensajes que respaldan el fallo judicial.
Ante este fallo, las redes sociales, colectivos trans, sindicatos y celebridades han estallado contra la escritora y contra el fallo del Supremo. Miles de activistas de los derechos del colectivo trans se manifestaron el sábado en Londres para protestar contra el dictamen. “Las personas queer lo han pasado peor antes y vamos a sufrir lo que venga en los próximos años”, reivindicaban las organizaciones convocantes en el comunicado final. También instaron al Gobierno a “aclarar de inmediato cómo van a proteger a las personas trans y qué supone esta sentencia para los espacios”.
Tras el fallo, las reacciones en redes sociales tampoco se hicieron esperar. “Me cuesta muchísimo comprender cómo una persona disfruta esparciendo odio a personas que desconoce”, “Es una perdedora”, “Con lo fácil que es dejar ser a los demás lo que son”, son algunos de los miles de comentarios en respuesta a la publicación de Rowling.
Entre estos comentarios, la reacción más destacada ha sido la de la actriz irlandesa Nicola Coughlan, más conocida por su papel como Penelope Fearherington en Los Bridgerton. La intérprete ha compartido una captura de un artículo de The Cut en sus stories de Instagram, con el siguiente mensaje: “Quédense con sus nuevos Harry Potter, muchachos. No tocaría la serie ni con un palo de tres metros”. Una referencia directa a la nueva serie del niño mago que está preparando Max para el próximo año.
Coughlan también ha aprovechado para compartir un vídeo donde expresa su apoyo a la comunidad trans, señalando que está “completamente horrorizada” por la noticia y que va a recaudar fondos para una organización benéfica que apoya a adultos trans en Reino Unido. En el vídeo anuncia también que va a donar 10.000 libras a la fundación trans Not A Phase, y anima a contribuir a todo aquel que pueda. “Ver que una comunidad ya marginada sea atacada aún más por la ley es realmente repugnante y asqueroso, y estas personas que lo celebran son aún más repugnantes y asquerosas”, expresa.
El fiscal general propone a Sánchez Ulled para coordinar delitos contra la administración pública, pese a estar imputado por uno de ellos
The post La fiscalía española desprestigiada: García Ortiz nombra al fiscal de su propio caso y se rebajan los requisitos de acceso a la carrera first appeared on Hércules. El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha consumado una decisión sin precedentes que ha provocado un terremoto interno en la Fiscalía y ha dejado tocada la imagen de independencia de la Justicia española. García Ortiz ha propuesto a Emilio Sánchez Ulled, conocido por su papel en los casos del 9-N y del Palau de la Música, para una nueva plaza clave: fiscal de sala coordinador de delitos contra la administración pública.
El problema no es solo el fondo, sino también la forma. El nuevo fiscal será el encargado de fijar el criterio sobre el delito de revelación de secretos, precisamente el tipo penal por el que el Tribunal Supremo investiga al propio García Ortiz. Una jugada que desde dentro del Ministerio Público ha sido calificada como “ni ética ni estética”, y que deja a la institución en una situación de descrédito alarmante.
Rechazo frontal de la mayoría del Consejo Fiscal
La operación ha contado únicamente con el apoyo de los vocales de perfil más afín al Gobierno: los dos de la Unión Progresista de Fiscales (UPF) y los dos vocales natos. La mayoría del Consejo Fiscal —formada por la Asociación de Fiscales (AF) y la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF)— se negó siquiera a votar este nombramiento, en señal de protesta.
La presidenta de la AF, Cristina Dexeus, lo dijo sin ambages: “No resulta ni ético ni estético que el fiscal general proponga al fiscal que va a decidir sobre un delito por el que él está siendo investigado”. A pesar de esa advertencia, García Ortiz siguió adelante, aferrándose a que el informe del Consejo no es vinculante.
Lejos de tranquilizar a la carrera fiscal, esta actitud ha encendido todas las alarmas. Porque lo que se ve no es solo un nombramiento controvertido, sino una estrategia de autoprotección orquestada desde la cúpula del Ministerio Público, con el aval tácito del Gobierno que respalda su permanencia.
Una unidad polémica para desactivar Anticorrupción
La nueva unidad que dirigirá Sánchez Ulled fue anunciada por el Gobierno como parte del Plan de Acción por la Democracia, pero ha sido recibida por gran parte de la carrera fiscal como un intento de crear una estructura paralela que reste competencias a la Fiscalía Anticorrupción.
De hecho, la AF y la APIF ya votaron en contra de la creación de esta unidad meses atrás, advirtiendo de que generará un solapamiento de funciones, y podría terminar arrebatando casos clave a Anticorrupción. Para muchos fiscales, el objetivo real es evidente: controlar y diluir el trabajo de quienes sí han demostrado independencia frente al poder político.
La Fiscalía General del Estado, en un intento de justificar la medida, sostiene que esta nueva estructura solo coordinará criterios, sin funciones jurisdiccionales. Pero el argumento resulta poco convincente cuando quien decide esos criterios es el mismo que está imputado por uno de los delitos a coordinar.
Reforma del acceso a la carrera
El pleno del Consejo Fiscal también trató el anteproyecto del Gobierno para reformar el acceso a las carreras judicial y fiscal. El veredicto fue contundente: rechazo mayoritario, por considerar que la propuesta rebaja la exigencia técnica, abre una puerta de atrás para el ingreso mediante el controvertido “cuarto turno” y favorece la entrada de personal interino sin superar la oposición tradicional.
La mayoría del Consejo, incluida la AF, ve en este modelo una amenaza directa a la independencia del Poder Judicial, alineándose así con el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que ya alertó de “disfunciones” y de la creación de “una carrera a dos velocidades”.
Además, se cuestiona el papel del Centro de Estudios Jurídicos (CEJ) como preparador oficial de opositores, una medida que podría politizar el acceso a la carrera judicial y fiscal desde la base.
La fiscalía, más desprestigiada que nunca
Con estas decisiones, el Ministerio Fiscal sigue perdiendo legitimidad a ojos de la ciudadanía y se aleja del principio fundamental de neutralidad institucional. Lo que debería ser un órgano independiente al servicio del interés general, aparece cada vez más como un instrumento al servicio de quienes lo dirigen.
La figura de García Ortiz, ya erosionada por su implicación en un posible delito de revelación de secretos, queda ahora aún más cuestionada al intentar condicionar desde dentro los criterios de interpretación de dicho delito.
Este fenómeno, que ya genera preocupación entre científicos y expertos, podría intensificarse en los próximos años debido al creciente número de lanzamientos espaciales
The post La ESA advierte sobre el incremento de la basura espacial, que cada vez cae a la Tierra con más frecuencia first appeared on Hércules. El último informe de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha revelado que, en promedio, al menos tres satélites antiguos o restos de cohetes reingresar a la atmósfera terrestre cada día. En 2024, al menos 1.200 objetos completos volvieron a la atmósfera, a los que hay que sumarle miles de fragmentos de chatarra espacial que ni siquiera se alcanzan a rastrear. Algunos se desintegran completamente, pero otros -los más grandes o construidos con materiales resistentes- sobreviven al fuego atmosférico y se estrellan con violencia en cualquier parte del mundo.
Este fenómeno, que ya genera preocupación entre científicos y expertos, podría intensificarse en los próximos años debido al creciente número de lanzamientos espaciales y la acumulación de basura orbital. La ESA estima que actualmente hay alrededor de 45.700 objetos mayores a 10 centímetros orbitando la Tierra, junto con millones de fragmentos más pequeños, debido tanto al fin de la vida útil de satélites como a colisiones y explosiones en órbita, que en 2024 generaron al menos 3.000 nuevos fragmentos rastreables.
Además, se calcula que hay aproximadamente 9.300 satélites activos en órbita, y las continuas misiones espaciales añaden más objetos al entorno orbital.
Según explicó el astrofísico Jonathan McDowell, experto en desechos espaciales a Space, el aumento de reingresos de satélites y fragmentos plantea riesgos ambientales significativos. McDowell señaló que, en un solo día de abril de 2024, tres objetos reingresaron a la atmósfera: dos satélites de la constelación Starlink de SpaceX y un satélite espía ruso de 43 años llamado Kosmos 1340.
Los satélites, en su mayoría compuestos de aluminio, generan óxido de aluminio al quemarse en la atmósfera. Este compuesto químico puede acelerar la destrucción de la capa de ozono y alterar las condiciones térmicas en las capas superiores de la atmósfera. Eloise Marais, profesora de química atmosférica en el University College London, calificó en una entrevista con Space, la tasa actual de reingresos como “un territorio inexplorado” y expresó su preocupación por el impacto ambiental.
El Foro Económico Mundial predice que para 2030 se habrán lanzado más de 60.000 satélites, la mayoría de los cuales están destinados a convertirse en escombros. “Si SpaceX continúa con sus planes de ampliar su constelación Starlink a 30.000 satélites, estaremos hablando de 15 reentradas diarias“, explicaba McDowell. “Además, Amazon está a punto de comenzar a desplegar su constelación Kuiper y también estamos viendo un aumento en los proyectos de megaconstelaciones chinas. Por lo tanto, en los próximos diez años, veremos un aumento correspondiente en el número de satélites que se retiran”, añade.
Los riesgos de coalición son reales. A cualquier hora hay más de 10.000 aviones volando sobre nuestras cabezas, y un objeto cayendo del espacio a gran velocidad podría cruzarse fácilmente con una ruta aérea. De hecho, ya ha habido cierres preventivos del espacio aéreo en Estados Unidos, Francia y España por la reentrada descontrolada de cohetes chinos Long March 5B.
La reforma fiscal de 2025 penaliza a quienes ganan entre 16.575 y 17.256 euros: ganan más en bruto, pero menos en neto
The post Montero se llevará hasta el 104% de las subidas salariales de los trabajadores que menos ganan first appeared on Hércules. La nueva estructura del IRPF impulsada por el Gobierno de María Jesús Montero ha creado una situación inédita y profundamente injusta: los trabajadores con sueldos más bajos pueden ver cómo sus ingresos netos disminuyen a pesar de recibir un aumento de sueldo. En concreto, los contribuyentes con ingresos anuales entre 16.575 y 17.256 euros sufrirán una confiscación fiscal de hasta el 104% de sus subidas salariales, según un análisis publicado por el economista Diego Sánchez de la Cruz.
Esto se debe a una modificación en la fiscalidad del Salario Mínimo Interprofesional (SMI): el Ejecutivo ha decidido mantenerlo exento de IRPF mediante una deducción directa de 340 euros, pero sin ajustar el resto del sistema fiscal. Esa deducción desaparece gradualmente a razón de 0,5 euros por cada euro ganado de más, lo que genera un tipo marginal cercano al 100%. Es decir, si un trabajador recibe una subida de 680 euros brutos al año, Hacienda se queda con todo… y algo más.
Una política que castiga el esfuerzo
La paradoja es demoledora. En apariencia, un trabajador que pasa de cobrar 16.576 a 17.256 euros brutos al año está mejorando su situación. Pero en la práctica, esa subida se traduce en una reducción del sueldo neto: pasa de 15.502 a 15.466 euros anuales. O sea, pierde 36 euros pese a ganar más. La causa: el aumento combinado del IRPF y de las cotizaciones sociales.
El resultado es una situación fiscal aberrante: el Estado, sumando impuestos y cargas sociales, recauda más de lo que el trabajador gana con su subida salarial. La empresa, por su parte, ve cómo el coste laboral de ese empleado se incrementa en 898 euros al año, sin que el trabajador lo note en su nómina. Ni el empleado ni el empleador ganan. Solo Hacienda sale beneficiada.
El divulgador económico Jon González lo resume con contundencia: “El sistema fiscal está castigando literalmente las subidas de sueldo. Es desincentivador para el trabajador, y desalentador para la empresa que desea mejorar las condiciones salariales de sus empleados”.
Este esquema genera un “efecto trampa” que atrapa en la precariedad a miles de personas. Aumentar el sueldo supone perder ayudas, deducciones y pagar más impuestos. Un diseño que desincentiva el mérito y el esfuerzo, y castiga especialmente a quienes intentan salir de la pobreza laboral.
La presión fiscal, en máximos históricos
El problema va más allá del SMI. Según el “Impuestómetro 2025” del Instituto Juan de Mariana, un trabajador medio en España destina el 54,7% de su coste laboral total a impuestos y cotizaciones. Desde 2019, la presión fiscal ha aumentado en 1,9 puntos del PIB, mientras que en la Unión Europea ha bajado. Este incremento ha supuesto 127.744 millones de euros adicionales para las arcas públicas, equivalentes a 2.627 euros por habitante.
Además, el informe critica que el Gobierno no haya deflactado el IRPF en un contexto inflacionario, lo que implica una subida encubierta de impuestos que afecta incluso a quienes cobran el salario mínimo. A la vez, los datos muestran que el 5,2% de los contribuyentes con rentas altas aportan el 41,7% del IRPF, mientras que más de la mitad de los ciudadanos (el 56,1%) —con ingresos inferiores a 21.000 euros— apenas contribuyen con un 8% de la recaudación total.
El líder conservador de la Iglesia en EE.UU. es una figura clave en el ala tradicionalista y podría ser decisivo en la elección del sucesor de Francisco
The post El cardenal Burke, trumpista y opositor a las reformas del Papa Francisco first appeared on Hércules.
El cardenal Raymond Burke en el Vaticano // Vatican Pool – Corbis
Con la salud del papa Francisco deteriorándose y el horizonte de un nuevo cónclave cada vez más cercano, la figura del cardenal estadounidense Raymond Leo Burke resurge con fuerza. A sus 75 años, Burke es uno de los críticos más implacables del pontífice argentino y, aunque pocos creen que tenga posibilidades reales de ser elegido Papa, su influencia dentro del ala conservadora del colegio cardenalicio podría marcar el rumbo de la Iglesia tras la era Francisco.
El azote de las reformas del papa Francisco
Desde el inicio del pontificado de Jorge Bergoglio, el cardenal Burke se ha consolidado como su principal antagonista. Con una interpretación rígida del derecho canónico y una defensa férrea de la liturgia tridentina, se ha opuesto sistemáticamente a las reformas aperturistas impulsadas desde Roma. Fue uno de los cuatro cardenales que presentó los famosos dubia en 2016, cuestionando la exhortación apostólica Amoris Laetitia, que planteaba la posibilidad de que los divorciados vueltos a casar pudieran comulgar. Francisco nunca respondió formalmente, lo que desató una tormenta dentro de la Curia.
Para Burke, la liturgia es el corazón de la fe. Por eso, no dudó en criticar duramente al Papa cuando este restringió el uso del rito antiguo en latín. Además, se ha manifestado contra el uso de anticonceptivos, la bendición de uniones homosexuales y cualquier flexibilización doctrinal. En una carta conjunta, incluso llegó a pedir que se detuviera lo que calificó como “la plaga de la agenda homosexual” dentro de la Iglesia, una postura que lo ha hecho blanco de críticas por sectores más inclusivos.
Su enfrentamiento con Francisco no ha sido gratuito. En 2014, fue removido como Prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica. Tres años más tarde perdió su influencia en la Orden de Malta. Y en 2023, el Papa tomó la decisión más drástica: le retiró el salario y la residencia vaticana. Fue una muestra clara del quiebre total en la relación entre ambos prelados, una sanción que nunca antes se había aplicado a un cardenal de su rango.
El candidato trumpista
Burke, originario de Wisconsin, ha expresado en varias ocasiones su sintonía con el expresidente norteamericano, al que apoyó explícitamente durante la campaña de 2016. Según declaró entonces, Trump defendía “los valores de la Iglesia”, especialmente “la defensa de la vida humana desde su concepción”, uno de los principales ejes del discurso provida católico que Burke promueve con vehemencia.
El cardenal ha sido crítico con figuras como Joe Biden, por su postura favorable al aborto, y ha defendido que los políticos católicos que respaldan leyes proabortistas deberían ser excluidos de la comunión. En ese marco, Burke considera que no sancionarlos debilita la fe católica y transmite la idea de que tales posturas son moralmente aceptables.
Esta alineación con Trump, sumada a su rechazo a las reformas impulsadas por Francisco —como la apertura a los fieles LGTBI o el cuestionamiento de la misa tridentina— lo sitúan como una figura de referencia del sector más conservador del catolicismo, que ve en su candidatura una oportunidad para revertir el rumbo progresista de la Iglesia.
Pese a estar formalmente relegado, Burke sigue siendo una figura de referencia para los sectores más reaccionarios del catolicismo estadounidense, por su apoyo a Trump, donde organizaciones como EWTN y el Instituto Napa financian una red mediática y eclesiástica opuesta al Papa. Fue asesor del Instituto Dignitatis Humanae y mantiene vínculos con figuras como Steve Bannon.
El poder oculto del bloque conservador
Con más de 70 cardenales nombrados por Francisco, la mayoría del colegio electoral tiende a una visión pastoral y social de la Iglesia. Eso hace muy improbable que Burke llegue al papado, pero su capacidad de influir como líder del ala conservadora es innegable. Podría ser clave para inclinar la balanza hacia un candidato más tradicional, aunque menos combativo que él.
El conflicto entre Burke y Francisco encarna la división más profunda que atraviesa a la Iglesia hoy: la que separa a los católicos progresistas del sur global y los conservadores del norte, especialmente en Estados Unidos. Para el Papa, los obispos estadounidenses han puesto la ideología por delante de la fe. Y no ha dudado en señalar la existencia de una actitud “reaccionaria, muy fuerte, organizada”.