Trump ha presionado al emir de Qatar, mediador clave en el acuerdo, para garantizar que Hamas cumpla con los términos del cese del fuego
The post Trump reactiva el envío de armas a Israel mientras reclama respeto al cese del fuego first appeared on Hércules.  El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado su implicación en la crisis de Gaza al presionar a Hamas para que respete el cese del fuego pactado y fortalecer al mismo tiempo la capacidad militar de Israel , la situación humanitaria y política en la región se torna cada vez más compleja, con rehenes y miles de desplazados como principales víctimas.

La tregua, en riesgo por disputas internas

Hamas y la Jihad Islámica, dos organizaciones terroristas palestinas, mantienen una pugna interna que amenaza con romper la tregua acordada en Doha. El caso de Arbel Yehud, rehén israelí de 29 años retenida en los túneles de Gaza, ilustra las tensiones. Mientras que Hamas negoció su liberación a cambio de la excarcelación de presos palestinos, la Jihad Islámica se niega a facilitar la entrega hasta que sus propios militantes sean incluidos en los acuerdos.

El gobierno israelí, liderado por Benjamín Netanyahu, ha endurecido su posición frente a estas disputas. La apertura del paso de Netzarim, clave para el regreso de miles de desplazados palestinos, ha sido suspendida hasta que Arbel Yehud sea liberada. Asimismo, Hamas tiene el compromiso de entregar a tres rehenes más el próximo sábado, pero las fricciones con la Jihad Islámica complican el cumplimiento de estos plazos.

Trump refuerza el respaldo militar a Israel

En paralelo a su exigencia de respeto por la tregua, Trump ha fortalecido el apoyo militar de Estados Unidos a Israel. La Casa Blanca autorizó el envío de un cargamento de bombas de alto poder destructivo, retenidas anteriormente por la administración Biden por razones humanitarias. Estas armas, esenciales para la ofensiva israelí contra Hamas, representan un giro en la política estadounidense respecto a la administración anterior.

Además, Trump ha emitido una orden ejecutiva que cancela las sanciones impuestas por Biden contra los colonos en Cisjordania, consolidando su posición como un aliado firme de Netanyahu. A pesar de su respaldo a las acciones militares de Israel, el presidente estadounidense insiste en que se respete la tregua para evitar un mayor deterioro de la situación humanitaria en Gaza.

La crisis también ha llevado a Trump a involucrarse en la mediación liderada por Qatar, país considerado un refugio seguro para los líderes de Hamas. A través de su enviado especial para Medio Oriente, Steve Witkoff, la administración estadounidense ha presionado al emir Tamim Bin Hamad Al Thani para que exija a Hamas el cumplimiento de los acuerdos pactados. No se descarta que Witkoff viaje a Doha y Jerusalén en los próximos días para intentar sellar un acuerdo que ponga fin a las tensiones internas entre las facciones palestinas.

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Según Montero, la oposición busca forzar elecciones al bloquear iniciativas del Gobierno, mostrando una falta de respeto hacia la voluntad democrática
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La vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, ha lanzado duras críticas al Partido Popular tras el rechazo del decreto ómnibus en el Congreso, calificando la actuación de los populares como un intento de «usar a los ciudadanos como rehenes» para obtener beneficios políticos. Según Montero, esta estrategia busca debilitar al Ejecutivo y provocar una percepción de inestabilidad con el único objetivo de forzar un adelanto electoral.

Durante un acto en la Interparlamentaria del PSOE-A en Córdoba, Montero calificó como «grave» que el decreto no haya sido aprobado, subrayando que las medidas contenidas en él estaban diseñadas para beneficiar directamente a los ciudadanos. La vicepresidenta señaló que la oposición, liderada por el PP y respaldada por Vox y Junts, celebró el fracaso del decreto como una victoria política, ignorando, según ella, el impacto negativo que esto tendrá en la población.

Montero criticó especialmente al PP por, en sus palabras, «poner palos en las ruedas» de los avances sociales, acusándolos de actuar únicamente con un cálculo electoralista. «Utilizan la confianza que millones de ciudadanos les dieron en las elecciones para ir precisamente en contra de ellos», afirmó, denunciando lo que considera una estrategia constante de desgaste hacia el Gobierno.

La defensa de la hoja de ruta del Ejecutivo

A pesar del revés parlamentario, Montero aseguró que el Gobierno de Pedro Sánchez continuará trabajando para cumplir con los compromisos adquiridos con los ciudadanos. «Somos un Gobierno incombustible en la defensa de la mayoría general de este país», señaló, destacando que el Ejecutivo agotará la legislatura, tal como lo ha reiterado el propio presidente.

En su intervención, Montero también desmintió las acusaciones del PP sobre el decreto, como una supuesta subida del IVA, calificándolas de «mentiras». Para la vicepresidenta, la oposición busca desinformar y generar incertidumbre para justificar su rechazo al decreto.

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El presidente del Gobierno ha optado por centrarse en atacar a la oposición, dejando de lado la urgencia de aprobar nuevas medidas sociales
The post Sumar y Podemos enfrentan al PSOE tras el fracaso del decreto ómnibus first appeared on Hércules.  El Real Decreto ómnibus, rechazado en el Congreso tras la votación del miércoles, ha dejado al Gobierno de Pedro Sánchez en una posición de vulnerabilidad que todo el arco parlamentario, salvo Vox, no ha dudado en aprovechar. Sumar, Podemos, ERC y otras fuerzas políticas han intensificado la presión sobre el PSOE para que impulse nuevos decretos sociales con urgencia, evidenciando las crecientes fracturas dentro de la coalición gubernamental y los desafíos que enfrenta Sánchez para consolidar una mayoría parlamentaria.

Tensiones entre Sumar, Podemos y el PSOE

La división dentro del Ejecutivo es evidente. Sumar ha reiterado su apoyo a las medidas sociales contenidas en el decreto rechazado, pero ha instado al PSOE a no perder tiempo y presentar alternativas, sin aclarar si deberían ser decretos individuales o nuevamente una propuesta conjunta. La postura ambigua del partido liderado por Yolanda Díaz contrasta con la de Podemos, que se ha mostrado más contundente: los morados apuestan por mantener el formato único del decreto ómnibus para garantizar que medidas prioritarias, como la prohibición de desahucios, no queden desprotegidas en el debate político.

Podemos también ha acusado al presidente Sánchez de utilizar estrategias partidistas basadas en el ataque a la oposición en lugar de centrarse en la defensa de las políticas sociales. Esta tensión refleja un distanciamiento creciente entre los socios de coalición, donde las diferencias sobre cómo abordar las políticas clave están alimentando una narrativa de fragilidad gubernamental.

En el bloque independentista, ERC se ha posicionado a favor de separar las medidas sociales en decretos independientes. Para los republicanos catalanes, esta estrategia no solo permite evidenciar las posturas de cada partido en cuestiones clave, sino que también refuerza su enfrentamiento político con Junts, buscando consolidar su liderazgo dentro del independentismo catalán.

Mientras tanto, Junts y el Partido Popular han exigido al Gobierno que priorice el llamado «escudo social», criticando la falta de urgencia y estrategia por parte del PSOE. El PP, liderado por Núñez Feijóo, ha utilizado esta situación para reforzar su narrativa sobre un gobierno ineficaz, debilitado por las divisiones internas y dependiente de alianzas frágiles.

El rechazo del decreto ómnibus y la presión de prácticamente todo el hemiciclo han puesto a Pedro Sánchez en una posición complicada. Por un lado, debe encontrar un equilibrio entre las demandas de sus socios de coalición y las expectativas del resto del Congreso. Por otro, enfrenta una oposición que busca capitalizar cada paso en falso del Gobierno.

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Donald Trump aseguró que resolvería el conflicto en Ucrania antes incluso de asumir el poder. Sin embargo, tras una semana en la Casa Blanca, esa promesa parece más una estrategia electoral que un plan de acción real
The post El conflicto en Ucrania pone a prueba las promesas de campaña de Donald Trump first appeared on Hércules.  A lo largo de su campaña presidencial, Donald Trump aseguró en repetidas ocasiones que pondría fin a la guerra entre Rusia y Ucrania de manera casi inmediata, incluso antes de asumir formalmente el cargo. Sin embargo, una semana después de haber jurado como presidente, esas afirmaciones parecen más una estrategia electoral que una realidad política.

Durante su discurso de investidura, Trump evitó mencionar el conflicto directamente, lo que marcó un contraste con sus declaraciones previas, en las que prometía resolver la situación en apenas 24 horas. Su equipo, liderado por figuras como el enviado especial Keith Kellogg, ha optado por suavizar las expectativas, solicitando un plazo de 100 días para intentar establecer negociaciones de paz.

Por ahora, las acciones del mandatario se han limitado a amenazas de nuevos aranceles contra Rusia, en un intento de ejercer presión económica. Sin embargo, estas advertencias no parecen tener un impacto significativo, dado que las relaciones comerciales entre ambos países ya están prácticamente paralizadas por las sanciones impuestas desde 2022. Desde Moscú, el gobierno de Vladímir Putin no se ha mostrado sorprendido por estas declaraciones, reiterando su disposición a dialogar si Washington envía señales claras al respecto.

Política exterior ambigua

El nuevo gobierno de Trump enfrenta también tensiones internas en su manejo del conflicto. Su secretario de Estado, Marco Rubio, ha sido un crítico de la estrategia de su antecesor, Joe Biden, y ha señalado que buscará un enfoque más pragmático. Rubio ha indicado que se necesitarán concesiones tanto de Ucrania como de Rusia, subrayando que restaurar las fronteras previas a la invasión no es una opción realista.

Por su parte, el vicepresidente JD Vance ha planteado una propuesta que permitiría a Rusia conservar los territorios ocupados y establecer una zona desmilitarizada entre ambas naciones. Este enfoque, alineado en gran medida con las demandas de Moscú, busca evitar una mayor escalada del conflicto, aunque supone un desafío significativo para Ucrania, cuyo presidente, Volodímir Zelenski, ha insistido en que la paz debe garantizar la seguridad y soberanía de su país.

Zelenski, aunque abierto al diálogo, ha condicionado cualquier negociación a la obtención de garantías de seguridad sólidas, preferiblemente bajo el respaldo de tropas estadounidenses. Desde Kiev, consideran que ninguna fuerza europea tiene la capacidad de disuasión necesaria para contener una posible agresión futura. A pesar de estas demandas, el gobierno ucraniano mantiene un tono diplomático, dejando la puerta abierta a posibles avances bajo la mediación estadounidense.

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Emilia Pérez, una película que probablemente nadie en su sano juicio vería si no fuera por la fuerza de las políticas DEI (Diversidad, Equidad, Inclusión), ha sido nominada a 13 categorías en los Óscar. Siéntense, porque este es el absurdo más grande que Hollywood ha perpetrado en años.
Emilia Pérez, una película que probablemente nadie en su sano juicio vería si no fuera por la fuerza de las políticas DEI (Diversidad, Equidad, Inclusión), ha sido nominada a 13 categorías en los Óscar. Siéntense, porque este es el absurdo más grande que Hollywood ha perpetrado en años
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Un ejemplo de los nuevos criterios de selección:

Primero y para explicar esta aberración, tenemos que hablar de las nuevas normas de selección de los Óscar. Desde que entraron en vigor, Hollywood ha decidido que lo que importa no es el talento, la historia o la calidad cinematográfica, sino cuántas casillas de diversidad puedes tachar en tu lista de nominados. Así que, gracias a estas políticas, Emilia Pérez, una película que insulta a la inteligencia y a la cultura mexicana, se ha convertido en el epítome de la «inclusión».

Las políticas DEI han llevado a cambios en Hollywood, exigiendo que desde 2024, para ser elegible para «Mejor Película» en los Óscar, se cumplan criterios de diversidad. Esto incluye diversidad en el casting, equipos de producción, y cómo se distribuye y promueve la película. Sin embargo, estas políticas han generado debate. Algunos ven un aumento en la representación como algo positivo, mientras otros critican una posible «cuotización» donde el mérito artístico se ve relegado a un segundo plano. Y amigos, Emilia Perez es el epítome de lo que las élites progresistas multimillonarias entienden por Diversidad.

La película toca todos los temas sagrados para los progres: transgénero, latinx, y problemas sociales que, por supuesto, solo se abordan desde la perspectiva de un guionista que probablemente nunca ha pisado México. Pero, hey, ¡eso es lo que Hollywood ama ahora! No importa si es una tomadura de pelo cultural; si tiene suficientes banderas arcoíris y hashtags, está bien.

Las 13 nominaciones de Emilia Perez: Una degeneración del séptimo arte

En comparación, El Señor de los Anillos, una obra maestra que rompió récords y elevó el cine a su máxima expresión, solo tuvo 11 nominaciones y ganó todas. Ahora, Emilia Pérez, una «obra» que sería olvidada en un día de no ser por el lavado de cara inclusivo, tiene ni más ni menos que 13. ¿Qué dice esto sobre la degeneración del cine? Que Hollywood prefiere premiar basura ideológica que auténtico arte.

@thetopcomicsoficial Emilia Perez ha sido nominada a los Óscares y esto es ofensivo. #Oscars2025 #Oscars #Óscares #EmiliaPerez

♬ sonido original – TheTopComicsOficial

La reacción del público ha sido clara: rechazo. La gente no quiere ver esta propaganda disfrazada de arte. Pero, ¿a Hollywood le importa? No, porque están demasiado ocupados dándose palmaditas en la espalda por ser «progresistas» Y ser los primeros que regañen a la audiencia por haber votado a Trump.

La venganza de la Academia contra los estadounidenses

Porque esta es una sospecha aún más descarada y evidente de lo que piensas y que revolotea alrededor de estas nominaciones: ¿Es posible que Emilia Pérez haya sido nominada simplemente porque es todo lo que las élites intelectuales de Hollywood tienen contra Trump? Esta película, con su temática de transgénero, narcos y México, parece ser el perfecto vehículo para que la Academia envíe un mensaje político, algo que algunos en las redes sociales ya han señalado, comentando que la única razón para tantas nominaciones es para «mandar un mensaje contra Trump».

Aunque no hay necesidad de sospechar nada: Karla Sofía Gascón ya lo ha dejado claro:

#EnDirecto | Karla Sofía Gascón carga contra los «fascistas de última generación» que se apoderan de las instituciones en muchos países: «No entiendo cómo podemos seguir así en el mundo, retrocediendo constantemente y cometiendo los mismos errores» pic.twitter.com/UGRqkzby94

— Europa Press (@europapress) January 24, 2025

Por otro lado, películas con verdadero impacto cultural y artístico como, Dune sólo han recibido 5 nominaciones, o Inside Out 2 que solo ha sido nominada a mejor película de animación. Y ni hablar de Deadpool y Wolverine, que ha sido completamente ignorada. ¿Por qué? Porque no cumplen con el checklist de la ideología woke. Es claro que Hollywood ha perdido el norte, prefiriendo premiar películas que son un insulto al cine en lugar de celebrar el verdadero arte. No importa cuánta aceptación y cariño demuestre el público por una película, porque siempre tendremos a las élites privilegiadas actuando en contra de la audiencia.

Primer tráiler de ‘INSIDE OUT 2’.
¿Qué te parece?

Estreno en cines el 14 de junio .

pic.twitter.com/5gowEbfj6W

— SitoCinema (@SitoCinema) November 9, 2023

En resumen, si querías una prueba de que Hollywood ha perdido completamente el rumbo, aquí la tienes: una industria que prefiere premiar la propaganda política disfrazada de arte, mientras ignora joyas culturales y artísticas que no encajan en su agenda. Así que, amigos, la próxima vez que vean los Óscar, no olviden llevar su sentido del humor, porque lo necesitarán para soportar este espectáculo de diversidad forzada y progresismo de pacotilla. ¡Bienvenidos a la nueva era de los premios donde la verdadera diversidad es la de la mediocridad!

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El personalismo del presidente Donald Trump, inspirado en el de Benito Mussolini, es apenas un paso intermedio hasta alcanzar el siguiente eslabón en una cadena que lleva décadas siendo trenzada a fuego lento: la tecnocracia
The post El crepúsculo de las ideologías first appeared on Hércules.  Unos años antes del desarrollo del proyecto militar ARPANET, del que más tarde nacería Internet tal y como lo conocemos, el sociólogo estadounidense Daniel Bell escribió El fin de las ideologías (1960), al que siguió una obra que caminaba en sentido análogo, El crepúsculo de las ideologías (1965), del reconocido intelectual español Gonzalo Fernández de la Mora, donde se recogía un cambio histórico en curso: las oligarquías y las ideologías con las que estas se vestían cada día resultaban más débiles frente al papel social de los tecnócratas, esos individuos encargados de gestionar la planificación social mediante estándares cientificistas. Hoy sabemos, por Elon Musk y Jeff Bezos, que los tecnócratas son los nuevos oligarcas de Occidente.

En este paradigma las ideas resultaban cada vez más intercambiables en favor de un argumento mayor: el criterio que los mecanismos del Estado y la demanda de la Técnica exigen de manera independiente a las ideologías o a la voluntad particular de un puñado de individuos influyentes. Se trata de algo que Zbigniew Brzezinski auguró en esa época, a través de un libro titulado La Era Tecnotrónica (1970) donde se podía leer lo siguiente: «En la sociedad tecnotrónica, la tendencia parece ser hacia la agregación del apoyo individual de miles de millones de ciudadanos descoordinados, fácilmente al alcance de personalidades magnéticas y atractivas que explotan eficazmente las últimas técnicas de comunicación para manipular las emociones y controlar la razón».

La última estación del mundo de las ideologías es una síntesis de todas ellas, que podemos denominar «universalismo» tras los pasos de Gilles Deleuze y Félix Guattari: «Lo universal es, al fin y al cabo, cuerpo sin órganos y producción deseante, en las condiciones determinadas por el capitalismo aparentemente vencedor» (El Anti-Edipo, 1972). La ideología resulta indiferente porque lo que importa es la férrea estructura del Poder auto-legitimado: Klaus Schwab es mucho menos que un pionero tecnócrata; y ni siquiera es un hombre con ideas originales: Alvin Toffler, con el libro El shock del futuro (1970), es una inspiración evidente para ese emisario del «Big Reset» y la Cuarta Revolución Industrial que preside el Foro Económico Mundial.

Las máquinas se han convertido en sujeto de la historia: son ellas quienes producen nuevas máquinas y, a cambio, los hombres venden dicho producto a los hombres, por medio de la publicidad. Günther Anders entendió las causas profundas de las dos guerras mundiales como una consecuencia predecible del avance de la técnica: el legado de esos acontecimientos no es político ni social, sino técnico. El desarrollo de la cibernética, nacida de los rescoldos de Europa tras la gran pira europea en forma de fratricidio cainita, se eleva como el acontecimiento más determinante del siglo pasado, desencadenando un nuevo panorama tecnopolítico, al que hemos dado en llamar, tras los pasos de Jean Robin, como el IV Reich.

La Tercera y la Cuarta Revolución Industrial han tomado el relevo de las dos guerras mundiales en la Historia, generando un desnivel prometeico, pura hybris, entre lo que se consume y lo que se produce. Usamos lo que tenemos a nuestra disposición, como evidencia el ejemplo de Hiroshima: que dispongamos de armas nucleares significa, siguiendo esta lógica maquinal, que en algún momento las usaremos, como en efecto ya hemos hecho. En un estadio posterior y post-industrial, hemos transitado de la fabricación militar de armas sin piloto, los famosos drones, a la fabricación civil de medios de transporte sin conductor, los célebres coches automáticos, cada vez más cercanos a su implementación cotidiana. Su esperada correlación en el terreno de la política fue anticipada por Nick Land: «El reemplazo de los partidos Demócrata y Republicano por dos corporaciones gubernamentales de servicios conducidas por Coca-Cola y Pepsi ha reducido masivamente la corrupción, el uso del erario para intereses políticos particulares y el machismo en la política exterior».

En los años 50 del siglo XX, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, los métodos empleados por nazis y comunistas durante la imposición de sus respectivos regímenes totalitarios en décadas anteriores serían extrapolados para sus propios intereses por la entonces primera potencia mundial: los EEUU. La tensión entre liberación y represión vivida tanto en la República de Weimar de los años 20 como en el ambiente de hippismo californiano de los años 60 es el verdadero espejo en el que debemos mirarnos para entender el presente: los golpes de mano tecnocráticos sufridos en ambos casos gracias a la financiación por parte del Complejo-Militar-Industrial-Tecnológico norteamericano que también se encargó de respaldar a Lenin y a León Trotski, primero, como después se hizo con Adolf Hitler o Lyndon B. Johnson, son muestras convincentes de que ningún cesarismo técnico es realmente novedoso.

Todo experimento social lega un aura de terror que pide la vuelta de los amos: el crepúsculo de las ideologías implica el inevitable retorno de «Los Grandes Antiguos». El tiempo de las «grandes narrativas» y los «proyectos utópicos» ha terminado, absorbido por un Capital deslocalizado o, por mejor decir, omnipotente, a su vez elevado a una condición ficticia, casi metafísica, sin necesidad de encontrar correspondencia alguna con un referente material real. Es el encuentro entre el «trabajador desterritorializado» y el «dinero descodificado», algo de lo que ya habló Jean-François Lyotard: «El capital también es delirio positivo, condena a muerte de las instancias e instituciones tradicionales, decrepitud activa de las creencias y seguridades, cirugía frankensteiana de las ciudades, las imaginaciones, los cuerpos» (Economía Libidinal, 1974).

El personalismo del presidente Donald Trump, inspirado en el de Benito Mussolini, es apenas un paso intermedio hasta alcanzar el siguiente eslabón en una cadena que lleva décadas siendo trenzada a fuego lento: la tecnocracia. El reciente anuncio de que 500 billones de dólares serán destinados por el Estado norteamericano al exclusivo sector de la Inteligencia Artificial, con el Microsoft de Bill Gates a la cabeza, marca el verdadero camino al que nos dirigimos: la tecnocracia, donde Estado y Mercado trabajan agrupados como coalición, de espaldas al pueblo, ajustándose perfectamente a la medida del modelo chino que ahora se pretende instaurar en Occidente. China no ha sido en ningún momento una alternativa «multipolar», como acaso cree el filósofo ruso Alexander Dugin, sino un campo de pruebas para el Nuevo Orden Mundial, al menos desde que Deng Xiaoping sustituyera a Mao Zedong como Líder Supremo del país en el lejano año de 1978.

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Es por ello por lo que necesitamos reivindicar el espíritu de convivencia de la Transición, cuando españoles que se habían enfrentado en los dos bandos, con gran generosidad fueron capaces de tenderse la mano, de dejar atrás el desgarro profundo del drama bélico y mirar, esperanzados, al futuro
The post Aprés moi le deluge first appeared on Hércules.  La verdad es que hay que tomar con bastante escepticismo las frases “históricas”, como “el Estado soy yo”, que dicen que dijo Luis XIV, o el “no mandé mis naves a luchar contra los elementos” de Felipe II tras la derrota de la Armada Invencible –que tampoco se llamó así- y otras similares. Algunas son claramente inventadas a posteriori, como la famosa y falsa eppur si muove, atribuida a Galileo y que parece más bien una invención del escritor italiano Giuseppe Baretti, que vivió un siglo después de Galilei. Sin embargo, en ocasiones, y ya asumidas por la tradición cultural, reflejan muy bien a un determinado personaje, como en el caso del Rey Sol, o una precisa coyuntura histórica. Es el caso de la expresión après moi le déluge, “después de mí el diluvio”, que según cuenta el pintor Quentin de la Tour, quien lo supo a través de Madame de Pompadour, amante del rey Luis XV, habría pronunciado el monarca francés. El sentido de la frase es discutido y ha dado pie a diferentes explicaciones, aunque la más común –que no tiene por qué ser la más cierta- considera que con ella el rey se refería a la catástrofe política que ocurriría en Francia tras su muerte, y que, efectivamente, se produjo con la Revolución Francesa. Otro sentido, perfectamente compatible con el anterior, dado el carácter del soberano, es que lo que viniera después no le importaba nada.

Este vivir al día y no preocuparse de las consecuencias de la actuación presente, cargando sobre las generaciones futuras el peso de unas decisiones políticas que sólo tienen como finalidad la supervivencia política, no fue algo exclusivo, si hacemos caso a las explicaciones aludidas, de Luis XV de Francia. Por desgracia es el estilo que se ha impuesto en la actual política española, y que traerá daños terribles a la nación. Da la impresión de que lo que vaya a ocurrir a los españoles en el futuro poco importa en Moncloa, cuyo único objetivo parece ser un perpetuarse en el poder, un mantenerse un día más, aunque sea de modo agónico, aunque suponga una constante humillación para el país, aunque conlleve el desastre económico que las cifras triunfalistas que se dan no podrán ocultar –no hay nada más realista que la economía, y se pueden disimular los datos, pero al final, como vimos en el caso de Grecia, se impone la realidad-, aunque no haya jornada en la que una institución pública sufra la degradación de su prestigio.

Se están abriendo muchas, demasiadas, grietas en la vida social, económica, legislativa de la nación. Las derrotas del Gobierno en el Congreso, propiciadas por sus socios, demuestra una fragilidad que si lo que verdaderamente importara fuera la res publica, el bien común, habría hecho que ya se hubieran convocado elecciones. Lo que demuestra, por otro lado, que las optimistas previsiones electorales de un CIS totalmente desprestigiado, no son ciertas, pues dudo de que en el caso de que fueran verdaderas no se hubiera intentado ya quitarse el lastre de unos socios poco fiables y de figuras totalmente quemadas ante la opinión pública como Yolanda Díaz.

En lugar de convocar a la nación para que exprese cuál quiere que sea el rumbo político, estamos contemplando, junto al vergonzoso panorama judicial, con una Fiscalía General del Estado que, más allá de la impresentable y poco ética imagen de su titular, se nos muestra como un apéndice del Gobierno, un patético intento de sobrevivir, de conseguir prorrogar unos días, unos meses, una legislatura totalmente estéril. El legado de estos años, cuando los contemplemos con perspectiva, será nulo, o, por desgracia, terriblemente negativo, no sólo por la casi inexistente producción legislativa, sino porque no se están afrontando los urgentes y graves problemas nacionales, a la vez que se acentúan otros, cuyas consecuencias sufriremos en el porvenir.

Quizá lo más dramático sea la profunda quiebra de la convivencia entre los españoles. Otras cuestiones, como la situación económica, con el drama del paro juvenil o la pérdida de poder adquisitivo de la población, pueden ser revertidas. Pero el muro que se está levantando entre quienes piensan de un modo diferente es cada vez mayor; se ha acentuado el enfrentamiento ideológico, vemos una creciente intolerancia hacia quien piensa distinto –basta observar las redes sociales, una auténtica sentina de odio-, se han agitado viejos miedos ya superados, la historia se emplea como arma arrojadiza para discernir quienes son los buenos y quienes los malos. Este será el peor legado del Sanchismo, una España enfrentada de nuevo, incapaz de tender la mano al adversario político, en la que el recuerdo de nuestro mayor drama contemporáneo, la guerra civil, ha vuelto a ser empleado para reabrir heridas ya cicatrizadas buscando un inmoral rédito político.

Es por ello por lo que necesitamos reivindicar el espíritu de convivencia de la Transición, cuando españoles que se habían enfrentado en los dos bandos, con gran generosidad fueron capaces de tenderse la mano, de dejar atrás el desgarro profundo del drama bélico y mirar, esperanzados, al futuro, un futuro en el que todos cabían, en el que todos, desde sus diferentes modos de entender el mundo, podían aportar a la construcción de la casa común. Estamos tirando por la borda todo ese legado, estamos dejando que unos políticos inmorales y totalmente faltos de escrúpulos siembren en la sociedad unas semillas de cizaña, de odio, que pueden destruir nuestra ya frágil convivencia.

Me imagino a Luis XV mirando por los ventanales de Versalles mientras pensaba en que ese mundo aún espléndido del que gozaba con su poder absoluto, se hundiría tras él, pero eso no importaba demasiado, ya no sería cosa suya. Me imagino la misma escena ubicada junto a alguna ventana del viejo palacete de don Gaspar de Haro, con otro personaje mirando en dirección a Ciudad Universitaria.

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Los gigantes tecnológicos estadounidenses buscan el abrazo de Trump, la primera pugna ha tenido lugar entre Sam Altman y Elon Musk
The post Los CEO de las grandes empresas empiezan a pelearse por Trump first appeared on Hércules.  El enfrentamiento entre Elon Musk y Sam Altman, dos de las figuras más influyentes en tecnología, ha desatado una intensa disputa en torno a la inteligencia artificial (IA). Este conflicto, que mezcla ambiciones corporativas y políticas, se ha intensificado tras el anuncio de Donald Trump sobre el megaproyecto “Stargate”, una inversión de 500.000 millones de dólares destinada a consolidar a Estados Unidos como líder global en IA, con OpenAI, Oracle y SoftBank como protagonistas.

La disputa se encendió cuando Musk, excluido del proyecto, cuestionó públicamente su viabilidad. En su plataforma X, afirmó: “En realidad no tienen el dinero”, poniendo en duda la financiación de SoftBank, principal inversor del plan. Altman respondió a todos los envites de Musk, aunque inicialmente con cortesía, terminó encendiéndose «Te equivocas, como seguramente sabes. ¿Quieres venir a visitar la primera planta en construcción? Ya sé que lo que es bueno para el país, no siempre lo es para tus compañías, pero espero que en tu nuevo rol pongas a EEUU primero».

La tensión escaló rápidamente, con Musk reavivando una vieja disputa legal sobre el control de OpenAI, organización que ambos cofundaron en 2015. Musk había criticado la transición de OpenAI hacia un modelo híbrido con fines de lucro, una decisión que lo llevó a fundar xAI, una competencia directa. Además, la rivalidad se intensificó con comentarios del propio Altman, quien aseguró que Musk había intentado privatizar OpenAI bajo el control de Tesla.

Trump se pone de lado

Donald Trump ha optado por un papel ambiguo en este enfrentamiento. Durante un evento, comentó irónicamente: “El dinero lo ponen ellos. Son gente rica. Lo que pasa es que a Elon no le gusta uno de ellos”. Este enfoque podría reflejar una estrategia para aprovechar la rivalidad entre estos titanes tecnológicos en beneficio de su administración o, como minimo, aceptar que le halaguen.

Otro elemento de tensión es el nombramiento de Sriram Krishnan como asesor de IA de Trump. Exdirectivo de Silicon Valley y beneficiario del programa de visas H-1B, Krishnan ha sido blanco de ataques racistas por sectores conservadores. Musk, a pesar de defender este programa de visas, ha generado controversias que contribuyeron a la dimisión de Vivek Ramaswamy, su socio en el Departamento de Eficiencia Gubernamental.

La pugna entre Musk y Altman también refleja la lucha dentro de la comunidad tecnológica por liderar el avance en IA. Mientras OpenAI es considerado líder en el sector, la fuerte competencia de otras startups y gigantes tecnológicos se cierne sobre la empresa. Musk, por su parte, ha intensificado su apuesta por la IA a través de Grok, el rival de ChatGPT lanzado por X en noviembre.

El megaproyecto Stargate se posiciona como una pieza clave para el desarrollo de la IA en Estados Unidos. Sin embargo, la viabilidad de esta iniciativa podría verse comprometida por las divisiones internas entre líderes tecnológicos. Según un informe de Goldman Sachs, publicado antes del anuncio de Stargate, la inversión en IA podría superar el billón de dólares, subrayando la importancia estratégica de este sector para el crecimiento económico de EE. UU.

El enfrentamiento entre Musk y Altman no es nuevo, sino que tiene raíces profundas en su visión divergente sobre el futuro de la IA. A pesar de sus diferencias, ambos comparten el escenario de un mercado en plena expansión, donde el equilibrio entre colaboración y competencia definirá el liderazgo tecnológico y político en los próximos años.

La pregunta que queda por resolver es si Trump podrá gestionar esta rivalidad o si las tensiones desestabilizarán su administración. Lo que es seguro es que el duelo entre Musk y Altman será un elemento central en la narrativa tecnológica y política de los próximos años.

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Con este plan, Illa busca posicionar a Cataluña nuevamente como un motor económico de España, haciendo regresar a los principales pilares de su economía
The post El ambicioso plan de Illa para recuperar grandes empresas en Cataluña first appeared on Hércules.  El 1 de octubre de 2017 marcó el inicio de una debacle empresarial en Cataluña, con la salida masiva de empresas tras la tensión política derivada del referéndum ilegal. Hasta 1.863 compañías abandonaron la región en 2017, incluyendo grandes nombres como Caixabank, Banco Sabadell, Gas Natural (Naturgy) y Bimbo. Este éxodo, motivado por la búsqueda de estabilidad jurídica y confianza de los mercados, dejó un impacto económico profundo en Cataluña.

Ahora, Salvador Illa, presidente de la Generalitat desde agosto de 2024, ha presentado un plan estratégico para revertir esta situación. El objetivo principal: atraer nuevamente a grandes corporaciones y consolidar a Cataluña como un polo empresarial competitivo en España.

El plan de Illa gira en torno a estabilidad política, reducción de la burocracia e incentivos fiscales. Su enfoque moderado y pragmático contrasta con los años de enfrentamiento político liderados por gobiernos independentistas. Empresarios que huyeron de Cataluña en 2017 afirman que el clima ha cambiado: «Ahora hay tranquilidad y confianza», asegura un directivo del Ibex.

Estabilidad institucional:
Illa ha trabajado para restablecer la confianza institucional, evitando enfrentamientos con el gobierno central y colaborando activamente con el Rey y las comunidades autónomas. Este enfoque ha sido bien recibido por empresarios, quienes destacan que se están recuperando condiciones de seguridad jurídica.

Desburocratización:
Esta semana, Illa se reunió con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, para abordar el proyecto ‘Régimen 20’, una iniciativa que busca eliminar trabas administrativas y reducir tiempos en trámites empresariales. Cataluña aspira a liderar la implementación de este modelo para consolidarse como un motor de crecimiento económico.

Incentivos fiscales:
Aunque Cataluña carece de un régimen fiscal especial como el del País Vasco, la Generalitat está trabajando con el gobierno central para encontrar fórmulas que beneficien a las empresas que decidan regresar. Una posible vía podría incluir bonificaciones fiscales para sectores estratégicos.

Cementos Molins ha sido la primera gran empresa en retornar a Cataluña desde 2017. Su decisión de reubicar su sede en Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), tomada en septiembre del año pasado, ha sido vista como un indicio positivo del nuevo clima empresarial. Sin embargo, expertos advierten que se trata de un caso aislado y que el regreso de grandes compañías como Caixabank o Naturgy aún está lejos.

El gran desafío radica en que Cataluña no solo recupere empresas que se fueron, sino que también multiplique la creación de compañías medianas y grandes. Actualmente, el 94% de las empresas catalanas tienen menos de diez empleados. Según el conseller de Empresa i Treball, Miquel Sàmper, la Generalitat se ha propuesto ganar 1.500 empresas con más de 50 empleados para 2030.

La importancia del retorno de Sabadell

El retorno del Banco Sabadell a Cataluña tras la crisis empresarial desatada por el referéndum ilegal de independencia de 2017, marca un hito significativo para la estabilidad política y económica de la región. El banco, que trasladó su sede a Alicante durante el procés, justifica su retorno por razones empresariales y no por negociaciones con los gobiernos de Pedro Sánchez o Illa. Además, se enfrenta a una opa hostil de BBVA, lo que añade complejidad a su estrategia. Mientras tanto, CaixaBank, la mayor empresa catalana que también salió en 2017, mantiene firme su decisión de permanecer en Valencia, sin planes de retorno.

Illa celebró el anuncio de Sabadell como un avance hacia la normalidad y estabilidad jurídica en Cataluña, aunque reconoce que no todas las empresas seguirán ese ejemplo. Desde 2017, el saldo neto de empresas que han salido y vuelto a Cataluña sigue siendo negativo. La esperanza radica en que decisiones como la de Sabadell impulsen un cambio en esta tendencia. Sin embargo, el retorno masivo dependerá de factores individuales de cada compañía.

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