Detrás de todos los usos que se pueden dar a la Inteligencia Artificial, existe un alto costo ambiental que plantea interrogantes respecto a la sostenibilidad de estas tecnologías
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Imagen: Un meme viral, transformado con el estilo Ghibli
La última moda viral que arrasa en redes sociales ha venido de la mano de ChatGPT y su nueva función: una herramienta que permite a los usuarios transformar sus fotos al estilo Ghibli. Millones de personas han usado el nuevo instrumento de la Inteligencia Artificial (IA) para recrear fotos familiares o históricas con el estilo del estudio del mítico Hayao Miyazaki. En los últimos meses, el uso de ChatGPT ha aumentado hasta un nivel nunca visto, pero ha sido con la llegada del famoso Studio Ghibli cuando la plataforma sumó, en solo una hora, un millón de nuevos usuarios.
Sam Altman, cofundador de OpenAI, dijo que nunca había visto una demanda similar y que los usuarios llegaban a la app de millón en millón. No es tanto cuando, según el propio Altman, el chatbot ya tiene 700 millones de usuarios mensuales. Pero un millón de usuarios “en una hora” sigue siendo asombroso.
Esta estética inspirada en el mítico estudio japonés ha conquistado por su capacidad de reproducir de forma realista los trazos, colores y todo tipo de detalles de cualquier fotografía que se le presente. De hecho, desde la creación de ChatGPT en 2022 hasta ahora, las imágenes al estilo Ghibli son indudablemente mejores, y mucho más rápidas de hacer: crearlas está a solo un clic para 700 millones de usuarios.
De hecho, la propia Administración de Donald Trump se subió al carro de la tendencia, y utilizó su cuenta de X para publicar una imagen al estilo Ghibli de una mujer lacrimosa de la República Dominicana recientemente detenida por agentes de inmigración estadounidenses.
En España, uno de los primeros en viralizar un meme hecho Ghibli fue el analista tecnológico en Error500 Antonio Ortiz, que destaca el “avance tecnológico” de esta herramienta. “Lo que ha puesto encima de la mesa OpenAI es distinto a los modelos de generación de imágenes clásicos que teníamos hasta ahora. Eleva muchísimo el nivel a la hora de entender tus intenciones y trabajar con la semántica de lo que hay dentro de la imagen”, explica.
Precisamente, esta herramienta ha sido la que ha llevado a OpenAI a retrasar el despliegue de la generación de imágenes de alta calidad en ChatGPT para la versión gratuita del ‘chatbot’, debido a que la función ha cosechado mucha más popularidad de la que esperaba la tecnológica, según recoge Europa Press. Esta novedad permite que los usuarios soliciten a ChatGPT que genere una imagen a partir de los mensajes que escriban en la conversación y de los archivos que hayan cargado, o que incluso realice modificaciones sobre imágenes ya existentes.
El director ejecutivo de la compañía Sam Altman ha comunicado en X que “lamentablemente” el lanzamiento del nivel gratuito “será retrasado por un tiempo”. Muchos usuarios le han contestado con memes generados, precisamente, con la estética del Studio Ghibli.
¿Dónde están los derechos de autor?
Uno de los primeros puntos de discusión en torno a esta tormenta de memes está relacionado con los derechos de autor. OpenAI debía de saber ya que las leyes en Japón son más laxas y, para replicar el estilo de Ghibi, es indiscutible que OpenAI habría utilizado imágenes de películas de Studio Ghibli. “Hay muchas posibilidades de que, si hubiera alguna acción legal, se llevara a cabo en Japón, incluso si OpenAI es una empresa estadounidense. La razón es el coste, los litigios en Estados Unidos tienden a ser bastante caros y siempre tendría sentido que las empresas iniciaran acciones legales en sus propios países”, explica en su blog Andrés Guadamuz, profesor de Propiedad Intelectual en la Universidad de Sussex (Reino Unido).
El profesor también señala que, suponiendo que el Studio Ghibli presentara una demanda en Japón, “el primer obstáculo sería que la ley de derechos de autor japonesa tiene una amplia excepción para el rastreo de textos y datos, que aparentemente permite este tipo de entrenamiento con fines comerciales”.
El autor no duda en señalar la cesión de datos como un factor clave en la réplica de estas imágenes estilo Ghibli: “Hay una razón por la que el contenido de Studio Ghibli es tan fácil de replicar: está por toda la web, con capturas de pantalla en foros, gifs en redes sociales… Los infractores somos nosotros. Nosotros somos los que proporcionamos los datos. Hay tres décadas de contenido de Ghibli disponible en internet”.
¿Cuánta agua consume cada una de estas imágenes?
Detrás de todos los usos que puedes darle a la IA existe un alto costo ambiental que plantea interrogantes respecto a la sostenibilidad de estas tecnologías. Y la clave para entender cómo este servicio consume agua está en las cantidades de energía que usa. ChatGPT, Gemini y Grok son programas que se encuentran alojados en centros de datos enormes distribuidos en todo el mundo. Son como ordenadores gigantes que se sobrecalientan con el uso.
El problema es que son millones de personas las que hacen uso de estos superordenadores y, por tanto, necesitan un sistema de refrigeración que les permita continuar con sus tareas sin averiarse. En este sentido, los servidores que alojan las IA activan procesos para enfriarse a base de agua.
En estos pocos días en los que se han hecho virales las imágenes Ghibi, se han gastado más de 216 millones de agua, según datos recogidos por Washington Post en colaboración con investigadores de la Universidad de California. Para poner en contexto estos datos, el consumo de 216 millones de agua equivaldrían más o menos al consumo mensual de una localidad pequeña.
Según datos del MIT Technology Review, el consumo de agua en los servidores mundialesha aumentado un 30 % en los últimos cinco años debido a la popularidad de los modelos de IA. Además, esta misma publicación reveló que entrenar un modelo avanzado como ChatGPT puede consumir tanta agua como la necesaria para fabricar 370 coches BMW, es decir, alrededor de 700 mil litros. En el caso de las imágenes, un informe de la Universidad de Colorado, Riverside y la Universidad de Texas, Arlington, concluyó que cada imagen generada por IA puede consumir entre 2 y 5 litros de agua.
En el caso de los textos, por ejemplo, generar uno de 100 palabras en ChatGPT consume, en promedio, 519 mililitros de agua, el equivalente a una botella. Este consumo, que puede parecer mínimo en la escala de una sola consulta, se magnifica cuando se analiza el impacto a gran escala. Si solo el 10% de la población activa en Estados Unidos usara este servicio semanalmente, el consumo de agua ascendería a más de 435 millones de litros, suficiente para abastecer a todos los hogares de un estado como Rhode Island, de un millón de habitantes, durante un día y medio, según un análisis de The Washington Post en un conjunto de investigadores de la Universidad de California en Riverside.
Cada respuesta de 100 palabras también implica un consumo promedio de 0,14 kilovatios-hora (kWh), suficiente para alimentar 14 bombillas LED durante una hora. Si solo el 10% de los trabajadores estadounidenses usara esta tecnología semanalmente, el gasto anual de electricidad equivaldría al consumo energético de todos los hogares de Washington, D.C., de más de 600.000 habitantes, durante 20 días.
Ante esta situación, empresas como Meta, Google y Microsoft ya están trabajando para desarrollar un proceso que reutilice el agua consumida a través de diferentes formatos como la recirculación, evaporación con recuperación o el uso de “aguas grises”. Además, Google ya se ha comprometido a reponer el 120% del agua que utiliza para 2030, aunque apenas alcanzó el 18% de reposición en 2023.
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