¿Quieres correr más rápido? Te contamos 11 claves para lograrlo

Si eres alguien que lleva tiempo en el mundo del running, o si apenas te estás iniciando, es muy probable que una de tus metas sea incrementar tu velocidad de carrera. Es normal que prácticando este deporte desees batir tus propios límites. Debes tener en cuenta que correr más rápido no es algo que suceda
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Debes tener en cuenta que correr más rápido no es algo que suceda en un abrir y cerrar de ojos. Sí es posible, pero requiere de constancia y esfuerzo de tu parte. De igual manera, no hay una sola vía para lograrlo, sino que necesita que optimices y mejores diversos factores, como lo son el entrenamiento que llevas, lo que comes o incluso tus periodos de descanso y recuperación.

1. Márcate objetivos realistas

Si tu meta es llegar al nivel de velocidad de Usain Bolt, con solo un mes de entrenamiento, es difícil que lo logres. La idea es que te traces metas y objetivos realistas y alcanzables a la hora de correr, ya que el factor mental juega un papel importante en el rendimiento deportivo. Te ayuda a mantenerte motivado en tu meta y subirás la confianza cuando logres batirla.
Supongamos que en la actualidad tardas una hora en recorrer 10 kilómetros. Una meta realista podría ser bajar el tiempo a 55 minutos, en un plazo de dos a tres meses, para lo cual vas a trabajar en aumentar tu velocidad, de forma progresiva.

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2. Cuida tu técnica

Una buena técnica de carrera puede ayudarte a optimizar el gasto de energía y correr más rápido, así como también prevenir lesiones. Ahora, ten en cuenta que la técnica puede variar un poco, de acuerdo con el tipo de corredor que seas (fondo, velocistas, medio fondo).

Steve Magness en su libro, La Ciencia de Correr, sugiere que lo ideal es pisar el suelo con la parte media o delantera del pie y extender la cadera para tener un ligero rebote. Esta extensión hará que tu velocidad mejore. También debes mover los brazos hacia adelante y hacia atrás, al ritmo de las zancadas, manteniendo tu vista fija al frente.

Si te estás iniciando en el mundo del running y, a tu técnica todavía le falta pulirse, debes saber que hay sencillos ejercicios para mejorarla. Caminar con las rodillas en alto o andar en puntillas son algunos de ellos.

3. Fortalece tu cuerpo

Otro tip que puede ayudarte a correr más rápido es fortalecer tus músculos y huesos. Si ellos se encuentran en mejor forma física, ganan resistencia. Lo que se traduce en soportar mejor los entrenamientos y que puedas aumentar tu velocidad. De igual manera, este fortalecimiento les ayuda a prevenir lesiones e incluso mejorar su flexibilidad.

Lo ideal es que realices un entrenamiento de fuerza. Si bien es cierto que lo primero que asociamos a la fuerza son las pesas, hay más opciones. Por ejemplo, el ejercicio de subir y bajar un banco (step ups) es muy eficaz para mejorar el rendimiento de carrera, por trabajar los músculos primarios de las piernas. Otros ejercicios de fuerza para piernas son:

Sentadillas
Paracaídas
Zancadas
Burpees

De igual manera, no olvides los ejercicios de core. Fortalecer el centro de tu cuerpo hace que tus extremidades ganen estabilidad y equilibrio al correr, lo cual puede contribuir a mejorar tu velocidad. Los abdominales, las planchas y el puente de glúteos son alternativas para ello.

4. Usa el calzado adecuado

Lo ideal, al momento de correr, es utilizar un calzado cómodo y que te brinde buena amortiguación, ya que esto ayudará a reducir el impacto en las articulaciones y lograr una mayor velocidad. De igual manera, es importante que tenga una buena tracción o agarre, para evitar lesiones al hacer tus entrenamientos; y una correcta transpiración, para prevenir malos olores en los pies.

5. Prueba el entrenamiento fartlek o de ritmo

Los corredores utilizan mucho el entrenamiento fartlek, un tipo de ejercicio que consiste en cambios de ritmo en las carreras de entrenamiento. Es muy beneficioso para correr más rápido, ya que estos cambios de ritmo ayudan a mejorar tu capacidad aeróbica, haciendo que uses el oxígeno de forma más eficiente y, a la larga, puedas mantener la velocidad, por un tiempo mayor.

Puedes aplicarlo de la forma que más te convenga, porque es bastante versátil. Por ejemplo, comienza con tres minutos de trote suave, corre rápido por otros tres minutos y luego regresa a trote suave, por tres minutos.

6. Intenta el entrenamiento por intervalos

Muchas personas conocen y practican el entrenamiento por intervalos como uno de los ejercicios de velocidad más efectivos. Consiste en periodos de carrera a máxima velocidad, seguidos por tiempo de recuperación.

Este entrenamiento no solo contribuirá a mejorar tu velocidad, sino también la resistencia y potencia. Una idea para realizarlo sería correr 100 metros a velocidad máxima, recuperarte por dos o tres minutos y luego volver a correr a tope por 100 metros más.

Aunque, se parece al entrenamiento fartlek, la diferencia entre ellos radica en que esos intervalos «a tope», son cortos, pero muy intensos. Mientras que en el fartlek corres rápido, más no a máxima velocidad, y el tiempo de esta carrera rápida es más prolongado.

7. Corre en colinas

Entrenar subiendo cuestas es una gran alternativa para mejorar tu resistencia y fortalecer los músculos de tus piernas. Y como te indicamos antes, tener unos músculos fuertes es clave para correr más rápido.

Hay varias formas de llevar a cabo este entrenamiento, no es necesario que corras toda la colina a alta velocidad. Podrías hacer unos minutos a ritmo rápido y otros en trote suave. También se vale cambiar de escenario, es decir, podrías ir un día a hacer trail running en las montañas.

Esto es en particular positivo, porque te permite variar, evitando que te acostumbres a un mismo circuito y lleves tu entrenamiento más allá. Así como también contribuye a que liberes estrés, al estar en contacto con la naturaleza.

8. Practica el entrenamiento pliométrico

Si tu plan a futuro es inscribirte en maratones o carreras, el entrenamiento pliométrico te será muy útil. Este se basa en ejercicios explosivos, orientados al estiramiento eficiente de los músculos. Y como señala un estudio publicado en la revista Sports Medicine, mejoran la potencia máxima de salida durante el deporte. Esto es crucial para la velocidad, ya que te permite impulsarte con mayor fuerza al correr.
Son varios los entrenamientos pliométricos que podrías hacer. Saltar la cuerda es uno de ellos, pero también están los saltos con rebote, saltos laterales o hasta lanzar el balón medicinal.

9. Aliméntate bien

Una buena y saludable alimentación es clave para llevar a cabo tu cruzada de correr más rápido. Lo anteriosi se debe a que de ella obtienes los nutrientes necesarios, que se volverán energía para realizar tu entrenamiento, así como también los que se encargarán de reparar los músculos y tejidos tras él.

Incluye en tu dieta alimentos ricos en proteínas, ya que una de sus funciones es fortalecer los músculos. Así como también grasas saludables y carbohidratos complejos, estos últimos aportan fibras y nutrientes, aparte de energía. Tampoco te olvides de las frutas y vegetales, pilares de una alimentación sana.

Ahora, con respecto a los carbohidratos simples, si bien es cierto que también aportan energía, no son ricos en otros nutrientes. Por ello, lo ideal es utilizarlos con moderación y consumirlos durante o después del ejercicio, para reponer la energía perdida. La opción más utilizada en este caso son las bebidas deportivas.

10. Mantente hidratado

Al igual que la comida, el agua es esencial para nuestro organismo, y más a la hora de correr. Y es que al hacer ejercicio, perdemos mucha agua por medio de la sudoración, lo que puede llevarnos a una deshidratación, afectando nuestro rendimiento. Que a su vez, hace más difícil que puedas correr más rápido.

Por eso es tan importante que te mantengas hidratado, no solo durante todo el día, sino también al momento de la carrera. En cuanto a las cantidades, la Academia Española de Nutrición y Dietética recomienda que un deportista beba entre seis y ocho mililitros de líquido por kilogramo de peso y hora de ejercicio. Esto equivale a unos 150 a 200 mililitros, cada 20 minutos, durante el ejercicio.

11. No te excedas

Así como entrenar es necesario para correr más rápido, descansar y recuperar fuerzas, también lo es. Durante ese periodo de descanso es que el organismo va a reparar los músculos y tejidos que quedaron agotados tras el entrenamiento. Recuerda que unos músculos cansados no van a rendir de la misma forma, y no te ayudarán a correr más rápido. Además, te expones a un mayor riesgo de lesiones.

El Consejo Americano del Ejercicio sugiere que lo ideal es tomarse un día de descanso a la semana del entrenamiento. Pero, si eres una persona que desea hacer ejercicio a diario, indican que la manera de llevarlo a cabo es haciendo ejercicios de diferentes intensidades cada día. Por ejemplo, un día con entrenamientos intensos, seguido por uno de intensidad moderada y luego otro entrenando a baja intensidad.

De igual manera, es muy importante que duermas bien. Durante el sueño se reparan los músculos, aumentando la síntesis de las proteínas. Así que tener una buena noche de descanso es ideal para recuperar tu cuerpo y afrontar un nuevo día de entrenamiento con mayor productividad.

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¿Cómo correr más rápido sin cansarse?

Con una mezcla de la mayoría de los consejos que te hemos nombrado antes. Por un lado, es necesario fortalecer tu cuerpo y aumentar tu resistencia. Esto lo haces con entrenamientos (fartlek, de fuerza, por intervalos, etc). Por el otro, debes aumentar tu energía, para ello la alimentación sana y la recuperación son primordiales.

También puedes entrenar en compañía de un familiar, amigo o pareja. O escuchar música mientras lo haces, ya que como señala un estudio de la Universidad de Almería, esto puede ayudarte a mejorar el rendimiento y disminuir la percepción del esfuerzo. Así combatirás el cansancio cuando corres.

Por último, es buena idea buscar la asesoría de un entrenador personal, ya que con su ayuda podrás armar un plan de entrenamiento personalizado, para tus objetivos y necesidades. Ya sabes los tips para correr más rápido, ahora solo te queda ponerlos en práctica y entrenar con constancia y dedicación.

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Día mundial contra la obesidad: por qué se conmemora y cuál es el impacto global de esta enfermedad

La obesidad es una enfermedad crónica compleja caracterizada por la acumulación excesiva de grasa que perjudica la salud. Por lo general, para diagnosticarla se calcula el índice de masa corporal (IMC), aunque también se pueden emplear otros métodos como la relación entre cintura y altura. Debido a que las tasas se han casi triplicado desde
The post Día mundial contra la obesidad: por qué se conmemora y cuál es el impacto global de esta enfermedad appeared first on Mejor con Salud.  La obesidad es una enfermedad crónica compleja caracterizada por la acumulación excesiva de grasa que perjudica la salud. Por lo general, para diagnosticarla se calcula el índice de masa corporal (IMC), aunque también se pueden emplear otros métodos como la relación entre cintura y altura.

Debido a que las tasas se han casi triplicado desde 1975, este flagelo se considera una epidemia global. De hecho, para el año 2035 se estima que 1.9 mil millones de personas vivirán con obesidad, según estimaciones de la World Obesity Federation. Esto significa que una de cada cuatro personas padecerá esta afección, asociada a enfermedades cardiovasculares. También se estima que el impacto económico de este problema de salud pública, junto al sobrepeso, sobrepasará los 4 billones de dólares en 2035.

Frenar esta tendencia resulta imperioso, en especial frente a la prevalencia en la infancia, ya que esta enfermedad casi se duplica cada 10 años entre los más pequeños. Mientras tanto, se continúa culpando a las personas que padecen la obesidad.

Por eso, la celebración del Día Mundial contra la Obesidad de este 2025, bajo el lema «Cambiar los sistemas, vivir vidas más sanas», busca la transformación de los sistemas de salud y alimentarios, para que prioricen la atención de esta problemática, y que los medios de comunicación no continúen alimentando el estigma del peso.

Origen e importancia del Día Mundial contra la Obesidad

El 4 de marzo de 2015, por convocatoria de la World Obesity Federation, se celebró por primera vez el Día Mundial contra la Obesidad. Desde entonces, este día tiene la misión de fomentar cuatro aspectos esenciales:

Aumentar la concientización: facilitar la comprensión de la obesidad como una enfermedad, así como el entendimiento de sus causas y las medidas para su abordaje.
Fomentar la promoción: al cambiar su abordaje en la sociedad, se busca que las personas se sumen a la defensa y acción con este enfoque.
Mejorar las políticas: trabajar por la construcción de sistemas de apoyo que prioricen a la obesidad como un problema de salud.
Compartir experiencias: la creación de plataformas para dar a conocer experiencias que permitan inspirar y unir fuerzas.

En virtud de las claves mencionadas, esta conmemoración destaca la importancia de educar en la comprensión de que este trastorno endocrino y metabólico, relacionado con la alimentación y el acceso a la salud; al tiempo que pretende superar los discursos estigmatizantes en los que se culpa a quienes lo sufren. Por eso, la jornada del 2025 hace un llamado de atención en torno a la deficiencia de los sistemas, que contribuyen al incremento de las tasas de obesidad:

Sistemas de salud que no le dan prioridad a la atención de esta enfermedad crónica.
Sistemas alimentarios que facilitan el acceso a opciones poco saludables.
Entornos laborales y de vida limitantes de hábitos saludables.
Narrativas de medios de comunicación que señalan a las personas que padecen de obesidad y no ofrecen apoyo.

¿Cuál es el impacto de la obesidad en la salud de adultos?

El desarrollo de la esta enfermedad es producto de las condiciones individuales de cada persona, donde intervienen la genética, la biología, la alimentación, el estrés, el sedentarismo, los entornos sociales y otras variables.

Aunque la fatiga y la dificultad para respirar son algunos de los síntomas de la obesidad, la herramienta de detección más común es el índice de masa muscular. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando el resultado del IMC es igual o mayor a 30 kg/m² se considera que una persona adulta padece de obesidad. Para más detalles, puedes consultar la siguiente clasificación:

Esta afección produce la coexistencia de problemas de salud que afectan el corazón y el metabolismo —hiperglucemia, hipertensión arterial, así como un nivel bajo de colesterol bueno o HDL—. Asimismo, también se vincula a otros trastornos mentales o emocionales —depresión, estrés y ansiedad— de la mano de problemas sociales, entre ellos el aislamiento, las dificultades en relaciones interpersonales y complicaciones económicas. Además, este diagnóstico se relaciona con otra serie de afecciones graves:

Problemas respiratorios
Dificultades reproductivas
Limitaciones de movilidad
Patologías gastrointestinales
Cáncer (mama, colon, endometrio, tiroides, hígado)
Problemas en los huesos y las articulaciones (osteoartritis)

Prevalencia en la infancia

En el World Obesity Atlas 2024 se advierte que si continúan las tendencias actuales, se espera que más de 750 millones de niños y jóvenes, entre los 5 a 19 años, vivan con sobrepeso y obesidad en el año 2035, tomándose en consideración el IMC. Para que tengas una idea más clara, equivale a dos niños de cada cinco a nivel mundial. En su mayoría, pertenecientes a países de ingresos medios.

El desarrollo de esta enfermedad a temprana edad se asocia a predisposiciones biológicas, factores socioeconómicos y ambientales que, en conjunto, desencadenan la acumulación de tejido adiposo. Los pequeños pueden mostrar los primeros signos de estas enfermedades no transmisibles cuando aún son niños. Ya de adultos, pueden padecer de diabetes, enfermedades cardíacas e incluso puede producirse mortalidad prematura.

La obesidad infantil se relaciona con la disminución de calidad de vida y el bajo rendimiento escolar. Con relación a esto, la Academia Americana de Pediatras refiere que los niños y adolescentes con esta enfermadad suelen llevar consigo el estigma del peso, por lo que son víctimas de la discriminación y rechazo social, que se manifiesta con burlas y acoso.

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El caso español

El Informe Regional Europeo sobre la Obesidad 2022, publicado por la OMS en Europa, estima que el 61,6 % de los adultos españoles presentan un IMC superior a 25. Para ser más exactos, el 23,8 % sufre de obesidad y, al dividirlos por sexos, el 24,6 % son hombres y el 22,8 % mujeres. De acuerdo con estos datos, el país se ubica en la novena posición entre 53 países analizados.

Según la World Obesity Federation, España figuraba en el 2020 entre los 20 países con mayor proporción de hombres adultos (74 %) y niños (42 %) con un IMC alto. En cuanto al panorama, se estima el aumento de la prevalencia de la obesidad infantil en un 46 % para el año 2035, es decir, 2.535.866 niños.

Consejos prácticos para prevenir esta enfermedad crónica

La prevención de la obesidad es una preocupación global. Para avanzar en esta dirección, es necesario un enfoque holístico de acciones y apoyo. Te compartimos algunas recomendaciones:

1. Mantén una alimentación saludable

El consumo de variedad de alimentos saludables, como frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables, juega un papel esencial en la prevención de esta patología. A su vez, evita el consumo de alimentos procesados: altos en azúcares y grasas saturadas. Sin embargo, no solo basta en enfocarse en el tipo de alimentos, también es necesario controlar el tamaño de las porciones y realizar las comidas de forma regular. Del mismo modo, es necesario beber suficiente agua.

2. Realiza ejercicio regular

En general, se recomienda realizar 150 minutos de actividad física a la semana. Para cumplir con este objetivo, puedes caminar, andar en bicicleta, nadar o practicar taichí. Por otro lado, puedes adoptar el hábito de subir más escaleras. Además, el entrenamiento de fuerza puede ser muy beneficioso para mejorar tu condición física y estado de ánimo.
De esta forma, podrás combatir las consecuencias del sedentarismo, como la hipertensión arterial y la depresión.

3. Gestiona el estrés y la ansiedad

Practicar la meditación, yoga o respiración profunda puede ser beneficioso para que no seas víctima del hambre emocional y evites caer en la tentación de comer en exceso cuando te sientas triste, estresado o deprimido.

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4. Duerme lo suficiente

Dormir entre siete y nueve horas es una medida clave. Esto se debe a que durante el sueño, el cuerpo se encarga de regular las hormonas que controlan el apetito: la leptina y la grelina. En particular, la primera participa en el control de la saciedad, mientras la segunda estimula el apetito. Respecto a esto, ten presente que la falta de sueño puede disminuir la leptina y aumentar la grelina.

Cuando no descansas lo suficiente, se elevan los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que aumentaría las posibilidades de acumular grasa en tu cuerpo. También se produce la alteración del metabolismo de la glucosa y disminuye la sensibilidad a la insulina, que desencadena el aumento del riesgo de padecer de diabetes tipo 2.

5. Busca apoyo en seres queridos y profesionales

El apoyo emocional de tus seres queridos, familiares y amigos, puede ser de mucha ayuda para sentirte motivado a mantener un estilo de vida saludable. De hecho, afrontar desafíos con quienes te aprecian puede hacer más llevaderas las recaídas, teniendo en cuenta que tras la pérdida de peso puede ser un reto mantenerlo; debido a la memoria obesogénica y a la forma en que se pierde el peso, que explicarían la manifestación del llamado «efecto yo-yo» o rebote.

Por su parte, los profesionales, como nutricionistas y psicólogos, están preparados para ofrecerte información, orientación y planes adaptados a tus necesidades, que te permitan trazar objetivos realistas.

Se requiere apoyo y asistencia, sin culpabilizar

El Día Mundial contra la Obesidad es un llamado a la acción conjunta para afrontar la obesidad como una crisis global. La idea es tomar conciencia de que responsabilizar a los individuos que padecen esta enfermedad crónica no es el camino. Por el contrario, se requiere un abordaje sistémico, que promueva una participación más activa de la asistencia sanitaria, los medios de comunicación, entre otros actores. En este sentido, esta conmemoración busca el cambio de enfoque de las políticas para llegar a los sectores más vulnerables, combatir el estigma del peso y prestar asistencia oportuna.

Si sufres de obesidad, ten presente la importancia de una alimentación saludable, la práctica de ejercicio físico, la higiene del sueño y la búsqueda de asistencia profesional para avanzar por un camino de hábitos saludables, que permitan minimizar los riesgos de padecer enfermedades no transmisibles, como la diabetes.

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15 enredaderas con flores para darle un toque de belleza a tu jardín

Si sueñas con un jardín digno de revista, las enredaderas con flores pueden hacer realidad ese anhelo. Ya sea que prefieras un estilo minimalista o un jardín exuberante tipo pradera, estas trepadoras añaden color, fragancia y textura con un encanto inigualable. Algunas crecen con rapidez, otras son resistentes a diferentes climas y muchas florecen durante
The post 15 enredaderas con flores para darle un toque de belleza a tu jardín appeared first on Mejor con Salud.  Si sueñas con un jardín digno de revista, las enredaderas con flores pueden hacer realidad ese anhelo. Ya sea que prefieras un estilo minimalista o un jardín exuberante tipo pradera, estas trepadoras añaden color, fragancia y textura con un encanto inigualable. Algunas crecen con rapidez, otras son resistentes a diferentes climas y muchas florecen durante todo el año, pero todas tienen algo en común: transforman cualquier rincón en un oasis de belleza.

Lo mejor es que puedes disfrutarlas sin necesidad de un gran terreno. En el paisajismo, la creatividad no tiene límites, y estas especies pueden dar vida a terrazas y balcones, además de cubrir pérgolas, muros y cercas, aportando sombra, privacidad y un ambiente acogedor. ¿Te imaginas desayunar rodeado de flores perfumadas o convertir tu balcón en un refugio verde? Déjate inspirar por esta selección de especies y descubre cuál se adapta mejor a tu espacio.

1. Veranera o Buganvilla

La buganvilla es perfecta para muros y pérgolas gracias a su floración casi todo el año en climas cálidos.

Si hay una enredadera que simboliza exuberancia y color, esa es la buganvilla. Con sus brácteas vibrantes en tonos fucsia, naranja, rojo, blanco y morado, es una de las trepadoras más utilizadas en jardines mediterráneos y tropicales. Crece con rapidez y puede alcanzar entre 8 y 12 metros de altura si se le proporciona una estructura de apoyo, como muros o pérgolas.

Se adapta bien a suelos secos y arenosos, siempre que cuenten con buen drenaje. Es una de las especies más resistentes a la sequía y prefiere pleno sol para florecer en su máximo esplendor. Es ideal para cubrir grandes extensiones de pared y, con poda adecuada, puede cultivarse en macetas como un arbusto ornamental.

Requiere de al menos seis horas diarias de luz directa del sol y riego moderado, tolerando la sequía una vez establecida. Se adapta mejor a temperaturas entre 15 y 35°C, pero no resiste heladas intensas.

2. Madreselva

Con su dulce fragancia, la madreselva no solo decora, sino que también atrae colibríes y mariposas.

La madreselva destaca por sus flores tubulares en tonos blanco, amarillo y rosado. Su dulce aroma atrae mariposas y colibríes. Crece mejor en suelos ricos en materia orgánica y con buen drenaje, requiriendo riego moderado, pero manteniendo el suelo húmedo, principalmente en verano.

Puede desarrollarse tanto a pleno sol como en semisombra, lo que la hace versátil para distintos espacios. Su naturaleza semiperenne permite que algunas especies mantengan su follaje en climas templados, pero en inviernos fríos puede perder sus hojas temporalmente.
Resiste bien el frío, soportando temperaturas de hasta -15°C dependiendo de la especie.

3. Wisteria

Esta enredadera puede cubrir pérgolas con cascadas de flores lilas en primavera.

Esta es una de las enredaderas más espectaculares del mundo, famosa por sus racimos colgantes de flores en tonos lilas, azulados y blancos. Originaria de China y Japón, la glicina puede alcanzar hasta 20 metros de largo si se le permite extenderse libremente. Su crecimiento inicial es lento, pero una vez establecida se convierte en una de las trepadoras más vigorosas.

Prefiere suelos húmedos y bien drenados, exposición a pleno sol y una poda constante para mantenerla controlada. Es perfecta para pérgolas, ya que su peso puede ser considerable. Su floración ocurre en primavera y puede repetirse en menor medida en otoño.

El riego debe ser frecuente en verano, dos o tres veces por semana, reduciéndolo en invierno. Tolera temperaturas de hasta -10°C y se adapta bien a climas templados.

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4. Hortensia trepadora

Si buscas una enredadera para sombra, la hortensia trepadora es ideal. Florece en rincones frescos y poco iluminados.

A diferencia de otras hortensias, esta variedad tiene la capacidad de trepar sobre muros y troncos de árboles gracias a sus raíces adventicias. Sus flores blancas en forma de encaje aparecen en primavera y verano, proporcionando un aire romántico a cualquier jardín. Es ideal para zonas de semisombra o incluso sombra total, donde pocas otras trepadoras prosperarían.

Prefiere suelos ricos en materia orgánica y requiere riego constante para mantener su follaje denso y saludable. Su crecimiento es más lento que otras enredaderas, pero una vez establecida, forma un manto espeso de follaje verde oscuro.

A diferencia de otras trepadoras, necesita riegos abundantes, manteniendo el suelo húmedo en todo momento, especialmente en climas cálidos. Soporta bien el frío, tolerando temperaturas de hasta -20°C.

5. Clemátide

Se la conoce como «la reina de las enredaderas» por su diversidad de colores y formas. ¡Cada especie es única!

Considerada la reina de las enredaderas con flor, la clemátide es una opción elegante y refinada para cercas. Existen más de 300 especies, con una impresionante gama de colores y formas de flores, que pueden ser grandes y llamativas o pequeñas y delicadas.

Prefiere suelos húmedos pero bien drenados y prospera mejor cuando sus raíces están en sombra y sus hojas en pleno sol. Algunas variedades florecen en primavera y otras en verano, lo que permite un espectáculo floral prolongado.

Su riego debe ser moderado, manteniendo el suelo húmedo sin encharcamientos, con una frecuencia de dos a tres veces por semana en verano. Existen variedades resistentes al frío extremo, capaces de soportar hasta -25°C, mientras que otras se desarrollan mejor en climas templados.

6. Frijol escarlata

Una enredadera que no solo embellece, sino que también produce vainas comestibles.

Además de su valor ornamental, el frijol escarlata ofrece vainas comestibles. Sus flores rojas vibrantes destacan entre su frondoso follaje y atraen polinizadores como abejas y colibríes, lo que lo convierte en una excelente opción para jardines ecológicos. Su crecimiento es rápido, capaz de cubrir una cerca o un enrejado en pocos meses.

Prefiere pleno sol y suelos bien drenados con buen contenido orgánico. Su riego debe ser constante, sobre todo en épocas calurosas, asegurando un suelo húmedo sin encharcar. Aunque tolera climas templados, es sensible a heladas y se cultiva mejor en regiones frías.

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7. Manto de María

Sus flores exóticas y frutos comestibles la hacen una de las enredaderas más apreciadas en jardinería.

También conocida como pasiflora, esta enredadera tropical se distingue por sus flores exóticas con una estructura intrincada y colores vibrantes. Algunas especies producen frutos comestibles, como el maracuyá, lo que la convierte en una planta ornamental y útil. Su crecimiento es vigoroso, ideal para muros donde puede expandirse libremente.

Prefiere pleno sol o semisombra y suelos bien drenados con alto contenido de materia orgánica. Necesita riegos frecuentes para un desarrollo saludable, especialmente en climas cálidos. Es ideal para zonas tropicales y subtropicales, pero no resiste temperaturas inferiores a 10°C sin protección.

8. Hiedra

La enredadera ideal para cubrir muros y crear jardines verticales. ¡Verde todo el año!

Una de las enredaderas más resistentes y adaptables. La hiedra es ideal para cubrir muros, crear jardines verticales o formar cercos vivos. Su follaje perenne se mantiene verde todo el año. Crece bien tanto en sombra total como en semisombra, aunque su crecimiento es más vigoroso si recibe algo de luz.

Tolera distintos tipos de suelo, pero prefiere los húmedos y bien drenados. Su riego debe ser moderado, dejando que la capa superficial del suelo se seque entre riegos. Soporta temperaturas de hasta -20°C, lo que la convierte en una de las mejores opciones para climas fríos.

9. Bignonia capreolata

Sus flores tubulares en tonos naranja y amarillo aportan un toque cálido y vibrante al jardín.

Esta bella enredadera produce flores tubulares en tonos naranja y amarillo que contrastan con su follaje verde brillante. Su capacidad de adaptación es notable, ya que puede desarrollarse bien tanto en pleno sol como en semisombra.

Es resistente a la sequía una vez establecida, por lo que su riego debe ser moderado, dejando secar el sustrato entre riegos. Se adapta a climas templados y cálidos, resistiendo heladas ligeras. Su rápido crecimiento la hace perfecta para cercas que requieren cobertura densa.

10. Enredadera de trompeta azul

Con sus grandes flores azul lavanda, esta trepadora crea un ambiente tropical en cualquier espacio.

De crecimiento rápido y follaje denso, esta planta produce flores grandes de color azul lavanda con un centro amarillo, aportando un toque exótico al jardín. Es ideal para cubrir enrejados y vallas. Prefiere pleno sol, aunque tolera algo de sombra ligera.

Necesita suelos fértiles y bien drenados para una floración abundante. Su riego debe ser frecuente, manteniendo el suelo húmedo en épocas de calor. Es resistente en climas tropicales y subtropicales, pero no soporta temperaturas inferiores a 10°C.

11. Susana de ojos negros

Trepadora rápida y perfecta para macetas colgantes y cercas. ¡Un toque alegre en tonos naranjas y amarillos!

Esta enredadera de crecimiento acelerado destaca por sus flores en tonos naranjas o amarillos con un distintivo centro oscuro. Es perfecta para arcos, donde trepa con facilidad gracias a sus tallos flexibles. Prefiere pleno sol o semisombra y suelos ligeros y bien drenados.

Requiere riego moderado, con mayor frecuencia en los meses cálidos para mantener su floración. Es una planta ideal para climas cálidos y templados, aunque puede tolerar temperaturas frescas si se protege de las heladas.

12. Jazmín amarillo

Florece al final del invierno y anuncia la primavera con sus vibrantes flores amarillas.

Con una floración espectacular en primavera, el jazmín amarillo cubre pérgolas y muros con cascadas de flores doradas. Es una enredadera de crecimiento rápido que se adapta bien tanto a pleno sol como a semisombra. Su riego debe ser moderado, aumentando la frecuencia en verano para mantener su vigor. Es resistente a heladas suaves de hasta -5°C y se adapta bien a climas templados. Requiere podas ocasionales para controlar su crecimiento y estimular la floración.

13. Capuchina

Esta enredadera anual no solo es hermosa, ¡sus flores y hojas son comestibles!

De rápido crecimiento, la capuchina es una enredadera anual con flores vibrantes en tonos rojos, naranjas y amarillos. Sus hojas redondeadas y su porte colgante la hacen ideal para macetas colgantes, jardineras o pequeñas estructuras.

Además, sus flores y hojas son comestibles, aportando un toque decorativo y picante a las ensaladas. Tolera suelos pobres y secos, pero florece mejor en sustratos fértiles con riego moderado. Prefiere pleno sol y climas templados, aunque no resiste heladas fuertes.

14. Vid de campana morada

Con su porte delicado y flores colgantes en tonos morados, crea un efecto mágico en jardines y balcones.

Esta enredadera delicada es apreciada por sus flores colgantes en tonos morados oscuros, que contrastan con su follaje verde vibrante. Es perfecta para enrejados pequeños, donde su crecimiento moderado puede ser manejado fácilmente.

Prefiere pleno sol o semisombra y suelos fértiles con buen drenaje. Su riego debe ser regular para mantener su vigor, evitando el exceso de humedad. Es ideal para climas cálidos y templados, pero no tolera heladas fuertes, por lo que en invierno debe protegerse o cultivarse como anual.

15. Vid de chocolate

Una enredadera con flores que huelen a chocolate y frutos comestibles en climas templados.

Esta exótica enredadera es una opción única gracias a sus flores de color burdeos con un aroma dulce parecido al chocolate. Crece con rapidez y es perfecta para pérgolas y enrejados donde pueda expandirse con libertad. Prefiere semisombra o pleno sol, y se adapta a suelos fértiles y bien drenados. Su riego debe ser moderado, permitiendo que el suelo se seque entre riegos. Es resistente a temperaturas frías y tolera hasta -15°C, lo que la hace ideal para climas templados.

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¿Ya elegiste las enredaderas perfectas para tu jardín?

Las enredaderas con flores son el secreto mejor guardado para transformar cualquier espacio en un rincón vibrante y lleno de vida. Ya sea que busques una cascada de glicinas perfumadas en primavera, la explosión de color de una buganvilla durante todo el año o la elegancia de una clemátide, siempre hay una opción ideal para cada tipo de jardín, terraza o balcón.

Todo depende de lo que necesites y del ambiente que quieras crear. ¿Quieres cubrir un muro con un manto verde que se mantenga siempre fresco? La hiedra es tu aliada. ¿Sueñas con una pérgola cubierta de flores exóticas? La pasiflora te sorprenderá. ¿Buscas una trepadora resistente y de rápido crecimiento para llenar un espacio en poco tiempo? La madreselva nunca falla.

Como en todo buen diseño de exteriores, la clave está en elegir especies que se adapten a tu clima y a las condiciones de tu jardín. Pero lo más importante es que disfrutes del proceso y te dejes llevar por la magia de la naturaleza. Con estas opciones, tienes el punto de partida perfecto para darles un aire nuevo a tus espacios. ¿Cuál será la protagonista de tu próximo rincón verde?

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Los beneficios de incluir pan de centeno en tu dieta

El pan de centeno es típico en los países del norte de Europa, como Islandia o Dinamarca. Se elabora con la harina de centeno que le da unas características muy particulares. En primer lugar, tiene un color oscuro, por eso también se conoce como «pan negro». Además, es más denso que el pan de trigo
The post Los beneficios de incluir pan de centeno en tu dieta appeared first on Mejor con Salud.  El pan de centeno es típico en los países del norte de Europa, como Islandia o Dinamarca. Se elabora con la harina de centeno que le da unas características muy particulares. En primer lugar, tiene un color oscuro, por eso también se conoce como «pan negro». Además, es más denso que el pan de trigo y tiene un sabor más fuerte.

Desde una perspectiva nutricional, se distingue de los demás panes por su mayor aporte de fibra, minerales y compuestos bioactivos, nutrientes y vitaminas como la B1 y B6. Sumado a lo anterior, gracias a sus carbohidratos complejos, se vuelve una opción ideal para sustituir el pan blanco al desayuno. Ese es el momento del día en donde necesitas mayor energía y aporte nutricional.

1. Ayudaría a equilibrar los niveles de glucosa

Consumir pan de centeno hace que el flujo de glucosa en sangre sea más lento, comparado con el pan de trigo refinado. Esto se traduce en unos niveles de glucosa más equilibrados, lo que, a su vez, podría contribuir en la prevención y apoyo al control de la diabetes. Los expertos consideran que este efecto viene de la combinación de fibras, aminoácidos y fitoquímicos en este pan.

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2. Contribuiría a controlar el hambre

Aunque no ejerce una acción directa, el pan de centeno se puede incorporar en la dieta diaria para adelgazar, gracias a su efecto saciante. Es decir, al consumirlo, reduce el hambre y las ganas de comer por un mayor tiempo, en comparación con el pan blanco. Esta propiedad viene de su proceso de digestión; ya que, debido a sus carbohidratos complejos, se tarda un poco más en digerirse. Esto hace que te sientas «lleno» por más tiempo.

3. Disminuiría el colesterol

Este beneficio se relaciona con su alto contenido de fibras, porque poseen arabinoxilanos, un compuesto que ayudaría a reducir los niveles de colesterol, en especial el colesterol malo.

De igual manera, el pan de centeno contiene ácido linoleico, un compuesto que ayuda a limpiar las venas y arterias. Esto hace que sea positivo para prevenir enfermedades cardiovasculares.

4. Fortalecería el sistema inmune

El sistema inmunológico es el «escudo» del cuerpo, el encargado de protegernos de infecciones y gérmenes que producen enfermedades. Este tipo de pan ayudaría a fortalecerlo, gracias a su aporte de vitamina b6, que es superior al del pan de trigo y al integral.

5. Combatiría el estreñimiento

Otro beneficio del centeno, que se adquiere cuando se consume en forma de pan, es su aporte de fibras solubles e insolubles. Particularmente, estas últimas son muy útiles para prevenir y mejorar el estreñimiento, ya que disminuyen el tiempo de tránsito intestinal, contribuyendo a su regularización.

6. Beneficiaría a la microbiota intestinal

Su contenido de fibras solubles y fructanos puede ser muy positivo para la microbiota intestinal, debido a que proporcionan un sustrato más fácil de fermentar para fermentarse. Esto puede fortalecer la barrera intestinal y el sistema inmune.

7. Contribuiría al buen funcionamiento de los músculos

Las proteínas cumplen diversas funciones en el organismo. Entre ellas, garantizan el buen funcionamiento de los músculos y tejidos, así como también la reparación y el crecimiento de los mismos. El pan de centeno aporta proteínas, aproximadamente entre el 15 y 22 % de los requerimientos diarios, contribuyendo así a la salud muscular.

8. Reduciría la inflamación

El pan de centeno puede ayudar a combatir la inflamación crónica (que dura por meses e incluso años), gracias a su efecto en los niveles de azúcar en sangre y en las bacterias del intestino. Cuando estos dos factores están desequilibrados, aumenta el riesgo de este tipo de inflamación, que incluso puede llegar a dañar el ADN y aumentar el riesgo de cáncer.

9. Aportaría energía

Esta acción del pan de centeno se debe a su aporte de carbohidratos y tiamina. Los primeros se descomponen en azúcares, las cuales son la fuente de energía para que el organismo realice sus distintos procesos. Mientras que la segunda ayuda al cuerpo a descomponer esos carbohidratos en la energía que necesitamos.

10. Podría prevenir algunos tipos de cáncer

Este alimento posee una gran variedad de compuestos bioactivos, fenólicos y antioxidantes, los cuales se asocian a la prevención de distintos tipos de cáncer, como el de mama o el de próstata. De igual manera, las fibras de este pan podrían ser beneficiosas para disminuir el riesgo de padecer cáncer colorrectal.

Valor nutricional del pan de centeno

El pan de centeno tiene un interesante valor nutricional, tanto de macronutrientes como de micronutrientes. Del primer grupo, destaca el alto aporte de fibra que contribuye a la digestión y control del peso. En cuanto a los micronutrientes, contiene una buena cantidad de vitaminas del complejo B, necesarias para regular el metabolismo, entre múltiples procesos.

Con respecto a los minerales, posee hierro importante para la hemoglobina; así como también magnesio, que cumple varias funciones en el cuerpo: desde mantenimiento muscular hasta ajustar los niveles de glucosa en sangre.

Igualmente, brinda compuestos bioactivos y fenólicos, los cuales tienen acción antioxidante, previniendo el envejecimiento prematuro y otras enfermedades degenerativas.
Aunque brinda una pequeña cantidad de lípidos al cuerpo, ten en cuenta que la mayor parte de ellos son monoinsaturados. Estos son muy positivos porque pueden ayudar a bajar los niveles de colesterol malo o LDL.

Consideraciones al momento de su consumo

Si estás pensando en probar el pan de centeno es importante que te fijes en el tipo de harina del que está hecho. Por un lado, está el pan de centeno integral, que se hace con el grano entero y contiene una mayor cantidad de nutrientes. Por ello, es uno de los tipos de pan más saludables, junto con el de trigo integral. Una manera de identificarlo es por su color: es un pan muy oscuro, casi negro.

Por otro lado, tenemos al pan de centeno hecho con harina refinada, que tiene un color marrón claro. Esta harina es menos nutritiva que la de centeno integral. El EUFIC indica que dos tercios de la fibra en los granos (como el centeno) son insolubles. Y cuando se refina, la harina pierde esos dos tercios. Este tipo de fibra es muy importante porque mejora el tránsito intestinal y aumenta el volumen de heces.

Otro punto que debes considerar es que el pan de centeno contiene gluten, por lo cual no es apto para celíacos ni personas sensibles al gluten. Consumirlo podría causarles inflamación abdominal, diarrea o estreñimiento. De igual manera, no deben comerlo quienes sean alérgicos al centeno, así como también quienes lleven una dieta hipocalórica y baja en FODMAP o carbohidratos fermentables. En este último grupo, entra el centeno y sus derivados.

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¿Qué pasa si como pan de centeno todos los días?

Comer pan de centeno a diario puede ser positivo para tu salud, pudiendo darse los beneficios que te nombramos antes. Claro está si lo haces con moderación. La Asociación Americana del Corazón sugiere consumir entre tres y seis rebanadas al día, y recomiendan que al menos la mitad de estas deben ser integrales.

De igual manera, considera los acompañantes del pan a la hora de preparar tus platillos. Por ejemplo, no te valdrá de mucho hacer un sándwich de pan de centeno integral si lo rellenas con carnes procesadas y salsas con gran cantidad de grasas. Opta por opciones más saludables, como las carnes magras, huevos o quesos bajos en grasas, y no olvides los vegetales. Tampoco dejes de lado la variedad, prueba distintos panes integrales y haz tus comidas más divertidas.

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7 consejos para cambiar hábitos que ya no quieres en tu vida

Fumar, pasar mucho tiempo en las redes sociales o la impuntualidad son conductas que pueden estar afectando tu bienestar. Sin embargo, incluso si las consecuencias son evidentes para ti, cambiar esos hábitos puede resultar difícil y frustrante. Esto sucede porque quizás no estás abordando el giro de la manera correcta. Y es que para esas
The post 7 consejos para cambiar hábitos que ya no quieres en tu vida appeared first on Mejor con Salud.  Fumar, pasar mucho tiempo en las redes sociales o la impuntualidad son conductas que pueden estar afectando tu bienestar. Sin embargo, incluso si las consecuencias son evidentes para ti, cambiar esos hábitos puede resultar difícil y frustrante.

Esto sucede porque quizás no estás abordando el giro de la manera correcta. Y es que para esas conductas, que muchas veces haces en automático, debes comprender qué las impulsa en tu cerebro y cómo crear nuevas y mejores conexiones para hacerte unas más saludables.

Así, tomar conciencia de las señales que activan los hábitos, trazarte objetivos realistas, crear rutinas y concentrarte en el presente son algunas de las acciones que te ayudarán a lograr en ti un cambio positivo y duradero.

1. Dale un propósito a tu cambio

Darle un propósito a este proceso puede hacer que tengas una mejor perspectiva de lo que ganarás, si modificas esas conductas dañinas. Además, al hacer una revisión de los motivos que te llevan a hacer este cambio es más fácil mantenerte motivado y saber cuándo te estás desviando de la meta que deseas alcanzar.

Pregúntate, ¿cuál es el deseo o la necesidad que te lleva a cambiar tus hábitos? Muchas veces nos vemos impulsados por factores externos, como la pareja, la familia o el trabajo. Sin embargo, la clave que puede marcar la diferencia es dar con un propósito que vaya de la mano de una motivación intrínseca. Esto significa que provenga de tu interior, de la convicción de que podrás vivir más alineado con tus valores y que la recompensa más importante de todas es la autorrealización.

Para ayudarte a responder a la pregunta anterior, haz una lista con todos los posibles beneficios de dejar un hábito en particular, sé detallista al escribirlos. Visualiza cómo te sentirías con un nuevo hábito y cómo eso impactaría en tu bienestar.

Asimismo, puedes hacer el ejercicio de anotar las ventajas de enfocarte en otro hábito saludable, que sustituya el que deseas cambiar. Por ejemplo, apuntar todo lo positivo de caminar 20 minutos a diario, frente a tener una vida sedentaria. Ten la lista a disposición, ya sea en digital o una copia física. Revísala con frecuencia, en especial, cuando te sientas desanimado.

2. Elige un hábito a la vez

Es normal querer deshacerse de muchos hábitos, pero hacerlo al mismo tiempo puede resultar en un esfuerzo muy demandante para tu mente, la cual intentará sabotear el proceso y hacer que regreses a los viejos comportamientos. Entonces, hazlo sencillo y escoge un solo hábito, así puedes darle toda tu atención y las posibilidades de éxito serán mayores.

Solo en algunos casos puede que trabajar en más de un hábito sea lo mejor y es cuando varios de ellos se manifiestan en conjunto. Si tienes el hábito de dormir tarde, puede que a raíz de eso hayas desarrollado otros como comer a altas horas de la noche, tomar bebidas estimulantes o pasar demasiado tiempo viendo la televisión o el teléfono. Si detectas una situación como esa, trabajar en cambiar todos esos hábitos es una buena elección.

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3. Identifica la señal e interrúmpela

Un hábito se activa a partir de una señal, la cual puede ser cualquier cosa, por ejemplo una emoción, una imagen, un olor o un sonido. De hecho, puede suceder que una situación estresante active en ti la necesidad de fumar o de comer. También, que al sonar la alarma del despertador siempre la postergues un par de minutos más o que al ver a alguien revisando su teléfono tú hagas lo mismo, mientras estás en medio de una tarea que requiere de tu concentración.
Tómate el tiempo de identificar esos estímulos que desencadenan ese hábito perjudicial y pon en marcha acciones para neutralizarlos.

Aleja la alarma de tu cama, así al sonar deberás levantarte y comenzar el día. Si identificas un evento estresante para ti, practica la respiración profunda por un par de minutos y, cuando estés trabajando en una tarea importante, apaga tu teléfono y guárdalo hasta terminar.

4. Reemplaza un mal hábito por otro positivo

Es más fácil reemplazar un hábito por otro que simplemente eliminarlo, pues estarías aprovechando el ciclo que se forma alrededor de ese comportamiento no deseado para sustituirlo por uno más saludable. De ese modo, vas modificando la conexión en tu cerebro que asocia una acción negativa a una recompensa. Te damos algunas ideas:

Ante el antojo de comer galletas, elige una fruta.
Si consumes mucha de azúcar, cámbiala por miel o panela.
Reemplaza el tiempo que usas para navegar por las redes antes de dormir por 10 minutos de meditación.

La intención es que puedas incorporar hábitos positivos de forma progresiva, a través de cambios pequeños, pero significativos, que disminuyan el esfuerzo mental. Para ello, es importante que te propongas objetivos realistas, es decir, que no sean ni demasiado generales o difíciles de conseguir.

Si tienes el mal hábito de comer con frecuencia comida rápida, un reemplazo poco viable sería intentar adoptar una dieta vegana. En cambio, incorporar una porción de verdura o fruta al día y cambiar esos snacks ultraprocesados por frutos secos son opciones más factibles. Guiarte por el enfoque de los objetivos SMART te será de gran utilidad.

5. Crea tu plan de acción

Tener una planificación te ayudará a crear una rutina alrededor de un nuevo comportamiento y esto es crucial para que, con el tiempo y la repetición, lo hagas un hábito. Un plan te da un contexto consistente día tras días, el cual te permitirá seguir en pro de tus objetivos, incluso si tu motivación disminuye. Para ello, ten en cuenta las siguientes recomendaciones:

Da a tu nuevo hábito una señal: por ejemplo, si quieres ejercitarte, prepara tu bolso para el gimnasio un día antes y déjalo cerca de la puerta o en el coche.
Anota los días que repetirás tu plan en una agenda: asígnale un horario específico que te sea conveniente.
Ponle barreras a los obstáculos: mantén a raya las distracciones que pueden alejarte de tu planificación.
Concéntrate en el momento presente: al hacer esto mientras haces una actividad, tu recompensa no solo será algo que verás a futuro. También, hay valor en el solo hecho de poner en práctica un nuevo y mejor hábito: el placer de sentirte bien con tus acciones.
Repite de nuevo: recuerda que las rutinas se afianzan a partir de la constancia.

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6. Usa el mindfulness 

El mindfulness puede ser una herramienta poderosa para eliminar malos hábitos. La atención plena puede ayudarte a detectar esas señales que te llevan a un comportamiento negativo. Además, cuando tomas conciencia, en el momento, sobre cómo te hace sentir, puede que descubras que la recompensa recibida, en realidad, no te genera ningún placer.

Prestar atención a tu presente desactiva del comportamiento automático y evita que vuelvas a viejos patrones. En cambio, estarás más alerta de tus pensamientos y sensaciones, por lo que podrás tomar mejores decisiones.

7. Persevera

El tiempo que tome a cada persona cambiar de hábitos es diferente, pero los expertos coinciden en que no es un logro inmediato y que, por el contrario, hay que ser perseverante en la rutina para que ese nuevo comportamiento se automatice.

Según una investigación publicada en British Journal of General Practice, se requiere de una repetición diaria, durante al menos diez semanas, para que un hábito se forme. A medida pase el tiempo, la tarea será más sencilla, hasta el punto de ejecutarla sin pensarlo.

Dale tiempo a tus nuevos hábitos y celebra tus logros

Ya sabes que se trata de un proceso que requiere de constancia, pero para nada es imposible. Si te enfocas en simplificar los cambios, definir un plan y trabajar tu atención en el aquí y el ahora, podrás conseguir la transformación que deseas.

Cada vez que logres cumplir con tu rutina, reconócelo. Sé agradecido contigo mismo y, si fallas, no te juzgues apresuradamente, pues no es fácil cambiar patrones arraigados en nuestra mente. Retoma al día siguiente con nueva actitud y revisa tu plan para saber si puedes mejorar algún aspecto, lo importante es seguir esforzándote y aprender de tus errores.

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¿Qué puedes comer para aumentar tu temperatura corporal?

Cuando el frío apremia, el organismo utiliza una mayor cantidad de sus reservas de energía para funcionar con normalidad. Por eso puedes sentir un mayor deseo de comer alimentos ricos en calorías, grasas o carbohidratos (como guisos grasosos o un plato de pasta caliente), los días de invierno. Ya que el cuerpo los transforma en
The post ¿Qué puedes comer para aumentar tu temperatura corporal? appeared first on Mejor con Salud.  Cuando el frío apremia, el organismo utiliza una mayor cantidad de sus reservas de energía para funcionar con normalidad. Por eso puedes sentir un mayor deseo de comer alimentos ricos en calorías, grasas o carbohidratos (como guisos grasosos o un plato de pasta caliente), los días de invierno. Ya que el cuerpo los transforma en energía y, durante ese proceso, aumenta la temperatura corporal.

El inconveniente es que comer estos alimentos hipercalóricos, muy seguido y sin moderación, puede llevarte a aumentar de peso, lo que a su vez podría traer otros problemas, como aumentar el riesgo de padecer obesidad y enfermedades cardiovasculares.

Para evitar estos problemas, existen algunas opciones muy efectivas, como escoger alimentos termogénicos, los cuales producen calor durante su digestión o tienen compuestos que favorecen ese incremento de la temperatura corporal. Por otro lado, es importante que esos alimentos sean lo más saludables posible, ya que aportan mayores nutrientes y beneficios. Hay opciones que combinan estas dos características, y te presentamos alternativas —por grupos de alimentos—, para incluir en tu dieta invernal.

1. Proteínas

Las proteínas son macronutrientes complejos a nivel molecular. Por ello necesitan más esfuerzo y tiempo, por parte del organismo, para digerirse, metabolizarse y salir del estómago que los carbohidratos simples. Durante esa digestión prolongada se produce calor, que eleva tu temperatura corporal, por un mayor tiempo. 

Otro punto a destacar es que las proteínas te mantendrán saciado más tiempo, ayudándote a controlar el hambre. Entre los alimentos ricos en proteínas que te recomendamos se encuentran:

Lácteos: leche, quesos o yogur. Son una fuente de calcio y vitaminas.
Huevos: aparte de proteínas, también contienen vitaminas del complejo B, A, D y E.
Legumbres: como las lentejas, la soja, guisantes o garbanzos. Son ricas en minerales.
Carnes magras: cortes de res bajos en grasa, pollo y pescado. Este último en particular es muy beneficioso por contener ácidos grasos omega-3 (un tipo de grasa poliinsaturada), los cuales también contribuyen a aumentar la temperatura corporal.

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2. Grasas insaturadas

Las grasas tienen un alto aporte de calorías, las cuales son necesarias para aumentar la temperatura corporal y hacerle frente al clima frío. Ahora, ten en cuenta que no todas las grasas son iguales y que debes optar por las insaturadas, ya que tienen un mayor efecto térmico que las grasas saturadas.

Aparte de esto, las grasas insaturadas pueden ayudarte a reducir los niveles de colesterol malo y aumentar el bueno. Lo que mejoraría la circulación sanguínea y, a su vez, contribuiría a un transporte más eficiente del calor a los músculos y tejidos. Algunos alimentos ricos en este tipo de grasas son:

Frutos secos: nueces, maní, avellanas, entre otras. De igual manera, son fuente de fibra.
Aguacate: aparte de su alto contenido en grasas monoinsaturadas, es rico en potasio.
Semillas de chía o calabaza: al igual que los frutos secos, aportan fibra al organismo.
Aceite de oliva: también contiene vitamina E y antioxidantes, sustancias que ayudan a prevenir el envejecimiento y enfermedades degenerativas.

        Ten en cuenta que la OMS recomienda que el consumo total de grasas sea menor al 30 % de la ingesta calórica diaria.

3. Fibra

De seguro has escuchado hablar de la fibra y sus beneficios en la salud, mejorando el tránsito intestinal y fortaleciendo la microbiota. También puede ser muy útil para aumentar la temperatura corporal en épocas de frío. Esto se debe a que forman parte del grupo de los carbohidratos complejos.

Los carbohidratos se dividen en simples y complejos. Los primeros son más sencillos y rápidos de digerir para el organismo, y aunque aportan energía, aumentan rápidamente los niveles de azúcar en sangre.  Por otro lado, los segundos son moléculas complejas, que requieren de un mayor tiempo y esfuerzo, por parte del cuerpo, para digerirse.

Y como te indicamos antes, la digestión y metabolismo prolongado hace que tu cuerpo incremente la temperatura corporal por un mayor tiempo. De manera adicional, la fibra te hace sentir más saciado, al igual que las proteínas. Está presente en diferentes alimentos como:

Frutas: las manzanas, frambuesas y peras son ricas en ella, aunque se encuentra en la mayoría de las frutas. La naranja amarga es una fruta con efecto termogénico debido a los alcaloides y flavonoides que contiene.
Verduras: las coles de bruselas, coliflor, lechuga, acelgas, espinacas o brócoli son ricos en fibras. De hecho, este último, contiene compuestos a base de azufre llamados «glucosinolatos», los cuales podrían aumentar la temperatura corporal
Granos y cereales integrales: avena, arroz integral, quinoa, centeno, así como también productos derivados de granos enteros, como el pan de trigo integral, pan de centeno integral, espaguetis integrales, pan de salvado, entre otros. Aparte de fibra, también contienen almidón. Pero ten en cuenta que sus derivados tienen un aporte considerable de calorías, así que debes consumirlos con moderación.

4. Almidones

Otros alimentos que puedes incluir en tu menú para aumentar la temperatura corporal y combatir el frío son los ricos en almidón debido a que son otro tipo de carbohidratos complejos.

Al igual que las fibras, los almidones están presentes en diversos alimentos, tanto naturales como procesados. Lo ideal es consumirlos de fuentes naturales como:

Granos: frijoles blancos, negros o rojos y lentejas. También son fuente de proteínas y fibra.
Cereales: arroz, cebada, trigo, entre otros. De preferencia, elige los integrales, ya que aportan mayores nutrientes.
Verduras: patatas, maíz, yuca, calabaza, zanahorias o ñame. Cocínalos al vapor, para conservar una mayor cantidad de nutrientes.

        También debes ingerir los alimentos con almidón moderadamente, por su elevado aporte de calorías.

5. Especias

Quizás esta es la alternativa más curiosa para ganar temperatura, y es que generalmente no prestamos atención a los componentes de los condimentos y especias con los que aderezamos nuestra comida. Lo cierto es que varias poseen compuestos que estimulan la termogénesis:

Cúrcuma: algunos expertos sugieren que la curcumina en ella podría activar los genes que aumentan la temperatura en el cuerpo.
Chiles: la capsaicina y los capsaicinoides en su composición podrían estimular el tejido adiposo marrón, que interviene en la producción de calor.
Pimienta negra: también contiene capsaicina. Vale recordar que este componente también estimula el sistema nervioso y promueve el gasto de energía.
Canela: gracias a su contenido de cinamaldehído podría contribuir en la capacidad del cuerpo elevar la temperatura como respuesta al frío.

Ideas de platillos con estos alimentos

Combinando estos grupos de alimentos puedes hacer diversos platillos que, además de balanceados y nutritivos, contribuirán a subir tu temperatura corporal. Lo ideal es que en invierno hagas preparaciones calientes, para que sea más agradable y confortable a la hora de comerlos:

Caldo de pollo o carne con verduras, como papas o batatas.
Salteado de vegetales verdes con pollo y pimienta.
Gachas de avena con topping de frutos secos y chía.
Crema de lentejas o de garbanzos.
Bocadillo caliente con pan integral, queso y aguacate.

¿Qué beber para ganar temperatura corporal?

Al igual que hay alimentos que estimulan el aumento de temperatura, también hay bebidas que tienen este interesante efecto. Además, al estar servidas en tazas, podrás usarlas como una solución reconfortante para tus manos frías.

Café: la cafeína en él, aparte de activarte, aumenta el gasto energético y la producción de calor.
Té verde: debido a su contenido de catequinas, hace que el cuerpo gaste más energía y suba su temperatura.
Infusiones: hacer un té de jengibre puede ser una buena opción para aumentar tu temperatura corporal. Tiene unos compuestos llamados gingeroles, que son los que le dan el efecto termogénico. Si el jengibre no es lo tuyo, también puedes optar por el mate. Esta hierba típica de Sudamérica es rica en compuestos bioactivos, que podrían ayudar a aumentar la temperatura corporal.
Chocolate caliente: para hacerlo más sano realízalo con leche vegetal, que aporta proteínas, sin grasas saturadas. Y utiliza cacao en polvo puro y sin azúcar, que tiene fibra, vitaminas, minerales y cafeína, ayudando a aumentar tu temperatura.

        Ten en cuenta que la cafeína y teína, presentes en el café y té, son estimulantes y pueden causar insomnio o elevar la frecuencia cardíaca.


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¿Qué más puedes hacer para recuperar la temperatura corporal?

Aparte de agregar a tu dieta alimentos termogénicos, hacer ejercicio puede ayudarte a subir la temperatura corporal. Si bien es cierto que la idea de hacer ejercicio en invierno y en exteriores no resulta muy atractiva para algunos, puedes ejercitarte dentro de casa, con flexiones, abdominales o yoga. También es necesario que te abrigues bien durante la época invernal, no solo para mantener tu temperatura corporal, sino para prevenir enfermedades, como la gripe.

Por último, evita los alimentos fríos, como el helado o aguas muy frías, ya que podrían hacerte bajar la temperatura corporal. Así como también el alcohol, que aunque en un principio puede darte calor, en poco tiempo desaparecerá y te hará percibir el frío con más fuerza.

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13 razones por las que deberías incluir melón en tu dieta

El melón (Cucumis melo) es mucho más que una fruta refrescante. Abundante en agua y con pocas calorías, hace un ligero aporte de vitaminas A y C, fibra, potasio, magnesio y antioxidantes, que se asocian a beneficios como la hidratación, un peso saludable, la prevención de enfermedades cardiovasculares y la salud digestiva. Aunque es originario
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Aunque es originario de África, se cultiva en gran medida en España, China, Turquía y países de América del Sur, donde su característico sabor dulce se disfruta tanto de forma natural como en batidos, ensaladas y postres. Si bien por sí solo no es terapéutico ni curativo, sus propiedades se asocian al bienestar cuando se incluye como parte de una dieta equilibrada.

¿Por qué deberías comerlo con más frecuencia? ¿Cómo aprovecharlo en tu alimentación? A continuación, te compartimos 13 razones por las que puede ser un buen aliado para tu salud. Además, te contamos cuándo evitar su ingesta y en qué preparaciones puedes incluirlo.

1. Es nutritivo

El melón se compone en gran parte por agua (hasta un 90 % de su peso), pero también hace un ligero aporte de micronutrientes esenciales como vitamina C, betacaroteno (precursor de vitamina A), potasio y magnesio; además, aporta carbohidratos en forma de azúcares (fructosa) y fibra dietética. También es naturalmente bajo en grasas y sodio, y aporta escasas 29 calorías por cada 100 gramos.

Debido a estas características, se considera adecuado para cualquier plan de alimentación equilibrado. Su consumo, como parte de las 5 porciones diarias recomendadas de frutas, contribuye a garantizar una nutrición óptima.

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2. Ayuda a la hidratación del cuerpo

La razón por la que el melón se considera una fruta idónea para los días calurosos es porque su alto contenido de agua (alrededor del 90 %) ayuda a reponer los líquidos perdidos. ¿Lo más interesante? También es una fuente de electrolitos esenciales, como el potasio y el magnesio, que favorecen el equilibrio hídrico y la función muscular.

Si quieres calmar tu sed y refrescarte con un suave sabor dulce, esta fruta es una buena opción. Solo ten en cuenta que por sí sola no es suficiente para alcanzar una hidratación completa. Asegúrate de complementarla con la ingesta de agua, otros alimentos abundantes en líquido y fuentes de sales minerales.

3. Favorece la digestión

Puedes introducir esta fruta en tu alimentación si tienes problemas como la indigestión y el estreñimiento. Debido a la presencia de agua y fibra en su composición, su ingesta estimula el tránsito intestinal y ayuda a ablandar las heces para facilitar su eliminación. Además, tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir la distensión abdominal.

Entre otras cosas, se considera una fruta alcalina, dado que su nivel de acidez es muy bajo. Esto quiere decir que puede ayudar a neutralizar el exceso de ácido en el estómago, sobre todo en casos de acidez o reflujo gastroesofágico.

4. Fortalece el sistema inmunitario

Siempre que esté incluido en un contexto de dieta sana y equilibrada, el melón sirve como coadyuvante para fortalecer las defensas del cuerpo. Esto se debe a su aporte de nutrientes, como la vitamina C, que es clave para la producción y función de los glóbulos blancos que defienden el organismo contra infecciones.

También tiene que ver con su contenido de betacaroteno y compuestos fenólicos, cuya acción antioxidante ayuda a neutralizar los radicales libres, que causan estrés oxidativo, uno de los factores que producen daño en las células inmunitarias.

5. Contribuye a un peso saludable

Contrario a lo que tal vez te han dicho o has leído, el melón no es un alimento «quemagrasas» ni tiene un efecto directo en la pérdida de peso. Aun así, puedes considerarlo un aliado dentro de una dieta equilibrada y adaptada a tus necesidades energéticas y nutricionales.

Su fibra dietética, además de su abundante aporte de agua, reduce el apetito y prolonga la sensación de saciedad sin sumar demasiadas calorías (solo 29 por tazón de 100 gramos). Además, su ligero sabor dulce puede ayudarte a calmar los antojos de postres en lugar de opciones altas en azúcares, grasas o harinas.

Ten en cuenta que ni este ni otros alimentos pueden por sí solos generar una reducción de peso relevante. Este proceso es multifactorial y depende de mantener un déficit calórico sostenido, a través de una dieta adecuada, ejercicio físico, descanso y gestión del estrés. Si tienes problemas de sobrepeso, busca asesoría médica y nutricional.

6. Favorece la salud cardiovascular

Aunque el melón no es un superalimento para prevenir enfermedades cardíacas, algunos de sus nutrientes se asocian de forma positiva al cuidado de la salud cardiovascular. El potasio, por ejemplo, es un mineral que ayuda a regular la presión arterial, ya que contrarresta los efectos del exceso de sodio y favorece la relajación de los vasos sanguíneos.

Entre tanto, los betacarotenos, compuestos fenólicos y demás antioxidantes presentes en esta fruta, minimizan el daño causado por el estrés oxidativo y la inflamación, dos marcadores vinculados a un mayor riesgo de eventos cardiovasculares, como infartos, accidentes cerebrovasculares o arritmias.

La evidencia, si bien es limitada, sugiere que también puede contribuir a la disminución del colesterol malo (LDL), ya que su fibra dietética ayuda a reducir su absorción en el intestino. No obstante, estos beneficios dependen del contexto general de alimentación y del estilo de vida.

7. Beneficia la salud de la piel

Los beneficios del melón también se reflejan en la salud de la piel, sobre todo por su aporte de vitaminas, agua y antioxidantes. Al incluir esta fruta en tu dieta y promover la hidratación desde el interior, obtienes efectos positivos en cuanto a la elasticidad y luminosidad cutánea.

La vitamina C, en particular, contribuye a una óptima producción de colágeno y a la protección contra los efectos negativos del estrés oxidativo, una causa común de envejecimiento prematuro. Además, otros antioxidantes, como los betacarotenos, disminuyen la inflamación y ayudan a mejorar el tono de la piel.

Estos efectos, aunque se logran en gran parte por su consumo, también se aprovechan de forma tópica en remedios caseros. La pulpa se utiliza a modo de mascarilla para refrescar, calmar y tonificar la piel. Sin embargo, la evidencia que destaca su efectividad es escasa y se basa en gran medida en experiencias anecdóticas.

8. Apoya la función renal

El melón es un buen complemento para apoyar la función de los riñones en personas sanas, ya que su contenido de agua y potasio le confieren propiedades diuréticas, que ayudan a reducir la retención de líquidos y a eliminar sustancias de desecho acumuladas en el organismo.

Debido a estos efectos, su inclusión en la dieta regular se asocia a un menor riesgo de cálculos renales. Sin embargo, la evidencia de estos efectos es limitada. Lo que sí hay que considerar es que no se recomienda exceder su ingesta en caso de insuficiencia renal crónica, ya que el potasio y el líquido en grandes cantidades es perjudicial en esta enfermedad.

9. Contribuye a la salud visual

El impacto del melón en la salud visual no se ha estudiado de manera aislada; a pesar de esto, su perfil de nutrientes sugiere que puede contribuir al cuidado de los ojos. Al ser abundante en betacaroteno, que el cuerpo convierte en vitamina A, ayuda a la prevención de la sequedad ocular y la degeneración macular.

Por otro lado, su vitamina C y compuestos fenólicos brindan un efecto protector en los ojos contra el daño oxidativo causado por la edad, la exposición a la luz azul y los rayos UV.

10. Beneficia el sistema nervioso y muscular

El potasio y el magnesio que contiene el melón son minerales que intervienen en la transmisión nerviosa y la función muscular. Por esta razón, ingerir esta fruta puede contribuir a la prevención de calambres, la disminución de la tensión y una mejor recuperación tras el ejercicio.

11. Ayuda a reducir la retención de líquidos

No hay estudios específicos que relacionen el melón con el alivio de la retención de líquidos. A pesar de esto, la evidencia sobre el papel del potasio y la hidratación en el equilibrio de fluidos sugiere que su consumo puede ser beneficioso en este sentido.

Su ligero efecto diurético promueve la expulsión de líquidos a través de la orina y ayuda a reducir la hinchazón. En el marco de una alimentación balanceada, estas propiedades son útiles para prevenir problemas como el edema, la hipertensión o trastornos circulatorios.

12. Ayuda al cuidado dental y óseo

Los beneficios del melón para el cuidado dental y óseo están basados en gran medida en su perfil de nutrientes. No es una fuente significativa de calcio, pero sí hace un ligero aporte de nutrientes como la vitamina C y los antioxidantes, necesarios para la producción del colágeno que cuida la estructura de las encías y los huesos.

Estos nutrientes y beneficios no son exclusivos de esta fruta, pero puedes considerarla como una buena opción para contribuir a su obtención.

13. Sus extractos exhiben propiedades antitumorales

En investigaciones preliminares, realizadas in vitro e in vivo, los extractos de Cucumis melo exhibieron efectos anticancerígenos en ocho tipos de cáncer, incluyendo de cuello uterino, colon, próstata, leucemia, mieloma múltiple, mama, hepatoma y ovario.

Se cree que sus compuestos bioactivos y antioxidantes, que mitigan el impacto del estrés oxidativo y ayudan a modular procesos involucrados en el desarrollo del cáncer, son los que dan lugar a este efecto. Aun así, es primordial considerar que son hallazgos «potenciales», lo que significa que se han observado en estudios controlados y que no aportan suficiente evidencia para afirmar que la fruta o sus extractos sean útiles contra el cáncer.

En lo asociado a la salud, esto solo sugiere que consumir melón de forma regular aporta antioxidantes beneficiosos, pero sus efectos son modestos y no sustituyen el tratamiento médico convencional.

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¿Quiénes deberían evitar el consumo de melón?

La mayoría de las personas pueden consumir melón sin ningún problema. Solo se recomienda moderar o evitar su ingesta en caso de insuficiencia renal avanzada, ya que su aporte de potasio puede influir en la aparición de hiperpotasemia, una complicación en la que los riñones no eliminan de forma óptima este mineral.

Tampoco es adecuado si hay síntomas de alergia a esta fruta o antecedentes de síndrome de alergia oral. En estos casos, el melón puede producir reacciones secundarias, como picor en la boca y la garganta, edema en los labios y la lengua o dificultad para respirar.

Aunque el melón beneficia la salud digestiva, su contenido de agua y fibra puede causar molestias gastrointestinales en algunas personas sensibles, como aquellas que tienen síndrome del intestino irritable (SII). No siempre ocurre así, pero algunos experimentan hinchazón y diarrea, sobre todo si se come en exceso.

Ideas para incluir esta fruta en tu dieta

Algo que también destaca del melón es su versatilidad en la cocina. Muchos prefieren consumirlo en su estado natural, retirándole la cáscara para comer su jugosa pulpa. Otros, en cambio, disfrutan su ligero sabor dulce en recetas dulces y saladas. Algunas formas interesantes de añadirlo en tu dieta son las siguientes:

Agua de melón
Sopa de melón
Tiramisú al melón
Gazpacho de melón
Mermelada de melón
Batido de melón y kiwi
Batido de melón y banana
Batido de melón y toronja
Desayuno con melón y yogur
Batido de melón, fresa y papaya
Batido de melón, manzana verde y pepino

Un alimento nutritivo y bajo en calorías

Consumir melón como parte de tu dieta diaria es una forma deliciosa y saludable de cuidarte, aumentar tu saciedad e hidratarte, sin exceder las calorías. Puedes disfrutarlo solo o combinado con otras frutas y vegetales, ya sea como parte del desayuno, en tus meriendas o cuando desees refrescarte.

Procura comerlo cuando alcance su punto de maduración, ya que en este estado su sabor es más dulce, su textura más jugosa y su concentración de nutrientes, como la vitamina C, alcanzan su mejor nivel. En cualquier caso, consíderalo solo una opción más en tu dieta y asegúrate de incluir más variedad de frutas y otras fuentes de nutrientes para garantizar un aporte equilibrado de vitaminas, minerales y antioxidantes, de acuerdo a tus necesidades individuales.

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Escarola: propiedades y usos de esta verdura de hojas verdes

La escarola (Chicorium endivia var. crispum) es una de las hortalizas más versátiles y nutritivas que podemos incorporar en nuestra alimentación. Conocida por su sabor amargo y sus hojas verdes rizadas, tiene más propiedades que otras plantas de hoja, como la lechuga. Destaca por ser fuente de folato, potasio, hierro y vitamina C. Baja en
The post Escarola: propiedades y usos de esta verdura de hojas verdes appeared first on Mejor con Salud.  La escarola (Chicorium endivia var. crispum) es una de las hortalizas más versátiles y nutritivas que podemos incorporar en nuestra alimentación. Conocida por su sabor amargo y sus hojas verdes rizadas, tiene más propiedades que otras plantas de hoja, como la lechuga. Destaca por ser fuente de folato, potasio, hierro y vitamina C.

Baja en calorías y en grasas, la escarola ofrece una amplia variedad de beneficios para la salud, desde mejorar la digestión hasta fortalecer los huesos. No solo es una excelente opción para consumir en ensaladas, sino que también puede ser utilizada en sopas y pastas. Acompáñanos a explorar más sobre este vegetal, sus usos culinarios y consejos para conservarlo y diferenciarlo de otras verduras.

Propiedades de la escarola

La escarola es conocida por su gran cantidad de agua, vitamina C y folatos. Cabe destacar que es una de las verduras más ricas en ácido fólico, cubriendo el 43 % de la ingesta diaria recomendada en adultos, que hacen actividad física moderada. Otra de sus propiedades es que tiene muy pocas calorías y grasas.

Como el resto de las verduras de hoja verde, posee vitamina K, fundamental para la coagulación sanguínea. También, cuenta con múltiples principios activos antioxidantes, como quercetina, kaempferol, luteolina, ácido cafeico y ácido ferúlico. Además, dentro de sus minerales, tiene calcio, hierro, fósforo y potasio, aunque en cantidades más reducidas.

Información nutricional

Según la Fundación Española de Nutrición, por cada 100 gramos de porción comestible de escarola obtienes los siguientes nutrientes:

En la composición nutricional de la escarola destacan los folatos y el potasio.


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¿Cuáles son los beneficios para la salud?

Como muchos otros vegetales de hojas verdes, gracias a que es rica en nutrientes, la escarola puede aportar numerosos beneficios para tu salud. En vista de esto, es una opción excelente para aquellos interesados en mantener un estilo de vida saludable, controlar el peso o fortalecer el sistema cardiovascular, sin renunciar al sabor.

1. Contribuye a la salud materno-infantil

El organismo requiere folato para producir material genético y el proceso de división celular. En general, los adultos mayores necesitan de 400 microgramos diarios. Sin embargo, esta cantidad es mayor para las mujeres embarazadas o que amamantan, con una cantidad diaria recomendada entre 500 y 600 microgramos de folato.

Más allá de que la falta de este nutriente puede ocasionar anemia megaloblástica, en el caso de las embarazadas, es importante consumir suficiente folato para que el bebé tenga un correcto desarrollo, sin anomalías ni la posibilidad de que nazca de forma prematura o con bajo peso.
Además de incorporar ácido fólico a través de los alimentos, se suelen recomendar suplementos dietéticos.

2. Favorece la digestión

Las hojas de esta verdura contienen principios amargos, como la intibina. Estos ayudan a estimular el apetito, incrementar la actividad de la vesícula biliar y favorecer la digestión.

Así mismo, como indica la Fundación Española del Corazón, posee fibra soluble, que retiene agua y facilita el tránsito intestinal. Por lo tanto, si bien no es uno de los alimentos con más cantidad de fibra, puede contribuir a la ingesta diaria recomendada de 25 a 30 gramos por día.

3. Mantiene la salud cardíaca

Las verduras son importantes para mantener el estado de salud del corazón y el sistema cardiovascular. En especial, el potasio puede influir en ello, ya que está involucrado en el funcionamiento de los nervios, los músculos y el corazón.

Una de las principales propiedades de la escarola es su cantidad de potasio. De hecho, es un alimento que aporta más potasio que las bananas. Esto es importante porque el consumo de este mineral también ayuda a disminuir la presión arterial y a reducir el riesgo de tener accidentes cerebrovasculares. Como dato adicional, debido a su bajo contenido de sodio, es adecuada para las personas con hipertensión.
Las mujeres deben consumir 2600 miligramos de potasio por día, mientras que los hombres necesitan alrededor de 3400 miligramos.

4. Ayuda a reducir el azúcar en sangre

Una de sus fibras prebióticas abundantes es la inulina. Las hojas de este vegetal proporcionan hasta 0.4 gramos de inulina cada 25 gramos. Además del mencionado efecto prebiótico, que puede ayudar a facilitar la digestión, su consumo podría reducir la cantidad de glucosa en la sangre.

Por esto, gracias al efecto antidiabético de este componente, esta verdura de hoja sería un buen complemento en una dieta para la diabetes que incluya otros vegetales, frutas, carnes magras y lácteos descremados.

5. Aporta antioxidantes

La escarola es rica en varios principios activos con propiedades antioxidantes, como la quercetina, el kaempferol y la vitamina C. Estos compuestos tienen un rol importante en la salud. En particular, algunos flavonoides podrían proteger frente al cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la inflamación y condiciones neurodegenerativas. Aun así, se necesitan más estudios para definir su papel en la mejoría de la salud.

6. Ayuda a mantener el peso corporal

Como está compuesto por casi un 94 % de agua, es bajo en calorías y posee fibra, este vegetal ayuda a promover un peso saludable. Su alto contenido de agua y fibra contribuye a la sensación de saciedad, lo que puede reducir el hambre y evitar el consumo excesivo de alimentos.

Además, al ser bajo en calorías, se puede incluir en una dieta equilibrada sin afectar el peso. Y gracias a que es una excelente fuente de antioxidantes y nutrientes esenciales, puede apoyar el metabolismo y contribuir a la salud general, mientras se mantiene el peso corporal ideal.

7. Promueve la salud ósea

Las hortalizas de hoja verde poseen gran cantidad de vitamina K, importante para mantener los huesos sanos. En efecto, las personas que consumen alimentos ricos en vitamina K tienen los huesos más fuertes y menos probabilidades de sufrir quebraduras.

Por día, se recomienda que las mujeres ingieran 90 microgramos de este nutriente. Para los hombres, el número asciende a 120 microgramos. En el caso de las endivias, tienen alrededor de 200 microgramos por cada 100 gramos comestible.

Recetas con escarola

Antes de prepararla, es importante saber cómo elegir una buena escarola, para que el resultado de las recetas sea óptimo. Escoge aquellas cuyas hojas sean crujientes, estén apretadas y tengan un tono verde brillante. Evita las que posean manchas marrones o negruzcas, y las que estén muy abiertas, ya que son indicios de que está deteriorada.

La forma más frecuente de aprovechar los nutrientes de la escarola es en ensaladas. Sin embargo, y aunque existen muchas variantes, no es la única manera de consumirla. También puedes saltearla, incluirla en sopas o en platos de pasta, según tus gustos.

1. Ensalada de escarola

El toque de esta ensalada de escarola es la vinagreta y el huevo encima de la preparación.

Existen muchas combinaciones de ensaladas nutritivas en las que la puedes aprovechar. En la mayoría de los casos, puedes reemplazar cualquier vegetal de hoja, como lechuga o espinaca, por esta hortaliza y obtendrás una variante con un sabor único. En esta ocasión, te explicamos cómo preparar un clásico de la cocina francesa: friseé aux lardons.

Ingredientes para cuatro porciones

Escarola tierna (300 gramos)
Tocino (170 gramos)
Mostaza (2 cucharaditas)
Vinagre (2 cucharadas)
Ajo (1 diente)
Aceite de oliva (3 cucharadas)
Sal y pimienta (al gusto)
Agua (cantidad necesaria)
Huevos (4 unidades)
Pan baguette (12 rebanadas finas)

Preparación

Lava y seca la escarola y reserva en una ensaladera.
Después, en una sartén, cocina el tocino cortado en rebanadas durante cinco minutos o hasta que esté crujiente.
Para preparar la vinagreta que acompañará la ensalada, mezcla la mostaza, el vinagre, el ajo picado y el aceite de oliva. Suma sal y pimienta.
A continuación, llena una sartén con agua hasta sus dos tercios y agrega un poco de sal. Lleva a fuego suave hasta que entre en ebullición.
Rompe cada huevo en un recipiente y sumérgelo despacio en el agua. Déjalos allí por tres o cuatro minutos, hasta que las claras estén cocidas, y retíralos con ayuda de una espumadera.
Por último, mezcla la escarola con la vinagreta y coloca los huevos encima, junto con la panceta y las rebanadas de pan. Sazona como gustes y disfruta.

        Si prefieres una opción más saludable, puedes omitir el tocino o reemplazarlo por jamón.


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2. Escarola salteada

Esta preparación reduce el amargor de la escarola.

Su clásico sabor puede no ser el preferido de muchos. Por eso, una buena opción es cocinarla para quitarle un poco el amargor. Junto con un refrito de ajo, obtendrás un gran platillo saludable, pensado para dos porciones.

Ingredientes

Escarola (350 gramos)
Ajo (1 diente)
Pimentón dulce (al gusto)
Aceite de oliva (2 cucharadas)
Vinagre de manzana (2 cucharadas)
Sal (al gusto)
Aceitunas (al gusto)

Preparación

Retira las hojas dañadas de la escarola, córtala en trozos. Lávala bien y sécala con una centrifugadora de alimentos.
A continuación, corta el ajo en láminas y cocínalo en una sartén caliente a fuego bajo.
Luego de un par de minutos, añade el pimentón, el vinagre y el aceite. Remueve por un minuto.
Agrega la escarola y revuelve durante dos o tres minutos, hasta que esté más blanda, pero no haya perdido toda su forma.
Apaga el fuego, suma la sal y las aceitunas. Sirve tibio.

3. Sopa verde

Esta receta es muy fácil de hacer y te permite aprovechar los nutrientes de la escarola.

Las sopas de verduras son un clásico para calentar el cuerpo durante las épocas frías del año, además de aportar muchos nutrientes. Quizás no tan conocida, esta receta tiene a esta verdura de hoja como protagonista y rinde para cuatro porciones.

Ingredientes

Una escarola (800 gramos aproximadamente)
Agua (cantidad necesaria)
Ajo (4 dientes)
Aceite de oliva (3 cucharadas)
Sal y pimienta (al gusto)
Vinagre o limón (4 cucharadas)

Preparación

Lava bien las hojas de escarola y colócalas dentro de una olla. Agrega agua hasta cubrirlas por completo.
Cocina a fuego lento por unos 15 minutos y sazona como gustes. Puedes incorporar caldo de verduras o un cubo de caldo, si lo prefieres.
Mientras se tierniza la verdura, fríe el ajo picado en una sartén con aceite.
Una vez que tome color, retíralo del fuego y agrega el sofrito (con el aceite incluido) en la sopa.
Después de cinco minutos más, sirve la sopa, vierte una cucharada de vinagre o de limón en cada plato y disfruta.

4. Pasta con salsa de hojas verdes

Prepara esta receta deliciosa de escarola, que conserva sus propiedades nutritivas.

Si no has probado la combinación de espagueti con vegetales, es tu oportunidad de hacerlo para variar las clásicas salsas rojas. Al cocinar las hojas verdes, estas pierden un poco de su sabor amargo, pero mantienen sus minerales, el folato y la fibra.

Ingredientes

Una escarola (800 gramos aproximadamente)
Aceite de oliva (50 mililitros)
Espagueti (250 gramos)
Aceituras negras (100 gramos)
Alcaparras (50 gramos)
Almendras (50 gramos)
Sal y pimienta (al gusto)
Ajo (1 diente)

Preparación

Limpia la escarola y ponla a hervir en una olla, junto con un puñado de sal.
Después de cinco minutos, quítala de la olla y deja que se escurra, conservando el agua para la pasta.
Coloca la verdura en una licuadora junto con cuatro o cinco cucharadas del agua de su cocción y la mitad del aceite. Procesa hasta obtener una crema. Si queda muy espesa, agrega más agua o aceite, según tu preferencia.
Mientras cocinas la pasta en el agua sobrante, corta las aceitunas, las alcaparras y el ajo y sofríe todo en una sartén con el resto del aceite.
Al pasar unos minutos, agrega la crema y las almendras. Si gustas, puedes tostarlas un poco antes en otra sartén.
Escurre la pasta cuando esté al dente y saltéala junto con la salsa por unos minutos antes de servir.

¿Cómo conservarla?

En el refrigerador, es posible guardarla por aproximadamente dos semanas. Pero, si se mantiene a una temperatura de 0° C, podría conservarse hasta por cuatro semanas y mantener sus componentes, como el contenido de antioxidantes.

Una buena manera de evitar que se marchite rápido es lavarla bien con agua y escurrirla, con ayuda de las manos o de una centrifugadora de alimentos. Luego, coloca las hojas en un envase hermético, con papeles absorbentes en el fondo y en la parte superior, de modo que queden encerradas por el papel. Una vez hecho, cierras el envase y lo guardas en el refrigerador.

Posibles efectos secundarios de su consumo

Incluida dentro de una dieta equilibrada y saludable, es difícil que esta verdura produzca efectos indeseados. Sin embargo, en exceso, existen algunas precauciones y consecuencias a tener en cuenta, aunque son raras:

Malestar abdominal: como es fuente de fibra, podría causar gases o distensión abdominal, en particular en quienes no están acostumbrados a consumirla.
Reacciones alérgicas: las personas alérgicas al polen de abedul o a alguna planta de la familia de las asteráceas pueden presentar picazón, hinchazón y urticaria.
Interacción con medicamentos: debido a que contiene vitamina K, si estás tomando algún anticoagulante (como la warfarina), es importante que consultes con tu médico antes de incluir verduras de hojas verdes en la dieta.

        Si tienes alguna enfermedad, consulta antes con un especialista.

¿Cuál es su diferencia con la endivia y la achicoria?

Los nombres y la apariencia de estas verduras de hoja pueden ser confusos. Lo cierto es que tanto la escarola como la achicoria y la endivia pertenecen a la misma familia de plantas, las asteráceas. Sabemos que la escarola posee las hojas muy dentadas, un característico sabor amargo y su temporada de cosecha es en la época invernal.

La endivia, por su parte, es una variedad de achicoria verde clara con las puntas de las hojas amarillas y un sabor menos amargo. Se produce desde 1850 a través de un cultivo artificial, cuando se descubrió que podían guardarse las raíces de achicoria en un ambiente oscuro, húmedo y cálido, y obtener brotes tiernos y blancos. Por eso, es posible encontrarla todo el año.

Por último, la achicoria es una hortaliza de verano, que posee mayor amargor que las anteriores con hojas rizadas, aunque más duras y gruesas. Otra característica es que suelen tener una coloración más oscura. Además, la raíz de achicoria se utiliza para hacer un sustituto del café, conocido como café de achicoria.

Una hortaliza nutritiva y versátil

La escarola es una opción saludable y sustanciosa para incluir en el menú. Rica en fibra, vitaminas y minerales, ofrece múltiples beneficios para el organismo. Por estas cualidades y otros usos medicinales que aún deben investigarse, ha sido valorada por los egipcios, los griegos y los romanos.

Aunque muchos la rechacen en las ensaladas por su sabor, también se adapta bien a platos cocidos, como sopas o guisos, en los que su amargor se reduce. Por eso, no tienes excusas para incluirla dentro de una dieta variada y equilibrada, aprovechando todas sus propiedades.

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Cómo conseguir el efecto de pelo mojado o wet look

¿Buscas un peinado que te haga deslumbrar? El cabello de apariencia mojada se ha convertido en un clásico de las pasarelas y alfombras rojas gracias a su elegancia, modernidad y ese toque sexi que nunca pasa desapercibido. Después de su éxito en las Semanas de la Moda y en otros eventos internacionales, este estilo se
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El wet look es una técnica que logra simular el cabello húmedo sin necesidad de que lo esté. Se caracteriza por su acabado brillante y pulido, que aporta una apariencia fresca y sofisticada, perfecta para cualquier ocasión. Su versatilidad permite lucirlo tanto en cabello corto como largo, suelto o recogido, e incluso en melenas rizadas u onduladas, adaptándose a distintos gustos y estilos personales.

Puede llevarse con el cabello peinado hacia atrás, con una raya en medio o a un lado, o incluso con ondas suaves para un toque más desenfadado. Además, es una excelente opción si buscas un estilo elegante y fácil de mantener, ideal para esas ocasiones en las que necesitas arreglarte rápidamente sin renunciar a un resultado profesional. Lograr este look no es complicado, pero requiere los productos adecuados y una correcta aplicación.

Si te preocupa el daño por el uso constante de herramientas de calor o simplemente quieres un cambio sin complicaciones, el efecto de pelo mojado puede ser una buena opción. Es un estilo moderno ideal para quienes desean destacar con un look llamativo.

Sigue estos pasos para lograr este <em>look</em> atemporal.

1. Elige los materiales y productos adecuados

Lograr un wet look impecable y duradero requiere más que solo agua y gomina. Necesitarás algunos materiales y productos específicos que te permitan dar forma, fijar y mantener el efecto húmedo durante horas. A continuación, te mostramos los imprescindibles para conseguir este estilo.

Peine de cola de ratón: es ideal para seccionar el cabello con precisión y crear una raya definida, ya sea al medio o lateral. Su punta fina facilita dividir el pelo de manera uniforme, lo que ayuda a distribuir correctamente los productos.
Pinzas planas para fijar el peinado: son fundamentales para sujetar las secciones del cabello, mientras trabajas el producto y mantienes el estilo en su sitio. Además, te permiten marcar ondas o detalles específicos sin dejar marcas visibles.
Cepillo plano (opcional): si tienes el cabello ondulado o rizado, un cepillo plano te ayudará a alisar la melena o a distribuir de manera uniforme la espuma y el gel. Su uso garantiza que el producto llegue a todas las fibras capilares, evitando zonas desiguales.
Espuma o mousse capilar (opcional): si tienes el cabello ondulado, este producto es esencial para darle volumen a los bucles sin perder el efecto mojado. Aplica una cantidad generosa sobre el cabello húmedo para dar cuerpo y facilitar el proceso.
Gomina o gel fijador: es el producto clave para lograr la apariencia húmeda. Extiéndelo desde las raíces hacia las puntas, según el acabado que desees.
Sérum de brillo: potencia el efecto brillante característico del wet look. Aplícalo después de la gomina, especialmente en las puntas, para evitar el frizz y dar un toque pulido al peinado.
Laca o spray fijador: asegurará que el estilo se mantenga intacto durante horas. Elige una laca de fijación fuerte que no deje residuos.

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2. Comienza con el cabello húmedo, no empapado

Para conseguir el efecto de pelo mojado, es importante trabajar con el cabello ligeramente húmedo. Lava tu melena con tu champú y acondicionador habituales, y luego elimina el exceso de agua con una toalla, sin frotar para evitar el encrespamiento. Si durante el proceso tu cabello se seca, utiliza un pulverizador con agua para mantener la humedad. Una base húmeda facilita que los productos se distribuyan de manera uniforme y que el peinado conserve su apariencia por más tiempo. Asegúrate de que tu pelo esté desenredado, hasta el punto de que sea suave y manejable.
Algunas personas prefieren hacer este estilo con el cabello seco; sin embargo, comenzar con una base húmeda facilita la aplicación de los productos y asegura un acabado más uniforme, incluso en cabellos rizados.

3. Aplica la gomina con precisión

El producto clave para lograr este peinado es la gomina. Su función es crear esa apariencia húmeda característica, además de aportar fijación y brillo. La cantidad a utilizar dependerá del tipo de cabello y del resultado que quieras conseguir: un wet look sutil o uno más definido y llamativo. No obstante, deberás tener en cuenta que no conviene usar una muy fuerte, ya que puede volverse un poco crujiente al secarse.
Busca una gomina que tenga una fórmula libre de alcohol y cuyo acabado sea brillante o húmedo.

Después de aplicar el producto, cepilla tu cabello hacia atrás, como si fueras a hacer una cola de caballo. El tipo de cepillo o peine que elijas dependerá del acabado que quieras lograr. Un cepillo de cerdas de jabalí proporcionará un aspecto más pulido y uniforme, mientras que un peine de dientes finos o un cepillo tradicional añadirá definición y textura, manteniendo la apariencia elegante. A continuación, te explicamos cómo aplicarlo según tu tipo de cabello.

Cabello lacio y fino

Si tienes el cabello fino, no necesitarás una gran cantidad de producto. Aplica una pequeña cantidad de gomina desde las raíces hasta las puntas, asegurándote de cubrir toda la melena de manera uniforme.
Peina el cabello hacia atrás para un estilo clásico o crea una raya al medio o lateral si buscas un acabado más estructurado.
Evita saturar el cabello, ya que el exceso de gel puede apelmazarlo y restarle volumen al peinado.

Cabello ondulado

En las melenas onduladas, la clave está en aportar hidratación y brillo. Comienza aplicando una espuma o mousse para dar definición a las ondas.
Luego, utiliza una cantidad generosa de gomina, repartiéndolo de manera uniforme desde las raíces hasta las puntas. No te preocupes si parece demasiado producto al principio, ya que el cabello lo absorberá y se intensificará el efecto mojado.
Usa pinzas planas para marcar las ondas y mantenerlas en su sitio, mientras se secan al aire.

Cabello rizado

Para lograr el efecto wet deseado, mezcla gomina con unas gotas de aceite capilar. Esta combinación mantiene la hidratación y aporta brillo sin acartonar los rizos.
Aplica la mezcla de forma uniforme, desenredando el cabello con un cepillo de pala para distribuir mejor el producto.
Si buscas alisar los rizos, coloca pinzas en las puntas y deja que el cabello se seque al aire.

        Dependiendo del resultado que quieras, puedes peinar todo el cabello hacia atrás para un acabado elegante, crear una raya al medio o lateral para un <em>look</em> más clásico, o dejar algunos mechones sueltos para un toque más casual. Esto debes decidirlo antes de que la gomina empiece a secarse y sea más difícil trabajar con ella. 

4. Aplica un sérum de brillo para un acabado impecable

Una vez que el gel ha hecho su trabajo y el cabello tiene el efecto mojado deseado, llega el momento de darle el toque final. Aplica un sérum de brillo en las puntas y, si lo necesitas, en la parte superior para controlar posibles cabellos sueltos. Este producto no solo potencia el brillo, sino que también ayuda a que el cabello conserve su apariencia húmeda por más tiempo.
Pasadas unas horas, es posible que el efecto pierda intensidad; no dudes en aplicar unas gotas adicionales de sérum o gomina para devolverle el brillo y la apariencia húmeda.

5. Fija el peinado con laca

Para garantizar que tu peinado se mantenga intacto durante todo el día o la noche, rocía una capa ligera de laca de fijación fuerte. Mantén el envase a unos 20 centímetros de distancia para evitar que el cabello quede rígido o con residuos visibles.
Tip de experto: evita tocar el cabello. El contacto constante puede deshacer el peinado y dejar huellas de grasa.

Puedes seguir este tutorial para lograr tu wet look en casa:

¿Buscas inspiración? Aquí tienes 5 peinados elegantes

Si quieres lucir un wet look impecable pero no sabes por dónde empezar, estás en el lugar indicado. Este efecto de cabello húmedo es increíblemente versátil y se adapta a diferentes estilos, ocasiones y tipos de melena. Desde un acabado desenfadado hasta uno completamente pulido, hay opciones para todos los gustos.

1. Messy wet hair

Un peinado húmedo con textura y volumen, ideal para un estilo moderno y desenfadado.

El atractivo del messy wet hair radica en su acabado ligeramente despeinado, que aporta un aire fresco y natural sin perder el efecto sofisticado del cabello húmedo. Además, es muy versátil, ya que se adapta a cualquier tipo y largo de melena, desde cortes pixie hasta cabellos XL.

¿Cómo lograrlo?

Prepara el cabello: rocía tu melena con un spray de agua para humedecerla, sin empaparla por completo. Esto ayudará a que los productos se adhieran mejor y aporten mayor textura.
Aplica el producto fijador: usa una cantidad generosa de gel o crema de peinado con fijación media para mantener el efecto mojado sin que el cabello quede rígido. Si quieres mayor volumen, mezcla el fijador con un poco de espuma para dar más cuerpo a la melena.
Define la forma con los dedos: en lugar de usar un peine, trabaja el peinado con las manos para lograr un acabado más natural y texturizado. Peina la raya ligeramente hacia un lado y moldea los mechones delanteros para que queden un poco levantados, creando un efecto de volumen sutil.
Fija el peinado: si quieres que el look se mantenga durante horas, coloca una pinza en la parte superior para sostener los mechones levantados hasta que el producto se asiente. Luego, aplica una ligera capa de laca flexible para fijar sin apelmazar.

2. Wet clean look

El peinado ideal para quienes buscan un <em>look</em> fresco, ordenado y con un acabado de pasarela.

Este estilo es ideal para quienes buscan un wet look más relajado, pero sin perder el toque pulido. Su gran ventaja es su versatilidad, ya que favorece a cualquier largo de cabello, desde melenas cortas hasta cabellos extra largos. Perfecto para ocasiones en las que quieres verte arreglada sin esfuerzo, este peinado es un clásico del clean look que nunca falla.

¿Cómo lograrlo?

Prepara la base: comienza con el cabello limpio y húmedo. Si tu melena es muy fina, puedes aplicar una espuma voluminizadora para evitar que el peinado pierda cuerpo.
Aplica gel fijador de alta resistencia: usa una cantidad generosa de gel fijador extra fuerte para impregnar todo el cabello. Concéntrate en la zona superior y los laterales para lograr un efecto liso y controlado.
Moldea los laterales: con la ayuda de un peine de púas finas, peina los mechones laterales hacia atrás, asegurándote de que queden bien pegados y alineados. Luego, coloca cada lado detrás de las orejas para un acabado limpio y estructurado.
Define la raya central: para un efecto más pulido, utiliza un peine de cola para marcar una raya en el centro con precisión. Esto aportará simetría y elegancia al peinado.
Fija el look: finaliza con una ligera capa de laca de fijación fuerte para mantener el efecto mojado durante horas y evitar cabellos sueltos o frizz.

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3. Sleek wet look

El peinado perfecto para melenas<em> bob</em>, que buscan un aire moderno y sofisticado.

Si tienes un corte bob y quieres un peinado elegante con un aire retro-chic, el sleek wet look es la opción ideal. Inspirado en la estética de los años 90, este peinado combina la sofisticación del corte bob con el efecto mojado, logrando un acabado ultra pulido y estilizado. Es perfecto para eventos formales, cenas especiales o incluso para elevar un look minimalista con un toque de glamour.

¿Cómo lograrlo?

Prepara el cabello: comienza con el cabello limpio y ligeramente húmedo. Si tienes el pelo muy liso, aplica una mousse voluminizadora en la raíz para darle un poco más de cuerpo.
Define la raya lateral: usa un peine de cola para marcar una raya profunda a un lado. Esto realzará la estructura del rostro y aportará un aire sofisticado.
Aplica el gel fijador: usa un gel de fijación fuerte con acabado brillante y repártelo uniformemente desde la raíz hasta las puntas. Peina el cabello hacia atrás, asegurándote de que quede completamente pegado a la cabeza sin cabellos sueltos.
Moldea las puntas: para lograr el efecto distintivo del sleek bob, usa un cepillo redondo y un secador con aire frío o una plancha para curvar las puntas hacia afuera. Esto le dará un acabado más refinado y estilizado.
Fija el look: aplica una ligera capa de laca de fijación fuerte para asegurar que el peinado se mantenga intacto y sin frizz durante horas.

        <strong>Consejo de experto:</strong> para un efecto aún más sofisticado, aplica unas gotas de sérum de brillo después de la laca, lo que potenciará el acabado pulido y dará una apariencia más saludable y luminosa al cabello.

4. Peinado mojado hacia atrás

La opción ideal para quienes buscan un estilo pulcro, moderno y sin esfuerzo.

Este wet look es uno de los favoritos de las celebridades, en especial de Gigi Hadid, quien lo ha lucido en pasarelas y alfombras rojas. Su atractivo radica en su simplicidad, ya que imita el efecto del cabello recién salido de la ducha, logrando un acabado pulido, fresco y minimalista. Este peinado es una excelente opción para quienes buscan un estilo sofisticado, perfecto para eventos formales.

¿Cómo lograrlo?

Prepara el cabello: lava tu melena y elimina el exceso de agua con una toalla, dejándolo húmedo pero no empapado. Si tienes el cabello fino, aplica un poco de mousse para dar cuerpo antes de proceder con el peinado.
Aplica el gel fijador: usa un gel de fijación extra fuerte con acabado brillante y repártelo uniformemente desde la raíz hasta las puntas. Para un efecto más natural, mezcla el gel con unas gotas de aceite capilar para evitar que el cabello se vea acartonado.
Peina todo hacia atrás: utiliza un peine de púas anchas para dirigir el cabello hacia atrás, asegurándote de marcar ligeras hendiduras en los mechones para aportar textura y movimiento al peinado.
Sella el look: para prolongar la duración del efecto mojado, aplica una ligera capa de laca de fijación fuerte sin residuos. Si deseas un extra de brillo, finaliza con un toque de sérum capilar en las puntas.

        <strong>Consejo de experto</strong>: si tienes el cabello grueso o con mucho volumen, puedes dividirlo en secciones y aplicar el gel capa por capa para asegurarte de que el producto se distribuya de manera uniform y evitar que se esponje con el paso de las horas.

5. Wavy wet look

Inspirado en los años 20, este peinado aporta sofisticación y elegancia a cualquier ocasión.

El wavy wet look es una opción sofisticada y atemporal que aporta un aire retro y elegante a cualquier ocasión. Un claro ejemplo es Zendaya, quien ha deslumbrado en alfombras rojas con este estilo clásico inspirado en las ondas al agua de los años 20. Este peinado es perfecto si buscas un look pulido con un toque vintage, ideal para eventos formales o cenas especiales.

¿Cómo conseguirlo?

Prepara tu cabello: comienza aplicando gel de alta fijación sobre el cabello ligeramente húmedo. Peina bien para distribuir el producto de manera uniforme.
Define la raya lateral: usa un peine de cola para marcar una raya bien definida a un lado, lo que dará un efecto más dramático y sofisticado.
Crea las ondas al agua: con la ayuda del peine y la palma de tu mano, moldea las ondas al agua, presionando con suavidad y siguiendo un patrón en forma de «S». Este paso es fundamental para conseguir ese aspecto retro y brillante. Si necesitas más fijación, utiliza pinzas planas para marcar las ondas mientras se secan.
Recoge el cabello en un moño bajo: una vez que las ondas enmarquen tu rostro, recoge el resto del cabello en un moño bajo y asegura con horquillas. Aplica una ligera capa de laca para mantener el peinado intacto.

¿Te animas a probar este peinado?

El wet look se ha convertido en un clásico atemporal que realza la belleza natural y aporta un aire sofisticado sin complicaciones. Su versatilidad lo hace ideal tanto para el día a día como para ocasiones especiales, permitiendo jugar con diferentes acabados según la intensidad y la fijación que elijas.

Además, este peinado no solo destaca por su estética pulida, sino también por su capacidad para proteger el cabello del frizz y el encrespamiento, ya que los productos utilizados crean una barrera contra la humedad. Si quieres elevar aún más el efecto, puedes complementarlo con accesorios estratégicos, como horquillas, diademas o incluso un maquillaje glowy.

Si aún no te has atrevido a probarlo, ahora es el momento perfecto para experimentar y encontrar la versión que mejor se adapte a tu estilo. Con los productos adecuados y la técnica correcta, conseguirás un peinado impecable, moderno y con un acabado profesional sin salir de casa.

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¿Qué es la leche de cucaracha y por qué podría ser el superalimento del futuro?

Existe una especie de cucaracha, la Diploptera punctata, que a diferencia de todas las demás, desarrolla a sus crías dentro de su cuerpo como lo hacen los mamíferos. Para nutrirlas, la madre produce un líquido especial dentro de ella, conocido como «leche de cucaracha». En los últimos años, esta sustancia se ha estudiado mucho y
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A diferencia de la de vaca o de cabra, esta leche no se puede obtener mediante la ordeña, por lo que su extracción se vuelve compleja. Especialmente porque su versión más nutritiva se encuentra en forma de cristales de proteína dentro de las crías, y para obtenerlos hay que extraerlos de sus intestinos.

Si bien es cierto que, en teoría, la leche de cucaracha podría ser una alternativa para mejorar el problema creciente de la escasez de alimentos, gracias a su aporte de «nutrientes completos», la realidad es que todavía falta mucho para que sea viable y comercializable.

¿Por qué algunos científicos la consideran un superalimento?

Los expertos que han estudiado los cristales de proteína de leche presentes en el intestino de las crías, han catalogado a la sustancia como un posible superalimento por su gran cantidad de nutrientes concentrados. Esto ha sido sorprendente, en especial al compararse con la leche de animales mamíferos.
Cabe aclarar que estos descubrimientos son solo a nivel de composición química. En realidad no se ha probado su consumo para humanos ni animales. Tampoco se sabe si realmente podría ser un alimento cotidiano que sustituya o complemente parte de nuestra dieta actual.

Cantidad de calorías

De acuerdo con un artículo de la revista Experimental and Clinical Sciences (ECS), estos cristales contienen una reserva energética (calorías) muy superior a la de leches animales. Con 232 calorías por cada 100 gramos, suma más de tres veces las de la leche de vaca (62 calorías por 100 gramos), supera a la de búfalo (110 calorías por cada 100 gramos), e incluso está por encima de la leche materna humana (72 calorías por 100 gramos).

Presencia de aminoácidos

Otro punto que eleva la leche de cucaracha a la categoría de superalimento es su contenido de aminoácidos, incluyendo todos los esenciales que, durante la digestión, se liberan a un ritmo continuo. Esto se traduce en un suministro constante de nutrientes esenciales para el crecimiento y el desarrollo. Dicha cualidad no la poseen las leches animales.
Nuestro cuerpo no es capaz de producir los aminoácidos por sí solo; los obtenemos por medio de la dieta y su función es diversa: desde reparar los tejidos, hasta descomponer los alimentos.

Otros nutrientes

Aunque no hay una tabla nutricional como tal para este «superalimento». Un estudio antiguo, publicado en la revista Bioquimica de los insectos, reconoce las siguientes proporciones de nutrientes en este fluido de la cucaracha, lo que evidencia aún más sus cualidades excepcionales:

45 % de proteínas: superando por mucho la proporción de proteínas de la leche de vaca (3.5 %), así como la de la leche materna (1 %). Ellas son necesarias para el buen mantenimiento de la salud muscular.
5 % de aminoácidos libres: conteniendo los nueve esenciales.
25 % de carbohidratos: de estos, más de la mitad son azúcares libres, siendo la más abundante la manosa.
16 a 22 % de lípidos: entre ellos los ácidos linoleico, oleico y ácidos grasos omega-3.

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¿Es viable la producción de leche de cucaracha?

En este momento no. El proceso para obtener la leche de cucaracha no es sencillo ni rápido, así como tampoco industrializado. Implica sacar los cristales de proteína de los intestinos de las crías y, para llegar a ese punto, deben pasar unos 54 días desde su nacimiento.

De igual manera, las cantidades obtenidas son bastante decepcionantes. Expertos indican que para obtener 100 gramos de leche, habría que matar más de 1000 cucarachas. Por ello, se están estudiando las secuencias genéticas de los cristales de proteínas para replicarlos. Es decir, la idea sería crear una «leche de cucaracha sintética».

En cuanto a los posibles usos en la alimentación de esa leche sintética, algunos científicos señalan que, hasta el momento, no será de la misma forma que tomamos leche de vaca. De hecho, investigadores de la India estudian la idea de utilizar los cristales de proteína como parte de una levadura para producir otros alimentos, por ejemplo, pan o cerveza. Otros sugieren que el consumo de estos cristales será en cápsulas, como un suplemento.

Beneficios potenciales

Los efectos de la leche de cucaracha, en la salud humana, siguen en investigación. Hacen falta mayores estudios porque, hasta el momento, no se han realizado pruebas en animales ni humanos. En realidad, como ya se indicó, no se sabe cuáles sean sus efectos o si se pueda consumir.

Sin embargo, teniendo en cuenta su contenido nutricional, la comunidad científica ha teorizado que podría ser útil en los siguientes casos, ya sea en su versión natural o sintética:

Podría ayudar a combatir la desnutrición, gracias a su aporte elevado de calorías, proteínas y aminoácidos.
En caso de que se llegase a producir y comercializar como «otro tipo de leche», podría ser una alternativa para personas con intolerancia a la lactosa, ya que no contiene esta azúcar. Por el contrario, es rica en manosa, otra forma de azúcar beneficiosa para el organismo. No obstante, este supuesto beneficio, dependería por completo de las formas de obtención, producción y comercialización.
Dado a su alto contenido de proteínas, se estima que podría ser un suplemento alimenticio para quienes buscan aumentar su masa muscular.

Por otro lado, quienes la comparan con la leche de origen animal, como la de vaca, creen que podría tener un potencial beneficio medioambiental. A diferencia de la ganadería tradicional, la crianza en masa de cucarachas no generaría grandes cantidades de dióxido de carbono, que es una de las causas del calentamiento global. Sin embargo, la cría y eliminación sistemática de estos insectos entraría en un conflicto ético, en tanto que son seres vivos.
Cabe destacar que lo anterior es meramente especulativo, porque se desconoce cómo serían las formas de producción y obtención de esta sustancia.

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Leche de cucaracha: mitos y realidades

Si bien es cierto que la noticia sobre esta leche ha causado gran revuelo en redes sociales. La verdad es que todavía está lejos de ser un producto que encuentres en los anaqueles de tu supermercado de confianza.

Aunque podría tener beneficios potenciales a la salud, siendo —en teoría— útil para casos de desnutrición, o para quienes lleven una dieta hipercalórica o sin lactosa. No sería una alternativa para alguien con sobrepeso, por su gran cantidad de calorías. Ni tampoco para un vegano o vegetariano, ya que iría en contra de su ética ambiental.

Aun cuando hay lugares en el mundo donde los insectos son considerados un manjar, en la mayor parte del mundo no es así. Tal vez en el futuro produzcan la leche de cucaracha en masa, de forma sintética y en productos novedosos, haciendo que esa tendencia cambie. Pero en la actualidad, hay muchas reservas sobre ella.

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