Conoce las principales diferencias entre el yogur y el kéfir

Griego, con frutas o descremado, son algunas de las variedades de yogur que podemos encontrar en los pasillos del supermercado. Esta variedad lo hace uno de los snacks favoritos por muchos alrededor del mundo. El kéfir, por su parte, es otro subproducto de lácteo que ha ido ganando popularidad con el paso de los años
The post Conoce las principales diferencias entre el yogur y el kéfir appeared first on Mejor con Salud.  Griego, con frutas o descremado, son algunas de las variedades de yogur que podemos encontrar en los pasillos del supermercado. Esta variedad lo hace uno de los snacks favoritos por muchos alrededor del mundo. El kéfir, por su parte, es otro subproducto de lácteo que ha ido ganando popularidad con el paso de los años y que guarda varias similitudes con el yogur.

Los dos se producen por medio del proceso de fermentación, tienen un color blanco como la leche y son alimentos probióticos. Esto quiere decir que cuentan con microorganismos que pueden ser beneficiosos para la salud, por fortalecer la microbiota intestinal. Ella juega un papel importante en la defensa del organismo, así como en el metabolismo de algunos alimentos.

Ahora, hay muchas personas que piensan que ambos alimentos son lo mismo, o incluso que el kéfir es un tipo de yogur, lo cual no es cierto. Aquí te contamos algunas diferencias entre el yogur y el kéfir, para que puedas elegir con mayor información el que más te convenga, la próxima vez que vayas al súper.

1. Probióticos y proceso de fermentación

Si bien es cierto que ambos se consideran como alimentos probióticos, una diferencia entre el yogur y el kéfir radica en la cantidad y tipo de ellos que contienen. En el caso del yogur, durante su elaboración se da una fermentación láctica, que utiliza solo bacterias ácido-lácticas. Principalmente de las cepas Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus.

También hay casos en los que se le agregan cepas adicionales durante su proceso de fabricación. Estos son los conocidos «yogures probióticos», que cuentan con entre cuatro y seis cepas de bacterias diferentes en total.

Respecto a la preparación del kéfir, la fermentación es lacto-alcohólica, y esto se debe a que no solo intervienen bacterias lácticas, sino también bifidobacterias y levaduras. Se cree que en este alimento hay más de 50 cepas de probióticos diferentes.

En este caso, el kéfir cuenta con una mayor cantidad de probióticos que el yogur, lo que implica que puede aportar mayores beneficios a la salud, ya que esta mayor variedad de microorganismos podría fortalecer aún más la microbiota intestinal.

Otro punto a tener en cuenta, y que está muy relacionado con esto, es que el yogur (sobre todo el fabricado de manera industrial), se suele someter a un segundo proceso de pasteurización, para que dure por más tiempo, donde se pierden muchas de esas bacterias buenas. El kéfir, en cambio, no puede pasar por esta segunda pasteurización, ya que cambiaría sus propiedades. Por ello, además de contar con más probióticos de manera natural, conserva más que muchos de los yogures industriales que encontramos en las tiendas.

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2. Elaboración

Otra de las diferencias entre el kéfir y el yogur la podemos ver en sus procesos de elaboración. El primero es bastante sencillo de hacer: basta con agregar los gránulos de kéfir (son gelatinosos y similares a la coliflor), a la leche y dejar que fermente por entre 24 y 48 horas. Un punto a resaltar es que este proceso se da a temperatura ambiente (entre 20 y 24 °C), y no requiere de la acción del calor.

En el caso del yogur, el proceso es un poco más complejo. Primero, la leche debe calentarse a unos 45 °C, agregar el fermento (las bacterias las venden en sobres), servir en tarros de cristal y dejar que repose en un lugar donde mantenga una temperatura constante de 45 °C, por entre ocho y diez horas.
Como puedes ver, el yogur estará listo en menos tiempo, pero sí requiere un poco más de trabajo.

Otro aspecto a resaltar es que el yogur solo se puede hacer con leche, ya sea de vaca, cabra o incluso vegetal (en este caso el tiempo de reposo y la cantidad de fermento se van a incrementar para darle consistencia). Mientras que el kéfir puede hacerse tanto con leche como con agua. En esta alternativa, debes agregar azúcar a la preparación, para que pueda darse la fermentación.

3. Cantidad de calorías

Una de las dudas más comunes entre estos dos alimentos es «¿cuál tiene más calorías?» Y la respuesta es el yogur. 100 gramos de kéfir cuentan con 52 calorías, mientras que el yogur cuenta con 78 calorías por la misma cantidad.

Con respecto a su aporte de proteínas, aunque ambos las contienen, sus valores son bastante similares: 3,59 gramos por cada 100 en el caso del kéfir, contra 3.82 gramos por cada 100 en el yogur. Lo mismo sucede con otros micronutrientes por cada 100 gramos:

Calcio: 124 mg en el kéfir y 127 en el yogur.
Fósforo: 100 mg en el kéfir y 101 mg en el yogur.
Tiamina (vitamina B1): 0.03 mg en el kéfir y 0.05 mg en el yogur.
Vitamina D: 1 mg en el kéfir y 0.78 mg en el yogur.

Otro punto que debes considerar es que, como en la fabricación del kéfir hay levaduras y se realiza una fermentación alcohólica, se produce una pequeña cantidad de alcohol (que no suele superar el 3 %). Mientras que el yogur está por completo libre de él.

4. Textura

Quizás esta es una de las diferencias más evidentes, y es que se puede notar a simple vista. El yogur de toda la vida tiene una consistencia cremosa y con más cuerpo, por ello lo sueles comer con cucharilla. Las bacterias tienen que ver con esto, ya que durante su fermentación se produce ácido láctico, que coagula las proteínas de la leche y da esa textura cremosa.

Por su parte, —y aunque tiene un punto de viscosidad—, el kéfir es más líquido que el yogur, de manera que se suele servir en vaso, como una bebida. A diferencia del yogur, los productos de la fermentación de este alimento son más complejos, ya que se producen diferentes ácidos y gases, pero sin llegar a coagular.

5. Sabor

La mayoría hemos comido yogur natural en nuestra vida y tiene un deje ácido. Aunque su intensidad varía dependiendo de la leche que se utilice en su fabricación. Por ejemplo, si lo haces con leche vegetal, será menos ácido que con leche entera de vaca.

En el caso del kéfir, también hay acidez, pero esta es más intensa y con un punto de efervescencia, que hace resaltar su sabor. Las relaciones simbióticas complejas que se dan en su fermentación —en donde intervienen bacterias y levaduras—, son las que producen ese sabor único.

6. Origen

Aunque ambos alimentos tienen una «larga data», cuentan con antigüedades y lugares de origen distintos. El kéfir proviene de las montañas del Cáucaso y sus primeros registros se remontan a los años 2000 A.C. Las familias transmitían los granos de este alimento de generación en generación y los consideraban muy valiosos.

En cuanto al yogur, este es todavía más antiguo y los registros asocian su origen a algún momento entre los 5 000 y 10 000 A.C. en el Medio Oriente. Los pastores lo descubrieron por accidente. Cuando transportaban leche de cabra u otros animales en sacos hechos de tripa, lo que favorecía su fermentación.

¿Cuándo no debes tomar kéfir?

Algunos de los efectos asociados al consumo del kéfir son el aumento de la actividad antimicrobiana, antiinflamatoria e incluso hasta antihipertensiva. Aunque la mayoría tolera bien este alimento, algunas personas deben evitarlo o consumirlo bajo supervisión médica, pues puede causarles problemas de salud. Entre los grupos para los que está contraindicado el kéfir se encuentran:

Embarazadas.
Niños pequeños.
Quienes posean infecciones por levaduras u hongos activas.
Personas que sufren de lupus, síndrome de inmunodeficiencia adquirida o enfermedades inmunodeficientes en general.

        De igual manera, en algunas personas el kéfir puede causar efectos secundarios como gases, malestar estomacal o diarrea. Si este es tu caso, suspende su consumo.

¿Cuándo no debes tomar yogur?

Al no poseer el pequeño porcentaje de alcohol que contiene el kéfir, el yogur es apto para la mayoría, incluidas las embarazadas y niños. Las personas que podrían tener algún efecto secundario (como gases o pesadez), son quienes padecen de intolerancia a la lactosa.

Sin embargo, la lactosa presente en el yogur es en cantidades mínimas, debido al proceso de fermentación. Haciendo que las personas con intolerancia a la lactosa digieran sin problema. Esto mismo sucede con el kéfir.

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Entonces, ¿qué es mejor: kéfir o yogur?

Aunque los beneficios de consumir yogur y kéfir se parecen y están orientados, sobre todo, hacia la prevención de la salud intestinal, el kéfir puede ser más provechoso, debido a que posee una mayor cantidad de probióticos que el yogur.

En cuanto a los aspectos nutricionales, son bastante similares, más allá de las calorías, aunque tampoco es una diferencia tan abrumadora. El punto del sabor y la textura ya quedan a gusto personal. Si te gustan los sabores más intensos, ve por el kéfir; pero si quieres algo más suave y con cuerpo, el yogur es ideal.

El hecho es que, más allá de las diferencias entre el yogur y el kéfir, ambas son buenas y deliciosas opciones para incluir en tu dieta. Valen como parte del desayuno, tentempié a media mañana o para una merienda saludable llena de sabor. Eso sí, elige opciones naturales sin sabores artificiales, ya que estos suelen llevar azúcar y no son tan beneficiosos.

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Descubre qué es el entrenamiento AMRAP y para qué sirve

La técnica AMRAP es muy popular dentro del ámbito del CrossFit. Se caracteriza por realizar un conjunto específico de ejercicios, en secuencia y en circuito, en un tiempo máximo determinado. La idea es hacer tantas repeticiones de dicho circuito como nos sean posibles, hasta que se cumplan los minutos establecidos. Este tiempo máximo suele durar
The post Descubre qué es el entrenamiento AMRAP y para qué sirve appeared first on Mejor con Salud.  La técnica AMRAP es muy popular dentro del ámbito del CrossFit. Se caracteriza por realizar un conjunto específico de ejercicios, en secuencia y en circuito, en un tiempo máximo determinado.

La idea es hacer tantas repeticiones de dicho circuito como nos sean posibles, hasta que se cumplan los minutos establecidos. Este tiempo máximo suele durar entre 10 y 20 minutos.

Los ejercicios seleccionados suelen ser funcionales y bastante aeróbicos. Por lo tanto, muchos consideran que AMRAP es una variante del HIIT (entrenamiento interválico de alta intensidad).

¿Cómo programar una sesión de AMRAP?

Una sesión de AMRAP puede ser lo único que hagamos en el día porque tenemos poco tiempo para entrenar, debido a nuestras ocupaciones. O puede formar parte del WOD («work of the day» o «trabajo del día» en CrossFit), para luego complementarse con otras prácticas.

Si tenemos un entrenador, que es lo recomendable, él nos diseñará el circuito y nos dirá cuál es el tiempo máximo para repetirlo. En caso de haber planificado la rutina por nuestra cuenta, podemos recurrir a secuencias que ya están establecidas y de las cuales te presentamos ejemplos más adelante.

Siempre, antes de iniciar el AMRAP, hay que calentar. 5 a 10 minutos puedes ser suficientes para aumentar la temperatura muscular y la movilidad articular.

El diseño del circuito suele basarse en la combinación de 3 a 8 movimientos que trabajan diferentes grupos musculares. Luego, a cada movimiento seleccionado se le adjudican una cantidad de repeticiones que hay que cumplir para pasar al próximo.

Por ejemplo, una ronda completa podría ser la siguiente:

10 burpees.
15 sentadillas con peso.
10 flexiones de brazos.
20 saltos al cajón.
15 abdominales mariposa.

Programamos un temporizador del móvil o de nuestro reloj en 20 minutos y comenzamos. Hacemos los 10 burpees, luego las 15 sentadillas con peso y así sucesivamente. Al terminar los abdominales mariposa, volvemos a los 10 burpees y repetimos todo el circuito.

Si nos sigue sobrando tiempo, volvemos a empezar, tantas veces como podamos. Y suspendemos cuando suena el temporizador de los 20 minutos.

Habiendo terminado, dedicamos 5 a 10 minutos al enfriamiento y estiramiento. Así, ayudamos a la recuperación muscular.

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Ejemplos

Existen circuitos de AMRAP que ya fueron prediseñados y que son clásicos dentro del CrossFit. A menudo, llevan nombres de personas, como una forma de rendir homenaje o recordar a aquellos atletas que fueron significativos para la disciplina.

Los siguientes son algunos ejemplos que podrías tomar para tus rutinas. Comenzamos por Cindy, que tiene una duración de 20 minutos y combina movimientos de tirón y de empuje:

5 dominadas.
10 flexiones de brazos.
15 sentadillas.

El AMRAP llamado Jack usa 20 minutos para tres ejercicios:

10 push presses.
10 swings por pesas rusas.
10 saltos al cajón.

Christina es un AMRAP de 20 minutos con varios ejercicios, por lo que aporta variedad al WOD:

9 dominadas.
9 squat cleans.
9 swings con pesas rusas.
9 toes to bar.
9 push presses.
9 burpees.

En el Mary tendrás 20 minutos para hacer lo siguiente, tantas veces como puedas:

5 flexiones de pino.
10 sentadillas a pistola.
15 dominadas.

El Danny también dura 20 minutos, pero incluye muchas repeticiones, con el fin de combinar movimientos explosivos con fuerza controlada. No es para principiantes:

30 saltos al cajón.
20 push presses.
30 dominadas.

Beneficios

Para muchas personas, practicar AMRAP es una manera de continuar el entrenamiento, a pesar de disponer de poco tiempo. Al igual que sucede con el HIIT, es posible programar sesiones muy cortas para realizar en cualquier momento del día y, así, aprovechar los beneficios.

También es cierto que estos circuitos son fácilmente adaptables. Los principiantes pueden combinar movimientos más fáciles y de menos repeticiones, mientras que los atletas avanzados pueden enfocarse en perfeccionar habilidades.

Para cualquier practicante, los beneficios físicos de las rutinas AMRAP son los siguientes:

Mejora la resistencia cardiovascular: Al realizar ejercicios repetidos, el corazón y los pulmones se esfuerzan por suministrar oxígeno a los músculos, potenciando la capacidad aeróbica.
Aumento de la fuerza muscular: Las repeticiones continuas, si se realizan con cargas externas, sobre todo, estimularán el crecimiento de los músculos.
Quema calorías: La naturaleza intensa del AMRAP es efectiva para quemar calorías y fomentar la pérdida de peso.

Tampoco hay que dejar de lado los beneficios para la salud mental. Entrenar con esta intensidad y bajo el objetivo de repetir los circuitos sin abandonar la tarea, requiere concentración y determinación para mantener el ritmo constante. Además, si se entrena en un gimnasio y en grupo, habrá un ambiente motivador que ayudará.

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¿Para quiénes es útil el AMRAP?

El AMRAP se ajusta a diferentes niveles de habilidad. Los principiantes pueden ganar confianza y familiarizarse con los movimientos del CrossFit. En el otro extremo, los experimentados pueden aumentar la intensidad de sus rutinas para mantener un nivel alto de rendimiento.

Las personas con agendas apretadas suelen recurrir al HIIT o a los AMRAP por necesidad. Pero no es una modalidad exclusiva para esa circunstancia, sino que también se pueden incluir los 20 minutos en una hora que se completa con otras rutinas.

Una de las cuestiones más discutidas es si conviene usar el AMRAP para ganar masa muscular o perder peso. En principio, estamos ante una variante de alta intensidad, por lo que habrá aumento de la frecuencia cardíaca y trabajo aeróbico con quema de calorías. Es por ello que podría decirse que tiene una gran utilidad para bajar kilogramos.

También sucede que la alta intensidad conduce al consumo de oxígeno posejercicio. Es un fenómeno por el cual nuestro cuerpo continúa quemando calorías, incluso después de finalizar el entrenamiento. Así que aquí tenemos otra razón para que el AMRAP nos ayude a perder peso.

De todas maneras, si los ejercicios seleccionados son de fuerza o enfocados en la hipertrofia, también lograremos incrementar la masa muscular. En definitiva, dependerá de cómo configuremos el circuito.

Incorpora los AMRAP con la guía de los profesionales

Este formato de entrenamiento tiene alta intensidad y versatilidad. Si tu entrenador o coach lo arma de una forma inteligente, podrías trabajar tanto la resistencia cardiovascular como tu fuerza muscular.

Considéralo una modalidad más para elegir dentro del mundo del CrossFit. No estás obligado a practicarlo a menudo, pero es buena idea probarlo e incorporarlo cada tanto para añadir variedad y evitar el estancamiento.

La alta intensidad no está exenta de riegos. Por eso es mejor contar con asesoramiento profesional para evitar lesiones y aprovechar los beneficios del AMRAP al máximo.

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Descubre para qué sirve el jabón de arroz y cómo hacer uno en casa

Cada vez más personas deciden fabricar sus propios jabones naturales en casa. De esta manera, pueden tener un control total sobre los ingredientes que usan en su cuidado diario de la piel, evitando aditivos innecesarios. Uno de los más populares es el jabón de arroz, de apariencia lechosa y color blanco. Gracias a la presencia
The post Descubre para qué sirve el jabón de arroz y cómo hacer uno en casa appeared first on Mejor con Salud.  Cada vez más personas deciden fabricar sus propios jabones naturales en casa. De esta manera, pueden tener un control total sobre los ingredientes que usan en su cuidado diario de la piel, evitando aditivos innecesarios.

Uno de los más populares es el jabón de arroz, de apariencia lechosa y color blanco. Gracias a la presencia de vitaminas B, C, D y E, al igual que minerales —como el zinc, el magnesio o el fósforo—, se le atribuyen propiedades hidratantes, suavizantes y antioxidantes en la piel.

Para aprovechar sus bondades, hay varias formas de elaboración casera. Una de las recetas más extendidas es la que tiene una base de mezcla de arroz molido hervido y jabón neutro. En este artículo, exploramos para qué sirve y te contamos cómo puedes hacerlo con pocos ingredientes.

1. Aporta suavidad

A diferencia de los jabones comerciales, que pueden contener químicos agresivos, el jabón de arroz es mucho más suave y seguro para la piel, debido a que está elaborado con productos naturales. Por tanto, es ideal para personas con pieles sensibles.
En particular, las vitaminas B y E, de la mano de minerales esenciales como el zinc y el magnesio, nutren la piel y mejoran la textura de la dermis.

2. Reduce la inflamación

Este jabón casero es bueno para pieles propensas al acné y otros problemas cutáneos, como la dermatitis y la rosácea. Esto se debe a que ayuda a disminuir la irritación y el enrojecimiento, mediante la acción de compuestos como el ácido ferúlico y el almidón. En este sentido, una revisión publicada en la revista Nutrition and Metabolic Insights sugiere que el salvado de arroz ayuda a reducir la inflamación.

3. Puede aclarar la piel

El jabón de arroz es útil para aclarar manchas oscuras, especialmente en áreas propensas a la hiperpigmentación, como la cara, las manos y otras partes del cuerpo. Esto se debe a que contiene vitamina B3 o niacina, que —en su forma activa como niacinamida— reduce la transferencia de la melanina a la capa más superficial de la dermis y así contribuye a lograr un tono más uniforme de la piel.

4. Tiene un efecto hidratante

Un estudio publicado en la revista Cosmetics analizó los beneficios del agua de arroz para la dermis y descubrió que tiene propiedades hidratantes, gracias a las vitaminas y a los minerales de este cereal. En consecuencia, es especialmente útil para el cutis, aunque también puedes utilizarlo en otras áreas del cuerpo propensas a la sequedad, como los codos, las rodillas y los talones.

5. Previene el envejecimiento cutáneo

De acuerdo con una investigación publicada en Journal of Nutrition & Food Sciences, los antioxidantes presentes en el salvado de arroz, como el ácido felúrico, el ácido fítico y el gamma-orizanol, protegen del daño causado por los radicales libres: las moléculas inestables que dañan la piel y provocan el envejecimiento prematuro.

Además, este cereal inhibe la elastasa, que es una enzima que atenta contra la elastina de la piel. Esta actividad ayuda a mantener la elasticidad y firmeza, minimizando la aparición de arrugas.

6. Actúa como exfoliante

El jabón de arroz también actúa como un suave exfoliante natural. Las partículas de este cereal ayudan a eliminar las células muertas de la piel, sin provocar irritación. Por su parte, el almidón de este cereal absorbe la grasa y otras impurezas. De esta manera, puedes tener unos poros más limpios y disminuir el brillo no deseado, mejorando la apariencia de la piel.

7. Es sostenible

En vista de que no se produce a base de productos químicos, se reduce el impacto ambiental y los riesgos asociados con el uso de sustancias sintéticas. Además, al no comprar jabones comerciales, estarás reduciendo el uso de plásticos.

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Receta fácil para hacer en casa

¿Cómo hacer un jabón de arroz en casa? Existen varias recetas posibles, pero una de las más prácticas y sencillas es la que te compartimos a continuación:

Ingredientes

1 taza de arroz
Aceites vegetales
2 barras de jabón neutro
2 cucharadas de aceite de almendras

Procedimiento

Lava el arroz hasta que, al colarlo, el agua salga transparente. Una vez que el arroz se haya secado, introdúcelo en la licuadora y muélelo hasta conseguir una sustancia similar a la harina.
Ralla las barras de jabón neutro hasta obtener pequeñas tiras.
A baño maría, pon a cocinar las tiras de jabón en una olla. Puedes moverlas con una cuchara de madera de vez en cuando. Procura que se derritan completamente. Deberías obtener un líquido de consistencia lechosa.
Introduce en la olla el arroz molido junto con dos cucharadas de aceite de almendras.
Añade un poco de vaselina o de aceites vegetales, como el de oliva, el de coco o el de salvado de arroz (también puede ser una mezcla de todos estos aceites). Los aceites que elijas le darán a tu jabón un aroma, un color y una textura particular.
Vierte la mezcla en moldes de jabón o en cualquier recipiente que te permita darles forma. Déjalos reposar para que se enfríen y endurezcan. Este proceso podría tardar unas cuantas horas e incluso un día entero.
Al finalizar, desmóldalos ¡y listo!

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¿Cómo usar el jabón de arroz?

En realidad, es muy sencillo: solo necesitas humedecerlo y hacer espuma con un poco de agua tibia para frotarlo en tu rostro, como cualquier otro jabón.

Por lo general, es adecuado para todo tipo de pieles. Aunque suele ser seguro utilizarlo todos los días, existe evidencia anecdótica que sugiere que, en algunos casos, esto podría resecar la piel.
Te recomendamos que consultes a un dermatólogo si tienes cualquier duda sobre este producto.

Jabón de arroz: un producto beneficioso para el cutis

La popularidad del jabón de arroz se explica fácilmente cuando conocemos los beneficios que trae asociados su aplicación en el rostro. Al estar hecho a base de un alimento lleno de nutrientes, como el arroz, mezclado con jabón neutro, que no tiene químicos ni colorantes, se convierte en un producto seguro y eficaz para hidratar y rejuvenecer el rostro.

Si vas a hacer tu propio jabón en casa, procura utilizar ingredientes de calidad y medir con precisión para que tenga la consistencia y propiedades deseadas. Si notas alguna irritación o cualquier efecto anormal en tu piel, detén su aplicación y consulta a un dermatólogo para recibir información personalizada.

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Guía para podar la lavanda correctamente

La lavanda es una planta leñosa, originaria del Mediterráneo y cuya familia cuenta con más de 60 especies diferentes. Muchos la conocen por sus usos en la cosmética y medicina tradicional, pero también es una opción ideal para un jardín o patio. Llena cualquier espacio no solo de color, gracias a sus alargadas flores, sino
The post Guía para podar la lavanda correctamente appeared first on Mejor con Salud.  La lavanda es una planta leñosa, originaria del Mediterráneo y cuya familia cuenta con más de 60 especies diferentes. Muchos la conocen por sus usos en la cosmética y medicina tradicional, pero también es una opción ideal para un jardín o patio. Llena cualquier espacio no solo de color, gracias a sus alargadas flores, sino también de un fantástico y fragante aroma.

Si cuentas con una de ellas, debes saber que es una planta perenne. Esto quiere decir que vive más de dos años. De hecho, hay variedades de lavandas (como la inglesa), que pueden durar más de diez años. Claro está, con los cuidados adecuados.

Y sí, entre esos cuidados se encuentra la poda. Ella es de gran importancia, ya que evitará el envejecimiento prematuro de tu planta y hará que siga viéndose hermosa. Ahora, si te preguntas, ¿cómo y cuándo se poda la lavanda? A continuación te lo explicaremos, así como otros tips para evitar que se vuelva leñosa en su totalidad.

¿Cuándo se debe podar la lavanda?

La lavanda necesita de por lo menos una poda anual y hay distintos periodos en los que puedes llevarla a cabo. La Universidad del Estado de Oregón sugiere realizarla a principios de la primavera, después de que hayan pasado las heladas.

Pero, esa no es la única etapa en la que puedes cortar esta planta. Otro buen momento es justo después de la última floración, es decir, a finales del verano y comienzos del otoño. Eso sí, ten en cuenta que si vas por la poda en esta fecha, debes realizarla por lo menos seis semanas antes de las heladas. De esta forma, le darás tiempo para recuperarse y que resista el frío del invierno, como recomiendan los expertos de Lavandas del Limay.

También hay quienes hacen una poda en verano, en el mes de julio, después de la primera floración. Esta es una muy ligera, tan solo para retirar las flores marchitas y estimular una segunda floración.
¿La lavanda se puede podar más de una vez al año? La respuesta a esa pregunta es sí. De hecho, hay especies (como la española y la francesa), que requieren sí o sí de esa poda dos veces al año: antes y después de la floración.

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¿Qué pasa si no la podas?

¿Alguna vez has visto plantas de lavanda cuyos tallos se encuentran por completo marrones y se asemejan a la paja seca? Este aspecto es el que llaman de manera popular «lavanda leñosa» y es uno de los principales motivos para hacer la poda.

Verás, la lavanda es un arbusto, y como tal tiene tallos leñosos. Cuando no la podas, esta parte leñosa va tomando cada vez más espacio de la planta, dejando al follaje o zona verde con una pequeña porción en la parte superior.

Considera que en la zona leñosa es muy difícil que salgan nuevos brotes, como señala el experto de «Cosas de jardín». De manera qué, al no podarla, estarás reduciendo su vida útil, ya que es menos probable que se produzcan hojas y flores nuevas. Además, su aspecto será cada vez más descuidado y salvaje, lo que a la larga te llevará a cambiarla.

¿Cómo se poda?

Podar la lavanda es una labor sencilla, pero muy necesaria. Para llevarla a cabo requieres de unas tijeras de podar con buen filo y guantes de jardinería, para proteger tus manos. Si cuentas con una planta muy grande en tu jardín, entonces también precisarás un cortasetos. Dicho esto, ¡pongamos manos a la obra!

1. Limpia las herramientas

El primer paso para podar la lavanda es desinfectar las herramientas que vayas a utilizar. Esto es muy importante, porque los implementos sucios pueden tener bacterias y microorganismos, los cuales pasarían a tu lavanda y podrían causarle alguna enfermedad.

Hay varias formas de limpiar las tijeras de podar, pero consideramos que una de las más sencillas y eficaces es aplicarles alcohol isopropílico. Para ello basta con humedecer un trapo y pasarlo por las cuchillas. No es necesario que lo seques, ya que el alcohol se evapora muy rápido.

2. Elige el tipo de poda

Como te comentamos antes, la lavanda puede podarse por lo mínimo una vez al año, aunque lo ideal es que sean dos veces. Una de ellas es más intensa, en donde le das la forma a la planta; mientras que la otra es ligera, tan solo enfocándote en quitar flores secas y ramas muertas.

El momento elegido para hacer cada una de ellas queda a tu elección, siempre teniendo en cuenta los periodos que te indicamos antes. Hay personas que hacen la poda más intensa al inicio de la primavera, para que la planta comience con «buen pie» su periodo de floración.

Por su parte, otros dejan esta tarea para el final del verano (sobre todo los que poseen lavandas inglesas, ya que estas son más resistentes al clima del invierno). Esta acción fomenta su crecimiento para el próximo año.

3. Retira las flores marchitas

Esta labor la realizas tanto en la poda intensa como en la más ligera. Vas a identificar en tu planta las flores, bulbos o ramas que se encuentren secos y las vas a cortar con la ayuda de las tijeras de podar. Lo ideal es que hagas el corte en ángulo, para estimular una nueva floración.

3. Da forma a la lavanda

Es la función principal de la poda intensiva. Para ello vas a recortar tu planta, aproximadamente en un tercio de su tamaño, unos cinco centímetros por encima de los primeros brotes verdes. Es importante que no la recortes en la parte marrón o leñosa del tallo, ya que de allí es muy difícil que surjan nuevos brotes y podrías dañarla.

También dale una forma redondeada o de globo. Como señalan los expertos de Lavandas de Limay, esto hace que «entren» los rayos solares de forma más uniforme a todas las partes de la planta, estimulando la fotosíntesis. Además, le da una apariencia más compacta, ordenada y prolija.

Si tu planta es pequeña, puedes hacer esta labor con las tijeras de podar, cortando rama por rama, o formando un ramito con un par de tallos y cortándolos juntos. Pero si es una lavanda grande, entonces es mejor utilizar otra herramienta de jardín como el cortasetos, que te dará mayor comodidad.
Eso sí, es clave respetar la regla de no cortar más de cinco centímetros sobre el primer brote verde.

4. Limpia la base

Luego de que hagas la poda de la lavanda, vas a limpiar su «base», es decir, el área de suelo en donde se encuentra. Retira toda la maleza y hojas secas que posea, así como las ramas que acabas de podar y que quedaron por allí dispersas. La finalidad de esto es que el sol llegue a la parte baja de la planta y estimule su crecimiento. De igual manera, evita que pueda sufrir de enfermedades futuras, por la pudrición de ese follaje.

Con las ramas que has cortado puedes hacer esquejes, de donde saldrán nuevas plantas. También hay quienes emplean esas ramas de lavanda en diversos usos cosméticos en el hogar, como por ejemplo, para repeler insectos.

5. Cuídala tras la poda

Una vez que termines de podar tu lavanda y la limpies, debes regarla si notas que su sustrato se encuentra en extremo seco. También es conveniente que le apliques un poco de fertilizante ecológico, porque de allí obtendrá una variedad de nutrientes necesarios para su crecimiento.

¿Cómo evitar que la lavanda se vuelva leñosa?

La principal medida de prevención para evitar la leñosidad de la lavanda es la poda. Como te hemos comentado, ella fomenta la renovación de los tallos y estimula el brote de nuevas hojas y flores. También evita que la planta tenga un crecimiento descontrolado en lo ancho, tomando mayor espacio del que le tienes previsto en tu jardín, lo que puede llegar a afectar a otras plantas cercanas.

Otra medida que puede ayudar a prevenir que se vuelva leñosa es el riego. Si bien es cierto que la lavanda es una planta muy resistente y que no necesita tanta agua —en promedio un riego semanal—, es importante que no te olvides de él. Sin este cuidado indispensable, sus hojas y flores podrían marchitarse, así como aumentar sus partes leñosas.

Por último, es crucial proteger a la lavanda en el invierno, sobre todo si vives en una zona propensa a heladas. El frío extremo, aparte de que puede matar a la planta, le causa un gran estrés que hace que se formen más zonas leñosas. En esos casos, y si la tienes sembrada en maceta, conviene que la coloques en un espacio más protegido, como un mini invernadero. También puedes envolver la maceta en plástico burbuja para darle calor.
Por otro lado, si tienes la lavanda sembrada directamente en el jardín, lo ideal es que le coloques una capa de mantillo en la base. Esto hará que mantenga calor y soporte mejor las bajas temperaturas.

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No tengas miedo de podar la lavanda

Aunque a primera vista puede parecer que le estás haciendo daño a la planta —y por ello muchas personas tienen miedo de realizarlo—, la verdad es que la poda es muy necesaria para que la lavanda prospere.

Esta acción le va a permitir crecer más hermosa y sana. Si pones en práctica los consejos que te hemos dado sobre cómo y cuándo podar la lavanda, estamos seguros de que harás un buen trabajo y prolongarás su vida útil.

De igual manera, no dejes de lado los otros aspectos del cuidado de la lavanda entre una poda y otra. Con esto nos referimos a un riego semanal, al menos seis horas de luz solar al día, abono orgánico —sobre todo— al principio de la primavera y revisar de forma frecuente que no tenga plagas u hongos. Si estás al tanto de todo esto, tendrás planta para rato.

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Cómo eliminar mosquitos de una habitación

Si has tenido noches donde tu descanso se ve interrumpido por un zumbido o por el picor en tu piel, debes saber lo molesto que pueden llegar a ser los mosquitos. Además, estos insectos pueden ser los portadores de numerosas enfermedades, así que tenerlos dentro de las habitaciones de tu hogar es un riesgo para
The post Cómo eliminar mosquitos de una habitación appeared first on Mejor con Salud.  Si has tenido noches donde tu descanso se ve interrumpido por un zumbido o por el picor en tu piel, debes saber lo molesto que pueden llegar a ser los mosquitos. Además, estos insectos pueden ser los portadores de numerosas enfermedades, así que tenerlos dentro de las habitaciones de tu hogar es un riesgo para la salud.

Afortunadamente, existen medidas efectivas para eliminarlos —desde el uso de plantas con efecto repelente hasta remedios y trampas caseras— de las que puedes echar mano. Además, hay otras acciones preventivas que te ayudarán a evitar su proliferación. A continuación, te damos todos los detalles de lo que puedes hacer para deshacerte de esa plaga.

1. Usa plantas aromáticas antimosquitos

Los mosquitos tienen un sentido del olfato muy desarrollado y esto les hace susceptibles al aroma de ciertas plantas. Por ello, una buena idea es tener macetas en la ventana de la habitación, en el balcón o incluso en las áreas exteriores de la casa para así alejarlos. Con el beneficio extra de que disfrutarás de olores agradables y un aire más purificado. Las mejores opciones antimosquitos son las siguientes:

Ruda
Salvia
Clavel
Menta
Geranio
Lavanda
Citronela
Albahaca

Ten precaución con algunas variedades que tienen el efecto contrario, pues atraen a los zancudos. Esas son las plantas que tienen flores con néctar y las acuáticas que los insectos usan para depositar sus huevos.

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2. Opta por difusores de aromas con aceites esenciales

Hay algunos aceites esenciales que actúan como excelentes repelentes naturales, puedes usar quemadores de esencia o difusores de aromas eléctricos y colocarlos en la habitación para que los mosquitos se alejen. Te recomendamos ubicarlos en la ventana para evitar que entren en la estancia y cerca de la cama para que los molestos zancudos no interrumpan tu descanso.

Otra alternativa es crear un pulverizador con unas gotas de aceite esencial y agua para rociar por la habitación. También, puedes agregar un poco en la cama, alfombras, cortina y en la ropa para tener un mejor efecto repelente.

Si te preguntas cuáles son los mejores, te compartimos algunas opciones:

Menta
Limón
Vainilla
Lantana
Lavanda
Cúrcuma
Citronela
Albahaca
Eucalipto
Palo Santo

        Como estos repelentes también puedes usarlos en el cuerpo, son una buena opción para evitar que te piquen los mosquitos mientras duermes. Además, te recomendamos la lavanda para aprovechar sus efectos sedantes, así tendrás noches más tranquilas.

3. Ubica remedios caseros en puntos estratégicos

Para eliminar los mosquitos de tus habitaciones debes prestar atención a los lugares donde suelen esconderse; estos insectos prefieren las zonas oscuras y húmedas. Seguro los has visto detrás de las puertas, en el clóset o debajo de los muebles. Si en la habitación tienes un baño, también será uno de los sitios preferidos.

Así que ubicar algunos sencillos remedios donde suelen estar los zancudos te ayudará a protegerte de sus picadas. Por ejemplo, coloca un vaso con una parte de agua y otra de vinagre en las ventanas, debajo de tu cama o en las repisas que tengas en la habitación. También, puedes rociar un poco en los muebles y en el aire para evitar que los mosquitos entren.

El limón y el clavo forman una combinación de olor que aleja estos insectos voladores. Para aprovechar sus bondades, solo debes cortar un limón a la mitad y en cada parte insertar algunos clavos. Luego, ubica las mitades en los lugares ya mencionados.

Otro remedio efectivo es encender incienso o velas con aromas de citronela o lavanda, aunque, en general, cualquier aroma intenso te ayudará a sacar los mosquitos de tu habitación.

4. Crea una trampa para mosquitos

Una de las razones por las cuales los zancudos llegan a ti es porque son atraídos por el dióxido de carbono que desprende tu cuerpo. Por lo que una trampa que simule tal efecto te permitirá atrapar a estos insectos, evitando que te piquen. Toma nota de lo que necesitas y el procedimiento:

Ingredientes y materiales

Cinta adhesiva
50 gramos de azúcar
200 mililitros de agua tibia
Una botella de plástico de 2 litros
1 gramo de levadura de panadería
Una bolsa de plástico negra o paño oscuro

Paso a paso

Corta la botella por la mitad y conserva ambas partes.
En la parte inferior de la botella mezcla el agua y el azúcar.
Incorpora la levadura.
Inserta bocabajo la parte de superior de la botella que guardaste, es decir, con el cuello hacia el interior de la otra mitad, pero sin que toque la mezcla. Coloca un poco de cinta adhesiva para mantener las partes bien unidas.
Cubre los laterales de la botella con la bolsa o el paño.
Ubica la trampa en un área oscura, detrás de la cama o de un mueble.

        El efecto de esta trampa puede durar unas dos semanas aproximadamente, luego de ese tiempo puedes vaciar y hacer una nueva mezcla.


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5. Aplica insecticidas domésticos o repelentes químicos

Estos son productos que se pueden conseguir en el supermercado y son bastante efectivos para eliminar la plaga. Sin embargo, su uso debe ser más bien ocasional y siguiendo al pie de la letra las indicaciones del fabricante, pues estos químicos pueden representar un riesgo para la salud cuando se usan en grandes cantidades y por tiempo prolongado.

Los insecticidas más recomendados son aquellos con compuestos de baja toxicidad, por ejemplo, el DEET, este último usado con frecuencia en diversas presentaciones de repelentes. Lo más común es usar una presentación en aerosol para fumigar la habitación, en especial, las áreas oscuras donde suelen estar los mosquitos o rociar mosquiteros y cortinas.

Si tienes una gran presencia de mosquitos en la habitación, puedes probar con un insecticida y luego aplicar medidas preventivas y remedios naturales que son más seguros para ti y tus mascotas.

Medidas preventivas contra zancudos

Es importante aplicar algunas acciones preventivas para no favorecer la proliferación de los mosquitos y así dar más protección a todo tu hogar. Ten presente las siguientes opciones:

Asea la habitación con frecuencia.
Utiliza mosquiteros alrededor de las camas y cunas.
Mantén la humedad de la habitación por debajo del 50 %.
Instala barreras físicas como pantallas o mallas en las ventanas y en las puertas, en especial, aquellas que dan al patio.
Cierra ventanas y puertas durante el atardecer y la noche, pues los mosquitos están más activos.
Elimina los depósitos de agua estancada, como baldes, floreros o macetas, canales de desagüe, entre otros. Si tienes un tanque de agua, debe permanecer bien tapado.
Ventila la habitación con frecuencia para que no se acumule el dióxido de carbono. Además, las corrientes de aire dificultan el vuelo a los mosquitos.
Tapa posibles grietas o agujeros en ventanas, puertas y paredes que permitan el paso de los insectos.

Protégete contra las picadas

Tener una habitación libre de zancudos es posible si eres constante en la aplicación de nuestros consejos y evitas los potenciales criaderos. Recuerda que los puntos de agua estancada son focos de reproducción; mientras que la humedad y poca ventilación son refugios para estos insectos.

Las plantas, los aceites esenciales y las trampas resultan muy efectivos para mantenerlos alejados, por lo que te sugerimos recurrir a estas opciones antes de probar con los insecticidas domésticos.

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Dieta carnívora: qué es, beneficios, riesgos y un menú de ejemplo

La dieta carnívora es una de esas tendencias nutricionales que, aunque capturan la atención de muchos, también es motivo de controversia. Basada en el consumo exclusivo de carnes, aves de corral, pescados y huevos, es un enfoque restrictivo que promete beneficios para la pérdida de peso, la ganancia muscular, el control de la glucosa y
The post Dieta carnívora: qué es, beneficios, riesgos y un menú de ejemplo appeared first on Mejor con Salud.  La dieta carnívora es una de esas tendencias nutricionales que, aunque capturan la atención de muchos, también es motivo de controversia. Basada en el consumo exclusivo de carnes, aves de corral, pescados y huevos, es un enfoque restrictivo que promete beneficios para la pérdida de peso, la ganancia muscular, el control de la glucosa y la salud mental.

Sus defensores argumentan que es una manera de «retornar a la alimentación ancestral», en la que la carne, al ser natural, ayuda a revertir enfermedades asociadas al consumo de alimentos procesados, como los trastornos inflamatorios, la diabetes tipo 2 y la obesidad. Sin embargo, estas ideas han generado un intenso debate en la comunidad científica.

¿En realidad es posible cubrir todos los requerimientos nutricionales, suprimiendo frutas, verduras, granos y demás hidratos de carbono? ¿Es sano consumir solo alimentos animales? Para resolver estos interrogantes, a continuación, te compartimos un análisis detallado sobre este régimen; desde cómo se hace hasta sus implicaciones, posibles beneficios y riesgos.

¿En qué consiste la dieta carnívora?

La dieta carnívora no tiene una única versión. Define tanto los programas de alimentación que proponen un consumo exclusivo de carnes rojas, como otros en los que se incorporan pescados, vísceras, aves, huevos y, a veces, productos lácteos.

En general, implica la eliminación total —o máxima— de frutas, verduras, granos, legumbres y cualquier alimento vegetal. De este modo, la principal fuente de energía son las proteínas y las grasas, mientras que los carbohidratos se restringen de forma drástica. Asimismo, sus principios establecen un consumo de alimentos naturales sin procesar.

No debe confundirse con la dieta Atkins y la dieta cetogénica, porque —aunque comparten ciertas similitudes en cuanto a la idea de ingerir la menor cantidad posible de carbohidratos— estas últimas son un poco más flexibles respecto a sus alimentos permitidos.

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Beneficios potenciales

Los promotores de la dieta carnívora sustentan que es posible obtener la mayoría de los nutrientes esenciales a través de los alimentos animales; además, como es una dieta sin harinas, azúcares y productos procesados, su implementación se asocia a los siguientes beneficios:

Pérdida de peso: la restricción total de carbohidratos puede inducir a la cetosis, un estado metabólico en el que el cuerpo utiliza las grasas como fuente de energía, dando lugar una disminución de peso rápida y significativa.
Aumento de masa muscular: priorizar el consumo de proteínas completas —como las que aportan los alimentos de origen animal— promueve la síntesis muscular, ya que proporciona todos los aminoácidos esenciales. Además, la carne (en especial la roja) es una fuente de creatina, que favorece el crecimiento muscular y el rendimiento físico.
Reducción de la inflamación: la restricción de alimentos vegetales evita la ingesta de lecitinas, oxalatos, gluten, azúcar y otras sustancias que se asocian a la exacerbación de síntomas de enfermedades inflamatorias, como la artritis, la psoriasis y la enfermedad de Crohn. Sin embargo, este argumento es controversial y se basa sobre todo en reportes anecdóticos.
Control de los niveles de glucosa: al depender en gran medida de proteínas y grasas, el cuerpo produce glucosa a partir de precursores que no son carbohidratos (gluconeogénesis), lo que le permite mantener sus niveles más estables. De este modo, beneficia a personas con resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
Claridad mental: la percepción de un aumento de energía y concentración es uno de los beneficios más reportados entre quienes siguen la dieta carnívora. Se justifica que la eliminación de los carbohidratos evitan picos y descensos de azúcar en sangre, que son los que provocan fatiga física y mental. De hecho, algunos afirman que este plan disminuye la inflamación en el cerebro y mejora las funciones cognitivas, pero no hay evidencia específica al respecto.

Limitaciones

La principal limitación de la dieta carnívora es que no existen estudios que respalden de forma exclusiva los beneficios antes mencionados. Hasta la fecha, las investigaciones disponibles son escasas, no son concluyentes o se han realizado con tamaños de muestras reducidos y de corta duración.

De hecho, la mayoría de los beneficios reportados provienen de testimonios personales de quienes siguen este plan. Y aunque muchos validan estas experiencias, no son suficientes para garantizar su seguridad y eficacia.

Algunos de sus seguidores citan estudios realizados en dietas bajas en carbohidratos para justificar este régimen. Sin embargo, cabe aclarar que no son equivalentes. Los programas low carb dan cabida a ciertos vegetales, frutos secos y otras fuentes de fibra, aunque priorizan la ingesta de proteínas.
En cambio, la dieta carnívora implica excluir al máximo —o por completo— estos alimentos, centrándose solo en los de origen animal. Esa falta de variedad y desequilibrio en la ingesta de nutrientes explican por qué implica riesgos que sobrepasan sus posibles beneficios.

Riesgos

La escasez de estudios concretos sobre los efectos a largo plazo de la dieta carnívora también dificulta saber con certeza cuáles son sus efectos negativos en la salud. Aun así, su exclusión de grupos alimentarios completos y carácter restrictivo son razones suficientes para catalogarla como riesgosa. Veamos sus principales desventajas.

Estreñimiento

La exclusión de alimentos vegetales de la dieta carnívora elimina las fibras solubles e insolubles, necesarias para una salud intestinal óptima. En el cuerpo, esta sustancia absorbe agua, aumenta el volumen de las heces y facilita su expulsión. Al no obtener la cantidad adecuada, las heces se vuelven duras y secas, lo que deriva en estreñimiento.

Alteración de la microbiota intestinal

La ausencia de fibra dietética de este tipo de alimentación también reduce diversidad bacteriana en el intestino, lo que afecta de forma negativa la calidad de la microbiota. Al aumentar la presencia de bacterias dañinas y perjudicar las saludables, aumenta el riesgo de enfermedades digestivas, infecciosas e inflamatorias.

Deficiencia de nutrientes esenciales

Además de implicar una restricción significativa de carbohidratos, la dieta carnívora aumenta el riesgo de déficits de vitaminas (como la A, C, E y del complejo B), minerales (como el hierro, magnesio y potasio) y antioxidantes, que se encuentran en mayor cantidad en frutas, verduras, granos y legumbres.

Esto supone un problema, pues compromete las funciones del sistema inmunitario, aumenta la sensación de fatiga, eleva el riesgo de enfermedades cardiovasculares e incrementa el estrés oxidativo (vinculado al envejecimiento prematuro y a un mayor riesgo de patologías crónicas).

Enfermedades cardiovasculares

La relación entre la dieta carnívora y las enfermedades cardiovasculares es motivo de debate. Por un lado, se advierte que el consumo abundante de grasas saturadas y colesterol provenientes de la carne puede elevar los niveles de colesterol malo (LDL), un importante factor de riesgo de aterosclerosis, infarto y accidente cerebrovascular.

Por otro lado, hay quienes sostienen que la reducción de peso y la normalización de los niveles de glucosa asociados a este enfoque nutricional puede, en teoría, reducir el riesgo de estas afecciones en algunas personas.

Lo cierto es que no hay suficientes evidencias para asegurar estos beneficios y se prefiere la dieta equilibrada y hábitos saludables, como vía para mejorar la salud cardiovascular.

Acidosis y sobrecarga renal

Un consumo abundante de proteínas incrementa la producción de ácidos metabólicos, como el ácido úrico, que puede generar acidosis metabólica leve, cálculos renales y sobrecarga en personas que tienen su función renal comprometida.

En la dieta carnívora el riesgo es aún mayor, pues excluye alimentos alcalinos y antioxidantes como las frutas y vegetales, que ayudan a contrarrestar estos efectos.

Alteraciones emocionales

La eliminación de carbohidratos afecta la segregación de serotonina, un neurotransmisor que desempeña un papel crucial en la regulación del estado de ánimo. Esto, sumado al déficit de vitaminas del complejo B, puede producir síntomas de fatiga mental, depresión y ansiedad en algunas personas.

Impacto ambiental

No supone un riesgo directo para la salud, pero no hay que ignorar el hecho de que las dietas carnívoras se consideran insostenibles en lo que a medio ambiente se refiere, pues la producción ganadera implica una mayor deforestación de bosques, degradación de los suelos, uso de agua y un aumento de emisiones de gases de efecto invernadero.

¿Cómo se hace la dieta carnívora?

Las reglas de la dieta carnívora son muy simples: realizar todas las comidas con alimentos de origen animal y mantenerse hidratado con agua. Además, es recomendable elegir preparaciones a la plancha, guisadas, a la parrilla o al vapor.

Alimentos permitidos

Carnes: ternera, res, cerdo, cordero, búfalo.
Órganos y vísceras: hígado, riñón, corazón.
Aves de corral: pollo, pavo, pato.
Pescados: salmón, atún, sardinas, trucha, bonito, arenque.
Mariscos: camarones, langosta, mejillones, ostras.
Huevos.
Grasas animales: manteca de cerdo, mantequilla de vaca, sebo.
Lácteos (opcionales): queso parmesano, queso cheddar, crema espesa, yogur sin azúcar.
Bebidas: agua, caldo de huesos, infusiones y café.

Alimentos para evitar

Frutas: manzanas, plátanos, naranjas, fresas, peras, papaya, sandía, uva y demás variedades.
Verduras: espinacas, brócoli, zanahorias, lechugas, tomate, calabazas, calabacín, entre otras.
Legumbres: frijoles, lentejas, garbanzos, soja.
Granos y cereales: arroz, trigo, avena, quinoa, maíz.
Alimentos ultraprocesados: galletas, pasteles, dulces, caramelos, barras de granola, papas fritas, embutidos, palomitas, entre otros.
Bebidas: refrescos, gaseosas, bebidas azucaradas, alcohol (vino, cerveza, licores), jugos y licuados, bebidas energéticas.
Lácteos con alto contenido de carbohidratos: como la leche entera y deslactosa, yogures saborizados, quesos.
Aceites y grasas no animales: aceite de oliva, de coco, canola, girasol, maíz y soya; margarina y grasas vegetales hidrogenadas.
Nueces y semillas: almendras, nueces, chía, girasol.
Chocolate y cacao: incluso amargos o sin azúcar.

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Propuesta de menú

No hay una forma única de planear los menús de la dieta carnívora, ya que se pueden adaptar a las preferencias personales, el nivel de actividad física o los objetivos de cada uno. Veamos un sencillo ejemplo con 3 opciones por comida:

La carne, los huevos, el pollo y el pescado son la base de un menú para la dieta carnívora.

        A lo largo del día, es importante consumir por lo menos 8 vasos de agua.

¿Quiénes deben evitar esta dieta?

Dadas sus restricciones extremas, esta dieta esta desaconsejada para la mayoría de las personas (incluso sanas) como primera opción. Sin embargo, hay ciertas condiciones en las que es potencialmente más perjudicial:

Personas con trastornos digestivos.
Pacientes con deficiencias nutricionales.
Personas con enfermedades renales o hepáticas.
Mujeres embarazadas o en período de lactancia.
Personas con antecedentes de trastornos alimentarios.
Pacientes con antecedentes de enfermedades cardiovasculares.

¿Es posible hacer una dieta carnívora saludable?

No. Incluso en su versión más optimizada y planificada, la dieta carnívora sigue siendo limitada y acarrea múltiples riesgos si se sostiene a largo plazo. Aunque un médico o un nutricionista te puede ayudar a diseñar un plan de alimentación carnívoro, de acuerdo a tus necesidades específicas, siempre te advertirá sobre sus limitaciones y riesgos.

Prioriza los planes de alimentación equilibrados

Si eres amante de la carne, la idea de seguir una dieta carnívora puede resultarte tentadora. Debido a su restricción estricta de carbohidratos y alto contenido de proteínas, podría ayudarte con la pérdida de peso y la ganancia de masa muscular.

Sin embargo, es crucial tener en cuenta que no es una opción adecuada para todos y bajo ninguna circunstancia deberías seguirla de forma prolongada. La exclusión de grupos de alimentos importantes, como los carbohidratos provenientes de frutas, verduras, y granos, impacta de manera negativa la salud, ya que dificulta la obtención de nutrientes esenciales.

Por este motivo, aunque tu propósito sea mejorar tu peso o condición física, es fundamental priorizar programas de alimentación completos y equilibrados que incluyan una variedad de alimentos adaptados a tus necesidades individuales.

Esto no solo te asegura una pérdida de peso sostenible y un mejor rendimiento físico, sino también una mejor calidad de vida en general. Si planeas explorar cambios en tu alimentación, consulta al nutricionista para que te oriente hacia un plan sostenible, saludable y alineado con tus metas.

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¿Es normal orinar tanto? Conoce la frecuencia saludable según un médico

Aunque la cantidad de veces que orinamos en un día varía, hay algunos valores que se consideran normales o típicos. En general, ir al baño para orinar de cuatro a ocho veces durante toda la jornada es saludable para los adultos. Aun así, es posible que algunas personas orinen más de ocho veces y eso
The post ¿Es normal orinar tanto? Conoce la frecuencia saludable según un médico appeared first on Mejor con Salud.  Aunque la cantidad de veces que orinamos en un día varía, hay algunos valores que se consideran normales o típicos. En general, ir al baño para orinar de cuatro a ocho veces durante toda la jornada es saludable para los adultos.

Aun así, es posible que algunas personas orinen más de ocho veces y eso no represente un problema. En realidad, lo que se valora es cómo afecta esa frecuencia a la calidad de vida. Es decir, si se vuelve un hábito incómodo o interrumpe actividades como estudiar, trabajar o la realización de una afición.

Podría establecerse como diez veces al día el límite superior para preocuparse. Superar esa cantidad es indicativo de un posible trastorno, sobre todo, si se combina con micciones durante la noche, que obligan a interrumpir el descanso.

¿Por qué orinas muchas veces en el día?

Es posible que, durante algunos períodos de nuestra vida, orinemos más cantidad y eso no sea señal de enfermedad. Por ejemplo, cuando una mujer está embarazada. De todos modos, si se descartan los hábitos y las circunstancias normales, hay que sospechar una enfermedad.

Las siguientes son las causas más comunes por las que orinas muchas veces al día:

1. Ingesta aumentada de líquidos

Cuando una persona consume grandes cantidades de líquidos, el cuerpo responde produciendo más orina para eliminar el exceso. Esto es un proceso natural y necesario para mantener el equilibrio en el organismo.

Además de la cantidad total de líquidos consumidos, la naturaleza de los mismos también juega un papel importante. Bebidas con cafeína o alcohol son conocidas por sus efectos diuréticos, lo que provoca una mayor urgencia para orinar.

2. Consumo de alimentos irritantes

Los cítricos y las comidas picantes son conocidos por su capacidad para irritar la vejiga. Ello puede llevar a una sensación constante de necesidad de orinar, incluso, cuando la vejiga no está llena.

Los tomates y las cebollas también pueden contribuir a la irritación. Contienen altos niveles de ácido que pueden exacerbar los síntomas en personas con condiciones de base, como la cistitis intersticial o la vejiga hiperactiva.

3. Uso de ciertos medicamentos

Existen diversas clases de fármacos que pueden afectar la función de la vejiga, como antidepresivos, antipsicóticos, benzodiazepinas y diuréticos. Es importante que los pacientes que experimentan cambios en la frecuencia urinaria consulten a un médico para evaluar si sus fármacos prescritos pueden ser la causa subyacente.

4. Envejecimiento

A medida que envejecemos, se producen cambios fisiológicos en el sistema urinario. Disminuye la capacidad de la vejiga para almacenar orina porque hay menos elasticidad de sus músculos. Ello conduce a una necesidad más frecuente de orinar, tanto durante el día como la noche (nicturia). Las alteraciones urinarias no solo influyen de manera directa en los adultos mayores. También son causa de caídas.

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5. Embarazo

Durante una gestación, es común que las mujeres experimenten un aumento en la frecuencia urinaria. El fenómeno se debe a varios cambios fisiológicos:

Aumenta el volumen de sangre.
El útero crece y ejerce más presión sobre la vejiga, reduciendo su capacidad de almacenamiento.
La hormona gonadotropina coriónica humana se eleva y contribuye a incrementar la producción urinaria.

6. Menopausia

Durante esta fase, muchas mujeres experimentan urgencia para orinar e incontinencia urinaria. Son cambios como consecuencia de la pérdida de elasticidad y lubricación en los tejidos vaginales y uretrales.

Una situación particular es el síndrome genitourinario de la menopausia, que afecta tanto a la vagina como a la vejiga. Hay sequedad vaginal e incontinencia, con fugas involuntarias de orina al toser, estornudar o realizar actividades físicas.

7. Infecciones del tracto urinario

Las infecciones del tracto urinario son una de las causas más frecuentes del aumento en la cantidad de orina, sobre todo, en mujeres y niños. La cistitis, que es la inflamación de la vejiga, es muy prevalente y se caracteriza por síntomas como ardor al orinar, urgencia y frecuencia urinaria aumentada.

La bacteria Escherichia coli es la responsable de la mayoría de los casos. Para el tratamiento se usan antibióticos.

8. Diabetes

La diabetes provoca un aumento en la frecuencia urinaria, conocido como poliuria. El síntoma aparece por los niveles elevados de glucosa en la sangre, que el cuerpo no puede reabsorber. Como resultado, el exceso se excreta a través de la orina, lo que arrastra consigo agua.

Además de la poliuria, en la diabetes hay sed excesiva (polidipsia) y aumento del apetito (polifagia). El tratamiento, guiado por un médico, suele llevar al control de los síntomas

9. Obesidad

La obesidad es un factor de riesgo para la aparición de una necesidad frecuente y urgente de orinar, conocida como polaquiuria. El exceso de peso corporal ejerce presión sobre la vejiga, lo que puede aumentar la sensación de urgencia. La vejiga pierde capacidad para almacenar mucha orina porque se encuentra bajo la presión de la grasa corporal.

La relación entre obesidad y problemas urinarios se ha documentado en diversos estudios científicos. Las mujeres con sobrepeso suelen tener más problemas de incontinencia urinaria.

10. Agrandamiento de la próstata

La llamada hiperplasia benigna de próstata es una condición común en hombres adultos mayores. A medida que la próstata crece, ejerce presión sobre la uretra, el conducto a través del cual fluye la orina. Esta presión puede dificultar el vaciado completo de la vejiga y sucede un aumento en la frecuencia urinaria.

El manejo del agrandamiento de la próstata puede incluir cambios en los hábitos, medicamentos y cirugía. No es lo mismo que el cáncer del órgano, pero la hiperplasia avanzada puede afectar la calidad de vida.

11. Cálculos renales

Los cálculos renales son masas sólidas que se forman en los riñones, a partir de minerales y sales de la orina. Cuando una de estas piedras se desplaza por el tracto urinario, puede obstruir el flujo normal, lo que provoca una presión creciente en la vejiga y deseos de orinar con más frecuencia.

El tratamiento depende del tamaño y del tipo de cálculo. En algunos casos, basta con analgésicos hasta que la piedra sale del cuerpo. Sin embargo, a veces, puede ser necesaria una intervención médica más invasiva, como litotricia o cirugía.

12. Vejiga hiperactiva

Este síndrome tiene síntomas que incluyen urgencia miccional, frecuencia urinaria aumentada (más de ocho veces al día) y nicturia. Se suele producir una pérdida involuntaria de orina, debido a la incapacidad de controlar el impulso.

El tratamiento se basa en una combinación de terapia conductual, medicamentos y, en casos más severos, neuromodulación o cirugía.

¿Cuándo consultar al médico?

Si orinas más de ocho o diez veces al día porque tomas mucho líquido o porque estás embarazada, no deberías considerarlo un trastorno de salud. Pero sería importante que consultes a un profesional si registras alguna de las siguientes señales:

Notas sangre o grasa en la orina.
Perdiste peso de forma inexplicable en las últimas semanas.
Hay dolor en la pelvis o en la parte baja de tu abdomen al orinar.
Pierdes orina de forma involuntaria mientras realizas actividades cotidianas.
Tienes síntomas de infección urinaria, como fiebre o dolor en la parte baja de la espalda.
Experimentas dificultad para iniciar la micción o no puedes vaciar la vejiga completamente.
Te despiertas más de dos veces por la noche para orinar y te sucede casi todas las noches de la semana.

Más allá de los signos de alarma, debes valorar el impacto en tu calidad de vida si orinas demasiado. La afectación de la rutina o de las actividades que quisieras realizar, pero no puedes por culpa de la micción, son motivo suficiente para indagar en soluciones médicas.

Hábitos saludables al orinar

Cuidar tu salud urinaria debe formar parte de tu vida. De esta manera, reduces el riesgo de sufrir circunstancias o enfermedades que te ocasionen un incremento en la cantidad de orina.

Para ello, es necesario aplicar los siguientes hábitos:

No hagas presión hacia abajo ni fuerces el flujo de orina.
Los ejercicios de Kegel pueden fortalecer los músculos del suelo pélvico y previenen la incontinencia urinaria.
Bebe suficiente agua en tu jornada. Ello estimula a tu sistema renal y a la vejiga, lo que ayuda a mantener una frecuencia acorde para ir al baño.
Usar ropa suelta, no ajustada, y de algodón, mantiene la ventilación en la zona genital, reduciendo el riesgo de sobrecrecimiento bacteriano.
Orina cada 3 a 4 horas durante el día, aunque no tengas ganas evidentes de hacerlo. Aguantar las ganas de orinar aumenta el riesgo de infecciones y debilita los músculos de la vejiga.
Orinar después de tener relaciones sexuales es especialmente útil, sobre todo, para las mujeres. Así se eliminan microorganismos que podrían haber ingresado al tracto urinario durante las relaciones.
Mantener una buena higiene íntima es una forma de prevenir infecciones. Las mujeres han de limpiarse de adelante hacia atrás después de orinar y usar jabones neutros para sostener el pH adecuado de la zona.
Orinar sentados es recomendable para los hombres también y no solo para las mujeres. Hay que hacerlo con los pies apoyados completamente en el suelo para relajar los músculos del suelo pélvico y facilitar el vaciado completo de la vejiga.

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La cantidad de orina dice mucho sobre tu salud

La frecuencia urinaria normal está entre seis y ocho veces al día para la mayoría de los adultos. Es un rango que puede variar según factores individuales, como la ingesta de líquidos y la edad.

Algunas personas pueden orinar con más o con menos frecuencia y conservar un sistema urinario saludable. Eso sí, siempre que no experimenten molestias o cambios repentinos en sus hábitos para ir al baño.

Preservar la salud del tracto urinario es fundamental para el bienestar. Sobre todo, a medida que envejecemos. Lleva hábitos saludables, pero no demores en consultar si tienes dudas sobre la cantidad, la calidad o las características de tu orina.

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Guía de tipos de cabello, identifica el tuyo y conoce sus cuidados especiales

¿Alguna vez te has preguntado por qué tu cabello no se comporta como el de esa influencer que admiras? Tal vez sea porque sus rizos perfectos no tienen nada que ver con tu melena lacia o porque tu cabello ondulado no responde igual a los productos que ella usa. Spoiler: no es culpa tuya ni
The post Guía de tipos de cabello, identifica el tuyo y conoce sus cuidados especiales appeared first on Mejor con Salud.  ¿Alguna vez te has preguntado por qué tu cabello no se comporta como el de esa influencer que admiras? Tal vez sea porque sus rizos perfectos no tienen nada que ver con tu melena lacia o porque tu cabello ondulado no responde igual a los productos que ella usa. Spoiler: no es culpa tuya ni de tu rutina. Es que cada tipo de cabello es único y tiene necesidades específicas.

Entender las características de tu melena es el primer paso para sacarle el máximo provecho. Conocer su patrón, densidad y cuidados específicos puede marcar una gran diferencia. En esta guía, aprenderás a identificar la textura de tu cabello y te daremos consejos prácticos para mantenerlo saludable y radiante. Porque garantizar el bienestar de tu pelo también es parte del autocuidado.

¿Cuántos tipos de cabello hay y cuáles son sus características?

El cabello puede clasificarse principalmente según su patrón de textura, determinado por la forma del folículo piloso. Si este último tiene forma redonda, produce cabello liso, mientras que uno ovalado o asimétrico genera ondas, rizos o espirales. Cuanto más irregular sea el folículo, más definido será el rizo.

La genética juega un papel clave en esta clasificación. Aunque herramientas de calor y productos químicos pueden modificar de manera temporal la textura del cabello, el patrón natural está codificado en tu ADN y reaparece con cada nuevo ciclo de crecimiento capilar. Además, la forma tridimensional de la fibra capilar también varía en función de la etnia y la geografía de la persona.

Uno de los sistemas más populares para clasificar el cabello fue desarrollado por el estilista André Walker, famoso por trabajar con Oprah Winfrey. Este sistema organiza las texturas en cuatro categorías principales: liso (tipo 1), ondulado (tipo 2), rizado (tipo 3) y en espiral o afro (tipo 4). A su vez, cada categoría se subdivide en las letras A, B y C, que indican el nivel de definición o grosor:

Distinguir tu tipo de cabello te permite cuidarlo con una rutina personalizada.

Aunque este sistema parece sencillo, muchas personas tienen una combinación de texturas. Por ejemplo, puedes notar ondas más sueltas en las sienes (tipo 2B) y rizos más apretados en la coronilla (tipo 3C). Reconocer estas variaciones es esencial para adaptar los cuidados y productos a las necesidades de cada sección. A continuación, te las presentamos en profundidad.

Tipo 1

El cabello tipo 1 se caracteriza por su textura recta y sin rizos naturales. Esta estructura se debe a que los folículos pilosos son redondos, lo que permite que el cabello crezca de forma uniforme desde la raíz hasta las puntas. Este tipo de cabello es más resistente y refleja mejor la luz.

Es menos poroso en comparación con texturas más rizadas, lo que significa que retiene mejor la hidratación. Sin embargo, esta misma característica lo hace más propenso a engrasarse, ya que los aceites del cuero cabelludo se distribuyen con facilidad a lo largo de las hebras.

Subtipos

Para confirmar si este es tu tipo de cabello, puedes realizar una sencilla prueba en casa. Lávalo como de costumbre y déjalo secar al aire libre sin aplicar ningún producto. Si al secarse no aparecen ondas ni rizos, y las hebras lucen completamente rectas desde la raíz hasta las puntas, es muy probable que tengas cabello liso. Dentro del tipo 1, encontramos tres subtipos que varían en su patrón y textura:

1A: este cabello se caracteriza por ser extremadamente fino, con poco volumen y una textura muy suave. Su superficie lisa facilita el reflejo de la luz, lo que lo hace lucir brillante de manera natural. Sin embargo, debido a su delgadez, tiende a perder rápidamente los peinados con volumen. Para darle más cuerpo, es ideal optar por productos voluminizadores y acondicionadores ligeros que no sobrecarguen las hebras.
1B: con un grosor intermedio, el cabello 1B presenta una textura un poco más definida que el 1A, con ondas suaves que aportan un ligero movimiento. Este subtipo es versátil y más manejable, pero aún conserva la suavidad característica del tipo 1. Para mantener su ligereza y evitar que se vea pesado, es importante usar productos con fórmulas equilibradas que no acumulen residuos.
1C: las ondas son más marcadas en comparación con los subtipos anteriores, especialmente en las puntas. Este cabello es notablemente más grueso, lo que le otorga un volumen natural y mayor capacidad para sostener peinados con cuerpo y textura. Sin embargo, su grosor también lo hace más propenso al frizz, especialmente en climas húmedos. Para este subtipo, se recomienda el uso de productos anti-frizz y protectores térmicos, particularmente si se emplean herramientas de calor en el estilizado.

¿Cómo cuidarlo?

Mantener el cabello tipo 1 saludable requiere productos adecuados y hábitos que respeten su naturaleza lisa. Aquí te damos algunos consejos clave:

Lava con productos ligeros: opta por champús sin sulfatos ni aceites pesados, especialmente si tu cabello es fino. Los productos ligeros evitan que las raíces se engrasen rápidamente y mantienen el cabello suelto.
Controla el exceso de grasa: si lavas tu cabello con demasiada frecuencia, el cuero cabelludo podría producir más sebo como mecanismo compensatorio. Los champús en seco son ideales para espaciar los lavados y controlar la grasa.
Evita los productos pesados: sueros y cremas para peinar con texturas densas pueden apelmazar tu cabello. En su lugar, utiliza sprays texturizantes para agregar volumen y movimiento sin restarle ligereza.
Previene el encrespamiento: usa productos anti-frizz diseñados para cabello liso. En climas húmedos, un spray con silicona puede ayudar a sellar la cutícula y evitar el encrespamiento.
Cuida tu cabello al dormir: acostarte con el cabello mojado puede causar encrespamiento y dejar marcas no deseadas. Si necesitas hacerlo, aplica un acondicionador sin enjuague y hazte una trenza suelta para minimizar los efectos.
Productos voluminizadores: para añadir volumen y textura al cabello tipo 1, puedes utilizar productos diseñados específicamente para ese propósito. Espumas o mousses voluminizadoras pueden ayudar a levantar las raíces y dar más cuerpo al cabello. Aplica estos productos en las raíces y distribúyelos por el resto del cabello antes de secarlo.
Protege del calor: aunque este tipo de cabello es resistente, el uso constante de planchas o rizadores puede dañarlo. Usa protectores térmicos antes de aplicar calor y limita la frecuencia de estas herramientas.
Desenrédalo con suavidad: utiliza un peine de dientes anchos o tus dedos para evitar romper el cabello.

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Tipo 2

El cabello ondulado se distingue por su patrón de ondas naturales que forman suaves curvas, sin llegar a convertirse en rizos o espirales. Es versátil y ofrece un balance entre la manejabilidad del cabello liso y el volumen del rizado. Aunque puede lucir brillante y con movimiento, es propenso al encrespamiento, en especial, en climas húmedos.

Es más común en climas templados y húmedos, donde los niveles de humedad contribuyen a definir las ondas naturales. Esto explica por qué a menudo se asocia con un estilo playero y desenfadado.

La textura puede variar entre fina y gruesa, lo que influye en la forma en que responde a productos y técnicas de peinado. Entender las particularidades de tu subtipo de cabello ondulado es clave para cuidarlo de manera adecuada:

2A: este subtipo presenta ondas muy suaves que comienzan a formarse desde la mitad del cabello hasta las puntas. Las ondas tienen una forma relajada y tienden a ser fáciles de manejar. El cabello 2A es generalmente fino, lo que lo hace más ligero y brillante, aunque más propenso a volverse liso con productos pesados o en climas húmedos.
2B: las ondas comienzan más cerca de la raíz y forman una «S» más definida. Es común que el cabello 2B tenga una textura más gruesa y un volumen natural adicional, pero también es más propenso al encrespamiento, especialmente en la zona superior.
2C: tiene ondas más marcadas y definidas que comienzan desde la raíz. Este cabello suele ser grueso, con mayor volumen y una textura más resistente. Aunque sus ondas pueden sostenerse mejor frente a herramientas térmicas, también es el más propenso al frizz entre los subtipos de cabello ondulado.

¿Cómo saber si es mi tipo de cabello?

El cabello ondulado es fácil de reconocer si observas estos signos:

Al secarse al aire, tu melena forma curvas suaves que no llegan a convertirse en rizos.
En contacto con el agua, las ondas tienden a alisarse, pero vuelven a aparecer una vez que el cabello está seco.
Las hebras tienen una textura intermedia: ni completamente lisa ni muy rizada.
Es común que el encrespamiento aparezca en climas húmedos o cuando no se hidrata correctamente.

Si estas características describen tu melena, es probable que pertenezcas a la categoría de cabello ondulado.

¿Cómo cuidarlo?

El cabello ondulado (tipo 2) requiere una rutina de cuidado específica para mantener sus ondas definidas, saludables y libres de frizz. Aquí tienes algunos consejos clave para que tu melena luzca espectacular:

Limpieza suave y balanceada: opta por champús sin sulfatos que limpien con suavidad tu cabello sin eliminar sus aceites naturales. Aquellos hidratantes o diseñados específicamente para cabello ondulado son ideales para mantener la elasticidad y la forma de las ondas. Además, evita lavarlo en exceso; hacerlo dos o tres veces por semana suele ser suficiente para conservar la hidratación natural.
Define tus ondas con productos ligeros: elige cremas, mousses o geles diseñados para cabello ondulado que no sean pesados ni dejen residuos pegajosos. Aplica el producto en el cabello húmedo, enfocándote de medios a puntas, y utiliza la técnica de scrunching (apretar las ondas hacia arriba) para potenciar la definición.
Secado adecuado para evitar el frizz: evita frotar el cabello con una toalla común, ya que esto puede romper las hebras y causar encrespamiento. En su lugar, utiliza una toalla de microfibra o una camiseta de algodón para presionar y eliminar el exceso de agua. Si usas un secador, aplica siempre una boquilla difusora para distribuir el calor de manera uniforme y preservar las ondas.
Protege tu cabello del calor: si necesitas usar herramientas térmicas, como planchas o rizadores, aplica un protector térmico antes de estilizar. Además, utiliza temperaturas bajas o medias para evitar daños y mantener la hidratación natural de las hebras.
Aplica el método wavy: inspirado en la técnica curly girl, el método wavy se adapta a las necesidades del cabello ondulado. Consiste en evitar productos con sulfatos, siliconas y alcoholes que resecan y, en su lugar, utilizar técnicas como el plopping (envolver el cabello en una camiseta para definir ondas) para maximizar la forma natural del cabello.

Tipo 3

El cabello tipo 3 se caracteriza por rizos definidos que forman un patrón en espiral o «S». Tiene un volumen natural y una textura que puede variar entre media y gruesa. Los rizos pueden ser sueltos o apretados, pero comparten una cualidad común: su forma tridimensional les da movimiento y cuerpo.

A diferencia del pelo lacio y ondulado, el cabello tipo 3 tiene cutículas más abiertas, lo que lo hace más propenso a la sequedad, el frizz y la rotura. Esto significa que requiere un cuidado especial enfocado en la hidratación y la definición de rizos para mantener su elasticidad y forma natural.

Como en el resto de categorías, cuenta con distintos subtipos que permiten clasificar sus características con mayor detalle. Estos subtipos (3A, 3B y 3C) se diferencian por el tamaño, la densidad y el nivel de definición de los rizos:

3A: presenta rizos grandes y sueltos con una forma de espiral abierta. Su textura suele ser suave y sedosa, lo que facilita la definición de los rizos. Este subtipo tiene un buen equilibrio entre hidratación y volumen, aunque puede ser propenso a perder la forma en ambientes húmedos.
3B: tiene rizos más apretados y definidos, con una forma de espiral más cerrada. El cabello 3B suele ser más denso y grueso, lo que le otorga mayor volumen, aunque lo hace más propenso al frizz y la sequedad.
3C: tiene rizos muy apretados y definidos, similares a pequeños tirabuzones. Este subtipo es el más voluminoso dentro del tipo 3, con hebras gruesas y densas que requieren más hidratación para mantener su elasticidad y forma.

¿Cómo saber si es mi tipo de cabello?

El cabello rizado tipo 3 es fácil de identificar si observas las siguientes características:

Forma rizos claramente definidos, ya sea en espiral o en forma de «S».
Tiende a perder hidratación más rápido que los cabellos lisos u ondulados, lo que puede causar sequedad.
Tiene un volumen natural y un movimiento tridimensional que destaca.
Es propenso al frizz, especialmente en ambientes húmedos o cuando no se usa una rutina adecuada.
En contacto con el agua, los rizos pueden alisarse ligeramente, pero recuperan su forma al secarse.

Para confirmar, deja secar tu cabello al aire libre sin productos. Si observas rizos bien formados desde la raíz o los medios hasta las puntas, es muy probable que tengas cabello tipo 3.

¿Cómo cuidarlo?

Hidratación profunda: el cabello tipo 3 necesita hidratación regular para mantener su elasticidad. Usa acondicionadores ricos en nutrientes y mascarillas capilares una vez a la semana para evitar la sequedad. Busca productos con ingredientes naturales, como manteca de karité, aceite de coco o aloe vera.
Co-lavado para una limpieza suave: en lugar de lavar el cabello con champús en cada rutina, utiliza un acondicionador limpiador o realiza co-lavado (limpieza con acondicionador). Esto ayuda a mantener los aceites naturales del pelo.
Definición de rizos: elige cremas o geles para rizos que definan y controlen el frizz sin dejar una textura rígida. Aplica los productos en el cabello húmedo, de medios a puntas, y utiliza la técnica de scrunching para realzar la forma de los rizos.
Cuidado nocturno: preserva la forma de tus rizos durante la noche utilizando una funda de almohada o una gorra, ambas de satén. También puedes hacer un pineapple o moño alto en la coronilla para evitar que los rizos se aplasten mientras duermes.
Secado cuidadoso: usa una toalla de microfibra o una camiseta de algodón para presionar el exceso de agua. Si utilizas un secador, asegúrate de incorporar una boquilla difusora y un ajuste de calor bajo.
Peina con suavidad: utiliza un peine de dientes anchos o tus dedos y hazlo siempre con el cabello húmedo para evitar la rotura.

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Tipo 4

El cabello tipo 4 es conocido por su patrón de rizos muy apretados, que pueden variar desde espirales definidas hasta zigzags en forma de «Z». Aunque a simple vista puede parecer grueso y resistente, en realidad es uno de los tipos de cabello más frágiles y propensos a la rotura debido a su estructura.

Esta textura tiene menos capas de cutícula que otros tipos de cabello, lo que significa que retiene menos humedad y es más susceptible a la sequedad. Además, tiende a encogerse cuando está húmedo. Esto, combinado con su densidad natural, le otorga un volumen impresionante y una apariencia única y versátil.

A continuación, exploramos los subtipos del cabello tipo 4 y sus características específicas:

4A: tiene rizos pequeños y bien definidos que forman espirales cerradas. Estos suelen tener una textura suave al tacto y un patrón de «S» visible. Este subtipo conserva más hidratación que otros dentro de la categoría, pero aún necesita productos ricos en nutrientes para mantener su elasticidad y prevenir la sequedad.
4B: se distingue por rizos que forman un patrón en forma de «Z» con ángulos más marcados, lo que les da una apariencia menos definida y más esponjosa. El cabello 4B tiende a encogerse considerablemente y puede tener una textura más gruesa, lo que lo hace más propenso a la rotura si no se manipula con cuidado.
4C: tiene rizos extremadamente apretados que, a menudo, no forman un patrón visible. Es el subtipo más denso y propenso a la sequedad y al encogimiento. Este cabello requiere una rutina constante de hidratación para mantener su suavidad y flexibilidad.

¿Cómo saber si es mi tipo de cabello?

Si tu cabello forma rizos apretados o zigzags, y tiende a encogerse notablemente al secarse, es probable que pertenezcas al tipo 4. Observa estas características:

Textura: puede sentirse densa y esponjosa, pero a menudo es frágil al tacto.
Encogimiento: experimenta una reducción significativa en la longitud cuando está mojado.
Frizz: es propenso a este efecto si no se hidrata correctamente.
Hidratación: tiende a resecarse rápidamente y necesita productos ricos en humedad.

Un truco es dejar secar tu cabello al aire después de lavarlo. Si las hebras muestran rizos o zigzags definidos o compactos, probablemente tengas cabello tipo 4.

¿Cómo cuidarlo?

El cabello crespo necesita cuidados específicos que prioricen la hidratación, la protección y técnicas de manipulación suaves. Aquí tienes algunas recomendaciones clave:

Hidratación profunda y regular: este tipo de cabello pierde humedad con rapidez, por lo que es esencial usar productos hidratantes, como mascarillas nutritivas, acondicionadores profundos y cremas humectantes. Aplica tratamientos de hidratación profunda al menos una vez a la semana para mantener la suavidad y prevenir la rotura.
Método L.O.C. (Líquido, Aceite, Crema): el método L.O.C. ayuda a retener la hidratación. Comienza con un líquido hidratante (como agua o un leave-in), seguido de un aceite sellante (como aceite de coco o de ricino) y finaliza con una crema para rizos que proporcione definición.
Co-lavado y limpieza suave: evita lavar tu cabello con champú con demasiada frecuencia, ya que puede eliminar los aceites naturales. Opta por el co-lavado (uso de acondicionador para limpiar) o productos libres de sulfatos que limpien sin resecar.
Manipulación mínima: el cabello tipo 4 es muy frágil, por lo que es importante manipularlo lo menos posible. Usa peines de dientes anchos o desenreda con los dedos mientras aplicas acondicionador. Esto reduce la rotura y protege los rizos.
Protección nocturna: utiliza una funda de almohada o una gorra de satén, mientras duermes. Esto reduce la fricción y previene el frizz.

¿Qué tipos de pelo hay según su textura?

La textura del cabello no solo se refiere a su forma (liso, ondulado, rizado o crespo), sino también al grosor de cada hebra, un factor clave que influye en su apariencia, comportamiento y cuidados necesarios. Comprender la textura de tu cabello puede ayudarte a elegir los productos y rutinas más adecuados para mantenerlo saludable y manejable. A continuación, te explicamos las principales categorías de cabello según su grosor:

Cabello grueso: se caracteriza por hebras más anchas, lo que le otorga una apariencia densa y robusta. Este tipo de cabello tiene un mayor contenido de proteína en la cutícula, lo que le confiere resistencia frente al daño y una capacidad superior para absorber y retener la humedad del ambiente. Sin embargo, esta misma característica lo hace más propenso al encrespamiento, especialmente en climas húmedos.
Cabello normal: tiene un grosor intermedio, ni demasiado fino ni demasiado grueso. Este equilibrio lo hace más fácil de manejar y menos propenso a dañarse. Es versátil y suele adaptarse bien a diferentes peinados, productos y estilos.
Cabello fino: se caracteriza por hebras delgadas y ligeras, lo que le confiere una apariencia suave y delicada. Aunque es más flexible y fácil de estilizar, también es más vulnerable al daño, como puntas abiertas y rotura.

¿Cómo identificar la textura de tu melena?

Si no estás segura del grosor de tu cabello, aquí tienes un truco sencillo:

Toma de dos a tres hebras de tu cabello y enróllalas alrededor de tu dedo índice.
Con el pulgar, toca las hebras enrolladas.
Si puedes sentir claramente cada cabello, probablemente tengas cabello normal o grueso.
Si las hebras son difíciles de percibir o se mueven juntas en grupo, es probable que tengas cabello fino.

Otra forma de verificar es comparar una hebra con un hilo de coser estándar:

Si la hebra es más delgada que el hilo, tu cabello es fino.
Si tiene un grosor similar, es normal.
Si es más gruesa, tienes cabello grueso.

Luce un cabello saludable y hermoso

Conocer los diferentes tipos de cabello y su textura no solo te permite identificar las características únicas de tu melena, sino también establecer una rutina de cuidado personalizada que maximice su salud y belleza. Ya sea que tengas cabello liso, ondulado, rizado o crespo, cada tipo tiene su encanto y sus necesidades específicas. La clave está en escuchar lo que tu cabello necesita, optar por productos adecuados y adoptar hábitos saludables que potencien su apariencia natural.

Recuerda, no existe un cabello perfecto, sino uno bien cuidado que refleje lo mejor de ti. Ahora que sabes cómo identificar tu tipo de cabello y su textura, ¡es hora de poner en práctica estos consejos y lucir una melena espectacular!

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Ansiedad estomacal: qué es, síntomas y cómo manejarla

Estómago nervioso, estómago de ansiedad o ansiedad estomacal son formas de denominar un fenómeno bastante común. Piensa en lo siguiente: tienes que hacer una presentación ante tu jefe y sientes náuseas, vas a rendir un examen y aparece diarrea, o te vas a encontrar con alguien que te gusta y percibes retortijones. Llamamos ansiedad estomacal
The post Ansiedad estomacal: qué es, síntomas y cómo manejarla appeared first on Mejor con Salud.  Estómago nervioso, estómago de ansiedad o ansiedad estomacal son formas de denominar un fenómeno bastante común. Piensa en lo siguiente: tienes que hacer una presentación ante tu jefe y sientes náuseas, vas a rendir un examen y aparece diarrea, o te vas a encontrar con alguien que te gusta y percibes retortijones.

Llamamos ansiedad estomacal a una afección que se caracteriza por síntomas gastrointestinales, que se manifiestan debido al hecho de atravesar situaciones de estrés. Sucede por la estrecha relación que hay entre el cerebro, la mente y el sistema digestivo.

Cuando experimentamos ansiedad o estrés, se desencadena una respuesta física. El cerebro se comunica con el intestino y el estómago a través de una compleja red de nervios, lo que termina por influir en el funcionamiento digestivo. Además, las hormonas del estrés, como el cortisol, pueden afectar la movilidad intestinal, aumentar la acidez del estómago y alterar el equilibrio de la microbiota.

Síntomas de ansiedad estomacal

Cuando tienes estómago nervioso, es habitual experimentar alguno de los siguientes síntomas:

Náuseas, que podrán convertirse en vómitos o solo quedar en la sensación nauseosa.
Pesadez o sensación de que estás lleno, incluso sin haber comido.
Diarrea o cambios en la frecuencia con la que vas al baño.
Dolor abdominal, como retortijones o cólicos.
Acidez, con ardor en la boca del estómago.
Pérdida de apetito repentina.

Los síntomas nerviosos en el estómago suelen manifestarse en episodios. Durante largos períodos de estrés, es habitual que tengamos días buenos y días malos. En general, al reducir la ansiedad o gestionarla, las sensaciones tienden a desaparecer.

Es importante diferenciar la ansiedad estomacal de otras afecciones que podrían presentar síntomas similares. Por ejemplo, el síndrome del intestino irritable, que suele ser crónico y molestar en diversas ocasiones, no solo cuando hay estrés. También tenemos a la enfermedad por reflujo gastroesofágico y la gastritis, que generan acidez frente a ciertos desencadenantes, como algunas comidas.

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Tratamientos para la ansiedad estomacal

El estómago nervioso no es peligroso, pero puede afectar mucho la calidad de vida. Es por ello que necesitas aplicar algunas estrategias para mitigar sus síntomas.

En principio, una consulta médica podría ayudarte a llegar al diagnóstico. El profesional descartará enfermedades como la gastritis y, tras el examen y los análisis, podrá confirmarte que tus molestias responden al estrés.

En ese caso, las medidas y los consejos que te brindamos a continuación serán capaces de aliviarte. Puedes probar varias técnicas y quedarte con la que mejor resulte para ti, pero también es buena idea combinarlas.

Terapia psicológica

La conexión entre el sistema digestivo y el sistema nervioso central es el fundamento y la explicación a la aparición de la ansiedad estomacal. Por eso, ir a terapia psicológica es una forma de abordar las causas subyacentes al problema.

La terapia cognitivo-conductual es uno de los enfoques útiles para el abordaje. Consiste en identificar y modificar patrones de pensamiento negativos que contribuyen a la ansiedad. El terapeuta te puede enseñar a manejar la interacción entre tus pensamientos, las emociones y los comportamientos.

Técnicas de meditación y relajación

Las técnicas de meditación y de relajación no solo ayudan a reducir los síntomas físicos de la ansiedad estomacal, sino que también promueven un estado de bienestar emocional. Por lo tanto, integrarlas en la rutina diaria puede ser beneficioso en varios aspectos.

Algunas opciones son las siguientes:

Respiración diafragmática: consiste en respirar profundamente, utilizando el diafragma. Debes colocarte en una posición cómoda, sentado o acostado. Pones una mano sobre tu abdomen y otra en el pecho. Inhalas con lentitud por la nariz durante 4 segundos, sintiendo cómo se eleva tu zona abdominal. Mantienes el aire durante 4 segundos más y exhalas por la boca de modo sostenido, contrayendo el abdomen.
Mindfulness: la estrategia se basa en estar presentes en el momento actual, sin juzgar los pensamientos o los sentimientos. Puedes practicar meditación, para concentrarte en tu respiración y observar tu mente sin juzgar. O también puedes inclinarte por la comida consciente, para saborear cada bocado, masticar despacio y disfrutar del momento, de modo que ayudes a tu digestión.
Entrenamiento autógeno: la técnica utiliza frases o mantras para inducir una sensación de calma. Por ejemplo, puedes decirte «mi respiración es tranquila». A medida que lo haces, te concentras en las sensaciones físicas asociadas con las afirmaciones.

Hay otras estrategias de meditación y relajación que reducen el estrés. El yoga o el taichí, por ejemplo, son disciplinas que puedes practicar solo o en grupo.

Actividades de ocio y aficiones

Participar en actividades recreativas disminuye la ansiedad estomacal y mejora el estado general de tu salud mental. El ocio permite desconectar de las preocupaciones diarias, fomenta la satisfacción personal y contribuye a un estilo de vida equilibrado.

Haz caminatas al aire libre o inscríbete en deportes en equipo. También es bueno involucrarse en actividades artísticas o manualidades, con el fin de expresar emociones y liberar tensiones. La música, por su parte, tiene un efecto potente para relajarnos.

Además, pasar tiempo con amigos y seres queridos es clave para el bienestar emocional. Las interacciones sociales pueden proporcionarte apoyo emocional y disminuir los niveles de ansiedad.

Remedios naturales y herbales

Algunos remedios naturales pueden ofrecer alivio a los síntomas de ansiedad estomacal. Aun así, no deberían sustituir las recomendaciones médicas ni tampoco habría que incorporarlos sin la autorización profesional.

En caso de no tener enfermedades de base ni tomar medicamentos, las mejores opciones para el estómago nervioso son las siguientes:

Manzanilla: conocida por sus propiedades relajantes y antiinflamatorias, sería capaz de aliviar el malestar concentrado en el estómago y reducir calambres abdominales. Prepara una taza de té de manzanilla para tomar en los momentos del día que sientes más ansiedad.
Jengibre: se trata de un antiinflamatorio reconocido que se puede consumir fresco, en polvo o como té. Su efecto es muy útil para controlar las náuseas.
Aloe vera: el jugo de la planta podría aliviar síntomas de diarrea o alteraciones propias de la región intestinal, como los cólicos.
Regaliz: la raíz de la planta podría reducir la inflamación del revestimiento del estómago. Se puede consumir en forma de té.

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Cambios en la alimentación

Adoptar una dieta equilibrada, que incluya alimentos ricos en nutrientes beneficiosos para la salud digestiva, puede ser una estrategia efectiva para manejar la ansiedad estomacal. Al mismo tiempo, tendrías que evitar irritantes comunes del estómago.

En cuanto a los ingredientes para incorporar, tenemos a los siguientes

Chocolate negro: puede disminuir los niveles de cortisol en el cuerpo.
Espinacas y acelgas: fuentes de magnesio, un mineral que ayuda a reducir el cortisol.
Pescados azules: contienen ácidos grasos omega-3, importantes para regular la función de las neuronas.
Plátanos: fáciles de digerir y ricos en potasio, otro mineral que puede mejorar síntomas asociados al estrés.
Almendras: ricas en triptófano, un aminoácido que se convierte en serotonina y ayuda a equilibrar el estado de ánimo.

Por otro lado, los ingredientes a evitar son los siguientes:

Dulces.
Cafeína.
Alcohol.
Cítricos.
Bollería.
Embutidos.
Condimentos picantes.

Cuidado de la microbiota

La microbiota está compuesta por millones de microorganismos que habitan el tubo digestivo. Desempeña un rol esencial en la digestión, el metabolismo y la regulación del sistema inmunitario, así como en la salud mental.

La ansiedad puede alterar la microbiota intestinal, lo que a su vez puede influir en el estado de ánimo. Cuando se experimenta estrés crónico, se produce un desequilibrio en la flora intestinal conocido como disbiosis. La disbiosis se asocia con trastornos como la depresión.

Consumir alimentos ricos en probióticos es una forma de cuidar la microbiota. Puedes incorporar yogur, kéfir, chucrut y otros fermentados.

También son necesarios alimentos ricos en prebióticos. Aquí tenemos a los granos integrales, las alcachofas y las hortalizas de hoja verde, por ejemplo.

Los suplementos de probióticos pueden ser una herramienta para manejar la ansiedad estomacal. Cada vez hay más evidencia sobre sus beneficios para la salud mental. Sin embargo, deben ser prescritos por un médico y no pueden considerarse un tratamiento de primera línea, sino un apoyo.

Gestiona tu estrés y no lo sufras en tu estómago

La ansiedad estomacal puede ser un problema persistente y con gran repercusión en tu estilo de vida. Se puede gestionar una vez que apareció, pero sería mejor prevenirla.

Una de las formas más efectivas para evitar el fenómeno es tener rutinas de relajación diarias. Podría ser la meditación, pero también la respiración diafragmática, el yoga o el taichí. Realizar ejercicio físico es otra vía para liberar tensiones y tener más endorfinas en el cuerpo. Finalmente, dormir la cantidad de horas adecuada para tu edad te ayudará a regular las emociones y reducirá tu vulnerabilidad.

Prevenir la ansiedad estomacal implica un enfoque integral. Se trata de estrategias que no solo ayudan a reducir los síntomas gastrointestinales, sino que mejoran tu bienestar general. Aun así, consultar con un profesional de la salud puede ser necesario para una orientación adicional.

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Beta-alanina: qué es, para qué sirve y cómo tomar este suplemento

La beta-alanina es un aminoácido no esencial que se popularizó como suplemento deportivo, debido a su capacidad para retrasar la fatiga muscular e incrementar la resistencia física en ejercicios de alta intensidad. En combinación con la histidina —otro aminoácido—, aumenta la producción de carnosina, un compuesto almacenado en los músculos que ayuda a neutralizar la
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En combinación con la histidina —otro aminoácido—, aumenta la producción de carnosina, un compuesto almacenado en los músculos que ayuda a neutralizar la acumulación de ácido láctico. Ello permite a los atletas mantener la fuerza y la resistencia por más tiempo.

La suplementación proporciona una dosis más alta de beta-alanina, en comparación con la que se produce de manera natural en el cuerpo. Y aunque también se puede obtener la sustancia a través del consumo de alimentos ricos en proteínas, los suplementos se asocian a varias ventajas.

Beneficios de la beta-alanina

Atletas, deportistas amateurs y personas que practican actividades físicas de alta intensidad, pueden consumir el aminoácido. La mayoría reporta beneficios, al cabo de algunas semanas, como los mencionados a continuación.

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Aumento de la resistencia física

La suplementación con beta-alanina contribuye a mejorar el rendimiento físico en entrenamientos de alta intensidad y corta duración. Por ejemplo, en las series de levantamientos de pesas o los sprints repetidos.

Al ser un precursor de la carnosina, potencia su efecto a la hora de neutralizar el ácido láctico. Esto permite mantener un pH muscular más estable, lo que retrasa la aparición de la fatiga y posibilita esfuerzos más prolongados. Sin embargo, sus efectos sobre los ejercicios de larga duración son menos claros y no han sido suficientemente investigados.

Reducción del tiempo de recuperación

El consumo del aminoácido promueve una recuperación más eficiente del pH intramuscular después de una actividad intensa. De este modo, los atletas consiguen acelerar su preparación para el siguiente ejercicio, con la posibilidad de completar más repeticiones o series en una misma sesión.

Aumento de la masa muscular

La beta-alanina no actúa de manera directa en la ganancia de masa muscular, pero contribuye de manera indirecta. Al ayudar a que los deportistas entrenen con mayor volumen e intensidad, habrá más estímulo para la hipertrofia del músculo. Además, dada su capacidad para amortiguar el ácido láctico, favorece la calidad de las repeticiones en los entrenamientos exigentes.

Efectos antioxidantes y antienvejecimiento

Por su capacidad para incrementar los niveles de carnosina, la suplementación con beta-alanina se asocia a otros beneficios, más allá del rendimiento deportivo. De acuerdo con estudios realizados en animales y en probetas, tiene potencial antioxidante, lo que contribuye a la neutralización de los radicales libres.

Por lo tanto, se asocia tanto a la prevención del envejecimiento prematuro como a una disminución del riesgo de enfermedades crónicas. Asimismo, la evidencia preliminar sugiere que puede contribuir a la reducción de la fatiga neuromuscular en adultos mayores, combatiendo problemas de movilidad y equilibrio.

¿La beta-alanina ayuda a la pérdida de peso?

Es importante tener en cuenta que los suplementos de beta-alanina no están diseñados para la pérdida de peso. Su consumo no tiene acción directa sobre el metabolismo basal, la quema de grasas o el control del apetito.

Aun así, puede generar un efecto indirecto. Al contribuir a mejorar la resistencia física y la capacidad para realizar entrenamientos más intensos, aumentará el gasto calórico total. No obstante, su impacto en el peso depende de nuestra rutina de ejercicios y de la dieta que llevemos.

Cómo se consume: cantidad y presentaciones

El suplemento está disponible en forma de cápsulas, polvo, tabletas o incluido en productos preentreno. Se recomiendan dosis de entre 2 y 6 gramos al día, divididas en tomas pequeñas de 0,8 a 1,6 gramos cada 3 o 4 horas, con el fin de reducir el riesgo de efectos secundarios.

Por lo general, se toma entre 30 y 60 minutos antes de los entrenamientos, para maximizar sus efectos en el rendimiento físico. Sin embargo, se puede consumir en cualquier otro momento del día.

Se estima que sus efectos se perciben tras 4 semanas continuas de consumo. Aunque dependerá de la reacción individual al producto, la edad, el peso corporal y el tipo de entrenamiento.

Combinación con otros suplementos

A menudo, la beta-alanina se toma de manera conjunta con suplementos de bicarbonato de sodio y creatina, pues se reporta un mayor efecto ergogénico (que ayuda al rendimiento) en la combinación.

La alcalinidad del bicarbonato de sodio colabora con la disminución del ácido láctico en los músculos.
Entre tanto, la creatina aumenta la disponibilidad de adenosín trifosfato (ATP), que es la principal fuente de energía para ejercicios de corta duración y alta intensidad. Junto a la beta-alanina, mejora la capacidad de fuerza y la resistencia física en actividades exigentes.

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Riesgos y efectos secundarios

Para la mayoría de las personas sanas, la beta-alanina es segura cuando se consume en las dosis adecuadas. Uno de sus efectos secundarios más reportados es la parestesia, una sensación de hormigueo, picazón o corriente en la piel, que puede afectar las manos, los brazos, las piernas o los pies.

Es más común que las reacciones no deseadas aparezcan al sobrepasar la cantidad diaria recomendada. O bien, tras ingerir la dosis correspondiente a una jornada en una sola toma, sin fraccionarla en varias veces.
No suele ser un efecto grave y tiende a desaparecer rápido.

Contraindicaciones

No se recomienda esta suplementación en los siguientes casos:

Embarazo y lactancia.
Personas con problemas hepáticos.
Pacientes con enfermedades renales.

Es conveniente consultar al médico o al nutricionista antes de tomar este tipo de complementos. Sobre todo, si hay alguna condición médica diagnosticada o medicamentos prescritos para una enfermedad de base.

El uso de beta-alanina es complementario

La beta-alanina es un suplemento que puede brindarte importantes beneficios si realizas entrenamientos de alta intensidad. Retrasa la fatiga muscular y te ayuda a sacar todo tu potencial durante la rutina.

Aun así, debes tener claro que su uso es solo complementario. No sustituye otros factores esenciales para un rendimiento deportivo óptimo, como la dieta equilibrada y personalizada, la correcta hidratación, el plan de entrenamiento adecuado y el descanso. Es la combinación de todo ello, junto al uso responsable del aminoácido, lo que te acercará a tus objetivos deportivos.

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