Ciudadanos, el movimiento naranja que fracasó antes de triunfar

Ciudadanos, el movimiento naranja que fracasó antes de triunfar

El partido que llegó a ser la gran esperanza del centro político en España vivió un rápido ascenso seguido de un estrepitoso declive
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Imagen: Albert Rivera y parte del equipo de Ciudadanos I Reuters

Fundado en 2006 en Cataluña, Ciudadanos creció a nivel nacional con un discurso liberal y constitucionalista. En 2017, tras las elecciones catalanas y su victoria con Inés Arrimadas, se consolidó como una alternativa fuerte. Su gran oportunidad llegó en las elecciones generales de abril de 2019, ya que logró convertirse en la tercera fuerza del Congreso. Sin embargo, el partido liderado por Albert Rivera cometió su primer gran error: rechazar pactar con el PSOE de Pedro Sánchez y optar por una estrategia de acercamiento al PP y Vox.

Albert Rivera decidió no pactar con el PSOE tras las elecciones generales de abril de 2019 por una combinación de razones estratégicas, ideológicas y personales. Aunque la suma de escaños de ambos partidos les habría permitido formar un gobierno estable, el líder de Ciudadanos optó por mantener un veto a Pedro Sánchez, apostando por convertirse en el principal referente del centro-derecha.

Estrategia electoral: el intento de superar al PP

En aquel momento, Ciudadanos se encontraba en su punto más alto de popularidad, con 57 escaños, solo nueve menos que el Partido Popular de Pablo Casado. Rivera interpretó los resultados como una oportunidad para disputar el liderazgo de la oposición al PP y aspirar a convertirse en alternativa de gobierno en futuras elecciones.

Para lograrlo, necesitaba consolidar su imagen como un partido claramente enfrentado al PSOE. Pactar con Sánchez habría significado acercarse al centro, pero también corría el riesgo de perder votantes en el espectro de la derecha, muchos de los cuales ya estaban migrando hacia Vox.

La negativa a Sánchez y el giro hacia la derecha

Desde la campaña electoral, Rivera había endurecido su discurso contra Sánchez, acusándolo de depender de los partidos independentistas para gobernar. El veto a un pacto con el PSOE se convirtió en una de las principales banderas de Ciudadanos, lo que hizo que un acuerdo posterior resultara difícil de justificar ante su electorado.

Esa decisión, sumada a la repetición electoral en noviembre de 2019, provocó un desplome electoral. Ciudadanos pasó de 57 a 10 escaños, un golpe del que nunca logró recuperarse. Rivera dimitió y dejó la política, marcando el inicio del declive definitivo.

Imagen: gráfico de Statista

Inestabilidad y pérdida de identidad

Tras la marcha de Rivera, Inés Arrimadas asumió el liderazgo con la difícil tarea de reconstruir el partido. Sin embargo, la formación se mostró indecisa entre pactar con el PP o buscar acuerdos con el PSOE, perdiendo así su identidad propia. La crisis interna se agudizó con la fallida moción de censura en Murcia en 2021, que resultó en la fuga de dirigentes y la percepción de Ciudadanos como un partido poco fiable.

La formación naranja, que gobernaba en coalición con el PP en la región, decidió aliarse con el PSOE para presentar una moción de censura contra el presidente autonómico, Fernando López Miras (PP). Sin embargo, la maniobra se volvió en su contra y provocó un efecto dominó que debilitó aún más su posición a nivel nacional.

El pacto con el PSOE y la rebelión interna

Ciudadanos justificó la moción de censura alegando que el gobierno de López Miras estaba salpicado por la vacunación irregular de altos cargos del PP en plena pandemia. Inés Arrimadas y su equipo confiaban en que el pacto con el PSOE en Murcia fuera el primer paso para marcar distancia con el PP y demostrar que Ciudadanos era una fuerza autónoma capaz de decidir su propio rumbo.

Sin embargo, la estrategia fracasó rápidamente. A las pocas horas del anuncio, tres diputados autonómicos de Ciudadanos se desmarcaron y se negaron a apoyar la moción, a cambio de mantenerse en sus cargos bajo el paraguas del PP. Este transfuguismo dejó sin opciones a Ciudadanos y permitió que López Miras siguiera en el poder.

El efecto dominó: la reacción de Ayuso y el hundimiento en Madrid

El fracaso en Murcia tuvo consecuencias inesperadas fuera de la región. En la Comunidad de Madrid, la presidenta Isabel Díaz Ayuso (PP) temió que Ciudadanos intentara una maniobra similar y decidió adelantarse: disolvió la Asamblea y convocó elecciones anticipadas para el 4 de mayo de 2021.

Las elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid, celebradas el 4 de mayo de 2021, marcaron el golpe definitivo para Ciudadanos, que pasó de gobernar en coalición con el Partido Popular a desaparecer por completo de la Asamblea madrileña. El fracaso en las urnas fue consecuencia directa de la moción de censura fallida en Murcia, que generó desconfianza en sus votantes y provocó una reacción fulminante por parte de Isabel Díaz Ayuso.

En marzo de 2021, tras el intento de desalojar al PP del poder en Murcia con una moción de censura junto al PSOE, Ayuso decidió tomar la delantera para evitar un posible movimiento similar en Madrid. Así, disolvió la Asamblea y convocó elecciones anticipadas, rompiendo la coalición y dejando a la formación naranja en una situación de extrema debilidad.

Este movimiento sorprendió a Ciudadanos, que de repente se encontró sin margen de maniobra. La candidata del partido, Edmundo Bal, trató de recuperar el apoyo perdido apelando a la moderación y el centrismo, pero la desbandada de votantes hacia el PP y el PSOE ya era imparable.

Resultados desastrosos: Ciudadanos queda fuera del parlamento

En los comicios del 4 de mayo, obtuvo un resultado catastrófico: 1,3% de los votos, muy lejos del 5% necesario para obtener representación en la Asamblea de Madrid. Esto significó la expulsión total del partido del parlamento autonómico, apenas dos años después de haber logrado 26 escaños en las elecciones de 2019 y de haber cogobernado con el PP.

El gran beneficiado del desplome fue el Partido Popular, que absorbió gran parte de sus votos y logró una victoria aplastante con 65 escaños, quedándose a solo cuatro de la mayoría absoluta. El otro gran receptor del voto naranja fue el PSOE, aunque en menor medida.

Imagen: gráfico de Epdata

El declive definitivo del partido

El resultado de Madrid confirmó que Ciudadanos estaba en caída libre. La debacle no solo dejó al partido sin representación en una de las comunidades donde había gobernado, sino que también aceleró su descomposición a nivel nacional.

Dimisión de dirigentes: tras la derrota, se produjo un éxodo de cargos de Ciudadanos al PP, tanto a nivel autonómico como municipal.

Pérdida de influencia: los malos resultados en Madrid fueron un anticipo de futuros fracasos en Castilla y León y Andalucía, donde también perderían toda representación parlamentaria en las siguientes elecciones.

Debate sobre la continuidad: la debacle madrileña reavivó las dudas internas sobre la viabilidad del partido, que terminaría hundiéndose por completo en las municipales y autonómicas de 2023.

Las elecciones del 4 de mayo de 2021 fueron, en definitiva, el punto de no retorno para Ciudadanos. Lo que alguna vez fue un partido clave en el panorama político español se convirtió, en cuestión de meses, en una fuerza residual condenada a la irrelevancia.

La figura de Albert Rivera

Albert Rivera, el expresidente y fundador de Ciudadanos, se alejó de la política activa tras su dimisión en 2019, tras la estrepitosa caída del partido en las elecciones generales. Desde entonces, ha optado por un perfil bajo, centrándose en actividades fuera de la política, particularmente en el ámbito de la consultoría política y asesoría a empresas e instituciones. Aunque su nombre sigue siendo conocido, su participación en la política ha sido mínima.

Tras dejar la presidencia de Ciudadanos, se dedicó a la consultoría, participando en conferencias sobre estrategias políticas y gobernanza. También ha mantenido presencia en medios de comunicación, interviniendo esporádicamente sobre temas como la gestión del gobierno de coalición y la polarización política en España. Sin embargo, ha evitado posicionarse como líder de un movimiento o partido en la actualidad.

En su libro “Un ciudadano libre”, Rivera reflexionó sobre su carrera política, los errores cometidos durante su liderazgo y las causas del declive de Ciudadanos. Reconoció que su partido cometió fallos estratégicos que contribuyeron a su desaparición como fuerza relevante, aunque también atribuyó parte de su declive a factores externos y a la evolución de la política española.

Aunque en varias ocasiones se ha especulado sobre un posible retorno a la política, ha dejado claro que no tiene planes inmediatos de regresar, al menos en el corto plazo. La posibilidad de un regreso ha quedado en el aire, pero su actual enfoque sigue siendo profesional y centrado en actividades fuera de la primera línea política.

La evolución del partido en Andalucía

Las elecciones autonómicas de Andalucía, celebradas el 19 de junio de 2022, marcaron otro golpe devastador para Ciudadanos, que perdió toda su representación en el Parlamento andaluz. El partido, que en 2018 había conseguido 21 escaños y formado parte del gobierno de coalición con el PP, se quedó sin diputados al no alcanzar el 3% de los votos necesarios en ninguna provincia.

Cuatro años antes, en 2018, había logrado el mejor resultado de su historia en Andalucía, con 21 escaños y el 18,2% de los votos. Ese resultado permitió que el partido entrara en el gobierno andaluz en coalición con el PP de Juanma Moreno, en un pacto que supuso el fin de la hegemonía socialista en la región tras casi cuatro décadas.

Sin embargo, la estrategia durante la legislatura no logró consolidar su espacio político. Con Juan Marín como vicepresidente de la Junta, el partido perdió peso dentro del ejecutivo mientras el PP capitalizaba la gestión. A medida que avanzaba la legislatura, muchos votantes de Ciudadanos comenzaron a migrar hacia el PP, viendo en Moreno un líder moderado y con mayor estabilidad.

Una campaña sin impacto y una fuga masiva de votos

En la campaña electoral de 2022, Ciudadanos intentó reivindicar su papel en el gobierno andaluz, presentándose como una fuerza clave en la estabilidad de la región. Sin embargo, la desbandada del electorado hacia el PP hizo que su mensaje no calara.

Juan Marín, candidato de Ciudadanos, intentó diferenciarse de los populares, pero se encontró con una campaña marcada por la idea del “voto útil” a Moreno para evitar una coalición del PP con Vox.

Las encuestas ya vaticinaban el desastre, situando a Ciudadanos al borde de la desaparición.

Los debates electorales no lograron mejorar la percepción del partido, que quedó completamente eclipsado por el PP y Vox.

Imagen: gráfico de Epdata

Resultados: Ciudadanos se hunde por completo

El 19 de junio de 2022, obtuvo 3,3% de los votos en toda Andalucía, muy por debajo del 18,2% que logró en 2018. Esto supuso la pérdida total de los 21 escaños que había conseguido en la legislatura anterior, quedando sin representación en el Parlamento andaluz.

El gran beneficiado fue el Partido Popular, que absorbió la mayoría de los votos naranjas y consiguió una mayoría absoluta histórica con 58 escaños. Vox también creció, aunque menos de lo esperado, y el PSOE logró mantenerse como segunda fuerza.

El hundimiento en Andalucía fue una muestra más de la irrelevancia creciente del partido, que en los meses siguientes continuó perdiendo apoyos en toda España hasta su práctica desaparición en las elecciones municipales y autonómicas de 2023.

Las elecciones municipales y autonómicas

Las elecciones del 28 de mayo de 2023 marcaron el golpe definitivo, ya que prácticamente desapareció del mapa político tras perder toda su representación en la mayoría de comunidades autónomas y ayuntamientos.

El partido pasó de gobernar en coalición con el PP en varias comunidades a quedar completamente fuera de los parlamentos regionales. En Madrid, Castilla y León y Andalucía, la formación ya había sido barrida en elecciones previas, pero en 2023 la debacle se extendió a otras comunidades donde aún tenía representación:

Comunidad Valenciana: perdió todos sus escaños tras haber sido parte del bloque de la derecha que permitió el gobierno del PP y Vox.

Aragón: Ciudadanos había sido clave en la gobernabilidad, pero se quedó sin representación.

Región de Murcia: su protagonismo en la fallida moción de censura de 2021 ya había debilitado al partido, y en 2023 desapareció por completo.

Baleares y Cantabria: también quedaron sin diputados, perdiendo los pocos asientos que aún tenían.

Descalabro en los ayuntamientos

A nivel municipal, la situación fue igualmente catastrófica. Ciudadanos pasó de 2.788 concejales en 2019 a poco más de 300 en toda España, lo que supuso una pérdida de casi el 90% de su representación local. Ciudades donde había tenido un papel destacado, como Madrid, Valencia, Zaragoza o Sevilla, quedaron sin concejales de la formación.

Uno de los casos más simbólicos fue el de Begoña Villacís en Madrid, que intentó resistir la caída del partido, pero ni siquiera logró el 3% de los votos necesarios para obtener representación.

Tras el desastre electoral, la crisis interna se agudizó aún más. Patricia Guasp, líder del partido en ese momento, tampoco consiguió mantener su escaño en Baleares, lo que evidenció la falta de respaldo a la dirección nacional. Muchos cargos municipales y autonómicos se pasaron al PP, viendo que Ciudadanos era ya un proyecto sin futuro.

Tras este hundimiento, la dirección de Ciudadanos decidió no concurrir a las elecciones generales del 23 de julio de 2023, asumiendo que no tenían opciones de obtener representación en el Congreso. Con esta decisión, el partido desapareció completamente de la política nacional.

Busca de una nueva identidad política

La actualidad de Ciudadanos está marcada por un proceso de reconfiguración interna y una búsqueda de nueva identidad política tras su declive en las últimas elecciones generales, autonómicas y municipales. Aunque ha dejado de ser uno de los partidos clave a nivel nacional, el partido sigue existiendo.

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