Cómo aplicar el rubor para lograr un efecto lifting

Cómo aplicar el rubor para lograr un efecto lifting

¿No te ha pasado que, por más que difuminas el rubor, el color sigue quedándose demasiado centrado? Ese gesto, aunque ilumina, también puede redondear el rostro y restarle definición. Es normal: durante años nos enseñaron a aplicarlo en las “manzanitas”, pero esa técnica no siempre estiliza. Si buscas un efecto lifting, el secreto está en
The post Cómo aplicar el rubor para lograr un efecto lifting appeared first on Mejor con Salud.  ¿No te ha pasado que, por más que difuminas el rubor, el color sigue quedándose demasiado centrado? Ese gesto, aunque ilumina, también puede redondear el rostro y restarle definición. Es normal: durante años nos enseñaron a aplicarlo en las “manzanitas”, pero esa técnica no siempre estiliza. Si buscas un efecto lifting, el secreto está en cambiar el punto de partida y la dirección del difuminado.

Lo sorprendente es que un ajuste tan pequeño puede transformar la percepción del rostro. Cuando llevas el colorete hacia la parte alta del pómulo y lo trabajas en una diagonal ascendente, la mirada se dirige hacia arriba de manera natural, creando un acabado más fresco.

La regla de oro: lleva el rubor a la parte alta del pómulo

El efecto lifting se logra colocando el rubor en la parte alta del pómulo, justo en la zona donde la estructura ósea empieza a elevarse hacia la sien. Trabájalo en una diagonal ascendente para alargar visualmente la línea del pómulo y hacer que la estructura se vea más definida.

La clave es crear un degradé suave sin cortar el color a mitad del pómulo. Conecta el pigmento hacia la zona lateral del rostro con movimientos ligeros, casi como si “peinaras” la piel. Esto evita manchas y genera un acabado más pulido. Trabaja siempre con capas finas. Si usas blush en crema, presiona y difumina con una esponja húmeda; si optas por polvo, una brocha angular será útil.

Si quieres potenciar el efecto, añade un toque de iluminador un poco por encima del rubor.

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Consideraciones según la forma del rostro y la textura del rubor

Según la forma del rostro, se ajusta la técnica. En uno redondo conviene elevar aún más el punto inicial y evitar que el color descienda hacia la mitad de la mejilla. Si es alargado, mantén la diagonal pero reduce la extensión hacia la sien para no acentuar en exceso la verticalidad. En un rostro cuadrado, difumina hacia afuera para suavizar los ángulos sin perder el efecto estilizador.

La textura también juega un papel importante. Las fórmulas en crema se integran con facilidad y dejan un acabado fresco, ideal para pieles jóvenes o bien hidratadas. Las de polvo, en cambio, permiten mayor control y funcionan mejor en pieles maduras cuando se aplican en capas ligeras para evitar que marquen líneas.

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Trabajar el rubor en la altura correcta y dirigirlo hacia la sien cambia por completo tu maquillaje. Este gesto aporta definición inmediata y hace que el rostro se vea más fresco. No es magia ni filtros, sino entender qué dirección potencia mejor tus facciones y usarla a tu favor cada día.

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