Cómo limpiar el extractor del baño, quitarle el polvo y que funcione mejor

Cuando el extractor de tu baño ya no aspira como antes o hace más ruido que de costumbre, puede que el polvo se haya acumulado en la rejilla y el interior del equipo. La suciedad reduce el flujo de aire y la capacidad de extracción. Además, al encenderlo puedes ver que las partículas de polvo
The post Cómo limpiar el extractor del baño, quitarle el polvo y que funcione mejor appeared first on Mejor con Salud.  Cuando el extractor de tu baño ya no aspira como antes o hace más ruido que de costumbre, puede que el polvo se haya acumulado en la rejilla y el interior del equipo. La suciedad reduce el flujo de aire y la capacidad de extracción.

Además, al encenderlo puedes ver que las partículas de polvo caen al suelo. Si bajas la rejilla, la lavas y quitas el polvo interior, el aparato puede recuperar su eficiencia. Te explicamos cómo hacerlo.

Limpieza correcta del extractor de tu baño

Antes de empezar, corta la corriente eléctrica desde el interruptor general o el cuadro de luces. Muchos extractores están conectados directamente a la instalación eléctrica del baño, así que asegúrate de que no hay corriente antes de tocar nada.

1. Retira la rejilla frontal: puede que esté sujeta con muelles, clips laterales o tornillos. Una vez suelta, separa la rejilla con cuidado de los cables si está conectada a un sensor de humedad.
2. Lava la rejilla: con agua tibia y jabón neutro o lavavajillas. Usa un cepillo suave o una esponja para frotar las ranuras y eliminar la suciedad. Aclara bien y déjala secar completamente antes de volver a colocarla.
3. Limpia el interior del aparato: con el aspirador y un cepillo suave, retira el polvo acumulado en el interior de la carcasa, paredes internas y las aspas. Si quedan restos de polvo o manchas, usa un paño seco o ligeramente humedecido. No uses productos químicos agresivos ni mojes el motor o las conexiones eléctricas.
4. Monta la rejilla y comprueba el funcionamiento: conecta los cables si los habías desconectado y asegura los clips o tornillos. Vuelve a conectar la corriente eléctrica y enciende el equipo para comprobar que funciona correctamente y que el ruido ha disminuido.

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Limpiar el extractor cada tres o cuatro meses mantiene el rendimiento óptimo y previene la acumulación excesiva de suciedad. En baños que se usan mucho o en viviendas con mucho polvo ambiental, puede ser necesario hacerlo cada dos meses. La rejilla exterior puedes pasarle un paño seco cada mes para que no se forme esa capa pegajosa que luego cuesta más eliminar.

¿Qué hacer si la limpieza básica no es suficiente?

Los problemas de rendimiento se resuelven la mayoría de las veces con una limpieza como la descrita. Sin embargo, hay situaciones donde la mejora puede ser parcial o temporal.

Si el conducto de ventilación que va desde el extractor hasta el exterior está obstruido con polvo compactado, hojas o nidos de pájaros, seguirá funcionando por debajo de su capacidad, aunque lo limpies. Este problema requiere acceso al conducto, lo que puede hacer un profesional.

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También puede ocurrir que la turbina tenga suciedad apelmazada en las aspas o que el motor haya perdido potencia por desgaste. Si después de limpiar sigue haciendo ruido anormal, vibrando o no aspira, puede ser momento de considerar una revisión técnica o la sustitución del aparato.

Una limpieza regular te ayudará a detectar problemas a tiempo. Mantener este hábito reduce las probabilidades de averías y asegura que el baño se ventile correctamente después de cada ducha.

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