Si al ver tu casa lo primero que te preguntas es ¿por qué no puedo ser ordenado?, debes saber que muchos también se hacen la misma pregunta. Para muchas personas mantener las cosas en su lugar puede ser una labor cuesta arriba y no se trata de ser perezosos, en ocasiones el cansancio del día,
The post ¿Cómo ser más ordenado? 10 hábitos que marcan la diferencia appeared first on Mejor con Salud. Si al ver tu casa lo primero que te preguntas es ¿por qué no puedo ser ordenado?, debes saber que muchos también se hacen la misma pregunta. Para muchas personas mantener las cosas en su lugar puede ser una labor cuesta arriba y no se trata de ser perezosos, en ocasiones el cansancio del día, enfermarse, atravesar momentos de ansiedad o los problemas personales pueden hacer que sea difícil cuidar de ti y de tu entorno.
Es común que el desorden provenga de un agotamiento físico y mental que, de momento, no te permite hacer la limpieza con frecuencia o mantener tus espacios en orden. También, puede que aún no tengas los hábitos adecuados bien formados y eso hace que no seas muy constante con la organización. Pero todo eso puede tener una solución.
Cambios estratégicos en tus rutinas y algunos consejos que te ayudarán a canalizar tu energía y esfuerzo harán que tu hogar y todo lo que él se encuentra estén impecables. Verás que ir de a poco, paso a paso con pequeños cambios, creará en ti una nueva mentalidad de orden y limpieza. Así que, manos a la obra.
1. Comienza el día haciendo tu cama
Iniciar tu día con esta pequeña actividad, puede tener un impacto muy positivo en el resto de tu jornada. De acuerdo con el libro El poder de los hábitos, hacer la cama cada mañana puede relacionarse con una mayor productividad y sentido de bienestar. Además, te ayudará a encaminarte a otros objetivos, por ejemplo, comenzar a ordenar tu clóset o las decoraciones en tu salón.
Esta actividad sencilla puede ayudarte a empezar una rutina matutina y tener la certeza de que ya has dado el primer paso para mantener el resto de tu espacio en orden. También, reducirás el impulso de dejar las cosas donde no corresponde, pues verás tu cama ya organizada.
2. Haz una lista de tareas de organización
Una buena forma de comenzar a ordenar tu vida es eliminar el desorden de actividades, ideas y pendientes que quizás tengas en la cabeza. Para ello haz una lista de las cosas que debes recordar o hacer durante el día, por ejemplo, la compra en el supermercado, lavar tu ropa, ordenar la biblioteca, vaciar el lavavajillas, ordenar y limpiar el baño…
Si tienes todo apuntado será más difícil olvidar algo y podrás buscar un momento del día para cada actividad, solo no hagas listas de actividades muy largas. Empieza de a poco, con pendientes que puedas cumplir sin sentirte agobiado o agotado. Una vez completes una tarea, táchala de tu lista. Este solo acto te hará sentir más productivo y podrás mantenerte al día con tus actividades de organización.
Haz tu lista la noche anterior, así ya tendrás una idea de lo que harás al día siguiente que te ayudará a evitar el desorden de tareas.
3. Lava los platos después de comer
Desayunas y tienes que salir al trabajo o quizás dejar a los pequeños en el colegio y no hay tiempo para lavar los platos. Luego, llegas a casa y preparas el almuerzo o la cena, los trastes de la mañana ya se acumulan con los de la tarde y tu cocina parece una zona de caos.
Será más difícil hacer la limpieza, tardarás más tiempo y terminarás más cansado. Puede que incluso lo dejes para el día siguiente y el ciclo continúa hasta que no tengas más remedio que hacer frente al hecho de que todos tus utensilios de cocina están sucios.
¿Qué tal si cambias esa rutina por una donde luego de comer laves los platos? Te aseguramos que solo te tomará un par de minutos y verás que tu cocina estará más limpia y despejada. Asimismo, verás que preparar las comidas será más sencillo y rápido. Recuerda que este es un pequeño cambio que tendrá un impacto positivo en el mantenimiento de ese espacio tan importante de tu hogar.
4. Asigna un lugar a cada cosa
Llegas a casa y el abrigo lo colocas en una silla, las llaves sobre la mesa y el bolso en el sofá, los zapatos han quedado a mitad del pasillo y el resto de tu ropa en el piso de tu habitación. Has dejado un rastro de objetos regados que pueden fácilmente convertirse en puntos conflictivos de desorden. Sillas llenas de ropa y mesas y pisos cubiertos de objetos. Luego, al tratar de ordenar todo de una vez terminas tan agotado que no quieres volver hacerlo en un buen tiempo.
En cambio, si tratas de hacer tareas sencillas que te eviten rincones de desorden, tendrás mucho menos que ordenar. Asigna espacios específicos a las cosas y cuando dejes de usarlas, lo primero por hacer es guardarlas donde corresponda.
Estas acciones van creando en ti el hábito más valioso de una persona ordenada: dejar los objetos en su lugar. Luego verás que no tienes un desorden acumulado y que has conseguido mantener tu hogar tal como siempre has querido.
¿Te ha pasado que no sabes dónde colocaste tus llaves, tu billetera o tu móvil? Designa un lugar cerca de la entrada de tu casa para ubicarlos apenas entres por la puerta, así sabrás donde estarán.
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5. Aplica la regla 80/20
Las especialistas en organización Clea Shearer y Joanna Teplin comparten en su libro y show de Netflix, The Home Edit Life, un método conocido como la regla 80/20. Este consiste en aprovechar solo un máximo del 80 % del espacio y dejar un 20 % vacío.
Así, ordenar será más sencillo porque no tienes todo abarrotado, el aspecto general de tu casa o área de trabajo se verá más despejado y podrás hacerle lugar a elementos nuevos, sin que debas eliminar algo.
Esta regla puedes aplicarla a las estancias de tu hogar y lugares más específicos como despensas y armarios. Con la práctica constante de este método verás que visualmente todo será más organizado y podrás habituarte a que tus espacios sean más ligeros, lo contrario a la sobrecarga que genera el desorden.
6. Desecha lo que ya no te guste
Con el paso del tiempo vamos acumulando cosas a nuestro alrededor que ya no tienen la misma utilidad o no nos gustan como antes. Esto es muy frecuente con los objetos no esenciales como las decoraciones, los libros, ropa, accesorios, entre otros. Lo que en algún momento tenía algún valor sentimental, quizás sea un objeto que solo ocupa espacio y acumula polvo. Lo mejor es ver si puede reciclarse, donarse o, finalmente, desecharse.
Haz una revisión de tu cocina, armario, salón, biblioteca y, en general, de cada espacio de tu hogar para evaluar los objetos que ahí tienes y si vale la pena o no conservarlos. Establece un plan para dedicar un día de la semana a esta actividad y verás que despejarás tu casa de cosas innecesarias, por lo que tendrás menos mantenimiento y limpieza que hacer.
7. Crea una rutina de limpieza
La forma de ser más ordenado es convertirlo en un hábito y eso se logra con la repetición constante de una actividad. Establece un tiempo específico de cada día para ordenar y limpiar, así el desorden no se acumulará y verás que podrás ser organizado, aplicando pequeños, pero eficaces esfuerzos que pronto darán sus resultados.
La intención de esto es que puedas llevar a cabo tus tareas de limpieza en automático, evitando dejar para después el poner orden a tu alrededor.
La rutina ayuda a vencer la resistencia mental, pero es fundamental que apliques al inicio un sistema simple para organizar. Si vas a colocar las cosas en un lugar designado, por ejemplo los zapatos, es mejor asegurarse que estén donde corresponda y no que además deban tener una posición específica por color. Hazte el trabajo sencillo.
8. Despeja los espacios
¿Qué tan fácil puedes barrer o trapear los pisos sin tropezar con algún objeto? Si cuando intentas hacer el aseo de tu casa es mucho lo que debes mover del suelo, es probable que tengas más cosas de las que deberías, si quieres que todo luzca ordenado.
Las cajas de almacenamiento, las decoraciones, los libros apilados, los juguetes de los niños y más pueden hacer que tu casa luzca desorganizada. Lo que puedes hacer es tratar de eliminar todos esos focos de desorden, recuerda que cada objeto debe tener un lugar asignado para que no se convierta en un estorbo.
Además, considera disminuir la cantidad de objetos decorativos. No se trata de aplicar un minimalismo estricto, pero si quieres ser ordenado intenta de momento tener pocas cosas para que la organización no sea un gran esfuerzo. Piensa que poseer más es limpiar y ordenar más.
9. Revisa tu correo y no almacenes papeles innecesarios
El correo que llega a tu hogar y que aún no has revisado ya es una montaña de papel en alguna mesa. Olvídate de eso eligiendo formatos digitales para controlar el pago de tus servicios, muchas facturas pueden llegar directo a la bandeja de entrada de tu correo electrónico, y así te ahorrarás el tener que revisar, guardar o desechar los sobres que llegan a tu casa.
Solo conserva en físico lo que en realidad sea importante (contratos y pólizas de seguros, por ejemplo) y en un sitio que puedas localizarlo cuando lo necesites.
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10. Empieza hoy con lo que menos usas
Puede parecerte un poco extraño, pero el principal problema de una persona desordenada no es organizar un espacio determinado, es conservarlo de esa forma. Por ello, si comienzas por aquellas cosas que menos usas y avanzas de a poco comenzarás a rodearte de orden.
Luego, puedes pasar a lo que usas de modo más frecuente y, por último, lo que utilizas a diario. Ya para ese momento tendrás más afianzado el hábito de la organización. Además, ese progreso paulatino te dará motivación para seguir encaminado a tu objetivo.
Sé paciente y disfruta tu cambio a una persona ordenada
Cambiar tus hábitos no es inmediato, pero no tiene que ser lo más tedioso que hagas. Puede que no veas mayor encanto en organizar tus pertenencias, pero sí sabes que obtendrás muchos más beneficios de vivir rodeado de orden y limpieza. Busca alternativas para hacer más divertido el organizar tus espacios, ya sea escuchando música, escuchando un pódcast o viendo una película mientras arreglas la ropa en el armario.
Y celebra cada nuevo paso que des, sé paciente y constante en tus esfuerzos. Cuando consigues mantener las cosas en su sitio ya estás cumpliendo tu meta.
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