El fallecimiento de Aaron Boupendza generó indignación por la actitud de su club y la Superliga china, que no suspendieron el partido.
The post Conmoción y escándalo en China: un jugador gabonés murió al caer de un edificio y su equipo jugó igual first appeared on Hércules. Mientras la noticia de la muerte de Aaron Boupendza recorría el mundo, en China se vivía una escena difícil de explicar. El FC Zhejiang, su equipo en la Superliga, salió a jugar su partido como si nada hubiera pasado. Sin brazaletes negros. Sin minuto de silencio. Sin ninguna mención oficial hasta que finalizó el encuentro.
Boupendza, de 28 años, había sido hallado sin vida horas antes tras caer desde el techo del edificio en el que vivía. Sin embargo, la tragedia no fue suficiente para que las autoridades chinas suspendieran el compromiso ante Meizhou Hakka, como había solicitado el Zhejiang. Según la prensa local, la negativa también vino del equipo rival, que se había trasladado más de 900 kilómetros.
El contraste fue brutal. Mientras algunos aficionado del Zhejiang improvisaban un homenaje encendiendo las linternas de sus celulares al minuto 9 —el dorsal que usaba Boupendza—, sus compañeros celebraban los goles con entusiasmo, como si el dolor no los tocara. La página oficial del club ni siquiera hizo referencia a la tragedia en ese momento.
Recién tras el pitazo final, el club emitió un breve comunicado en redes sociales: confirmó la muerte de su futbolista y aseguró estar colaborando con las autoridades. Ninguna mención a la decisión de jugar ni al pedido de postergación. Un 2-2 que quedó completamente desdibujado por el escándalo que dejó en evidencia la falta de humanidad de una liga en la que el show, literalmente, no para.

Un futbolista con historia
Aaron Boupendza era mucho más que un delantero veloz y goleador. Con pasos por Francia, Turquía, Qatar, Estados Unidos, Rumania y China, su carrera fue tan explosiva como inestable. En Hatayspor durante la temporada 2020/21 llegó a ser máximo artillero de la liga turca con 22 tantos, pero también cargaba con un historial de conflictos.
En 2024, The Athletic reveló que se había fracturado la mandíbula en una pelea con un boxeador en un bar de Cincinnati, lo que lo dejó dos meses fuera. El club lo desvinculó poco después. En Rumania, respondió con gestos provocadores a los silbidos de los aficionados del Rapid Bucarest. Tiempo después, se negó a regresar a la pretemporada por una deuda salarial.
Su llegada a China había despertado ilusiones. En apenas seis partidos con el Zhejiang, ya sumaba cuatro goles y seis asistencias. Fue una apuesta fuerte del club, que pagó 800 mil euros por su pase. Sin embargo, su estadía fue tan corta como trágica.
Las muestras de afecto no tardaron en llegar. Su exentrenador en Rumania, Marius Șumudică, rompió en llanto al enterarse: “Era como un hijo para mí. No puedo controlar mis lágrimas”, dijo conmovido. También se expresaron el Rapid Bucarest, la Federación de Gabón y hasta el presidente de su país, que escribió: “Que su memoria nos inspire y que Dios lo bendiga”.

Dudas sobre su muerte
La investigación sobre las causas del fallecimiento de Boupendza sigue abierta y envuelta en misterio. Lo único confirmado hasta ahora es que cayó desde el techo de un edificio de 11 pisos, en circunstancias poco claras. El único testigo presencial es su hermano, lo que abre una serie de interrogantes.
Una de las hipótesis que manejan los investigadores es la posibilidad de un suicidio. Boupendza no se presentó al entrenamiento del martes y no respondió las llamadas del club, lo que activó las alarmas. Pero también se investiga si pudo haber tenido una discusión con su hermano que haya derivado en un trágico desenlace.
La tercera línea de investigación apunta a un posible accidente. No hay pruebas concluyentes de que su caída haya sido intencional ni provocada. La falta de cámaras en el lugar y la escasa colaboración de testigos complican el esclarecimiento.

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