En los últimos años, cada vez más niñas y adolescentes han comenzado a interesarse en el mundo del maquillaje y el cuidado de la piel. Lo que antes parecía una simple curiosidad ha evolucionado en una tendencia masiva, en especial en plataformas, como TikTok, Instagram y YouTube, donde se ha normalizado ver videos de pequeñas
The post Cosmeticorexia, una obsesión por los cosméticos que afecta a las niñas appeared first on Mejor con Salud. En los últimos años, cada vez más niñas y adolescentes han comenzado a interesarse en el mundo del maquillaje y el cuidado de la piel. Lo que antes parecía una simple curiosidad ha evolucionado en una tendencia masiva, en especial en plataformas, como TikTok, Instagram y YouTube, donde se ha normalizado ver videos de pequeñas de entre 9 y 13 años aplicándose productos que no son aptos para su edad. En este contexto, ha surgido un fenómeno inquietante: la cosmeticorexia.
Si bien es fundamental inculcar hábitos de cuidado personal, como el uso de protector solar y una limpieza facial suave, la situación se torna preocupante cuando las menores buscan productos con ingredientes agresivos o cuando su autoestima empieza a depender de su apariencia. Pero, ¿qué hay detrás de esta obsesión por lo estético y cuáles son los riesgos para la salud de la piel? En este artículo lo explicaremos, así como qué medidas pueden tomar los padres para prevenir este problema creciente.
¿Qué es la cosmeticorexia?
Como padre o madre, tal vez te haya sorprendido encontrar en la lista de regalos de tu hija productos como una crema corporal reafirmante, una mascarilla para labios o un roller facial. Puede que al principio parezca inofensivo o casi un «juego».
Sin embargo, al investigar un poco más, descubres que en TikTok, el hashtag #teenageskincare ha acumulado más de 26,4 millones de visitas, impulsado por pequeñas influencers de belleza, también conocidas como Sephora Kids. En él, niñas y adolescentes comparten su skincare de hasta 12 pasos, promocionando productos de lujo y sugiriendo el uso de activos diseñados para pieles maduras.
Este fenómeno ha dado paso a la cosmeticorexia, una especie de trastorno que se puede definir como la compra compulsiva de cosméticos o la adicción a determinados principios activos para frenar el paso del tiempo. Menores de edad, influenciadas por redes sociales y estándares de belleza irreales, sienten la necesidad de aplicar productos innecesarios para mejorar su apariencia. Aunque el autocuidado es importante, esta tendencia promueve el uso excesivo de productos sin control dermatológico, lo que puede traer consecuencias físicas y emocionales.
Las niñas se motivan entre sí para probar y comprar productos costosos desde edades tempranas, y los expertos están empezando a levantar la voz de alerta. De acuerdo con la Academia Española de Dermatología y Venereología, cada vez más adolescentes acuden a consulta con rutinas de skincare sobrecargadas.
Esto se debe a que, en lugar de acudir a un especialista, se dejan guiar por recomendaciones en redes sociales y terminan usando cosméticos formulados para piel adulta, lo que puede causar irritaciones, sensibilidad cutánea y daños a largo plazo.
Además, este fenómeno no es casualidad. Ocurre en un momento donde la industria cosmética ha visto un nuevo y lucrativo nicho de mercado en esta población, diseñando productos llamativos y promoviendo la idea de que necesitan múltiples pasos en su rutina de belleza desde edades muy tempranas.
Aunque la cosmeticorexia no es un diagnóstico médico oficial, describe un comportamiento compulsivo, en el que las personas desarrollan una relación poco saludable con su imagen. Muchas niñas llegan a creer que sin maquillaje o sin una rutina de skincare completa no pueden verse bien ni sentirse aceptadas, lo que genera ansiedad, inseguridad y dependencia emocional de los productos cosméticos.
<div class="read-too">
<strong>Te interesará</strong>:
<a href="https://mejorconsalud.as.com/consecuencias-usar-demasiadas-cremas-piel/" target="_self" title="8 consecuencias de usar demasiadas cremas para la piel">8 consecuencias de usar demasiadas cremas para la piel</a>
</div>
¿Por qué las niñas desarrollan una obsesión por los cosméticos?
La adicción por el maquillaje y los cosméticos puede originarse por múltiples factores, desde presiones sociales y culturales hasta inseguridades personales. En un mundo donde la belleza se ha convertido en un estándar exigente y digitalizado, las niñas están expuestas desde temprana edad a imágenes idealizadas que proyectan la falsa idea de que necesitan una piel impecable para ser aceptadas.
Las redes sociales han acelerado este fenómeno. Tutoriales de maquillaje y recomendaciones de productos de lujo aparecen constantemente en sus pantallas, reforzando la creencia de que el cuidado personal no es solo una opción, sino una necesidad. Como resultado, muchas pequeñas comienzan a aplicar en sus rostros productos diseñados para pieles adultas, sin considerar los efectos en su salud dermatológica.
Además, la niñez y adolescencia son etapas cruciales en la construcción de la autoestima y la imagen corporal. Si a esta edad se les inculca la idea de que el maquillaje y los tratamientos estéticos son imprescindibles, es más probable que desarrollen una relación poco saludable con su apariencia y una dependencia emocional hacia los cosméticos.
Pero, ¿qué factores están impulsando esta obsesión por la belleza? ¿Por qué cada vez más niñas sienten la necesidad de adoptar rutinas propias de los adultos? A continuación, exploramos las principales razones.
1. Influencia de redes sociales y estándares irreales de belleza
Las redes sociales han cambiado por completo la forma en que niñas y adolescentes perciben la belleza. Hoy en día, es común encontrar influenciadoras que muestran elaboradas rutinas de skincare y maquillajes impecables, muchas veces sin considerar la edad de su audiencia. Esta exposición constante genera la idea de que la apariencia debe ser perfeccionada desde la infancia, creando una presión innecesaria para adoptar hábitos de belleza propios de los adultos.
El problema no radica solo en el interés por la estética, sino en la falta de información sobre los riesgos de aplicar productos inadecuados. Según un estudio del Center for Children’s Environmental Health de la Universidad de Columbia, el 36 % de los niños menores de 12 años ya usa productos de belleza infantiles, pero la mayoría también está expuesta a cosméticos formulados para adultos. Esto implica contacto temprano con ingredientes activos que pueden irritar o sensibilizar la piel inmadura, además de fomentar una dependencia hacia estos productos.
Lo preocupante es que la obsesión por verse bien desde edades tempranas puede afectar la percepción de la autoimagen y la autoestima.
En lugar de aprender a aceptar su apariencia natural, muchas niñas terminan creyendo que necesitan corregir imperfecciones inexistentes, cayendo en un ciclo de insatisfacción constante. La sobreexposición a estándares irreales de belleza, puede generar ansiedad, frustración y una búsqueda de validación a través de la apariencia.
2. Presión social
Desde temprana edad, la apariencia física puede convertirse en un factor determinante para la aceptación social. En entornos escolares y grupales, muchas niñas sienten la necesidad de ajustarse a ciertos estándares estéticos para encajar. La comparación con amigas, compañeras e incluso celebridades refuerza la idea de que el maquillaje y un buen skincare no son solo una elección, sino una exigencia para ser valoradas.
En este contexto, el uso de cosméticos se transforma en un ritual de pertenencia. Aquellas que aún no usan maquillaje pueden sentirse desplazadas o menos atractivas en comparación con quienes han adoptado una rutina de belleza más elaborada. Lo que comienza como un juego o una simple curiosidad puede derivar en una presión constante por seguir tendencias, sin considerar si estos productos son adecuados para su piel o edad.
El fuerte deseo de «encajar» y el acobardamiento ante el ciberacoso, también contribuye a la alteración de la apariencia física y temprana dependencia del maquillaje. Más que aprender a cuidar su piel de forma saludable, muchas niñas terminan aplicando productos innecesarios para evitar críticas o encajar en un ideal de belleza impuesto por su entorno. Esta presión social no solo influye en su consumo, sino que también puede afectar su autoestima y generar una relación poco saludable con su imagen personal.
3. Distorsión de la imagen que tienen de sí mismas
La cosmeticorexia puede alterar la percepción que las niñas tienen de su apariencia. La exposición constante a estándares de belleza inalcanzables las hace ver defectos donde no existen. Como resultado, pueden sentirse insatisfechas con su piel o sus rasgos naturales y buscar corregirlos con cosméticos desde una edad temprana.
Un reportaje de NBC News Stay Tuned ilustra este problema mostrando videos de niñas tiktokers que promueven rutinas de skincare. En uno de sus videos, una de ellas aplica retinol en su rostro y menciona con total convicción: «Noto cómo se me quitan las arrugas». A su corta edad, su piel aún es tersa y no necesita este tipo de tratamiento. Sin embargo, la narrativa de «prevenir imperfecciones para cuando tengan 15 años» se ha normalizado tanto en redes sociales que muchas pequeñas creen que deben hacer lo que sea para mantener su piel «bella».
Esta presión por verse perfectas refuerza la idea de que la belleza es un requisito para la aceptación social. La crítica de belleza Jessica DeFino advierte que la obsesión por el cuidado de la piel está generando más inseguridad en las niñas y aumentando la presión por cumplir con un canon de belleza artificial.
Este problema no solo está impulsado por la influencia de redes sociales. Factores como baja autoestima, ansiedad o depresión pueden intensificar la obsesión por el maquillaje y el skincare. En algunos casos, comentarios negativos sobre su apariencia o experiencias traumáticas refuerzan la necesidad de «corregir» su imagen y alcanzar una perfección imposible.
4. Marketing dirigido a menores
Las marcas han encontrado un nuevo mercado en las niñas. Cada vez más lanzan productos con empaques llamativos, colores vibrantes y nombres atractivos que parecen inofensivos. Sin embargo, esta estrategia fomenta el consumo desde edades tempranas y normaliza el uso innecesario de cosméticos.
Muchas niñas y adolescentes reciben estos productos como regalos o los compran con la aprobación de sus padres. Curiosamente, son los propios adultos quienes financian esta tendencia sin considerar los efectos en la salud dermatológica de las menores. Sin una consulta previa con un dermatólogo, terminan usando productos inadecuados para su piel.
Además, la publicidad crea la ilusión de que la belleza es una meta a alcanzar, incentivando la compra compulsiva. Las empresas rastrean el comportamiento en internet y muestran anuncios personalizados. Si una niña busca productos de belleza, verá más publicidad de cosméticos cada vez que navegue en redes sociales. Este bombardeo constante refuerza la idea de que necesita estos productos para verse mejor.
De hecho, el marketing también promueve el miedo al envejecimiento desde la infancia. Algunas niñas ya buscan ácidos exfoliantes para «prevenir arrugas». Esta obsesión por frenar el paso del tiempo desde la niñez puede generar dependencia de los cosméticos y una visión distorsionada del autocuidado.
Es importante enseñar a los niños y adolescentes a cuestionar la publicidad. Muchos influencers que siguen reciben pagos para promocionar productos, por lo que sus videos no siempre son consejos genuinos, sino anuncios encubiertos. Ayudarles a desarrollar un pensamiento crítico les permitirá tomar decisiones más informadas y saludables sobre su piel.
5. Poca tolerancia ante los cambios físicos durante la pubertad
Durante la pubertad, la piel experimenta cambios naturales. La aparición de acné, exceso de grasa o sequedad son parte del proceso. Sin embargo, muchos niños y adolescentes se sienten inseguros y buscan soluciones rápidas para «corregir» su piel.
Es fundamental explicarles que estos cambios son temporales y normales. La producción hormonal influye en la piel y algunas alteraciones, como los granos, suelen desaparecer con el tiempo. No es necesario recurrir a tratamientos agresivos, aplicar maquillaje cubritivo o seguir rutinas de skincare excesivas.
En el caso de las niñas, el ciclo menstrual puede provocar brotes de acné o sensibilidad cutánea. Es importante que comprendan que estas fluctuaciones son esperadas y que la paciencia es clave.
Si el acné es severo o persistente, lo mejor es acudir a un dermatólogo. El uso indiscriminado de cosméticos o productos con ingredientes fuertes puede empeorar la condición en lugar de mejorarla.
Consecuencias en niñas y adolescentes
El uso excesivo de cosméticos y productos de skincare, sin supervisión dermatológica, aumenta el riesgo de irritaciones, alergias y daño en la barrera cutánea. Con el tiempo, estas prácticas pueden desencadenar problemas dermatológicos y emocionales que impactan su bienestar. A continuación, exploramos las principales consecuencias de la cosmeticorexia en niñas y adolescentes.
1. Reacciones alérgicas y problemas en la piel
El uso excesivo de cosméticos en niñas y adolescentes puede alterar la barrera cutánea, provocando irritación, sensibilidad y alergias. Muchos productos contienen fragancias, conservantes y activos diseñados para pieles adultas que pueden ser demasiado agresivos.
Según el doctor Pedro Jaén, en su libro Una piel para toda la vida, la exposición repetida a agentes con alto potencial alergénico desde edades tempranas aumenta el riesgo de desarrollar reacciones adversas y problemas cutáneos persistentes que pueden afectar la piel en la adultez. Además, antes de aplicar cualquier producto, es fundamental realizar una prueba de alergia; sin embargo, este paso suele pasarse por alto con frecuencia.
La piel joven es naturalmente resistente y con alta capacidad de regeneración, por lo que no necesita tratamientos antiedad.
Atraídas por tendencias virales, muchas niñas aplican estos productos sin saber su propósito real. Usarlos sin necesidad ni supervisión dermatológica puede causar brotes de acné, inflamación y hasta daño permanente en la piel. Además, el uso frecuente de maquillaje puede obstruir los poros, favorecer la aparición de puntos negros y generar dependencia de los cosméticos para sentirse bien con su apariencia.
En realidad, la mayoría de niñas y adolescentes solo necesita un limpiador suave, un protector solar y un hidratante. Si hay problemas específicos, como acné, debe ser un dermatólogo quien recomiende el tratamiento adecuado. Incorporar productos sin control puede generar efectos contraproducentes, como mayor producción de grasa, sequedad extrema o descamación.
2. Envejecimiento prematuro de la piel
La piel joven se regenera rápidamente, pero la aplicación excesiva de productos con ingredientes activos puede debilitar su estructura natural y provocar deshidratación, irritación y pérdida de elasticidad.
Sustancias como el retinol y los péptidos están formuladas para tratar signos de envejecimiento en pieles maduras. En niñas y adolescentes, estos ingredientes pueden alterar la barrera cutánea y hacer que la piel sea más vulnerable a daños externos. Con el tiempo, esto puede traducirse en arrugas prematuras, flacidez y manchas.
El uso excesivo de maquillaje también contribuye al envejecimiento prematuro. Bases pesadas, polvos compactos y correctores pueden obstruir los poros, causando inflamación crónica y estrés oxidativo en la piel. Además, los desmaquillantes agresivos y las limpiezas excesivas pueden eliminar los aceites naturales, debilitando la capacidad de la piel para mantenerse hidratada y protegida.
Otro factor clave es la manipulación constante del rostro. Muchas niñas aplican y retiran maquillaje varias veces al día, frotan la piel con toallitas desmaquillantes o usan esponjas y brochas sin higiene adecuada. Esto no solo aumenta el riesgo de infecciones y acné, sino que también puede acelerar la formación de líneas de expresión.
A pesar de las tendencias en redes sociales, ningún producto antiedad reemplaza la protección solar. La exposición al sol sin bloqueador sigue siendo la principal causa de envejecimiento cutáneo. Usar maquillaje sin FPS o no reaplicar el protector solar puede favorecer la aparición de arrugas y manchas desde temprana edad.
<div class="read-too">
<strong>No dejes de leer</strong>:
<a href="https://mejorconsalud.as.com/mejores-bases-maquillaje-aprobadas-dermatologa/" target="_self" title="Las 24 mejores bases de maquillaje aprobadas por una dermatóloga">Las 24 mejores bases de maquillaje aprobadas por una dermatóloga</a>
</div>
3. Piel asfíctica
La piel asfíctica es una condición en la que la piel pierde su capacidad de oxigenación. Se produce cuando los poros se obstruyen debido al uso excesivo de cosméticos, productos inadecuados o una limpieza deficiente. Como resultado, la piel se vuelve apagada, rugosa y con tendencia a la formación de pequeños quistes de grasa conocidos como miliums. Estos aparecen con frecuencia en el contorno de los ojos y mejillas.
Productos con texturas muy densas pueden tapar los folículos pilosebáceos, impidiendo que la piel respire correctamente. Además, la acumulación de células muertas provoca una textura irregular y opaca.
El uso de exfoliantes agresivos o mascarillas astringentes en exceso también puede empeorar la piel asfíctica. Estos productos alteran la barrera cutánea y pueden provocar una sobreproducción de grasa, lo que agrava la obstrucción de los poros.
Para prevenir este problema, es clave utilizar productos adecuados para cada tipo de piel y mantener una rutina de limpieza equilibrada. Un limpiador suave, hidratación ligera y protector solar no comedogénico son suficientes para mantener la piel sana. En caso de miliums persistentes, es recomendable acudir a un dermatólogo para su extracción segura.
¿Qué medidas preventivas se pueden tomar?
Si notas que tu hija muestra una preocupación excesiva por su apariencia y el uso de cosméticos, es fundamental acompañarla con comprensión y orientación. Aquí te damos algunas estrategias para fortalecer su autoestima y ayudarla a construir una relación sana con su imagen.
1. Refuerza su autoestima y amor propio
El maquillaje no debería ser una herramienta para ocultar inseguridades, sino una forma de expresión. Ayuda a tu hija a desarrollar una autoimagen positiva basada en su personalidad, talentos y cualidades, más allá de su apariencia. Recuérdale que su valor no está determinado por cómo luce y que cada persona tiene una belleza única.
Hazle preguntas que la inviten a reflexionar: ¿qué es lo que más te gusta de ti, aparte de tu aspecto? ¿En qué eres realmente buena? Reforzar su identidad más allá de lo físico la ayudará a sentirse más segura de sí misma.
<div class="read-too">
<strong>Lee también</strong>:
<a href="https://mejorconsalud.as.com/como-aumentar-amor-propio-pasos/" target="_self" title="Cómo aumentar tu amor propio en 10 pasos">Cómo aumentar tu amor propio en 10 pasos</a>
</div>
2. Ayúdala a cuestionar los estándares de belleza en redes sociales
Las imágenes que ve en redes no siempre reflejan la realidad. Explícale cómo funcionan los filtros, la edición y retoque fotográfico, así como las estrategias de marketing que buscan vender una «perfección» inalcanzable. Anímala a seguir cuentas que promuevan la diversidad y el amor propio en lugar de ideales de belleza irreales.
Además, establece límites saludables de tiempo en redes y fomenta conversaciones sobre cómo se siente después de ver ciertos contenidos. Preguntas como: ¿qué te hace sentir este tipo de publicaciones? pueden ayudarla a ser más crítica y consciente.
3. Enséñale a cuidar su piel de manera responsable
No todos los productos son adecuados para todas las edades. En lugar de dejar que se deje llevar por tendencias virales, enséñale qué necesita realmente su piel en función de su edad y tipo de cutis. Explícale que menos es más y que una rutina simple con limpieza e hidratación es suficiente. Además, refuerza que ninguna piel es perfecta, por lo que aceptarla tal y como es, es primordial.
Si tiene inquietudes sobre el cuidado de la piel, acompáñala a una consulta con un dermatólogo para que reciba información confiable y adaptada a sus necesidades. Esto evitará que busque respuestas en internet o en influencers que no tienen formación profesional.
Muchos cosméticos, incluso los etiquetados como «naturales» u «orgánicos», pueden contener ingredientes irritantes. Es recomendable elegir productos con la menor cantidad de componentes posibles y sin fragancias artificiales. Para verificar su seguridad, puedes consultar la base de datos Skin Deep® del Environmental Working Group, que clasifica productos según su nivel de toxicidad.
4. Evita fomentar el consumo excesivo
Ayúdala a diferenciar entre lo que realmente necesita y lo que compra por impulso o presión social. Puedes enseñarle sobre publicidad y estrategias de marketing, explicándole cómo muchas marcas crean una sensación de urgencia para vender productos innecesarios.
Fomenta hábitos financieros saludables: ¿realmente necesitas este producto? ¿Podrías usar algo que ya tienes? Estas preguntas la ayudarán a tomar decisiones más conscientes y a evitar el consumo impulsivo.
5. Sé un modelo a seguir con hábitos equilibrados
Los niños aprenden más por lo que ven que por lo que se les dice. Si en casa ven que el maquillaje y el skincare son una elección y no una obligación, entenderán que su valor no depende de su apariencia.
Si tú también usas cosméticos, muestra una relación sana con ellos. Evita comentarios negativos sobre tu propio cuerpo o piel y enfatiza el autocuidado como una forma de bienestar, no de corrección.
6. Explícale que crecer y envejecer es un proceso natural y digno
En un mundo obsesionado con la juventud, muchas niñas comienzan a temer el paso del tiempo desde edades tempranas. Hazle entender que crecer y envejecer no es algo que deba evitarse, sino una parte natural y hermosa de la vida.
Explícale que su piel cambiará con el tiempo y eso es completamente normal. El desarrollo de líneas de expresión o pequeñas imperfecciones no significa que haya algo que corregir, sino que su piel está cumpliendo su ciclo. Transmitirle la importancia de aceptar cada etapa con dignidad y sin miedo la ayudará a construir una relación sana con su imagen a largo plazo.
Puedes reforzar esta idea con ejemplos positivos de personas que han abrazado su belleza natural, sin obsesionarse con la perfección. Anímala a valorar su cuerpo por lo que le permite hacer, no solo por su apariencia.
Rutina de skincare segura para niñas y adolescentes
El cuidado de la piel en niñas y adolescentes debe ser simple, seguro y adecuado a su edad. No requieren múltiples productos ni ingredientes activos agresivos. Una rutina básica es suficiente para mantener la piel equilibrada y saludable sin riesgo de irritaciones o efectos adversos.
Según la Clínica Cleveland, lo ideal es ir de menos a más. Se puede comenzar con productos básicos, como un brillo labial y, con el tiempo, si lo desean, incorporar opciones ligeras, como bases en polvo o correctores sin aceite.
Es importante evitar productos pesados o a base de aceite, ya que pueden obstruir los poros y agravar problemas como acné, eccema o sensibilidad cutánea. Optar por texturas ligeras y fórmulas no comedogénicas ayudará a preservar la salud de la piel, sin causar efectos adversos.
1. Lava tu cara todos los días con un jabón suave
Lavar el rostro una o dos veces al día con un limpiador suave y agua tibia es suficiente. Esto ayuda a eliminar el exceso de grasa, impurezas y residuos sin alterar la barrera natural de la piel. Se recomienda evitar jabones antibacterianos o exfoliaciones diarias, ya que pueden provocar sequedad o irritación.
Los productos agresivos pueden dañar la piel joven y provocar brotes de acné.
2. Aplica una crema hidratante
Después de la limpieza, es fundamental aplicar una crema hidratante ligera y libre de aceites (oil-free). Las fórmulas para pieles jóvenes deben ser fluidas, no comedogénicas y sin fragancias intensas, para evitar irritaciones y mantener la piel equilibrada sin obstruir los poros.
Si tu hija tiene una afección cutánea como eccema o psoriasis, es importante seguir las recomendaciones de un dermatólogo. En casos de piel seca o sensible, se suelen recomendar cremas o ungüentos en lugar de lociones, ya que proporcionan una hidratación más profunda.
3. Usa protector solar todos los días
El protector solar debe usarse todos los días, incluso cuando no haya sol directo. Se recomienda un fotoprotector ligero, con FPS 30 o superior, de textura fluida y sin ingredientes irritantes. Esta es la mejor forma de prevenir el envejecimiento prematuro y el daño solar acumulativo. Reaplícalo cada dos o tres horas.
<div class="read-too">
<strong>Lee más </strong>:
<a href="https://mejorconsalud.as.com/como-proteger-a-los-ninos-del-sol-del-verano/" target="_self" title="¿Cómo proteger a los niños del sol del verano?">¿Cómo proteger a los niños del sol del verano?</a>
</div>
4. Desmaquillarse es obligatorio
Si tu hija usa maquillaje, es fundamental retirarlo completamente al final del día. Se recomienda un desmaquillante suave sin alcohol, seguido de la limpieza con el jabón adecuado. Dormir con restos de maquillaje puede provocar obstrucción de poros, inflamación y brotes de acné.
Reemplaza los cosméticos cada seis a doce meses para minimizar el riesgo de contaminación. Por otro lado, evita compartir cosméticos, ya que puede aumentar el riesgo de contaminación e infección.
Son niñas, no adultas
El skincare no debería ser visto como un juego ni una necesidad impuesta desde la infancia. Las niñas no son adultas y su piel tampoco lo es. Introducirlas de manera prematura en rutinas complejas puede generar más problemas que beneficios, afectando tanto su salud cutánea como su bienestar emocional.
Si una menor muestra una obsesión por los cosméticos, es fundamental buscar orientación profesional. En casos leves, un dermatólogo o un especialista en cosmetología puede recomendar una rutina adecuada y libre de riesgos. Sin embargo, cuando esta obsesión afecta su autoestima o genera ansiedad, puede ser necesario el apoyo de un profesional de la salud mental.
La clave está en enseñarles a cuidar su piel de manera responsable, sin alimentar inseguridades ni fomentar el consumo innecesario. Más que seguir tendencias, las niñas necesitan aprender a aceptarse y crecer con confianza.
The post Cosmeticorexia, una obsesión por los cosméticos que afecta a las niñas appeared first on Mejor con Salud.