Crisis entre Shin Bet y Ben-Gvir: Investigación secreta, acusaciones y tensiones en el gobierno israelí

El Shin Bet investiga en secreto a la policía y al ministro Ben-Gvir por posibles actos que socaven el orden del gobierno, lo que desató una serie de tensiones políticas. El gobierno de Netanyahu busca destituir al jefe del Shin Bet, pero el Tribunal Superior de Justicia congeló la decisión.
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En los últimos meses, el Shin Bet ha llevado a cabo una investigación secreta sobre la policía y el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, revelada por el Canal 12 de noticias. El motivo de esta investigación estaría relacionado con una posible amenaza al orden gubernamental. Según fuentes cercanas, el primer ministro Benjamin Netanyahu fue informado de la situación.

Tras la publicación, se produjo un hecho inusual durante una reunión de seguridad. Ben-Gvir, al ver el informe en Canal 12 News, reaccionó duramente contra el Shin Bet. El jefe del Shin Bet, Ronen Bar, negó las acusaciones, mientras Netanyahu manifestó su preocupación por investigaciones políticas dirigidas contra funcionarios electos. Ben-Gvir llegó a calificar a Bar de “criminal que debería estar en prisión”. En una carta enviada en septiembre, Bar advirtió a su equipo sobre el auge del kahanismo dentro de las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley, señalándolo como un fenómeno peligroso que debía ser controlado.

Se ordenó entonces la recopilación secreta de información y la elaboración de una serie de hallazgos: “Debemos continuar recolectando pruebas y testimonios sobre la implicación del escalón político en el uso ilegal de la fuerza, y llegar a conclusiones”, establecieron en el Shin Bet. Paralelamente, el Fiscal General afirmó que Ben-Gvir habría interferido en las operaciones policiales en el Monte del Templo durante Tisha B’Av.

El 5 de septiembre, Bar se reunió con el Fiscal General, notificándole sobre la presunta intervención de Ben-Gvir en la actuación policial. Sin embargo, el 12 de septiembre, el Shin Bet verificó que Ben-Gvir no había interferido, limitándose a estar presente en el lugar, como hicieron sus predecesores. Aún así, el 15 de septiembre, un alto funcionario del Shin Bet señaló que, aunque no hubo irregularidades evidentes, las directrices de Ben-Gvir parecían influir en la policía. También se indicó que no se debía revelar al Fiscal General que los agentes del Shin Bet presentes en el Monte eran la fuente de esta información, por temor a represalias.

El 26 de septiembre, Bar ordenó investigar si estas acciones podrían estar socavando el orden gubernamental y pidió conclusiones claras. La semana pasada, Ben-Gvir fue reelegido ministro de Seguridad Nacional. Durante una reunión de gabinete, se decidió destituir a Ronen Bar, aunque el Tribunal Superior de Justicia congeló la decisión y convocó una audiencia en dos semanas. El Tribunal emitió una orden judicial temporal para evitar daños irreversibles hasta que se tome una decisión definitiva.

En respuesta, el Shin Bet recordó que los movimientos Kach y Kahane Chai fueron designados como “organizaciones terroristas” en 2016 y que continúa monitoreando sus intentos de infiltrarse en instituciones gubernamentales, particularmente en las fuerzas del orden. La Oficina de Ben-Gvir criticó duramente al Shin Bet, calificando de “terremoto” su conducta al iniciar investigaciones contra funcionarios electos con el objetivo de recopilar pruebas, algo que consideraron un atentado contra la democracia.

Por su parte, la policía expresó sorpresa ante las acusaciones. El comisionado de policía, Danny Levy, exigió explicaciones inmediatas al jefe del Shin Bet y al Fiscal General, solicitando que cualquier sospecha seria fuera transferida formalmente para ser investigada. Las reacciones políticas no tardaron en llegar: Gilad Kariv, miembro de la Knesset, denunció la intención del gobierno de destituir a Bar, mientras Karin Elharar y Merav Michaeli alertaron sobre la creciente influencia de Ben-Gvir en la policía y su impacto en la democracia israelí.

Ben-Gvir, a través de redes sociales, denunció la existencia de un “estado profundo”, mientras que Limor Son Har-Melech criticó al Shin Bet por desviar recursos hacia lo que calificó como una persecución política, en lugar de centrarse en la seguridad ciudadana.

El Shin Bet negó estar llevando a cabo investigaciones contra la policía o el escalón político, asegurando que ya aclaró el asunto con el comisionado Levy. Además, subrayaron la importancia de la cooperación entre instituciones para garantizar la seguridad nacional.

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