Kiev multiplica la producción local de artillería y refuerza su defensa aérea pese al recorte de ayuda militar estadounidense frente a los drones rusos
The post Drones rusos arrasan, Ucrania se rearma first appeared on Hércules.
Ucrania, sitiada por una guerra de desgaste, ha transformado sus carencias iniciales en capacidad local y resistencia táctica. Al estallar la invasión rusa, las prioridades eran claras: proyectiles y artillería. Mientras Rusia disparaba decenas de miles de rondas al día, Kiev apenas superaba las 3.000. En algunos sectores del frente, por cada pieza ucraniana había hasta siete rusas. El desequilibrio era brutal.
Hoy, los drones kamikaze protagonizan el 70% de las pérdidas en ambos bandos, relegando a la artillería al segundo plano. Aun así, Ucrania mantiene sus esfuerzos. Suecia ha entregado recientemente diez cañones Archer, y el ejército ucraniano ya opera 55 Caesars franceses, con planes para alcanzar los 110 a final de año.
Bohdana: la artillería hecha en Ucrania
La clave del rearme ucraniano pasa por la producción nacional. La familia Bohdana representa ese salto industrial. El modelo Bohdana-BG, una pieza autopropulsada basada en chasis soviético, reemplaza su antiguo cañón de 152 mm por un calibre 155 mm estándar OTAN. Según el general retirado Ivan Lisovyi, ya se han entregado cinco lotes, y está en desarrollo un chasis 100% nacional.
El 2S22 Bohdana, más avanzado, sigue el principio del Caesar: cañón de 155 mm sobre camión. Su fabricación ha crecido de 6 a 20 unidades mensuales entre 2023 y 2025, con un pico de 36 unidades en abril. Un 85% de sus componentes son ucranianos y su precio ronda los tres millones de euros, la mitad de su equivalente francés. Hoy, casi todas las 17 brigadas de artillería independientes ucranianas ya cuentan con esta pieza clave.
Problemas logísticos y escasez de misiles
Sin embargo, la diversificación de equipos —más de 20 tipos distintos de artillería en uso— representa un reto logístico serio. Para suplir la demanda de munición, la iniciativa checa de 2024 permitió entregar a Kiev 1,5 millones de proyectiles de 155 mm y 122 mm desde múltiples países.
A esto se suma otro frente crítico: la defensa aérea. En la madrugada del 3 al 4 de julio, Ucrania sufrió un ataque récord de 550 drones y misiles. Aunque 478 fueron interceptados gracias a los sistemas suministrados por sus aliados, especialmente los Patriot, esa ayuda está ahora en riesgo.
El secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, anunció que sus reservas de misiles están al límite. La entrega de Patriot podría cesar, e incluso el apoyo ya aprobado por el Congreso se encuentra en revisión. Si se confirma este repliegue, Ucrania podría quedar sin medios para proteger sus ciudades.
El terror aéreo como arma psicológica
En Kiev, los efectos son devastadores: fachadas calcinadas, vehículos carbonizados y barrios enteros bajo amenaza constante. Desde la primavera, los bombardeos rusos se intensifican cada noche, especialmente con drones Geran-2, versiones rusas de los Shahed-136 iraníes. Fabricados a bajo coste —unos 15.000 euros por unidad—, han sido producidos en masa (más de 30.000) y mejorados para volar más rápido y superar inhibidores.
“Logramos proteger infraestructuras clave, pero no todas las ciudades”, reconoce Yevgeny, soldado de defensa aérea. El ejército utiliza inhibidores y drones interceptores propios, pero admite estar superado. Algunos drones derribados aún explotan con sus cargas útiles intactas. Para Alexander, oficial de inteligencia militar (HUR), estos ataques masivos revelan la debilidad estratégica de Rusia: “Putin no gana en el campo de batalla, así que quiere doblegar a la población con terror”.
Los objetivos civiles no solo buscan causar daño material, sino también romper la moral militar. “¿Cómo lucho sabiendo que mi esposa vive bajo las bombas?”, confiesa Mykola, un soldado desplegado en el este.
The post Drones rusos arrasan, Ucrania se rearma first appeared on Hércules.