Esto provocaría la caída de 15.370 empleos a nivel nacional y unos 3.800 puestos de trabajo a nivel regional
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Imagen: central nuclear de Almaraz
La central nuclear de Almaraz tiene los días contados. Según el calendario fijado por el Gobierno central en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, la clausura definitiva se producirá en 2028. En concreto, el reactor 1 cesará su actividad en 2027, seguido del reactor 2 un año después.
Este cierre responde a la estrategia nacional para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y avanzar hacia un modelo energético basado en fuentes renovables. Sin embargo, la medida ha generado una ola de críticas y preocupación en el sector, especialmente entre quienes dependen económicamente de la actividad nuclear.
Preocupación en el sector y críticas a la estrategia del Gobierno
La clausura de la planta de Almaraz afectará directamente a más de 3.000 familias, según ha denunciado María Guardiola, quien ha expresado su rechazo a lo que califica como un “apagón nuclear” promovido por el Ejecutivo. Fuentes cercanas al Ejecutivo regional aseguran que “eliminar la energía nuclear supone prescindir del 20% de la electricidad que se consume en nuestro país. Esto no solo impactará en el empleo, sino también en la estabilidad del suministro energético“.
Por su parte, desde el sector nuclear advierten que el cierre de Almaraz podría agravar la dependencia de fuentes energéticas externas, aumentando los costos para los consumidores. “Las centrales nucleares garantizan estabilidad y generación continua de energía. Sin ellas, podría haber problemas de abastecimiento en el futuro“, señalan desde la Asociación Española de la Industria Eléctrica (UNESA).
El PNIEC y la transición ecológica
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima tiene como objetivo reducir en un 23% las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a los niveles de 1990. Este plan se enmarca dentro de los compromisos adquiridos por España con la Unión Europea y el Acuerdo de París, y busca consolidar una transición hacia energías renovables.
Desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico defienden la medida, asegurando que “la transición energética es un paso necesario para garantizar un futuro sostenible“. Además, destacan que la eliminación de la energía nuclear se verá compensada con un incremento en la capacidad de generación de fuentes renovables, como la eólica y la solar.
El PNIEC, cuya versión preliminar ya fue enviada a Bruselas en enero, sigue en fase de consulta pública dentro del Estudio Ambiental Estratégico (EAE). El proceso podría sufrir modificaciones antes de su aprobación definitiva, en función del análisis de las consultas recibidas y la evaluación ambiental pendiente.
Un debate abierto sobre el futuro energético
El cierre de Almaraz reabre el debate sobre la dependencia energética y el papel de la energía nuclear en el mix eléctrico español. Mientras el Gobierno apuesta por un modelo sin nucleares, sectores industriales y económicos advierten sobre los riesgos de esta estrategia.
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