El último debate electoral se salda con un encarnizado enfrentamiento de reproches con la política migratoria, AfD y las alianzas como temas principales
The post Encarnizado debate electoral entre Scholz y Merz first appeared on Hércules. Se ha dado el último gran debate electoral entre los dos candidatos con más opciones a la cancillería, Olaf Scholz (SPD) y Friedrich Merz, aspirante de la CDu, y fue moderado por Marion Horn, redactora jefe de Bild, y Jan Philipp Burgard, redactor jefe de Welt. El debate, grabado por la tarde en el estudio Welt de Berlín, se emitió por la noche. Estuvimos presentes en la grabación, que tuvo lugar en el nuevo edificio de Axel Springer.
Varios puntos en común con la AfD como principal tema
En general, el enfrentamiento fue más ágil que los anteriores, con un tono más personal. En varios momentos, parecía que Scholz finalmente había encontrado su tono. A tan solo cuatro días de las elecciones al Bundestag, el aún canciller en funciones mostró una postura más agresiva, accesible y, en gran medida, confiada. Esto refuerza la impresión de los debates previos, en los que también había quedado claro, a través de su lenguaje corporal, que se veía a sí mismo como un verdadero contrincante. Un rival que parece creer firmemente que todavía tiene opciones reales de seguir siendo canciller.
Por su parte, Merz mostró su faceta más humana: relató los momentos difíciles de su familia y no permitió que Scholz lo incomodara. Continuó con la táctica que había seguido en debates anteriores: marcar diferencias sin caer en un tono excesivamente agresivo. Al principio del debate, los rostros cansados de los candidatos reflejaban el desgaste de la campaña electoral. Para entrar en calor, se les pregunta sobre el estado de ánimo del país: Scholz afirma que es “bastante bueno” porque “disfruto de las campañas electorales”, mientras que Merz lo describe como “una tensión palpable”.
Cuando se le pregunta sobre la baja popularidad de las mujeres en las encuestas, el candidato a canciller de la CDU habla de un fenómeno que denomina “Merz-bashing”, una imagen que se ha consolidado de él, pero que está intentando contrarrestar. A Scholz se le pregunta si tiene dificultades para admitir errores, a lo que responde con un rotundo “no”, aunque se contradice posteriormente. Esto provoca algunas risas entre los periodistas del público presente. “Los responsables deben reconocer sus errores”, señala Scholz, ya que, de lo contrario, resulta “irritante”. Además, el canciller en funciones deja claro que no siempre esperaría un consenso dentro del gobierno en su próximo mandato. Esto, prácticamente, es una admisión de que no hubo suficiente liderazgo por parte de la canciller en su gestión.
La conversación toma un tono más personal cuando se les pregunta qué golpes del destino los han marcado más. Scholz responde que “tuve una vida bastante feliz” y que también tuvo suerte en el amor. Merz, en cambio, adopta un tono solemne al hablar de su hermana menor, quien falleció a los 21 años en un accidente, y de su hermano, que fue diagnosticado con esclerosis múltiple a una edad temprana y murió antes de cumplir los 50 años. Según Merz, estas tragedias dejaron “marcas profundas” en su familia.
A continuación, Scholz menciona que espera un número considerable de votantes indecisos, ya que muchos decidirán su voto en la cabina electoral, algo que es “muy raro en elecciones anteriores”. Merz responde: “No habrá milagros en los próximos cuatro días. Su cancillería debe terminar el domingo”.
Merz rechaza coaliciones con AfD y Scholz las rechaza con Die Linke y BSW
Las opciones de coalición, sin embargo, siguen siendo inciertas. Merz insiste en que no quiere cooperar con la AfD, ni directa ni indirectamente. Por su parte, Scholz rechaza cualquier tipo de colaboración con la BSW y la izquierda, asegurando que esto está “fuera de todo debate”, dado que ambas partes “quieren dejar en paz a Ucrania”. En un videoclip, se presenta a Frank, un hombre de 58 años que, después de pasar por problemas familiares y adicciones, sobrevive con dinero ciudadano. No tiene una vida activa, pero ha llegado a aceptar su situación. Aparentemente, no tiene la intención de volver a trabajar solo por el hecho de tener un empleo.
Esta actitud es rechazada por ambos candidatos. Se desata un debate sobre si el sector público debe ofrecer empleos a los beneficiarios de subsidios, con la posibilidad de imponer sanciones en caso de negativa a trabajar a largo plazo. Scholz apoya esta medida, mientras que Merz se opone, citando los 700,000 puestos vacantes en el sector público. El moderador Horn señala que todo el mundo conoce a alguien como Frank, un beneficiario de subsidios que no desea trabajar. Merz, por su parte, deja claro que quiere eliminar el concepto de “dinero ciudadano” y reemplazarlo por una renta básica, ya que el primero se asemeja demasiado a una renta incondicional.
Las diferencias entre ambos también se hacen evidentes cuando se aborda la cuestión de los altos precios de los alimentos. Merz propone reducir los costos de la energía y “aligerar la burocracia”, mientras que Scholz sugiere reducir el IVA de los alimentos. Se les pregunta si, en su vida diaria, ellos mismos compran alimentos. Merz asegura que lo hizo por última vez en diciembre del año pasado y que siempre realiza sus compras para su apartamento en Berlín. Scholz, en cambio, dice que eso ocurrió hace mucho tiempo, pero siempre lleva dinero en efectivo.
Marion Horn critica que los programas electorales de todos los partidos no estén correctamente financiados. Se cuestiona cómo se contrarrestarán los recortes fiscales, por ejemplo, con un aumento del IVA. “No quiero aumentarlo”, responde Merz, “sería el camino equivocado”, aunque no detalla si esto implica que no tiene intención de incrementarlo. Scholz, por su parte, es mucho más claro al descartar un aumento del IVA. El SPD, asegura, es el partido más capaz de manejar el dinero público, un mensaje que ha reiterado en múltiples actos de campaña. Probablemente busca cambiar la imagen de su partido como el más flexible en cuanto al gasto público, especialmente teniendo en cuenta que los planes de la CDU/CSU cuestan 100,000 millones de euros.
Finalmente, el último bloque temático aborda la política migratoria, un asunto de gran relevancia para los alemanes. Tras un video sobre un testigo del reciente atentado terrorista por parte de un solicitante de asilo rechazado, en el que un niño y su madre fueron asesinados en Múnich, Scholz reafirma que la policía debe utilizar toda la información disponible. Los actos como el atentado de Múnich deben ser castigados con severidad.
Una dura pugna con la política migratoria
Merz, a raíz de un artículo en Bild titulado “Fin de una tolerancia”, sostiene que su partido comparte responsabilidad por los errores en la política migratoria y afirma que ahora busca corregir el rumbo. Surge un desacuerdo entre ambos candidatos sobre la cantidad de personas que deberían poder ingresar a Alemania y si debería haber rechazos en las fronteras. Merz sugiere que Dinamarca podría servir como modelo.
El moderador Horn, a continuación, pregunta a Scholz qué le diría al padre del niño asesinado en Múnich. Scholz responde que le expresaría sus condolencias. Se aborda también el hecho de que muchas de las víctimas de los ataques anteriores eran migrantes, lo que ha conmovido profundamente a la sociedad. Los moderadores preguntan a los candidatos si abolirían la tolerancia hacia los solicitantes de asilo rechazados. Merz, quien ha adoptado una postura más firme en cuanto a inmigración, especialmente tras el atentado de Aschaffenburg, menciona únicamente a unos 500 delincuentes en riesgo y condenados que desea repatriar. Esta respuesta no es afirmativa.
Merz comenta que, mientras Alemania sigue evacuando personas de Afganistán, otros países están deportando allí, y se pregunta: “¿Nos hemos vuelto locos?” Destaca que, con los Verdes, no fue posible modificar la política migratoria debido a su desacuerdo sobre “cómo debe configurarse la sociedad”. El moderador Burgard menciona el creciente peligro del islamismo, citando una entrevista del Berliner Zeitung con la jefa de policía, Barbara Slowik Meisel, quien advirtió sobre las “zonas prohibidas” en Berlín para judíos y homosexuales. Merz responde pidiendo una mayor vigilancia y destacando que hay “demasiada protección de datos”, también en la cooperación entre las autoridades.
Al final del programa, se les pregunta a los candidatos si han tenido contacto con simpatizantes de la AfD. Scholz asegura no conocer a ninguno personalmente, mientras que Merz revela que tenía simpatizantes de la AfD en su círculo cercano, pero los convenció de votar por la CDU. Ambos candidatos se dan la mano nuevamente y se despiden. Ya el domingo, se sabrá qué estrategia electoral ha resultado ser la más efectiva.
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