En 1992, la frase “¡Es la economía, estúpido!” se convirtió en el lema de la campaña que llevó a Bill Clinton a la presidencia de Estados Unidos, rompiendo años de hegemonía
conservadora. En Canadá, la historia parece invertirse: tras una larga etapa de dominio progresista, una nueva ola conservadora amenaza con tomar el poder. Sin embargo, parece
que el Partido Liberal ha tomado nota de sus errores
The post “Es la Economía, estúpido”: el resurgir del partido liberal de Trudeau first appeared on Hércules. Hasta no hace mucho podíamos dar a los Liberales canadienses por amortizados: un líder en horas bajas, un parlamento estancado, sospechas de corrupción en su círculo más cercano del primer ministro así como de su gabinete, inflación descontrolada, y como guinda del pastel, una crisis habitacional. El liberal Trudeau pasó de ser la niña bonita del mundo libre, a ser el hazmerreír de la comunidad internacional. Con la presión de líderes de su propio partido, capitaneados por una muy crítica Chrystia Freeland, a principios del mes de enero, Trudeau tiró la toalla. El primer ministro se había tornado en un verdadero lastre para su partido.
Sin embargo, desde el momento en el que Justin Trudeau presentó su dimisión, los liberales han experimentado un resurgir a nivel de encuestas. Cuando renunció, muchos sondeos daban al partido del exprimer ministro cuarta fuerza en el parlamento, ahora se encuentran cerca del Partido Conservador, con una tendencia positiva que puede dar la vuelta a las elecciones de este año. ¿Cómo ha pasado? ¿Qué podemos extraer de aquí?
Según una encuesta de Nanos, una de las encuestadoras más populares del país, los dos temas más relevantes en la actualidad para los canadienses son Donald Trump y la economía. Son dos temáticas que van de la mano, pues Trump ha impuesto aranceles a Canadá. Pero aparte de esto, y lo más relevante, es que el presidente republicano insiste en su deseo de convertir a Canadá en el Estado número 51 de los Estados Unidos de América. Y todo ello, sumado a las preocupaciones crecientes sobre la economía canadiense, hace de la situación del país norteamericano muy preocupante e incierta.
Recientemente, se ha elegido como nuevo líder del Partido Liberal a Mark Carney, todo ello por una abrumadora mayoría por encima del 85% de la militancia y superando así a su predecesor cuando ganó las primarias de 2013. Carney, frente al carismático Trudeau, representa una jefatura de gobierno tecnocrática. Antes de asumir el liderazgo liberal y el cargo de primer ministro, ha ejercido como economista distintos puestos de altísima responsabilidad. Fue el gobernador del Banco de Canadá, y se le recuerda, además de ser el más joven de entre sus homólogos por entonces, como la persona que condujo a Canadá a una rápida recuperación económica tras la crisis de 2008. Consiguió que fuera el primer país del G7 en recuperarse en términos de PIB y generación de empleo. Posteriormente, ejerció como Gobernador del Banco de Inglaterra (el primer extranjero en la historia) y Presidente del Consejo de Estabilidad Financiera, sucediendo a Mario Draghi, con quien podríamos decir que encuentra grandes similitudes.
Es este tipo de líder, de altísima reputación como gestor, gris en contraste con su predecesor, Trudeau, lo que quizás necesita Canadá en este momento. Alguien que inspira confianza y estabilidad, en un momento de gran amenaza, ya no solo para la prosperidad económica del país, sino de su propia integridad territorial. Una persona que genera consenso en tiempos de absoluta polarización y amenaza externa.
Esto, sumado a que el Partido Conservador es el aliado natural de Trump, puede explicar por qué el Partido Liberal ha resurgido de lo que parecía ser un desastre histórico electoral. ¿Qué canadiense estaría dispuesto a apoyar a los aliados de un presidente que dice querer anexionar a su país?
Este particular ‘manual de resistencia’ del Partido Liberal canadiense podría servir de referencia para otros partidos progresistas que buscan adaptarse a los nuevos tiempos. Al igual que los Demócratas en Estados Unidos y los Laboristas en el Reino Unido añadieron el ‘New’ a su identidad tras la hegemonía de Reagan y Thatcher en los 80, los liberales canadienses han encontrado en la reinvención su mejor estrategia para sobrevivir. Con Mark Carney al frente, han apostado por pragmatismo y solvencia en tiempos de incertidumbre. Ahora queda por ver si este giro será suficiente para frenar el avance conservador y consolidar un nuevo ciclo político en Canadá.
4o
The post “Es la Economía, estúpido”: el resurgir del partido liberal de Trudeau first appeared on Hércules.