Ho Chi Minh, el líder comunista que Sánchez homenajeó en su visita a Vietnam

Ho Chi Minh, el líder comunista que Sánchez homenajeó en su visita a Vietnam

La visita de Sánchez a Asia ha dejado varias polémicas, principalmente el homenaje realizado al antiguo líder vietnamita Ho Chi Minh
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Homenaje Sánchez I El Español

Pedro Sánchez ha estado de viaje por Asia, más concretamente, el presidente del Gobierno español ha visitado China y Vietnam durante esta semana. De estos encuentros, en los que ha quedado patente el intento de Sánchez de seguir estrechando vínculos con China, también ha trascendido una polémica imagen en la que se ve a Sánchez rindiendo homenaje y mostrando sus respetos frente al mausoleo construido para el líder revolucionario y dictador vietnamita Ho Chi Minh. Esta imagen ha trascendido a lo largo de todas las redes sociales, generando polémica acerca de que Sánchez, presidente de un país democrático realice un acto así ante la tumba de un líder autoritario. No obstante, cabe preguntarse quién fue realmente Ho Chi Minh y por qué Sánchez ha realizado este gesto frente a su mausoleo.

¿Quién era Ho Chin Minh?

Ho Chi Minh, cuyo nombre real era Nguyen Sinh Coong, fue un escritor, político y por encima de todo un líder revolucionario vietnamita. Su papel más destacado llegó en la revolución vietnamita de 1945. Esta revolución llevó al posteriormente llamada Guerra de Indochina, en la que los vietnamitas y otros pueblos asiáticos se enfrentaron a Francia, la cual en aquel momento era la potencia colonizadora en la zona. Durante esta guerra, que se prolongó por más de 9 años Ho Chi Monh fue el líder de facto del bando asiático, siendo la persona al frente del Viet Minh, el movimiento independentista vietnamita que él mismo fundó en 1941. Ho Chi Minh combinaba en su ideología un fuerte nacionalismo y una ideología comunista.

Tras la victoria en la batalla de Dien Bien Phu en 1954 y la firma de los Acuerdos de Ginebra, Vietnam fue dividido en dos: el Norte, bajo el liderazgo comunista de Ho Chi Minh, y el Sur, apoyado por Estados Unidos y otras potencias occidentales. Esta división derivó en la Guerra de Vietnam (1955–1975), donde Ho Chi Minh, como presidente y símbolo del Norte, impulsó la reunificación del país bajo un régimen comunista tras un largo conflicto bélico

Minh murió en 1969, antes del final del conflicto. Sin embargo, su legado fue fundamental para la victoria del Norte en 1975 y la posterior unificación de Vietnam bajo un gobierno comunista. A día de hoy su figura sigue siendo un importante símbolo nacional, su nombre ha sido llevado hasta a la ciudad más poblada del país, Saigón, que recibe el nombre oficial de ciudad Ho Chi Minh. Vietnam a día de hoy continúa funcionando bajo las premisas que Minh estableció, al menos políticamente, rigiéndose por un sistema de partido único similar al chino.

Diplomacia y ¿afinidad ideológica?

En este contexto, el homenaje de Pedro Sánchez a Ho Chi Minh durante su visita oficial a Vietnam no puede entenderse únicamente como un acto de afinidad ideológica, sino más bien como un gesto diplomático casi inevitable. Ho Chi Minh no solo es considerado el padre fundador de la actual República Socialista de Vietnam, sino también una figura profundamente arraigada en la identidad nacional del país. Su imagen está presente en todos los rincones del territorio, y su mausoleo en Hanói es un lugar de referencia simbólica y política al que prácticamente todos los líderes internacionales acuden como muestra de respeto institucional.

Para Vietnam, el tributo a Ho Chi Minh es parte del protocolo de cortesía y del reconocimiento mutuo entre Estados. En este sentido, Sánchez, como jefe de gobierno, ha seguido una línea diplomática habitual en las relaciones exteriores, donde el respeto a las figuras históricas locales forma parte del lenguaje político. Al hacerlo, ha reafirmado el interés de España por fortalecer sus lazos con el sudeste asiático y promover sus intereses económicos y estratégicos en la región, sin necesariamente entrar a valorar la complejidad de la figura homenajeada.

Así, el acto de homenaje se convierte en una expresión de pragmatismo político más que de convicción personal, mostrando cómo, en la diplomacia internacional, los gestos simbólicos suelen estar guiados por la necesidad de mantener buenas relaciones antes que por juicios históricos.

Ahora bien, por otro lado, también es cierto que, en este contexto tan convulso, dónde reinan las tensiones comerciales y la guerra arancelaria Sánchez podría haberse decantado por otros países con los que estrechar lazos comerciales y culturales en lugar de pisar Estados que continúan rindiendo homenaje a líderes como Ho Chi Minh.

Represión política como líder norvietnamita

La gran crítica a Sánchez viene de que aparte de ser Minh un líder e ideólogo revolucionario también es una figura controvertida por su papel en la consolidación de un régimen comunista autoritario en el norte del país. Durante su gobierno existieron episodios de represión y asesinatos políticos, aunque el grado exacto de su responsabilidad directa es aún motivo de debate entre historiadores.

Uno de los eventos más notorios fue la reforma agraria en el norte de Vietnam (entre 1953 y 1956), inspirada por el modelo maoísta de China. Durante este proceso, el régimen intentó redistribuir la tierra entre los campesinos, pero lo hizo mediante campañas radicales de “lucha de clases”, que incluyeron juicios públicos, purgas y ejecuciones de supuestos terratenientes. Se estima que miles de personas fueron ejecutadas, aunque las cifras varían: algunas fuentes hablan de unas 10.000 víctimas, mientras que otras elevan el número a más de 50.000.

Además, bajo el liderazgo de Ho Chi Minh y del Partido Comunista, la disidencia política fue fuertemente reprimida. Los opositores reales o percibidos del régimen eran a menudo encarcelados, enviados a campos de reeducación o eliminados. La censura, el control ideológico y la falta de libertades civiles fueron rasgos característicos del régimen del Norte.

Aunque algunos sostienen que Ho Chi Minh no dirigía personalmente todas estas acciones, su posición como líder supremo lo hace, al menos, políticamente responsable. Para muchos, su imagen como libertador convive con una realidad de represión sistemática para mantener el poder comunista.

Un nuevo plan de alianzas

De esta ronda de visitas en Vietnam se pueden extraer visos de la estrategia de Sánchez respecto a estos países. En encuentros con líderes vietnamitas, como el presidente Luong Cuong y el primer ministro Pham Minh Chính, Sánchez destacó las oportunidades de negocio que ofrece Vietnam, especialmente en sectores como infraestructuras, energías renovables y movilidad sostenible. ​

En un foro empresarial hispano-vietnamita celebrado en Ho Chi Minh, Sánchez subrayó el compromiso de España para colaborar en el desarrollo económico de Vietnam, ofreciendo la experiencia y tecnología de empresas españolas en áreas clave. Además, abogó por reequilibrar la balanza comercial bilateral, actualmente deficitaria para España, y propuso facilitar el acceso de productos agroalimentarios españoles al mercado vietnamita.

La visita también incluyó reuniones con representantes de empresas españolas con presencia en Vietnam, como Indra, Acciona y Meliá, reafirmando el apoyo del Gobierno español para consolidar su posición en el país asiático. Sánchez destacó la importancia de Vietnam como un socio estratégico en la región, resaltando su crecimiento económico y su papel en el comercio internacional.

Esta gira asiática, que también incluyó una visita a China, se enmarca en la estrategia de España de diversificar sus relaciones comerciales y fortalecer la cooperación con economías emergentes en un contexto global marcado por tensiones comerciales y la necesidad de alianzas estratégicas.

Sánchez y Xi Jinping I El Diario

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