La guerra arancelaria entre EEUU y China: ¿Es el daño irreversible?

La guerra arancelaria entre EEUU y China: ¿Es el daño irreversible?

“Cobraremos aproximadamente la mitad de lo que ellos nos cobran y han estado cobrando, por lo que los aranceles no serán completamente recíprocos”
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Agencia EFE

El anuncio tuvo lugar a las 22:00 hora peninsular, tras el cierre de la bolsa de valores en Wall Street, en un gran evento llamado Make America Wealthy Again, celebrado en la Rosaleda de la Casa Blanca. La arriesgada apuesta de Trump para encarar prácticas comerciales desleales podría aumentar los precios para los consumidores estadounidenses y debilitar el crecimiento económico, según la mayoría de los economistas.

Utilizando poderes de emergencia nacional, Trump anunció aranceles del 10% sobre todas las importaciones de Estados Unidos, y aranceles aún más altos sobre bienes de unos 60 países o bloques comerciales que tienen un alto déficit comercial con EE.UU. Eso incluye a China y la Unión Europea, que tendrán nuevos aranceles del 34% y 20%, respectivamente.  Las acciones más recientes de Trump representan la escalada más significativa en los aranceles de EE.UU. en casi un siglo, desde la Ley Smoot-Hawley de 1930. Pero la disputa comercial no termina ahí.

Países extranjeros, incluidos aliados de larga data de EE.UU, dicen que los aranceles de Trump no quedarán sin respuesta, preparando el escenario para una guerra comercial global de ojo por ojo que podría salirse rápidamente de control. Tal desarrollo solo alimentaría aún más la inflación y pesaría sobre los consumidores estadounidenses, muchos de los cuales ya están en apuros.

“Cobraremos aproximadamente la mitad de lo que ellos nos cobran y han estado cobrando, por lo que los aranceles no serán completamente recíprocos”, dijo Trump desde el Jardín de Rosas en la tarde. “Podría haber hecho eso, supongo, pero habría sido difícil para muchos países y no queríamos hacer eso”.

Por ejemplo, en lugar de igualar el arancel del 39% de la Unión Europea sobre los bienes de EE.UU., el nuevo arancel sobre la UE será del 20% en su lugar. China, que ya fue golpeada con un arancel del 20% por su papel en el comercio de fentanilo, tendrá un arancel adicional del 34% —la mitad del arancel del 67% que impone a EE.UU.—, llevando su nueva tasa al 54%.

Respuesta de los países extranjeros 

  • China: En respuesta a los aranceles estadounidenses, China anunció medidas inmediatas, incluyendo aranceles adicionales del 15% sobre productos como el carbón y el gas licuado, y del 10% sobre el petróleo, maquinaria agrícola y vehículos de gran cilindrada. Además, Pekín inició una investigación antimonopolio contra Google y presentó una demanda ante la Organización Mundial del Comercio, calificando las acciones de EEUU como “unilateralismo y proteccionismo comercial”. 
  • Unión Europea: La Comisión Europea expresó su firme oposición a los aranceles, considerándolos “injustificados” y “un paso en la dirección equivocada”. La UE anunció que reaccionará “firme e inmediatamente” para proteger a sus empresas, trabajadores y consumidores frente a estas medidas . 
  • Canadá: El primer ministro Justin Trudeau respondió con aranceles del 25% sobre bienes estadounidenses por un valor de 155 mil millones de dólares y presentó una queja formal ante la OMC, argumentando que las medidas de EE. UU. violan los acuerdos comerciales internacionales. 
  • México: La presidenta Claudia Sheinbaum anunció represalias arancelarias y no arancelarias, incluyendo tarifas entre el 5% y el 20% sobre productos como cerdo, quesos, productos frescos, acero y aluminio. Además, propuso establecer un grupo de trabajo bilateral para abordar las preocupaciones de EE. UU. 
  • Asia Oriental: China, Japón y Corea del Sur acordaron responder conjuntamente a los aranceles estadounidenses, comprometiéndose a fortalecer el comercio regional y restablecer relaciones diplomáticas. 

La guerra comercial no deja de aumentar con China 

China amenazó a Estados Unidos con una posible escalada comercial al declarar públicamente que “no teme una guerra económica con Washington”. La advertencia fue emitida por el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Lin Jian, quien también reiteró que Beijing solo aceptará negociar si se eliminan lo que calificó como “presiones extremas” por parte del gobierno estadounidense.

“Si Estados Unidos realmente quiere resolver el asunto mediante el diálogo y la negociación, debería dejar de ejercer presión extrema, dejar de amenazar y chantajear, y hablar con China sobre la base de igualdad, respeto y beneficio mutuo”, declaró Lin durante una conferencia de prensa.

Según Leavitt, Estados Unidos mantiene abiertas las vías de diálogo, pero no cederá ante condiciones impuestas por el régimen comunista.

La respuesta del régimen chino llegó un día después de que la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declarara que corresponde a Beijing “dar el primer paso para llegar a un acuerdo arancelario” y que “la pelota está en su tejado”. Según Leavitt, Estados Unidos mantiene abiertas las vías de diálogo, pero no cederá ante condiciones impuestas por el régimen comunista.

Lin Jian aseguró que “fue Estados Unidos quien empezó con los aranceles” y que China solo ha respondido en defensa de sus intereses.

“China ha sido muy clara: si EEUU quiere dialogar debe hacerlo desde el respeto, y debe dejar de usar máxima presión, amenazas y chantajes”, afirmó.

El vocero también sostuvo que la posición de China sobre el conflicto arancelario “ha sido clara e inequívoca” desde el inicio. “No hay ganadores en las guerras comerciales. China no quiere esta guerra, pero no le asusta luchar”, expresó.

Aunque Trump rectificó parcialmente una semana después ante las caídas bursátiles y el aumento del costo de financiamiento de la deuda, endureció su postura contra China, elevando los aranceles a las importaciones chinas hasta un 145 %. En respuesta, Beijing aumentó sus gravámenes a los productos estadounidenses hasta un 125 %.

Influencers chinos se burlan de Trump 

Usuarios de TikTok en Estados Unidos están siendo inundados con una ola de videos de influencers chinos que animan a los compradores estadounidenses a darle vuelta a los aranceles de Trump comprando directamente de China. 

Grabados en su mayoría en fábricas chinas que supuestamente abastecen a las principales marcas estadounidenses, desde Lululemon Athletica Inc, hasta Nike, los influencers pretenden “evidenciar” cómo se fabrica la gran mayoría de los bienes de consumo en la segunda economía más grande del mundo. Muchos de ellos proporcionan direcciones web y datos de contacto para que los seguidores puedan comprar directamente a estos proveedores. 

Leggings de Lululemon

Por ejemplo, en un video la creadora de contenido @LunaSourcingChina aparece afuera de una fábrica que, según ella, fábrica leggings de yoga Lululemon por 5$ o 6$, aunque en EEUU se venden por más de 100$. “El material y el trabajo son básicamente los mismos”. 

Sin embargo, un portavoz de Lululemon dijo que la empresa fabrica aproximadamente el 3% de sus productos terminados en China continental, y que los productos auténticos sólo están disponibles para su compra en las tiendas Lululemon, sitios web oficiales y socios autorizados. 

EL trasfondo a estas publicaciones se debe al arancel del 145% aplicado a productos chinos, en especial a ropa, calzado y accesorios. Aunque en teoría los pedidos pequeños quedan exentos, eso se acabará a partir del 2 de mayo, cuando se elimine la exención para paquetes bajo valor enviados directamente a sus hogares. 

Según Bloomberg, la gran pregunta en Washington es si este auge de videos es espontáneo o parte de una estrategia coordinada. Lo cierto es que el algoritmo de TikTok, propiedad de la empresa china ByteDance, ha sido clave para viralizar esta nueva ruta de comercio informal.

Y mientras crece el número de vistas y likes, la preocupación en EE. UU. también escala. Por eso, el Gobierno estadounidense sigue presionando a ByteDance para que venda las operaciones de TikTok en el país, temiendo que esté influyendo en el discurso económico y social de millones.

Guerra que va más allá de los aranceles 

La guerra arancelaria entre Estados Unidos y China ya no es solo una disputa de cifras o políticas comerciales: se ha convertido en un conflicto multifacético que abarca desde las altas esferas diplomáticas hasta los rincones más inesperados de las redes sociales. Las respuestas de los países afectados muestran un rechazo generalizado a las tácticas unilaterales de Washington, con represalias cada vez más coordinadas y contundentes. Mientras tanto, fenómenos como el auge de influencers chinos que revelan el verdadero costo de los productos de lujo estadounidenses están erosionando la narrativa oficial y abriendo nuevos frentes en la batalla por la percepción pública.

Lejos de ser un episodio aislado, el llamado “Día de la Liberación” de Trump podría marcar un punto de no retorno en las relaciones comerciales globales. Si bien aún hay espacio para la diplomacia, las señales indican que tanto China como otros actores internacionales están dispuestos a resistir con fuerza. En este nuevo escenario, el daño a largo plazo podría no ser solo económico, sino también estructural: una redefinición del orden comercial global, donde la desconfianza, la fragmentación y la guerra de narrativas digitales se imponen sobre la cooperación y la apertura. Esta situación no evita que nos preguntemos: ¿Estamos siendo testigos del inicio de una nueva era en el comercio global, o simplemente del colapso de la anterior?

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