Alemania denuncia operaciones encubiertas de la inteligencia turca contra opositores. UID, MIT y la diáspora turca, en el centro del informe 2024 de la BfV
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Un nuevo informe del gobierno alemán ha puesto en el punto de mira a la inteligencia turca en Alemania, revelando operaciones encubiertas centradas en opositores al gobierno de Recep Tayyip Erdogan. El Informe Anual 2024 de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV, por sus siglas en alemán) detalla cómo el MIT de Turquía lleva a cabo actividades de espionaje y presión sobre organizaciones críticas dentro de la diáspora turca.
El informe subraya que las operaciones del MIT no se limitan a la recolección pasiva de información, sino que constituyen una forma de represión transnacional. Utilizando canales diplomáticos, redes de informantes voluntarios y asociaciones afines, Ankara mantiene bajo vigilancia a individuos y entidades consideradas disidentes, tanto reales como percibidos.
Vigilancia sistemática a opositores y activistas
Según el documento, el MIT dirige sus esfuerzos hacia figuras de la oposición, periodistas, activistas, grupos religiosos y culturales críticos con el actual gobierno turco. La Unión de Demócratas Internacionales (UID), organización con sede en Europa y cercana al partido gobernante AKP, aparece como una herramienta clave en la estrategia de influencia del presidente Erdogan. Máxime en un contexto de radicalización del poder turco.
Fundada en 2004, la UID mantiene contactos estrechos con altos cargos turcos y ha jugado un papel relevante en la movilización del electorado durante las elecciones de mayo de 2023. De acuerdo con la BfV, sus actividades buscan influir en el discurso político entre la comunidad turca en Alemania, moldeando opiniones a favor del gobierno de Ankara.
Una red operativa dentro del territorio alemán
El MIT Turquía opera a través de una estructura mixta que incluye personal oficial acreditado, así como colaboradores no oficiales. Según la BfV, estos agentes recopilan datos sobre ciudadanos alemanes de origen turco o residentes que expresan posturas contrarias a Ankara, especialmente cuando participan en actos políticos, religiosos o en medios de comunicación alternativos.
La inteligencia reunida, frecuentemente compartida con las autoridades turcas, habría sido utilizada como base para medidas represivas como arrestos, detenciones o vetos de entrada a Turquía. Este mecanismo, denuncia el informe, no solo vulnera la soberanía alemana, sino que socava los derechos fundamentales de los residentes en suelo germano.
Casos documentados incluyen ciudadanos que, tras regresar a Turquía, enfrentaron consecuencias legales debido a sus actividades o vínculos en Alemania.
Un terreno fértil para el espionaje turco
La presencia de una numerosa comunidad turca y una red extensa de instituciones y asociaciones crea, según el informe, un entorno propicio para la infiltración por parte de servicios de inteligencia extranjeros. Las embajadas y consulados turcos en Alemania también estarían implicados en el procesamiento y transmisión de información sensible.
Uno de los principales objetivos del MIT es el movimiento Gülen, al que el gobierno turco califica como organización terrorista. Aunque esta agrupación religiosa y educativa actúa de forma legal en Alemania, sus miembros y simpatizantes son perseguidos por Ankara. La vigilancia se extiende a escuelas, empresas, medios de comunicación y otras entidades vinculadas al movimiento.
Por otro lado, el informe reitera que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) continúa siendo el enemigo número uno del Estado turco. Si bien el PKK está también prohibido en Alemania y catalogado como organización terrorista, su actividad dentro del país —con manifestaciones públicas, campañas de recaudación y acciones mediáticas— mantiene vivo el interés del MIT por obtener información sobre su estructura y miembros. La BfV estima que alrededor de 15.000 simpatizantes del PKK residen actualmente en Alemania.
La ultraderecha turca también bajo la lupa
Además del MIT y sus blancos tradicionales, el informe también alerta sobre la presencia del movimiento Ülkücü, conocidos popularmente como los “Lobos Grises”, una organización nacionalista y ultraderechista turca. Su principal paraguas en Alemania es la ADÜTDF, que se alinea ideológicamente con el Partido del Movimiento Nacionalista (MHP), aliado del AKP de Erdogan.
Con más de 11.000 miembros y más de 200 asociaciones, esta organización promueve discursos nacionalistas y supremacistas en círculos internos, aunque evita el odio explícito en público. El informe señala la presencia de contenidos antisemitas, antiarmenios y antikurdos, así como referencias hostiles hacia comunidades griegas.
Riesgo para el orden democrático
La BfV clasifica estas acciones como actividades de inteligencia extranjera contrarias a los intereses nacionales. Aunque hasta el momento no se han documentado procesos judiciales concretos, la agencia alerta de que estas operaciones suponen una amenaza persistente para el orden democrático y la seguridad pública de Alemania.
La oficina alemana enfatiza la necesidad de intensificar la vigilancia y cooperación institucional, subrayando que tales injerencias no deben ser toleradas bajo el marco constitucional del país.
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