La ley del silencio en Podemos

A lo largo de los años, Podemos ha demostrado que las denuncias por comportamientos inapropiados no tienen cabida dentro del partido, silenciando a las víctimas
The post La ley del silencio en Podemos first appeared on Hércules.  La izquierda alternativa en España, liderada por Podemos y sus formaciones afines, enfrenta una serie de escándalos relacionados con acoso y agresiones sexuales que han salpicado a varios de sus miembros y exmiembros. A pesar de la magnitud de las denuncias, el partido de Pablo Iglesias y sus aliados han mantenido un silencio que deja en evidencia una doble vara de medir cuando se trata de sus propias filas.

Los silencios cómplices en torno a Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón

Los escándalos sexuales dentro del entorno de Podemos no se limitan a Martínez. La ex eurodiputada Lola Sánchez Caldentey ha revelado recientemente que Pablo Iglesias le fue infiel a Irene Montero en numerosas ocasiones y que la exministra de Igualdad “está engañada”. Sánchez también expuso el comportamiento de Juan Carlos Monedero, a quien acusó de acorralarla contra una pared en un cierre de campaña con intención de llevarla a su casa.

Ione Belarra, líder de Podemos, evitó hacer autocrítica ante las denuncias de acoso sexual contra Juan Carlos Monedero y exigió a los medios que reflexionaran sobre su cobertura. Según Belarra, la discreción de Podemos se debió a la petición de las víctimas.

Pese a sus declaraciones, persisten dudas sobre el papel de Monedero en el partido tras conocerse las denuncias. Aunque Belarra insistió en que no tenía cargos desde 2015 y que fue apartado al conocerse los testimonios, evitó confirmar si seguía participando en decisiones o actos públicos. También se ha cuestionado por qué no fue expulsado de la militancia, a lo que respondió que “el procedimiento está abierto”.

Este escándalo estalló con la filtración de un audio en el que Sergio Gregori relataba un caso de acoso de Monedero. Aunque Podemos defendió haber actuado, se reveló que el partido conocía las denuncias desde 2016 y no intervino. La crisis llega en un momento clave para la formación, en plena disputa con Sumar por el liderazgo de la izquierda y en vísperas de su asamblea ciudadana.

Otro de los casos más sonados es el de Íñigo Errejón, sobre quien han aparecido testimonios anónimos que lo señalan por comportamientos inadecuados con mujeres. La situación escaló cuando la actriz Elisa Mouliaá lo denunció formalmente por agresión sexual, dando lugar a una investigación judicial. A pesar de su dimisión como portavoz parlamentario de Sumar, Podemos y sus dirigentes han optado por un silencio absoluto, sin condenar ni repudiar los hechos.

Un historial de abusos y omisiones

Estos casos recientes se suman a un largo historial de escándalos sexuales dentro de Podemos, muchos de los cuales han pasado desapercibidos o han sido minimizados por la dirección del partido:

Salvador Salvatierra de Toro, exnúmero 1 de Podemos al Senado por Badajoz, fue detenido en 2016 por corrupción de menores y prostitución.

Casiano Antonio Hernández, exconcejal de Unidas Podemos, fue detenido en 2020 por abusar sexualmente de una menor.

Pedro Palacio Maguregui, exprocurador de Podemos en Castilla y León, fue condenado en 2022 por abusar de una niña de cinco años.

Pablo Soto, exconcejal de Madrid, fue acusado en 2019 de acoso sexual por una militante del partido.

Miguel Ángel Bustamante, exdiputado de Unidas Podemos, renunció a su escaño en 2022 tras ser denunciado por su esposa por violencia de género.

Resulta paradójico que un partido que ha convertido el feminismo en uno de sus pilares políticos calle y proteja a sus propios acusados de violencia machista. En contraste con su dureza contra otros partidos y sectores, en estos casos no solo no se han pronunciado con la misma contundencia, sino que ha llevado a cabo un comportamiento negligente hacia las víctimas.

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