Es allí donde, una vez concluido el cónclave, el nuevo pontífice llega acompañado por el maestro de ceremonias y le ayudan a ponerse la túnica papal. Y es allí donde toma conciencia de lo que acaba de suceder, algo que puede hacer que se le salten las lágrimas a cualquiera (como le sucedió a Gregorio XIV).
Es allí donde, una vez concluido el cónclave, el nuevo pontífice llega acompañado por el maestro de ceremonias y le ayudan a ponerse la túnica papal. Y es allí donde toma conciencia de lo que acaba de suceder, algo que puede hacer que se le salten las lágrimas a cualquiera (como le sucedió a Gregorio XIV).