Las nefastas consecuencias de la subida del SMI y el desajuste con el IRPF

El aumento del SMI, medida estrella de Yolanda Díaz, provocará no solo una reducción de empleo y competitividad, sino también un perjuicio para los trabajadores
The post Las nefastas consecuencias de la subida del SMI y el desajuste con el IRPF first appeared on Hércules.  El reciente aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en España, propuesto por la ministra de Trabajo Yolanda Díaz, ha generado un intenso debate sobre sus posibles efectos en el empleo, las pequeñas y medianas empresas (pymes) y la competitividad económica del país. Aunque la medida busca proteger el poder adquisitivo de los trabajadores, diversos sectores advierten sobre sus repercusiones negativas en la economía.

Impacto en el empleo y las pymes

Uno de los principales puntos de discusión es el impacto en el mercado laboral. Según datos de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), en los últimos cinco años se han perdido 174.000 empleos en sectores como la agricultura y el hogar, donde la mayoría de los trabajadores perciben el SMI. Esto evidencia que un aumento sostenido de este salario puede reducir la contratación en sectores con menor margen de rentabilidad.

Además, desde 2019, se ha registrado una disminución de 50.000 empresas con cuentas de cotización, lo que sugiere que muchas pymes tienen dificultades para absorber los costos derivados de estas subidas. Estas empresas, que representan el grueso del tejido productivo español, enfrentan un dilema: reducir su plantilla o incrementar sus precios para compensar los mayores costes salariales, lo que podría afectar su competitividad.

El incremento del SMI supone un gasto adicional de más de 1.000 euros anuales por trabajador debido al aumento del salario base y las cotizaciones sociales. Para muchas pymes, estos costos pueden comprometer su viabilidad económica, dificultando la contratación o la inversión en innovación y desarrollo.

La CEOE también ha alertado que este aumento debería ir acompañado de una actualización de los contratos públicos, ya que muchas empresas dependen de ellos. Sin esta adaptación, podrían enfrentarse a graves problemas financieros.

Desconexión con la evolución salarial

El Ministerio de Economía ha insistido en que cualquier subida del SMI debe estar alineada con el crecimiento económico. Sin embargo, el aumento del 4,4% en el salario mínimo supera el 3,07% de crecimiento salarial pactado en convenio durante 2024. Esta diferencia podría generar tensiones en la estructura salarial, afectando la competitividad empresarial en un contexto de inflación elevada.

Además, otro efecto colateral es el aumento de las obligaciones fiscales para quienes perciben el SMI. Sin un ajuste en el IRPF, algunos trabajadores podrían verse obligados a presentar la declaración de la Renta, lo que podría traducirse en una carga económica y burocrática adicional.

El sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) considera que la decisión del departamento que encabeza María Jesús Montero de no adaptar el IRPF a la subida del SMI es una «medida política» que afecta a los contribuyentes más vulnerables y que, entre otras consecuencias, podría frenar la emancipación de los jóvenes por el problema de acceso a la vivienda.

Gestha ha propuesto al Gobierno una alternativa para que no tributen los rendimientos del trabajo hasta el nuevo SMI, minimizando las pérdidas recaudatorias. En concreto, plantean eximir de tributación a todos los trabajadores y pensionistas con sueldos hasta 16.576 euros anuales, con independencia de su situación personal y familiar. Además, proponen minimizar la pérdida de recaudación ajustando la reducción por obtención de rentas del trabajo para ingresos entre el nuevo SMI y el límite vigente.

Para mantener la situación de 2024, sugieren ampliar la reducción por obtención de rendimientos del trabajo, beneficiando a trabajadores y autónomos hasta el límite actual de la reducción. Consideran que esta medida será de bajo coste tributario y recuerdan que la Ley de Renta ya ha sido modificada en anteriores subidas del SMI para eximir a estos perceptores de tributar por IRPF.

Un modelo cuestionado

El Instituto Juan de Mariana ha advertido que el aumento del SMI ha generado exclusión laboral significativa. Según su informe de 2024, la subida del 73% desde 2016 ha impedido la creación de 210.000 empleos entre 2018 y 2023, cifra que podría ascender a 270.000 en 2024.

Las provincias con economías más frágiles son las más perjudicadas, ya que el SMI supera el 65% del salario medio en 26 provincias, llegando hasta el 75% en regiones como Ávila, Murcia y Alicante. En sectores de baja productividad, como los servicios callejeros o la limpieza, la medida tiene un efecto negativo al limitar el empleo disponible.

A nivel europeo, España tiene el segundo SMI más caro en relación con la productividad, solo superado por Francia. Esto genera un problema de competitividad respecto a otros países con modelos salariales más flexibles.

La discusión sobre el SMI refleja dos visiones opuestas: por un lado, el Gobierno defiende la redistribución de la riqueza mediante aumentos salariales; por otro, empresarios y economistas alertan sobre los riesgos de aplicar estas políticas sin medidas complementarias para las pymes.

Para evitar efectos adversos, algunos expertos sugieren que, en lugar de centrarse exclusivamente en la subida del SMI, se implementen incentivos fiscales o reducciones en las cargas sociales para las pequeñas empresas. Esto permitiría mejorar los salarios sin comprometer la creación de empleo ni la competitividad económica.

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