Ya no me interesa el arrebato si tras el fuego no hay sendero, ya no tengo (casi) prisa, ni pretendo perseguir al hombre que soñaba con ser —me basta con ser el que soy—.
Ya no me interesa el arrebato si tras el fuego no hay sendero, ya no tengo (casi) prisa, ni pretendo perseguir al hombre que soñaba con ser —me basta con ser el que soy—.


