La marquesa de Griñón, cuando se trata de bodas, tiene una fórmula infalible: vestidos estampados de flores, con un cierto toque bohemio, el pelo casi siempre recogido y la apuesta por colores originales.
La marquesa de Griñón, cuando se trata de bodas, tiene una fórmula infalible: vestidos estampados de flores, con un cierto toque bohemio, el pelo casi siempre recogido y la apuesta por colores originales.