Los uigures, instalados en su mayoría en la región autónoma de Sinkiang, al oeste de China, constituyen la principal amenaza de unidad para la República Popular
The post Los uigures: la crueldad del gobierno chino con las etnias disidentes first appeared on Hércules. Niña uigur I RTVE
La semana pasada saltaba a la luz una noticia acerca del grupo uigur. En esta ocasión, desde Tailandia se informaba de la deportación de 40 personas de esta etnia hacia China. Este billete de regreso, motivado por el hecho que estas personas habían cruzado la frontera de manera ilegal hace diez años, no constituye en ningún caso un plato de buen gusto para los afectados. Estas personas temen ahora sufrir los mismos malos tratos que otras personas de su etnia y religión, la musulmana.
Un poco de historia
Los uigures son una minoría étnica característica de Asia Central. Se calcula que actualmente constituyen una población de 10 millones de personas. Tradicionalmente han habitado la actual región autónoma de Sinkiang, perteneciente a la República Popular China, no obstante, esta zona ha sido históricamente un lugar de tránsito y disputa entre los distintos imperios que han dominado Asia. Entidades políticas como el Imperio mongol y dinastías chinas como los Tang o los Qin han sido algunos de los imperios que durante los últimos siglos han entrado en disputa por el control de la zona. Durante los años 30 del S. XX, incluso la Unión Soviética manifestó interés en anexionarse la zona, dando pie a que se produjeran insurgencias que declarasen dentro de ella un Estado independiente. La República del Turquestán Oriental no fue apenas reconocida, sin embargo, su bandera continúa siendo hoy utilizada como símbolo del nacionalismo musulmán de la región.
Tras varias batallas y actores implicados en ellas, el fin de la guerra civil china en 1949 dio pie a que la región se integrara dentro de la República Popular de China, por aquel entonces liderada por Mao Zedong.
Desde entonces Sinkiang no ha parado de ser un quebradero de cabeza para los intereses de Pekín, que busca mantener una potente unidad nacional bajo la identidad Han. En aquel momento, durante los años cincuenta, China comenzó programas de colectivización de las tierras o racionamiento de comida que fueron contestados y mal acogidos desde la región de Sinkiang. Durante la Revolución Cultural, las revueltas, en parte influenciadas por la Unión Soviética se hicieron multitudinarias y la persecución policial aumentó, haciendo que muchas personas huyeran a las vecinas Repúblicas Soviéticas.
El aperturismo chino tras la muerte de Mao conllevó también conatos de autonomía para la región, rebajando las tensiones. Sin embargo, los 90 trajeron consigo la desintegración de la URSS y los deseos de independentismo volvieron a la zona, que vio como repúblicas como Kazajistán, Kirguistán o Turkmenistán, con las que les conectan amplios lazos se erguían como independientes.
La nueva China en Sinkiang
Con la entrada del milenio, China ha mutado enormemente, y ha buscado que su región autónoma de Sinkiang lo haga de la misma manera. La región, al igual que todo el país ha incrementado de manera considerable su población y el Partido Comunista busca hacer de ella un importante foco de turismo, explotando la inmensidad de la región, que alberga países desérticos, montañosos y enormes lagos. En sus fronteras locales Sinkiang encuentra paisajes tan espectaculares como las montañas Tian Shan o las dunas de Mingsha. En este proceso, desde Pekín se ha instado a que pobladores han, la etnia mayoritaria de China vayan a la zona con el pretexto de multiplicarse allí y hacer que esta deje de ser un foco de separatismo.
Sin embargo, a pesar de los intentos de integración plena en el sistema chino, los uigures no han cesado su lucha por tener una identidad propia. En esta lucha se han producido graves incidentes como atentados terroristas y enfrentamientos entre grupos policiales y civiles, buscando en parte acaparar el foco de la comunidad internacional para tener una voz que luche por sus derechos identitarios.
Desde 2014, la política de Xi Jinping se ha endurecido en la zona, buscando controlar mucho más las actividades de ella. El terrorismo es probablemente lo que más preocupa al gobierno de Pekín ya que Asia Central se está convirtiendo en un foco de islamismo radical que corre el riesgo de penetrar también en la nueva potencia asiática.
Sin embargo, el pretexto del control del terrorismo no parece amparar las actividades que el Partido Comunista está llevando a cabo en la zona, son múltiples las detenciones arbitrarias que se denuncian y medio como la BBC apuntan a la presencia de campos de “reeducación” en los que personas de la etnia uigur son reprimidos e instados a convertirse a la identidad Han.
Reporte de la ONU en 2022
Hechos de esta gravedad vienen señalados en un informe de 2022 realizado por la Alta Comisionada por los Derechos Humanos de la ONU en aquel momento Michelle Bachelet. La distinguida política chilena entregó este reporte días antes de dejar su cargo en las Naciones Unidas. En él plasma frente a la comunidad internacional los acontecimientos que se vienen dando en esta región respecto a la etnia uigur.
Bachelet informaba en aquel momento de cómo no solo existían campos de reeducación, si no también de trabajo, dónde los uigures acumulaban largas jornadas laborales. También se destaca cómo el gobierno de Beijing ha intervenido la zona policialmente, imponiendo un fuerte control social sobre los habitantes de la zona.
Además, el informe detalla como líderes religiosos y políticos de la etnia uigur han sufrido desplazamientos forzosos con el objetivo de separar el movimiento independentista. Algunos líderes detenidos en los últimos años son Ilham Tohti, profesor universitario o el escritor y poeta Nurmuhemmet Yasin.
Algunos analistas, como Carlos Veríssimo, de France 24, señalan que los campos de reeducación y trabajo se vienen desmantelando en los últimos años pero que los “crímenes de lesa humanidad” continúan, especialmente en lo referido a la detención arbitraria y tortura de personas.
Tensiones exteriores
Más allá de los problemas internos y las incidencias en la seguridad nacional e integridad territorial que un problema como este pueda suponer en la República Popular de China, el problema con los uigures trasciende a nivel exterior, especialmente con el mundo islámico.
Durante el pasado la zona fue fronteriza con la Unión Soviética, que realizó continuas incursiones en la zona. Las intenciones de anexión rusas se unieron a la influencia que este país jugó en financiar los movimientos independentistas de la región buscando desestabilizar a China.
En la era moderna, Rusia ha dejado de lado Sinkiang, sin embargo, otros países como Turquía, ligados culturalmente a la etnia uigur, han alzado la voz en contra del trato que los musulmanes reciben por parte del gobierno chino. Los problemas parecen haberse sofocado en pro de intereses comunes.
Desde Occidente, como ya hemos visto con el reporte de la Organización de las Naciones Unidas, el problema es de sobra conocido y se viene señalando, también por el Congreso de los Estados Unidos. De la misma manera, el Parlamente Europeo en una declaración el pasado año exigía a China: “poner fin a la represión y la persecución ejercida contra los uigures mediante políticas abusivas como la vigilancia intensiva, el trabajo forzoso, la esterilización, las medidas de prevención de la natalidad y la destrucción de la identidad uigur, que constituyen crímenes contra la humanidad y un grave riesgo de genocidio; pide el cierre de todos los campos de internamiento”.
China siempre ha calificado estas acusaciones como infundadas y propagandísticas, negando los hechos que puedan estar aconteciendo en la región.
The post Los uigures: la crueldad del gobierno chino con las etnias disidentes first appeared on Hércules.