Perder cosas, y hasta personas, es un proceso inevitable, y a veces sano. Aprender a lidiar con esas carencias es algo que nos acerca a la virtud y a la filosofía que proponen algunas tazas.
Perder cosas, y hasta personas, es un proceso inevitable, y a veces sano. Aprender a lidiar con esas carencias es algo que nos acerca a la virtud y a la filosofía que proponen algunas tazas.