Como dije en la Corrala 2.0 el otro día, estamos gobernados por algo peor que un incompetente. Estamos gobernados por una mala persona
The post Miserables first appeared on Hércules. Miserables seguramente es poco decir. Sois mala ralea. Sois escoria. Hez de la tierra. Sois chusma de galeras. Ganapanes de burdeles. Carne de horca. Gañanes con ínfulas. Sois mala gente. Y sois nuestros gobernantes. Reflejo de una sociedad enferma, me temo, como es la española. Que no ha salido mejor de nada, sino que andamos a la gresca por cualquier memez, y que ante la inacción, incapacidad o ineptitud de nuestros políticos, nos ponemos a defenderlos como si nos fuera la vida o el sueldo en ellos. Nos hemos convertido en hooligans de los partidos políticos siendo uno de los países con menos afiliaciones a los mismos. El 0,8% de los electores. Una mierda. Pero cuando nos tocan a nuestros líderes parece que fueran nuestros progenitores. ¡Ni mentar a la madre, oigan! Hagan lo que hagan. ¡Aunque haya muertos de por medio! Y los hay. A centenares. Cuando lean estas líneas el número de fallecidos por la catástrofe en Valencia habrá subido. Se está incluso pensando que pasaremos de centenares a miles. ¡Miles! Y no pasará nada. Nada. Porque somos del Betis manque pierda. De que no gobierne el otro aunque el mío sea un nido de corruptos, de mangualas, de puteros, de atorrantes. O de criminales. Nos da igual. ¡Que se jeringue el otro!
Cuando el pasado miércoles el Congreso de los Diputados se convirtió en la sede de la infamia, y la tercera autoridad del Estado, la Presidenta de las Cortes, Francina Armengol, suspendió la sesión de control al gobierno para de inmediato continuar, eso sí, con una votación absurda y extemporánea sabiendo ya que en Valencia los muertos se contaban por decenas, ella misma pasó de ser una autoridad del Estado a ser una comisaria política al servicio del poder. Del partido. Y de Pedro Sánchez. Seguramente el peor político que ha tenido España desde el abad don Opas ¡como poco! Para qué suspender el pleno y que todos los diputados de la Comunidad Valenciana, de cualquier color, marcharan a sus circunscripciones a ayudar. Para nada. Ahí que estuvo incluso una infecta diputada (y lo del di- delante es un detalle) declarando que «Los diputados no estamos para ir a Valencia a achicar agua». Lo dijo una de la misma formación de la Vicepresidenta Yolanda Díaz, que casi se rompe la manicura en una playa gallega (curiosamente con elecciones a la vista), cogiendo unas bolininas de pellets como si recogiera chapapote en una catástrofe sin precedentes. Pero es que lo de bajar al barro, literalmente, para esta izquierda neopija, huy, no por Dios, Que aquí estamos legislando. Cómo repartirnos RTVE entre nosotros, claro está.
Y desde entonces lo que estamos viviendo ha sido un juego macabro de quién tiene o no las competencias para hacer lo que el otro no quiere o sabe hacer. Mientras que la gente agonizaba en el fango. En garajes. En sus casas… Durante días. Pero que si galgos, que si podencos, que si esta competencia es tuya, cómo te la voy a quitar hombre no; que si ya parece que escampa, que le he visto la cola al burro seca y no parece que se mueva, y la capucha al fraile se la veo quitada (esto es muy viejuno, pero me da que esto y el caso que se le hizo a lo de la AEMET creo que fue todo igual). Que si el Ejército está preparado, pero como hay mucho follón, ya si eso poco a poco. Para no agobiar. O cuando nos lo pidan. Que si nos lo piden vamos. Pues no lo pedimos. O sí. Da igual. Siguen pasando los días. Siguen muriendo ahogados lentamente más ciudadanos. Hombres, mujeres, ancianos, niños… ¿Cuántos serán? ¡Qué más da!
El reyezuelo de la taifa de Valencia pide comisiones y ministros, pero no el nivel de emergencia necesario. Los ministros van diciendo chorradas para quitarse de en medio. Y el Consejo de Ministros para este martes, una semana más tarde. Que era puente y tampoco es cuestión de que le dé a uno un jamacuco de tanto trabajar. Que ya si eso los voluntarios ya se han lanzado a la calle desde el principio, sin mando ni control, a pie desde la capital a los pueblos afectados, con ganas y corriendo un riesgo porque nadie ha tenido el coraje de coger las riendas desde el minuto uno. Desde el martes. Ya que se avisó mal y tarde, ¡al menos salvemos a cuantos podamos cuanto antes! Pero no se hizo. Porque estamos gobernados por mediocres. Por miserables. Al mando de un Presidente del Gobierno soberbio que en vez de actuar como tal, se lavó las manos como un Pilatos cualquiera. Con jabón hecho de barro donde yacen miles de compatriotas, y por agua la sangre de los muertos. Porque, como dije en la Corrala 2.0 el otro día, estamos gobernados por algo peor que un incompetente. Estamos gobernados por una mala persona.
Y un cobarde.
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