La ministra reintegra al susanismo en la cúpula del partido mientras las encuestas la hunden hasta los 25 escaños
The post Montero intenta aliarse con Susana Díaz para salvarse en el PSOE andaluz first appeared on Hércules. María Jesús Montero, secretaria general del PSOE andaluz desde hace apenas dos meses, ha encontrado en Susana Díaz su principal aliada en la ardua tarea de reflotar una federación rota por las luchas internas y hundida en las encuestas. La vuelta del susanismo a los órganos de dirección del partido, tras años de marginación bajo el liderazgo de Juan Espadas, es ya un hecho. Pero mientras avanza la reunificación orgánica, el panorama electoral sigue siendo desolador: los socialistas andaluces podrían caer hasta los 25 diputados, según los últimos sondeos.
La vieja guardia vuelve al primer plano
El acercamiento entre Montero y Díaz no es nuevo, pero en las últimas semanas se ha hecho más visible e influyente. Las frecuentes charlas en el AVE Madrid-Sevilla, donde ambas intercambian impresiones políticas, se han convertido en una imagen habitual que ilustra el peso que ha recuperado la ex presidenta de la Junta dentro del partido. Las fuentes consultadas coinciden: “Díaz está dentro y manda”.
Montero supo desde el principio que no podía permitirse una organización dividida. Por eso, durante el congreso regional celebrado en Armilla (Granada) a finales de febrero, llenó de gestos hacia el susanismo una ejecutiva que muchos consideran ya fruto del pacto tácito entre ambas dirigentes. Díaz no solo fue consultada para el diseño de la cúpula, sino que tuvo carta blanca para proponer nombres. Hoy, sus leales ocupan cargos clave en perfecta sintonía con la dirección.
Sin embargo, la reunificación orgánica no ha venido acompañada de una mejora en las expectativas electorales. La encuesta del Centro de Estudios Andaluces, dependiente de la Junta, refleja un panorama aún más sombrío que el que dejó Espadas en 2022. El PSOE-A podría desplomarse hasta los 25 escaños, cinco menos que los actuales. Otro sondeo, publicado por Sigma Dos en marzo, tampoco daba motivos para el optimismo: en el mejor de los casos, el PSOE repetiría los pobres resultados de hace tres años.
A esto se suma el desgaste de Montero como ministra. En Ferraz reconocen que hay dudas sobre su impacto en Andalucía, aunque justifican su permanencia por el “foco” que da su perfil nacional. Esa proyección, sin embargo, no se traduce en votos. El socialismo andaluz sigue sin conectar con una militancia desmotivada y un electorado que ha migrado en masa hacia el PP de Juanma Moreno.
Susana Díaz recupera poder, pero no todos los espacios
Díaz, por su parte, ha conseguido recuperar influencia en el PSOE-A, pero sigue relegada en el Senado, donde su relación con el portavoz socialista, Juan Espadas, es prácticamente nula. Desde su entorno confían en que ese ostracismo termine cuando Espadas sea relevado, algo que algunos en el partido dan por hecho más pronto que tarde.
Mientras tanto, en Andalucía, la rehabilitación política de Díaz es palpable. Esta misma semana, fue homenajeada con el premio Victoria Kent por el PSOE de Torremolinos, un gesto que habría sido impensable bajo la dirección anterior. “Estamos ahí”, resume una veterana militante susanista. En lugares como Málaga, donde antes se la vetaba, ahora se le reconoce públicamente.
El tiempo dirá si la complicidad entre Montero y Díaz es capaz de reactivar a un PSOE andaluz que aún no ha tocado fondo en las urnas. Por ahora, Montero ha logrado coser el partido, pero no reconquistar al votante. Su liderazgo, con un pie en el Gobierno de España y otro en una federación que lleva años en declive, está siendo puesto a prueba.
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