Desde el momento en que está en el mundo, y por el mero hecho de su existencia, es imposible que el arte no sirva para algo, del mismo modo que es imposible que no sirvan el amor o la alegría.
Desde el momento en que está en el mundo, y por el mero hecho de su existencia, es imposible que el arte no sirva para algo, del mismo modo que es imposible que no sirvan el amor o la alegría.


