Desde los tiempos clásicos, con Fouché a la cabeza, ha habido intelectuales orgánicos en las empresas políticas cuyo único fin es el poder
The post Pon una Leire Díez en tu vida first appeared on Hércules. En el caso de Leire Díez no deja de sorprenderme, valga la redundancia, los que se sorprenden de que en los partidos políticos existan fontaneros, esos seres ancestrales, legendarios, que en la mitología partitocrática se encargan de gestionar la morgue de la gran trituradora de carne humana que es la política. No son unos personajes vanguardistas nacidos de la nueva política, en realidad las nuevas hornadas no han hecho más que poner un poco más de intensidad a la cocción de los antiguos vicios. En la película Gladiator II, Denzel Washington encarna a un hábil patricio llamado Macrinus que durante la trama va tejiendo alianzas para limpiar la mierda de los emperadores con el fin de, llegado el momento, dar el golpe de gracia que le convertirá en Emperador. Desde los tiempos clásicos, pasando por la revolución francesa, con Fouché a la cabeza, ha habido intelectuales orgánicos en las empresas políticas cuyo único fin es el poder. Ingenieros de recursos humanos, expertos en moldear a personas a beneficio del inventario interesado del partido.
Spoiler: en el PP también tienen a una Leire Díez, en todos hay una. No se me asusten, no me estoy refiriendo a que como en Star Wars el régimen del 78 ha creado a unos clones encargados por el sistema para salvaguardar su integridad, lo que quiero decir es que si en el PSOE hay una señora que se encarga de las labores de fontanería, en el resto de partidos habrá otras señoras o señores que se encarguen exactamente de lo mismo. Me está viviendo a la cabeza la conversación filtrada del líder de Vox en Valencia, Juan Manuel Badenas, en la que instaba a un colega a sacar trapos sucios del resto de formaciones. En Ciudadanos, el chico para todo de rigor me confesó en una ocasión la existencia de determinadas grabaciones que buscaban hundir la carrera política de un diputado. Los que venían a hacer las cosas distintas, lo único que hicieron fue comprar grabadoras de mejor calidad que las de los otros.
Cuando veo a alguien indignado despotricando de la sátrapa socialista, siempre le advierto de que ahorre energías porque en los otros partidos hay otros primos hermanos de ella. Ojalá viviéramos en un mundo ideal, ojalá los partidos fueran herramientas para mejorar la vida de la gente y no fuesen meras herramientas de poder pilotadas por expertos en el juego del poder.
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