Hay personas que, en medio de una conversación, pueden llevarse la mano al rostro y tocarse la nariz, ya sea un movimiento rápido y pequeño —casi imperceptible— o pasar el dedo varias veces en ella, como si la estuvieran «cepillando». Si bien es cierto que esto podría suceder por un resfriado o alergia, también cabe
The post ¿Por qué nos tocamos la nariz al hablar? Lo que dice la psicología appeared first on Mejor con Salud. Hay personas que, en medio de una conversación, pueden llevarse la mano al rostro y tocarse la nariz, ya sea un movimiento rápido y pequeño —casi imperceptible— o pasar el dedo varias veces en ella, como si la estuvieran «cepillando». Si bien es cierto que esto podría suceder por un resfriado o alergia, también cabe la posibilidad de que haya un significado más profundo.
En el mundo de la comunicación no verbal y lenguaje corporal, este movimiento entra en la categoría de los gestos adaptadores (algunos expertos también les dicen manipuladores). Ellos consisten en tocar, acariciar o frotar una parte del cuerpo con otra, en este caso, la nariz con los dedos.
Hacerlo puede ser una forma de autorregular las emociones ante situaciones que nos causan incomodidad o malestar. Y, aunque la cultura popular lo asocia solo con mentir, lo cierto es que tocarse la nariz al hablar puede significar otras cosas.
1. Ansiedad y nerviosismo
Frotarse la nariz en una conversación podría estar asociado a nerviosismo o ansiedad. Cuando nos enfrentamos a situaciones estresantes, los capilares de la piel tienden a llenarse y provocan picor.
Por ello es que se produce el toque, ya que funciona como una conducta tranquilizadora y de respuesta ante la ansiedad y nerviosismo del momento. Esa situación estresante puede ser muy diversa, desde una reunión sorpresa con tu jefe hasta hacer una presentación en la universidad, por nombrar algunos ejemplos.
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2. Rechazo y duda
También cabe la posibilidad de que una persona se toque la nariz si se encuentra en una conversación en la que su pensamiento y actitud están en conflicto. Por ejemplo, este gesto podría darse en situaciones en las que no queremos escuchar algo, tenemos que disimular nuestro verdadero sentir o incluso cuando nos surgen dudas sobre el tema.
Expertas, como Teresa Baró, creen que estas emociones son la fuente de los micropicores. También sugiere que rascarse el lado derecho de la nariz (y del rostro en general), se asocia con alguna dificultad lógica o de razonamiento, orientándose hacia la duda.
3. Recuerdo y hábito
Tampoco se descarta la idea de que este gesto provenga de un recuerdo del pasado. Como ya se mencionó, tocarse la nariz al hablar forma parte de los gestos adaptadores, y son conductas residuales del pasado de los individuos. Es decir, puede ser un recuerdo de un comportamiento que nos ayudó a gestionar nuestras emociones durante la infancia y que puede aflorar en momentos de tensión en la actualidad.
A su vez, esto se relaciona mucho con los hábitos. Es posible que ese comportamiento se haya repetido a lo largo del tiempo y vuelto frecuente al hablar, tanto que se hace de forma automática.
4. Mentira y engaño
Otra de las posibles interpretaciones del gesto de tocarse la nariz al platicar se relaciona con las mentiras. En este caso, el origen es muy similar al del punto de la ansiedad. Al mentir aumenta la presión arterial y liberamos catecolaminas, neurohormonas que provocan la inflamación del tejido interno de la nariz.
Hay que ser cautelosos con esta posible interpretación, porque el hecho de que una persona se rasque la nariz en una conversación no necesariamente quiere decir que sea un mentiroso. Puede que esté nervioso o solo tenga una alergia. Ahí es donde entran en juego otros puntos, como el contexto y la observación.
¿El contexto afecta el significado de este gesto?
Sí, de hecho, los expertos en lenguaje corporal señalan que a la hora de interpretar el gesto de tocarse la nariz al hablar, debemos hacerlo teniendo en cuenta el contexto en el que se da este toque, así como otros gestos que realice la persona.
Imagina que una persona tiene una presentación en público por trabajo y se toca la nariz mientras la hace. Teniendo en cuenta esto, podría significar que hace el gesto porque está nerviosa. Ahora, imagina que esa presentación es al aire libre y la persona es alérgica al polen. En este caso, cuando se toca la nariz puede ser porque los picores los produce ese agente físico y no tanto algo psicológico.
Ahora, también considera que hay más acciones y movimientos que hace una persona durante la conversación y que podrían variar el significado de este gesto. Se cree que otras señales que podrían indicar que una persona está mintiendo —aparte de tocarse la nariz— son la aceleración de su respiración, pasarse la lengua por los labios de forma seguida, rascarse la cabeza o romper el contacto visual.
De igual manera, hay más signos que podrían denotar nerviosismo. Tal es el caso de sudoración excesiva, morderse las uñas, tragar de forma constante, risa nerviosa, entre otros. Así que si observas varios de estos en una persona, aparte del toque de nariz, y no está resfriada o con alergia, es probable que tenga nervios o ansiedad en ese momento.
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Un toque de nariz, muchos significados
En el lenguaje corporal, un mismo gesto puede interpretarse de maneras muy diferentes, y tocarse la nariz al hablar no es la excepción. Desde un hábito hasta una mentira, podrían ser posibles motivos. Sin embargo, recuerda que el contexto en el que sucede juega un papel fundamental en el significado.
No lo veas por sí solo como una señal inequívoca de un engaño o estrés. En su lugar, míralo como si fuera una pieza dentro del gran rompecabezas que es el comportamiento y la comunicación en los seres humanos.
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