Las verrugas cutáneas son crecimientos benignos, que se observan en la capa superior de la piel, producidos, generalmente, por el virus del papiloma humano (VPH), del que se conocen más de 100 clases. Los niños y las personas con anomalías en su sistema inmunológico son los más propensos al desarrollo de estas protuberancias que, en muchos
The post ¿Qué pasa si te arrancas una verruga? Riesgos y alternativas seguras appeared first on Mejor con Salud. Las verrugas cutáneas son crecimientos benignos, que se observan en la capa superior de la piel, producidos, generalmente, por el virus del papiloma humano (VPH), del que se conocen más de 100 clases. Los niños y las personas con anomalías en su sistema inmunológico son los más propensos al desarrollo de estas protuberancias que, en muchos casos, desaparecen por sí solas en uno o dos años.
Esta es una situación incómoda para muchas personas, haciendo que opten por arrancarlas. Sin embargo, no te recomendamos hacerlo, porque cortar, quemar o reventar esta lesión por tu cuenta conlleva varios riesgos, como la posibilidad de infección bacteriana y la aparición de cicatrices.
En lugar de quitarla por ti mismo, puedes recurrir a varias alternativas seguras y efectivas, como terapias químicas destructivas, entre ellas la congelación o crioterapia (donde se utiliza nitrógeno líquido para que se desprenda), o las terapias físicas, como el láser.
Con la finalidad de determinar cuál es el método de tratamiento más adecuado para el tipo de verruga que presentes (comunes, planas, filiformes, genitales, plantares), es clave consultar a un dermatólogo y así evitar caer en alguno de estos riesgos:
1. Confusión con otro tipo de crecimiento cutáneo
Las verrugas no son las únicas protuberancias que pueden aparecen en tu piel. Si no tenías una y de repente notas la aparición de una lesión cutánea, podría ser producto de un virus conocido como molusco contagioso, distinto al VPH.
Por otro lado, el principal problema relacionado con la eliminación de un abultamiento en la piel por tu cuenta es que no tienes la certeza de si se trata de una lesión benigna o maligna. En consecuencia, puedes confundir una verruga con un melanoma, que es una forma de cáncer de piel.
En vista de esto, para un diagnóstico y tratamiento correcto, es esencial acudir a un profesional que pueda realizar un examen con un dermatoscopio para analizar la protuberancia y, si se trata de una lesión sospechosa, realizar una biopsia del tejido.
2. Dolor y sangrado
Las verrugas tienen terminaciones nerviosas que transmiten señales de dolor al cerebro, por lo que al manipularlas (o quitarlas) sentirás esta sensación desagradable. A su vez, estas protuberancias tienen vasos sanguíneos que la alimentan, así que, al arrancarla, estos se desgarran y si son grandes, puede producirse un sangrando abundante.
3. Inflamación, hinchazón e irritación
El daño a la epidermis desencadena la respuesta inmunitaria del cuerpo. Durante el trabajo para reparar el tejido se liberan sustancias químicas, entre ellas las prostaglandinas, que aumentan el flujo sanguíneo responsable de producir el enrojecimiento. A su vez, las mismas sustancias son las responsables de la hinchazón, debido a que permiten la entrada de más líquido y células inmunitarias al tejido dañado.
Como parte del proceso de reparación de la barrera cutánea se pueden producir reacciones inflamatorias. A las manifestaciones provocadas por la lesión pueden sumarse la irritación y la picazón, que resultan muy molestas.
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4. Infecciones
La hinchazón, el enrojecimiento, el pus y la fiebre son algunas señales de infección que pueden aparecer después a arrancarse una verruga y dejar una herida abierta. Esto ocurre cuando proliferan las bacterias, como Staphylococcus y Streptococcus.
Las posibilidades de que se produzca esta complicación aumenta cuando no se prepara bien la piel para un procedimiento de extracción, no se esterilizan de forma adecuada las herramientas, como tijeras o cuchillas, y tampoco se siguen los cuidados posoperatorios recomendados por un especialista.
5. Cicatrices
En contraste con el caso anterior, si realizas un corte tan profundo que permita eliminar esta protuberancia en su totalidad, podrías provocar un daño en tu piel que te deje una cicatriz hundida o hipertrófica, es decir, abultada y enrojecida.
Además, si empleas en casa algún ácido para quitar la verruga, por desconocimiento o imprecisión, puedes equivocarte en la cantidad al momento de aplicarlo y desencadenar marcas permanentes. Y, si este es muy agresivo, podría causar daños en los tejidos sanos que rodean la protuberancia que tratas de eliminar.
6. Recurrencia
Si crees que al arrancarla te habrás deshecho de ella, en realidad, existe la posibilidad de que te vuelva a crecer con el tiempo; de hecho, podría ser más grande. Esto ocurre porque una remoción manual casera rara vez elimina las raíces de la verruga y el virus del VPH se encuentra en las capas profundas de la dermis.
7. Propagación
Las verrugas son contagiosas, ya que son portadoras del virus que las produce. Por eso, si cortas, arrancas o quemas este crecimiento por ti mismo y después tocas otra zona expuesta o con traumas menores de tu cuerpo o de alguien más, podrías propagar el virus y provocar el crecimiento de una verruga en esa parte. A este fenómeno se le conoce como pseudo-Koebner o autoinoculación.
8. Hipopigmentación o hiperpigmentación
La pérdida del color de la piel (hipopigmentación) y su oscurecimiento (hiperpigmentación) también forman parte del abanico de riesgos que trae consigo arrancarse una verruga. Durante el proceso de curación, aunque el cuerpo trabaje en la reparación, lo más probable es que no sane de forma uniforme, viéndose afectadas las células encargadas de producir la melanina (melanocitos).
En consecuencia, si se destruyen estas células, el área quedará más clara, mientras que la inflamación podría causar la producción excesiva de melanina, que deriva en que la piel se vuelva más oscura.
¿Cuáles son las alternativas más seguras para quitarlas?
A la hora de elegir un método seguro debes considerar el tipo de verruga que presentes, su ubicación y tu tipo de piel. En general, existen varias terapias destructivas para las verrugas, que pueden dividirse en las no farmacológicas, como los tratamientos naturales, y las terapias químicas y las físicas.
Métodos caseros
Si no deseas renunciar a la idea de eliminar una verruga en casa, puedes considerar algunos métodos que minimizan los riesgos de causar daños cutáneos. Aunque requieren paciencia, tienes la posibilidad de aplicar algunos remedios naturales, como el uso de la cinta adhesiva, limón y vinagre de manzana.
Terapias químicas
También tienes la opción de recurrir a parches o soluciones de ácido salicílico, que son efectivos en la medida que sigas las instrucciones. Lo más aconsejado es no aplicar este método en áreas donde presentes mala cicatrización ni tampoco en el rostro.
Si tienes una verruga pequeña, puedes rociar butano líquido con el objetivo de congelarla y así matar el tejido. Cuando se trata de protuberancias de mayor tamaño, lo más recomendable es acudir al consultorio de un dermatólogo, quien puede eliminarla con nitrógeno líquido o crioterapia. Este procedimiento suele emplearse para eliminar las verrugas plantares y en los párpados.
Por su parte, el nitrato de planta también es efectivo en las lesiones en las palmas de las manos y los pies, tanto en niños como en adultos. Por otro lado, los especialistas también suelen utilizar cantaridina, que desencadena la formación de una ampolla y, al secarse la parte superior de esta, se puede eliminar la lesión cutánea.
Terapias físicas
Cuando la protuberancia se encuentra en la cara, lo mejor es utilizar láser para evitar cicatrices. Del mismo modo, suele emplearse para verrugas palmares, plantares, periungueales, así como las subungueales y planas. También puedes considerar este tratamiento para las verrugas genitales, localizadas en la vagina, el pene o el ano. En este caso, otra opción que puedes considerar es la crema de imiquimod, capaz de estimular el sistema inmune para el combate del VPH.
Otras alternativas son la extirpación quirúrgica, siendo un método invasivo que puede dejar marcas, y la electrocirugía, donde se utiliza la corriente eléctrica de alta frecuencia para eliminar la lesión en zonas como el cuello.
Precauciones para evitar su aparición
Procura no tocar las verrugas de otras personas. Si tienes un corte, el virus del VPH pudiera ingresar a tu cuerpo.
No compartas artículos personales. Esta medida evita la propagación del virus a través de toallas, máquinas de afeitar, cortaúñas, entre otros objetos.
Cubre tus heridas. Un simple corte o raspón puede convertirse en la vía de entrada a tu cuerpo del VPH, en caso de que toques una superficie o artículo contaminado con el virus.
Lávate las manos. Hacerlo con frecuencia ayuda a eliminar el virus de tu piel.
Evita morderte las uñas y las cutículas. Cuando lo haces, causas pequeños desgarros cutáneos por los que podría ingresar el VPH.
Recibe la vacuna del VPH. Puede proteger a los niños y a ti del desarrollo de verrugas genitales y tipos de cáncer en la zona íntima.
Trata el sudor excesivo. Aquellas personas que padecen hiperhidrosis, sudor en exceso, tienen la piel más húmeda y suave: en estas condiciones aumenta el riesgo de contraer VPH.
Protege tus pies en áreas públicas. En piscinas, duchas y vestuarios públicos, usa sandalias o calzado para prevenir las verrugas plantares.
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No corras riesgos, acude a un profesional
Intentar eliminar una verruga cutánea en casa no es una buena idea. De hecho, no se trata solo de la posibilidad de causar irritación o enrojecimiento, que pueden desaparecer, sino que corres el riesgo de desencadenar la propagación de estas protuberancias por tu cuerpo (o el de alguien más) y causarle daños permanentes a la dermis.
Para evitar estas complicaciones, lo mejor es acudir a un profesional que examine la lesión y te indique la mejor alternativa a seguir, entre opciones como la crioterapia, el láser, la electrocirugía y otros métodos seguros y efectivos.
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