El PSOE se enfrenta a las primarias para renovar el partido y a pesar del cese de Espadas y Tudanca, Ferraz no ha conseguido un poder total
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Imagen: Pedro Sánchez, junto a otros presidentes autonómicos I Europa Press
El plan trazado por Pedro Sánchez para afianzar su liderazgo en el PSOE y reducir las tensiones internas ha encontrado resistencia en algunas federaciones. La victoria de Miguel Ángel Gallardo en las primarias del PSOE extremeño, pese a la falta de apoyo de Ferraz, representa un revés para la dirección del partido. Aunque la exconsejera autonómica Esther Gutiérrez, vista como una figura más cercana a Sánchez, no logró imponerse, su candidatura dejó clara la división interna en una federación marcada por la rivalidad entre Cáceres y Badajoz.
Temor a un bloque crítico liderado por García-Page
En pleno proceso de renovación de liderazgos regionales, Ferraz teme el surgimiento de un sector crítico cohesionado que podría unirse al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, principal voz discordante en el partido. Mientras García-Page afronta su congreso regional sin desafíos significativos, la atención se centra ahora en Aragón, donde la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, compite en unas primarias que Ferraz describe como reñidas. Alegría se enfrenta al candidato de Javier Lambán, Darío Villagrasa, en una federación donde Zaragoza y Teruel presentan una alta fragmentación de apoyos.
En contraste, Ferraz ha logrado imponer su estrategia en regiones como Madrid, Castilla y León y Andalucía. En Madrid, la dimisión de Juan Lobato allanó el camino para Óscar López, mientras que en Castilla y León y Andalucía, los líderes Luis Tudanca y Juan Espadas cedieron su lugar a candidatos oficialistas. Sin embargo, la estrategia de renovación liderada desde Ferraz, aunque efectiva en el corto plazo, ha generado dudas sobre su impacto real a medio y largo plazo. Críticos internos señalan que la imposición de liderazgos «no naturales» podría debilitar el apoyo orgánico y social en territorios clave.
El dilema de las primarias y el peso de la militancia
La renovación regional también pone en cuestión el concepto de primarias, una herramienta que Sánchez utilizó en el pasado para recuperar el liderazgo del partido. Ahora, Ferraz emplea a la militancia como un instrumento de presión contra los líderes autonómicos disidentes, una táctica que, según críticos, sacrifica la credibilidad del partido en favor del control del aparato.
Preparativos para un «superdomingo» electoral en 2027
De cara a las elecciones generales y autonómicas previstas para 2027, Sánchez perfila una estrategia que busca alinear completamente al partido con La Moncloa. En esta línea, ministros como María Jesús Montero, Diana Morant y Óscar López han sido posicionados en liderazgos regionales, reforzando la identificación entre el Gobierno y el PSOE. La posibilidad de un «superdomingo» en mayo de 2027, que combine comicios generales, autonómicos y municipales, gana fuerza como parte de esta estrategia de consolidación.
Un partido en transformación, pero con interrogantes
Aunque Ferraz ha logrado consolidar su control en varias federaciones, los críticos advierten que este proceso puede tener efectos adversos en términos de cohesión interna y percepción social. El éxito en el próximo ciclo electoral dependerá de si el PSOE logra transformar estas tensiones internas en una ventaja competitiva en los territorios clave donde más necesita recuperar terreno.
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