A principios de los 80, Borau, cuya figura es reivindicada ahora en un documental, se atrevió a rodar en Estados Unidos una película que tardó más de tres años en sacar adelante debido a un cúmulo de calamidades, que incluyeron lluvias torrenciales, intoxicaciones por ingerir serpiente de cascabel y problemas de presupuesto.
A principios de los 80, Borau, cuya figura es reivindicada ahora en un documental, se atrevió a rodar en Estados Unidos una película que tardó más de tres años en sacar adelante debido a un cúmulo de calamidades, que incluyeron lluvias torrenciales, intoxicaciones por ingerir serpiente de cascabel y problemas de presupuesto.