La crisis del SMI continúa generando brechas en la coalición gubernamental
The post Sumar y PSOE en guerra abierta: el SMI divide al Gobierno en la mesa del Congreso first appeared on Hércules. La disputa entre Hacienda y Sumar sobre la tributación del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2025 sigue sin resolverse y se ha convertido en un pulso político dentro del Gobierno. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, inició el conflicto al incluir en el Real Decreto de subida del SMI la obligación de que este tribute en el IRPF. En respuesta, Sumar presentó una proposición de ley para eximirlo, una medida que fue registrada el 18 de febrero y que ahora enfrenta un obstáculo clave: el veto del Gobierno.
El Ejecutivo se apoya en el artículo 134.6 de la Constitución para bloquear la iniciativa, argumentando que reduciría los ingresos del Estado y, por tanto, necesita su aprobación para seguir adelante. No obstante, el veto parece más una jugada estratégica que una decisión inamovible, ya que existen otras propuestas similares impulsadas por el PP y Podemos, y ambas formaciones tienen suficiente peso en la Mesa del Congreso para desafiar al PSOE y avanzar con la tramitación.
Según fuentes citadas por Vozpópuli, la presión sobre el Ejecutivo no deja de aumentar. Mientras desde el entorno de Yolanda Díaz insisten en que Montero acabará cediendo —considerando la medida “injustificable”—, Hacienda parece manejar el asunto con una visión más pragmática. El medio apunta a que la tributación del SMI se ha convertido en una herramienta de negociación clave en un momento en el que el Gobierno necesita sumar apoyos parlamentarios. No es solo una cuestión fiscal: el PSOE afronta un escenario legislativo complejo, con un Congreso fragmentado y una creciente debilidad para aprobar medidas clave, incluyendo los Presupuestos Generales del Estado de 2025.
Más allá del choque entre Montero y Díaz, que ha tensado aún más las relaciones dentro de la coalición, Hacienda podría estar preparando una salida intermedia. La propuesta de eximir por completo el SMI del IRPF podría no prosperar, pero el Ministerio baraja la opción de ofrecer una reducción parcial como concesión política. Esta estrategia le permitiría al Gobierno recuperar margen de maniobra sin renunciar completamente a los ingresos que supone gravar el salario mínimo, que podrían alcanzar los 2.000 millones de euros, una cantidad clave en un momento en el que España enfrenta presiones internacionales para aumentar el gasto en Defensa.
Al mismo tiempo, la Mesa del Congreso se convierte en el centro de la batalla. PP y Sumar, que controlan la mayoría en este órgano, podrían dar un golpe inesperado al PSOE y obligar a que las tres propuestas —la de Sumar, la de Podemos y la de los populares— sigan su curso. Un movimiento de este tipo no solo representaría un desafío directo a Hacienda, sino que demostraría la fragilidad del Gobierno en esta legislatura.
Con el tiempo en contra, la cuestión ya no es si el SMI tributará o no, sino hasta qué punto el Ejecutivo podrá mantener su postura sin ceder ante la presión política. Mientras Sumar busca consolidar su propuesta como la más viable, el PSOE se enfrenta a una encrucijada: resistir el embate del Congreso o encontrar una fórmula que le permita salir del atolladero sin perder el control del debate fiscal.
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