Trump me la pela

Pues a mí, ¡me la pela! Me la pela porque lo que de verdad me importa es donde vivo. Y donde vivo al Estado de Derecho le están dando una somanta de bofetás a mano abierta
The post Trump me la pela first appeared on Hércules.  Que sí, que sí. Que Trump es el mal redivivo. Es Lucifer, Satanás, Belcebú, Mefistófeles, Luzbel, Baphomet, Chernobog… ¡el demoño con peluquín naranja! Que nos va a meter en unas guerras de las de pum pum, y de las de cash cash. Que si con lo de los aranceles nos vamos a enterar de lo que vale un peine y nos va a costar llenar un carro de la compra lo que no está escrito… (porque ahora, claro, lo llenas con un billete de 50 napos) (no, no lo llenas: ni con tres billetes). Que si sus juegos bélicos nos llevarán a que nuestros hijos tengan que luchar en lugares lejanos, ajenos a nuestra Patria… (porque, total, los más de 30 años de misiones internacionales en lugares tan próximos como Balcanes, Líbano, Iraq, el Índico, Afganistán… nos pareció siempre de perlas) (no, nos lo pareció e ignoramos todo de aquellas misiones y de cuántos muertos nos costaron). Con una opinión pública lanzada a ser una voz tonante cuales Savonarolas ante las hogueras de la vanidades trumpistas, auténticos indignados ante lo que se nos viene encima porque los norteamericanos se han vuelto locos y han votado a favor de un candidato que tenía que luchar contra un viejo sobón que no sabía por dónde le daba el aire desde hacía años. ¡Homérica batalla digna de Gettysburg, Antietam o Bull Run! Amosnomejodas.

Pues a mí, ¡me la pela! Me la pela porque lo que de verdad me importa es donde vivo. Y donde vivo al Estado de Derecho le están dando una somanta de bofetás a mano abierta, como no se vio en medio siglo tras la muerte de un señor gallego, venerado por una izquierda cainita que lo saca como triunfo permanente para querer ganar las diez de últimas. Como si esto fuera una macropartida de tute, ¡que vaya el que nos están dando a todos los ciudadanos, ciudadanas y ciudadanes! Enfrentados y confrontados por cualquier tema. Haciendo que lo privado y lo público no pueda ser complementario, sino motivo de disputa ideológica. Ya no es que estemos en plan de los partidarios de Lagartijo contra Frascuelo (Millenials y Zetas, ¡a la Wiki pero ya!), es que un Gobierno incapaz ha logrado que podamos llegar a encabronarnos por la mayor nimiedad con un clarísimo propósito: no ver el estado del Estado en estado comatoso en que está. Porque lo está. Con un Tribunal Constitucional enfrentado con los Tribunales Superiores de Justicia. Con unas sospechas de corrupción estructural que no se veían desde los tiempos de Filesa, Malesa y Time-Export. Con unos altos responsables gubernamentales metidos de lleno en asuntos de prostitución, que dejan a Roldán y a su pose en gayumbos con un hinchable de un cangrejo, en un juego de jardín de infancia.

Con un Presidente del Gobierno que tiene a su entorno más íntimo con más sospechas por haberse aprovechado de su posición de poder, como no se veía desde el golfo del Duque de Lerma con Felipe III. Se ve que, como ahora está Felipe VI, hay que doblar también la presunta sinvergonzonería. Eso sí, con unos sindicatos más callados que sobrinitas de Ministro, que no han tenido ni la dignidad de lanzarse al cuello de quienes han permitido por dejadez, la muerte de varios mineros. ¡Mineros muertos y la calle como quien oye llover! Porque la calle está para protestar contra la Oposición, que gobierna muy malamente. No como este Gobierno que se pone más medallas que general norcoreano, dejando su nivel de transparencia al de ese democrático país oriental mencionado. Con un paro juvenil galopante. Con las viviendas sin un plan real de futuro. Con un inexistente Plan Hidrológico Nacional que permitiría que el agua tras aguaceros como los sufridos, no se pierdan. Con gastos absurdos en memeces, pero sin un duro para los enfermos de ELA, o para mejorar el deplorable sistema de salud mental en un país donde cada día se suicidan 13 personas. Pero no passssa nadaaaaa… ¡Trump, Trump, Trump, Trump! Sigan así mirando al pajarito. Embobados. Y cuando vengan aún peor dadas, que vendrán, las culpas, ¡a Trump!

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