El expresidente firma decretos para reactivar la industria carbonera y abastecer con ella el boom energético de la IA y las criptomonedas
The post Trump quiere alimentar la inteligencia artificial con carbón “limpio, hermoso y americano” first appeared on Hércules. Donald Trump ha lanzado una cruzada para resucitar el carbón como solución energética a la creciente demanda eléctrica derivada de la inteligencia artificial (IA) y las criptomonedas. Mientras las grandes tecnológicas pedían más electricidad en el Congreso de EE.UU., el expresidente republicano se adelantó presentando su nueva política energética: más carbón y menos regulaciones ambientales.
Desde la Casa Blanca, rodeado de mineros con casco, Trump firmó una batería de órdenes ejecutivas que buscan abrir terrenos federales a la minería, flexibilizar controles medioambientales y declarar el carbón un “mineral crítico”. Todo ello con el objetivo de alimentar los centros de datos que sostienen el auge de la IA, y de paso, golpear a sus enemigos políticos: “Estamos deteniendo la Nueva Estafa Verde”, proclamó, apuntando a Biden y Obama.
Un plan del siglo XVIII para una tecnología del XXI
La propuesta de Trump llega en un momento de creciente alarma por el consumo energético de los centros de datos. Según Bloomberg, este podría cuadruplicarse en los próximos cinco años. Cada uno de estos centros puede usar tanta electricidad y agua como una ciudad de 50.000 habitantes. Y el fenómeno no es menor: la industria de las criptomonedas por sí sola consume ya el 2,3% de toda la electricidad de EE.UU., tanto como un estado entero.
Empresas como xAI, de Elon Musk, han sido sorprendidas usando más generadores de los autorizados, y gigantes como Google u OpenAI exploran alternativas nucleares, solares e incluso de fusión. Sin embargo, Trump se aferra al carbón, al que considera “la forma más duradera, segura, potente y barata de energía”. Nada más lejos de la realidad.
La defensa del carbón por parte de Trump no es nueva. Durante su primer mandato ya impulsó medidas para frenar el cierre de centrales térmicas, pero con escaso éxito: el carbón cayó del 50% al 15% del mix energético en dos décadas. Hoy, solo quedan activas la mitad de las 780 plantas que operaban en 2000, y muchas de ellas tienen más de 45 años.
Además, el carbón es el combustible fósil más contaminante del planeta. Emite más dióxido de carbono por kilovatio que cualquier otro, y su quema libera mercurio, arsénico y partículas finas vinculadas a enfermedades graves. A nivel global, representa el 40% de las emisiones industriales de CO₂, lo que choca frontalmente con los compromisos climáticos y la ética ambiental de las tecnológicas.
Un rescate ideológico más que energético
En términos económicos, el carbón tampoco es competitivo. Las energías renovables como la solar y la eólica son hoy más baratas, rápidas de instalar y con mejor retorno para los inversores. El mantenimiento del carbón es costoso, y su infraestructura, envejecida. Según S&P Global, su extensión solo cubriría entre el 6% y el 10% de la demanda energética de 2040, insuficiente para sostener la revolución digital en marcha.
Lo que plantea Trump es, más que una estrategia energética, una reivindicación simbólica e ideológica. El carbón representa su rechazo a las políticas verdes, su escepticismo climático y su promesa de recuperar industrias “abandonadas”.
The post Trump quiere alimentar la inteligencia artificial con carbón “limpio, hermoso y americano” first appeared on Hércules.