Ucrania y la guerra de las mil y una noches

En 2022 la sombra del conflicto y el caos se cernía sobre Europa amenazando al mundo con regresar a los tiempos más oscuros
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Imagen: Jesús Barrera I Diario Hércules

Inicio del conflicto e invasión de Ucrania

En los primeros meses, Rusia logró avances significativos en el sur y sureste, capturando Jersón en marzo y Mariúpol en abril, mientras redirigía sus esfuerzos hacia una nueva ofensiva en el Donbás tras abandonar la campaña en el centro de Ucrania. Las fuerzas rusas bombardearon infraestructura civil, incluida la red energética durante el invierno. Por su parte, Ucrania lanzó contraofensivas en el sur y este en 2022, logrando recuperar partes del Óblast de Jersón en noviembre. En 2023, los combates continuaron con una nueva ofensiva rusa en el Donbás y una contraofensiva ucraniana en el sureste en junio.

Estábamos en el coche, escapando de Chernihiv, y, recuerdo que me di cuenta de que mi reloj se había roto, marcaba las once. Recuerdo la hierba y segundos después una explosión, un estruendo terrible. Recuerdo sólo que me desperté en medio de la carretera, vi que el coche estaba destruido, vi que mi madre estaba ardiendo. Se estaba quemando viva. Grité y noté dolor en la clavícula. Se me había roto. El oído izquierdo me sangraba. Después escuché disparos, no era de armas, sino misiles, o algo parecido. Encontré unas escaleras, y me escondí. Grité durante un par de minutos, hacía mucho frío, no podía caminar. Unos habitantes del pueblo escucharon la explosión y nos llevaron a su casa, nos arroparon con mantas. Mi madre murió allí, quemada viva. (Andriy).

La comunidad internacional ha condenado ampliamente la invasión. La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución exigiendo la retirada rusa, mientras que la Corte Internacional de Justicia ordenó la suspensión de las operaciones militares. Rusia fue expulsada del Consejo de Europa, y numerosos gobiernos occidentales impusieron sanciones económicas, además de brindar apoyo militar y humanitario a Ucrania. Más de mil empresas se retiraron de Rusia y Bielorrusia en protesta, y la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra Putin en marzo de 2023 por presuntos crímenes de guerra, genocidio y el secuestro de niños.

El impacto humano de la guerra

A finales de 2023, más de 10.000 civiles ucranianos habían perdido la vida, incluidos 500 niños, y cerca de 19.000 personas resultaron heridas, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR). Aunque el ritmo de víctimas ha disminuido respecto al inicio del conflicto, la tragedia humanitaria sigue golpeando al país.

En promedio, 16 civiles mueren y 29 resultan heridos cada día. Sin embargo, el recuento actual refleja una disminución significativa en comparación con el primer año de la guerra: las muertes civiles han caído un 78% y los heridos, un 52%. Los primeros meses de la invasión fueron los más letales, con marzo de 2022 registrando casi 4.200 muertes, mientras que los últimos meses de 2023 muestran un descenso en las cifras, en parte debido al estancamiento del frente y la escasez de recursos militares.

Empezaron a golpearme, con brutalidad. Intentaba acurrucarme, pero de todas maneras me dolía, muchísimo. Me dijeron: “dí la verdad”. Contestaba: “estoy diciendo la verdad, soy un estudiante”. Entonces trajeron la electricidad. Enrollaron el cable alrededor del dedo gordo del pie, lo apretaron y dijeron otra vez: “¿nos vas a decir la verdad?”. Vi como llevaban a soldados que creían que eran del batallón Azov a otra habitación. Los oía gritar. Cogieron uno de ellos y lo llevaron a la habitación de las torturas. Lo sabíamos porque oíamos todo, los oíamos gritar de manera terrible. Luego escuché tres disparos, “bang, bang, bang”. No llevaron a ese hombre de vuelta a su habitación. (Hussein).

El Donbás, que incluye las provincias de Donetsk y Lugansk, concentra el 65% de las muertes civiles. En Donetsk, donde se libraron intensos combates en Bajmut, Soledar y Avdivka, más de 4.600 civiles han fallecido, y 8.600 han resultado heridos. Lugansk registra cifras menores, con 500 muertos y 800 heridos.

Járkov, otro epicentro del conflicto, ha visto más de 1.200 muertes, principalmente en áreas cercanas a la línea de frente. En Jersón, una región clave por su conexión con Crimea, más de 800 civiles han muerto en medio de enfrentamientos constantes a lo largo del río Dniéper. La región de Kiev, aunque alejada del frente, ha registrado más de 900 muertes, incluidas 75 en la capital, constantemente bajo alerta por ataques aéreos.

Solíamos estar pendientes de dónde estábamos cada uno gracias a la geolocalización de google. Esa mañana vi que pasaba algo raro, el teléfono estaba en Irpin y veinte minutos después estaba en otro lugar, un hospital en Kyev. Sospeché que algo iba mal, y le pedí a unos amigos que fuesen al hospital y averiguasen si había malas noticias. Luego vi las noticias en Twitter, que una familia había muerto bajo fuego de mortero, dos niños, la madre y el padre. Vi la foto en Twitter y reconocí a mis hijos: sus cosas, su ropa. Llamé a mis amigos y les dije que los niños habían muerto, que sus cuerpos estaban en una acera y les pedí por favor que me ayudasen a encontrar a mi mujer. (Serhiy Perebyinis).

Desde el inicio de la guerra, se han registrado más de 70.200 bombardeos, que han causado la muerte de 30.200 personas. Aunque la intensidad de los ataques se mantiene estable en unos 34.000 anuales, el número de muertos ha disminuido de 20.000 en el primer año a menos de 9.700 actualmente.

En 2024, hasta el 15 de febrero, 3.711 explosiones habían causado 1.073 muertes. Agosto de 2022 se mantiene como el mes con más bombardeos, con más de 4.000 ataques, especialmente en el este, donde Donetsk y Lugansk concentran el 44% de los bombardeos totales.

Como resultado, más de 10 millones de ucranianos han dejado sus hogares desde el inicio del conflicto, con al menos 3,7 millones desplazados internamente y otros seis millones refugiados en el extranjero. Las regiones del este, especialmente el Donbás, Járkov, Zaporiyia y Jersón, han sido las principales emisoras de desplazados.

Casi un millón de personas se han trasladado a Dnipropetrovsk y Járkov, pese a ser regiones cercanas al frente y blanco de continuos ataques. En cuanto a los refugiados internacionales, Rusia ha acogido a uno de cada cinco, seguida de Alemania y Polonia. España, por su parte, ha recibido cerca de 200.000 refugiados, situándose como el sexto país receptor.

Un análisis del Instituto Kiel for the World Economy, un centro alemán de investigación, clasifica a los mayores donantes internacionales que han apoyado a Ucrania El estudio destaca el financiamiento para reforzar las capacidades bélicas de Kiev, además de ayuda humanitaria y económica al gobierno de Volodímir Zelenski.

Estados Unidos (46.560 millones de dólares): liderando la lista como el mayor donante, Washington ha destinado 46.560 millones en ayuda militar, de un total de 75.000 millones, incluyendo asistencia financiera y humanitaria. La Administración Biden ha involucrado a gigantes de la industria de defensa, como RTX Corporation, responsable de los sistemas antiaéreos NASAMS.

Alemania (18.900 millones): Berlín ha contribuido con vehículos blindados, tanques, sistemas antiaéreos y soporte logístico, representando una de las ayudas más significativas en términos de volumen total, con casi 19.000 millones en apoyo militar.

Reino Unido (7.270 millones): Londres ha combinado apoyo militar con asistencia financiera y humanitaria, destinando otros 8.000 millones adicionales para cubrir emergencias sociales y necesidades crediticias de Ucrania.

Noruega (4.080 millones): Oslo ha desplegado un ambicioso programa de cinco años que suma más de 8.000 millones, con énfasis en asistencia financiera y militar. Solo en 2023, destinó 3.920 millones a ayudas económicas y 230 a iniciativas humanitarias.

Dinamarca (3.870 millones): Copenhague, que ha comprometido más de 4.000 millones, ha sido clave con el 1,1% de su PIB dedicado al apoyo ucraniano, incluyendo la reciente extensión de ayudas por 833 millones.

Polonia (3.320 millones): Varsovia, un aliado constante desde el inicio de la invasión, ha reducido temporalmente su apoyo por disputas comerciales sobre cereales, aunque sigue siendo uno de los mayores contribuyentes.

Países Bajos (2.740 millones): con el 0,45% de su PIB dedicado a Ucrania, los Países Bajos han destacado junto a Dinamarca por la donación de 61 cazas F-16, en cooperación con Estados Unidos.

Canadá (1.840 millones): Ottawa ha entregado un amplio arsenal, que incluye sistemas NASAMS, tanques, lanzamisiles y municiones, además de destinar un 63% de su ayuda total a financiación directa.

Suecia (1.630 millones): Suecia ha priorizado equipamiento militar, incluyendo obuses Archer y armamento antitanque, invirtiendo el 0,41% de su PIB en asistencia bilateral a Ucrania.

Finlandia (1.350 millones): Helsinki ha activado ayudas inmediatas al conflicto, sumando 550 millones para fines humanitarios, lo que representa algo más del 0,5% de su PIB.

República Checa (1.180 millones): Praga ha distribuido su apoyo entre asistencia humanitaria (25%) y militar (75%), enviando tanques, vehículos armados y cazas en los primeros 18 meses de guerra.

Lituania (790 millones): el gobierno lituano, que destinó un 1,36% de su PIB, ha sido un apoyo estratégico con envíos de armas y sistemas contra drones, además de rifles y generadores.

Eslovaquia (740 millones): con un 0,6% de su PIB, Bratislava podría reducir su respaldo tras la reciente victoria electoral de partidos contrarios al apoyo militar a Ucrania.

Italia (730 millones): Roma ha centrado su ayuda en sistemas de defensa aérea, invirtiendo un 0,07% de su PIB en el esfuerzo bélico ucraniano.

Francia (590 millones): París ha contribuido con tanques y vehículos de combate, aunque de los 1.870 millones comprometidos, solo un 30% corresponde a asistencia militar directa.

¿Cuál es el precio que está pagando Rusia por su invasión?

Según las cifras publicadas por el Ministerio de Defensa ucraniano, Rusia habría sufrido 724.050 bajas desde febrero de 2022, lo que equivale a un promedio de 724 por día, aunque en los peores momentos para el Kremlin, las cifras diarias habrían superado las 1.500. Las pérdidas materiales también son significativas: más de 9.000 tanques destruidos, junto con 19.002 vehículos armados, 20.632 piezas de artillería y 19.111 drones. Esto se traduce en una media de 20 unidades perdidas al día en cada categoría. Además, Ucrania afirma haber destruido 999 sistemas de defensa aérea, 2.700 misiles de crucero, 28 barcos de guerra y un submarino.

Cuando llegaron los soldados a mi pueblo, durante el día nos escondíamos toda la familia en el sótano, pero por la noche subíamos a la cocina para comer. Nos encontramos allí un par de soldados, uno borracho. Me preguntó cuántos años tenía yo. Una de las chicas tenía 12 años, otra 14 y yo 16. Primero llamó mi madre a otra habitación y la hizo salir en seguida. Luego me llamó a mí y empezó a gritar. Primero me ordenó que me desnudase, le dije que no y empezó a gritarme. Me dijo que si no me desnudaba me mataría. El otro soldado, el que no estaba borracho, entró en la habitación y le dijo que parase, pero no le hizo caso y se fue. Cuando me resistí estaba estrangulándome y diciendo que me mataría. Me decía: “o duermes conmigo ahora, o traeré a veinte hombres más.” (Dasha).

Estas estadísticas, aunque proceden de Kiev y no han sido verificadas de forma independiente, reflejan la magnitud del impacto sobre las tropas y el arsenal del Kremlin. La invasión ha dejado a Rusia enfrentándose a una factura militar y humana cada vez más alta, mientras persisten las tensiones internacionales.

Mientras tanto, el mapa de Ucrania sigue mostrando cerca de un 18% de su territorio bajo ocupación rusa, incluyendo la península de Crimea y las regiones de Donetsk y Lugansk, controladas parcialmente por Moscú desde 2014. La guerra continúa dejando tras de sí una estela de destrucción, controversia y un balance que parece lejos de resolverse.

Estados Unidos detona la diplomacia con Rusia

A poco más de dos meses de finalizar su mandato, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha intensificado las gestiones para garantizar que toda la ayuda militar aprobada por el Congreso llegue a Ucrania antes de su salida de la Casa Blanca. Entre estas medidas, una reciente decisión reportada por medios estadounidenses podría marcar un punto de inflexión en el conflicto: la autorización para que Kiev utilice misiles de largo alcance suministrados por Washington contra objetivos en territorio ruso.

En contraste, el Kremlin calificó la autorización como «imprudente» y advirtió que podría escalar el conflicto a un nuevo nivel, implicando una mayor participación directa de Estados Unidos y la OTAN en la guerra. Analistas consideran que esta movida no busca tanto una ofensiva directa como fortalecer la posición de Ucrania de cara a una eventual negociación de paz. Según Timothy Ash, investigador del programa sobre Rusia y Eurasia en Chatham House, el objetivo es preparar a Kiev para enfrentar una posible escalada rusa en los próximos meses. «Rusia intentará intensificar sus ataques antes de las negociaciones, especialmente con la llegada de Trump a la Presidencia», explicó Ash en declaraciones a Al Jazeera. «Ucrania necesita capacidad para golpear a mayor distancia y debilitar la ofensiva rusa antes de sentarse a negociar»

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