En verano de 1978, el funeral por la muerte de Pablo VI introdujo novedades que han llegado hasta nuestros días, como la celebración en la plaza de San Pedro en vez de en la basílica. Pero también fue la última vez que el protocolo dictaba un privilegio que Sofía no tenía de nacimiento.
En verano de 1978, el funeral por la muerte de Pablo VI introdujo novedades que han llegado hasta nuestros días, como la celebración en la plaza de San Pedro en vez de en la basílica. Pero también fue la última vez que el protocolo dictaba un privilegio que Sofía no tenía de nacimiento.