Al parecer, las dos mujeres que llamaron a Osuna se conocieron hace unos años. Una de ellas vive en un pueblo de Mallorca y la otra en Lausanne, Suiza. Ambas rondan la cincuentena y, tras contratar a un genealogista, descubrieron que son tataranietas de Esteban Desclaux y Maria Umbert, por lo que han iniciado el proceso para reclamar una herencia que, a día de hoy, no se ha podido calcular.
Al parecer, las dos mujeres que llamaron a Osuna se conocieron hace unos años. Una de ellas vive en un pueblo de Mallorca y la otra en Lausanne, Suiza. Ambas rondan la cincuentena y, tras contratar a un genealogista, descubrieron que son tataranietas de Esteban Desclaux y Maria Umbert, por lo que han iniciado el proceso para reclamar una herencia que, a día de hoy, no se ha podido calcular.